El festival de hielo y nieve de Sapporo
Por el corresponsal de ¡Despertad! en Japón
EN LOS largos meses invernales, Sapporo, una ciudad del norte de Japón, vive enterrada en la nieve. Los ciudadanos tenían pocas actividades con las que divertirse durante cinco o seis meses al año, hasta que las autoridades municipales trataron de resolver la situación y se les ocurrió una idea: celebrar un festival dedicado a la construcción de enormes estatuas de nieve.
En 1950 se ayudó a los estudiantes de escuela secundaria a levantar seis estatuas de entre tres y cuatro metros de altura. Casi cincuenta mil personas acudieron a contemplar la “Venus de Milo” helada y otras figuras. El Yuki Matsuri, o Festival de la Nieve, comenzó bien.
Con el transcurso de los años, el festival ha crecido en tamaño y popularidad. En la actualidad acuden unos dos millones de turistas al año, muchos de ellos de países extranjeros, a contemplar asombrados los cientos de esculturas de hielo y nieve. Esta espectacular fiesta de invierno, que dura siete días y no es de carácter religioso, se ha convertido en la mayor de este tipo en todo Japón.
Un paseo por el festival
El Parque Ōdori es el emplazamiento más importante de los tres que tiene el festival. Este anterior vertedero invernal de nieve se extiende por unas once manzanas en pleno corazón de Sapporo. Aquí y en la cercana ciudad de Makomanai, se pueden ver las esculturas más grandes y espectaculares. Los niños se quedan boquiabiertos al ver las figuras de los personajes de sus series de televisión e historietas favoritos de un tamaño superior al real. Allí encuentran a Ultramán, el maravilloso hombre de la era espacial, al que tanto les gusta imitar. Y cerca están Chibi Maruko-chan y sus amigos, personajes infantiles de una popular serie televisiva.
Los adultos también se asombran. Llama mucho la atención una magnífica reproducción de la Ópera de París, terminada con paredes adornadas e incluso estatuas de músicos en el techo. Hay una antigua Casa de la Dieta alemana, un edificio de nieve de estilo barroco, y resulta fácil de identificar el enorme castillo árabe de Aladino y su ‘lámpara maravillosa’.
Un tanto eclipsadas por las esculturas grandes están las de la plaza de los Ciudadanos, muchas de las cuales llevan un mensaje especial. Una réplica de la Puerta de Brandenburgo se alza como recordatorio de la reciente unificación de Alemania. Algunas de las esculturas reflejan la preocupación por la Tierra, la ecología y los animales.
Al final del Parque Ōdori encontramos la plaza Internacional, donde equipos de muchos países compiten entre sí. Algunos de los escultores son profesionales que suelen trabajar con mármol, piedra y otros materiales. Cada uno recibe un bloque de tres metros de nieve prensada y endurecida, y se le dan tres días para acabar su obra.
Ahora bien, ¿cómo se hacen estas inmensas esculturas, y de qué manera consiguen los artistas una exactitud tan sorprendente en los detalles?
¿Cómo se hacen las esculturas de nieve?
Construir semejantes colosos no es nada fácil. La realización de un solo proyecto puede durar hasta un mes, lo que supone unas mil quinientas jornadas laborales. Uno de los grandes edificios era una réplica de la estación ferroviaria de Flinders Street (Melbourne, Australia). Tenía 35 metros de largo por 35 de ancho y 15 de alto. Se necesitaron 1.400 cargas de cinco toneladas para acarrear las 7.000 toneladas de nieve que se emplearon. No sorprende que desde 1955 gran parte del trabajo que conlleva realizar estas gigantescas obras haya estado a cargo de las fuerzas militares japonesas, a las que más tarde se unieron voluntarios del cuerpo de bomberos. Veamos cómo se construyen estas grandiosas obras de arte de nieve.
Primero se elige el tema y se reúnen cuadros e información. Con esto como base, se hacen modelos en arcilla, cartón piedra u otros materiales. Luego, más o menos un mes antes del festival, se recoge nieve limpia y se lleva al lugar de construcción. Allí se descarga, se prensa en un armazón de madera enorme y se endurece con agua. Después se quita el armazón, se levantan los andamios y se empieza a esculpir a toda prisa.
A menudo hay que trabajar durante la noche con temperaturas muy por debajo del punto de congelación. Los artistas utilizan hachas y palas para el trabajo preliminar y herramientas más pequeñas para los detalles.
Tanto grupos pequeños como individuos participan también en la diversión. Casi la tercera parte de los cientos de solicitantes de todo el país, seleccionados por sorteo, reciben asesoramiento de un equipo especial de expertos. Cada participante recibe un bloque de dos metros de nieve endurecida y tiene cinco días para acabar su creación.
Atracciones fascinantes
Las esculturas de hielo puro confieren otra dimensión hermosa al festival. Los miembros del Sindicato de Escultores de Hielo tallan gran parte de estas. Muchos de ellos son chefs de hoteles famosos que suelen lucir sus aptitudes en los salones de banquetes. Están deseosos de acudir a Sapporo, y la verdad es que los resultados de su presencia son admirables.
Las actuaciones musicales y los espectáculos contribuyen al ambiente festivo. Hay concursos, desfiles de bandas de música, bailes, saltos de esquí acrobático y mucho más. A los niños les encantan los numerosos toboganes de hielo que se construyen dentro de las esculturas para su diversión.
La noche es un momento idóneo para contemplar el festival. Los miles de pequeños bulbos blancos luminosos que cuelgan de las ramas desnudas de los árboles del parque, junto con muchas luces de colores que reflejan las estatuas brillantes, crean un aura impresionante de luz y color en el país de las maravillas invernales. Tras contemplar el festival, quedará impresionado por lo que pueden conseguir la fértil imaginación y las hábiles manos que Dios le ha dado al hombre.
[Fotografías en la página 23]
Hay inmensas esculturas de hielo, como la que aparece abajo, que pueden llegar a medir 35 metros de ancho por 15 de alto, y cuya construcción requiere unas 7.000 toneladas de nieve