La búsqueda de prosperidad material
POR EL CORRESPONSAL DE ¡DESPERTAD! EN TAIWAN
AUNQUE la mayoría de la gente está más o menos de acuerdo en que ‘la felicidad no se compra con dinero’, muchas personas se dedican a la búsqueda incesante de riquezas como medio para acrecentar la felicidad en la vida. ¿Y por qué no? Al fin y al cabo, parece ser que la solución de muchas de las dificultades que agobian a la humanidad estriba en la prosperidad material.
Imagínese qué diferente sería el mundo si todos los hombres, mujeres y niños gozaran de prosperidad. Desaparecerían las vejaciones y el sufrimiento que experimentan los millones de habitantes de los barrios bajos y guetos del mundo. También se acabaría el problema de las personas sin hogar, que ataca por igual a las naciones ricas y pobres.
¿Y qué podemos decir de la buena salud, tan esencial para la felicidad? A pesar de que la ciencia médica continúa adelantando a pasos agigantados, cada vez son menos los que pueden encarar el costo de la atención médica. Por otro lado, el hambre y la desnutrición siguen siendo la realidad cotidiana de millones de seres humanos. Si el bienestar económico fuera general, todo el mundo tendría la oportunidad de gozar de mejor salud y, por consiguiente, sería más feliz, ¿no es verdad?
Incluso la misma Tierra se beneficiaría. ¿De qué manera? La emisión de contaminantes letales, originados principalmente por la utilización de combustibles fósiles, está arruinando el medio ambiente. No obstante, una de las razones que se aducen para no emplear la tecnología necesaria que permita aprovechar formas de energía más limpias, es que cuesta demasiado. Asimismo, la devastación de las selvas tropicales, otra de las graves amenazas ecológicas, se achaca en buena medida a factores de carácter económico.
Dado que, por lo visto, la prosperidad material podría solucionarnos tantos problemas y mitigar tanto sufrimiento, no es de extrañar que por mucho tiempo la gente haya asociado la riqueza con la felicidad. Por ejemplo, es costumbre en Occidente que el día de Año Nuevo se desee a las personas un “feliz y próspero año”, y la fórmula tradicionalmente empleada en China al comienzo del nuevo año lunar es “Kung hsi fa tsai”, hazte rico. No cabe duda de que vivimos en un mundo donde la gente concede gran importancia, por no decir la máxima, a la búsqueda de prosperidad material. El éxito o el fracaso del individuo suele medirse en términos de sus posesiones.
Aun cuando no es malo en sí adquirir y disfrutar de bienes materiales, ¿pueden estos garantizar la felicidad? ¿Cuánta importancia debe dárseles? ¿Es realmente la prosperidad material la clave de un mundo mejor?