De nuestros lectores
La crianza de los hijos Soy profesor de enseñanza primaria, y debo decirles que me gustaron mucho los artículos “Padres: Velen por el bien de sus hijos” (22 de septiembre de 1992). Uno de los mayores retos a los que nos enfrentamos hoy día los profesores es tratar con los niños que no reciben una buena atención de sus padres por tener estos muchas ocupaciones. En la reunión anual de padres de alumnos que tuvimos hace poco en la escuela, cité algunos de los comentarios de esta revista. Los padres dijeron que lo que hablamos les había calado hondo y les había hecho pensar.
M. P., Estados Unidos
Han dado en el blanco. Fueron los mejores artículos que jamás he leído. No solo mencionaron ejemplos lamentables, sino que también aportaron soluciones.
M. R., Alemania
Los artículos estaban muy bien redactados, pero debo objetar a la forma tan explícita de hablar del abuso de menores. Fue espantoso.
F. M., Canadá
Desde luego, es espantoso leer acerca de los abusos de niños inocentes e indefensos perpetrados por adultos. Pero aunque reconocemos que a algunos lectores les puede resultar desagradable leer acerca de tales asuntos, los padres necesitan estar informados de esos peligros tan reales a los que se enfrentan hoy día los niños. (Compárese con 2 Corintios 2:11.) Por lo tanto, nos sentimos en la obligación de ser específicos al tratar dichas cuestiones, y procuramos utilizar en lo posible expresiones que sean de buen gusto.—La dirección.
Bailes de fin de curso El artículo “Los jóvenes preguntan... ¿Debería ir al baile de fin de curso?” (8 de marzo de 1993) me pareció informativo y provechoso. Ahora bien, ¿animaron a los cristianos a ofrecer grandes fiestas de etiqueta?
N. P., Estados Unidos
El artículo no animaba a organizar grandes acontecimientos sociales. Simplemente reconocimos que graduarse de la enseñanza media es una ocasión importante. Por lo tanto, algunos jóvenes cristianos quizás decidan junto con sus padres celebrarlo con otros. Se aconsejó que toda fiesta de este tipo se mantuviera ‘sencilla, controlando la cantidad de los que asisten y con una buena organización’. Véase “La Atalaya” del 15 de agosto de 1992.—La dirección.
Aceite de oliva Gracias por el excelente artículo “El útil aceite de oliva”, publicado en el número del 8 de octubre de 1992. Trabajo en un hospital como especialista en dietética, y asesoro a las personas tocante a dietas de bajo contenido en grasas y colesterol. La información de este artículo es muy exacta, y me ha sido muy útil en mi trabajo.
D. S., Estados Unidos
Habla indecente Mi hija, que tiene casi 15 años, me dijo al regresar de la escuela que tenía un problema, porque casi todos los jovencitos de su escuela tienen la costumbre de utilizar lenguaje impropio. Quería saber qué había realmente de malo en proferir juramentos en el habla cotidiana. Tratamos de explicárselo, pero nos pareció que no se lo supimos aclarar bien. Cuando aquella tarde recogí la revista ¡Despertad! del 8 de diciembre de 1992, me quedé atónita al ver el artículo “El punto de vista bíblico. ¿Por qué es impropia del cristiano el habla indecente?”. Fui enseguida al dormitorio de mi hija y lo leímos juntas. Ahora está convencida y sabe lo que ha de decir a cualquiera que le pregunte por qué no profiere palabras soeces.
P. P., Inglaterra
Nuevo mundo La serie de artículos “Un nuevo mundo que satisface a todos” (22 de octubre de 1992) fue una de las mejores que han publicado en los últimos años sobre este tema. Tanto los textos citados como las hermosas ilustraciones me hicieron sentir un profundo agradecimiento. Estoy convencido de que tocará el corazón de muchos lectores.
I. Z., Italia