De nuestros lectores

Cáncer de mama Muchas gracias por publicar la serie de artículos “Cáncer de mama: el temor de toda mujer” (8 de abril de 1994). Yo me exploraba el pecho de vez en cuando y pensaba que simplemente tenía las glándulas duras. Como me sentía insegura, no hice nada al respecto. Pero después de leer los artículos, fui al hospital y supe que tenía cáncer. Enseguida se hicieron los trámites para operarme. Mis más sinceras gracias.

T. Y., Japón

Desde mi operación he sido incapaz de leer nada sobre el cáncer. Así que cuando salió la revista, no me entusiasmó en absoluto. Pero como suelo leer todos los números de ¡Despertad! de principio a fin, aquella noche decidí leer un poco y detenerme si me afectaba demasiado. Pues bien, los artículos estaban tan bien escritos, eran tan informativos y humanitarios que los leí de un tirón.

G. K., Estados Unidos

El artículo me hizo ver que Jehová comprende que nos atemoricen las enfermedades que ponen en peligro la vida. Antes pensaba que los que se sentían así eran débiles o no tenían suficiente fe. La revista me ayudó a apreciar lo compasivo que es Jehová.

K. G., Estados Unidos

Me pareció que esa revista estaba dirigida a mí personalmente. Mi esposo y yo estábamos sentados en el sofá rodeados de todas las facturas médicas de mi operación de cáncer de mama. Mientras extendíamos un cheque tras otro, el cartero trajo este número de ¡Despertad! Leí los artículos ese mismo día con interés inusitado. Gracias en nombre de todas las mujeres que cobrarán ánimo con su lectura.

E. J., Estados Unidos

Ciudades Tengo 16 años, y me encantó la serie sobre las ciudades. En la clase de Geografía nos mandaron hacer una breve exposición sobre el tema que quisiéramos. Yo basé la mía en el artículo “La ciudad que abundaba en gente” (22 de enero de 1994). Cuando terminé de leerla en la clase, todos aplaudieron. Gracias por ayudarme a aumentar mis conocimientos de Geografía.

T. R., Alemania

En el artículo “Edifiquémonos una ciudad”, decían: “En 1900, Londres era la única ciudad del mundo con un millón de habitantes” (8 de enero de 1994). Pero en el siguiente número aseguraban: “Para mediados del siglo XIX [Edo, ahora llamada Tokio] contaba ya con más de un millón de habitantes”. ¿Cuál de las dos afirmaciones es la correcta?

S. T., Japón

Por lo visto, el dato referente a Londres es el equivocado. Se basó en la edición de 1985 del “Illustrated Atlas of the World” (Rand McNally and Company). No obstante, parece que “The World Almanac and Book of Facts 1993” tiene razón al afirmar que en 1900 había varias ciudades cuya población superaba el millón de habitantes. Lamentamos la confusión creada.—La dirección.

El afán por el dinero Soy una joven lectora de ¡Despertad! a quien le impresionó seriamente la serie “¿Dónde acabará el afán por el dinero?” (22 de marzo de 1994). Creo que los jóvenes tienen un único objetivo: llenarse las billeteras. Seguir lo que Jehová nos enseña es más honroso que adorar cosas perecederas.

K. R., Francia

Deportes Gracias por el artículo “¿Toma Dios partido en los deportes?” (8 de febrero de 1994). He cometido el error de pedirle la victoria para mí en una prueba atlética y la derrota de todos mis rivales. Ahora comprendo que Jehová no se inmiscuye en los deportes. Voy a dedicar mi vida a él, y me siento mejor sabiendo que verdaderamente escucha mis oraciones.

J. T., Estados Unidos