El pequeño caballero vestido de terciopelo negro
POR EL CORRESPONSAL DE ¡DESPERTAD! EN GRAN BRETAÑA
LOS topos abundan en el norte de Inglaterra, mas nunca había visto tantas toperas como en la pradera que se extendía más allá del cerco de la granja. El terreno estaba cubierto de pequeños montones de tierra recién desprendida. ¿Sabe usted qué clase de animal es el topo y cómo vive?
Muy pocas personas han tenido ocasión de ver un topo, pues pasa la mayor parte de su vida bajo tierra. Es una criatura pequeña, de unos 14 centímetros de longitud; el macho pesa aproximadamente 110 gramos. El topo de Gran Bretaña tiene el pelaje de color gris oscuro, casi negro, por lo que suele apodársele de forma cariñosa el pequeño caballero vestido de terciopelo negro.
El pelaje del topo no tiene ninguna inclinación determinada; en otras palabras, los pelos están dispuestos en ángulo recto con respecto a la piel, lo que le facilita avanzar por la tierra en cualquier sentido. Años atrás, los cazadores vendían su piel para ser utilizada en peletería, pero “se necesitan muchísimas pieles de topo para hacer un abrigo”, comentó disgustado uno de ellos.
El cuerpo del topo está concebido para efectuar su labor minera. Las patas anteriores están colocadas en el extremo del cuerpo y las palmas se dirigen hacia afuera. Como tienen cinco dedos y un hueso suplementario en forma de media luna, forman dos palas muy eficaces. Las patas posteriores, pequeñas y menos fuertes que las poderosas extremidades delanteras, son las encargadas de propulsarlo. Un topo puesto en un terreno blando se enterrará en cinco segundos. El topo es capaz de recorrer sus oscuras y húmedas galerías o desplazarse sobre la superficie a velocidades de hasta cinco kilómetros por hora.
Sentidos asombrosos
Contrario a lo que algunos creen, los topos no están totalmente ciegos. Sus minúsculos ojos, escondidos entre el pelaje, probablemente le permiten al menos diferenciar la luz de la oscuridad. Cuando horada el suelo, largos pelos cubren los ojos para protegerlos. Sin embargo, de mucha más importancia que la visión son los finísimos sentidos del olfato y el tacto.
El topo europeo cuenta con miles de pequeños abultamientos en la punta de su hocico rosado, cada uno de los cuales tiene implantado un pelo táctil. También posee largos pelos sensitivos en diversas partes de la cabeza y algunos más en la punta de la cola. Así puede detectar las ondas de presión que se acumulan cuando avanza por las galerías y descubrir la presencia y posición de obstáculos e incluso de depredadores.
Si bien las orejas son muy pequeñas, el órgano interno alcanza gran desarrollo. Tiene la facultad de percibir las vibraciones a través del suelo y reaccionar a ellas. El conducto auditivo puede cerrarse mediante unos músculos esfínteres para impedir que penetren partículas de tierra en las delicadas cavidades del oído.
Alimento y anidación
Al contemplar la pradera, pude reconocer el sendero subterráneo frecuentado por los topos, pues discurría casi a flor de tierra y se hallaba ligeramente levantado. Se veían asimismo los nuevos montículos que habían formado al arrojar la tierra removida hacia la superficie. Esta labor de los topos constituye una forma de arar, y favorece el drenaje y la fertilidad del suelo.
La dieta principal del topo consiste en lombrices de tierra, razón por la que abre los túneles. Al desplazarse por el suelo, las lombrices entran en la red de pasadizos del topo, que rápidamente encuentra su alimento mientras corretea por las tenebrosas galerías. Se alimenta asimismo de insectos, entre ellos larvas de típulas y elatéridos. De no alimentarse cada dos horas, moriría.
No han de confundirse los montículos de tierra con el nido. Este es mucho mayor, de unos 30 centímetros de alto por un metro de ancho, y casi siempre está emplazado en un sitio resguardado, ya sea debajo de un árbol o al lado de un seto vivo, donde puede conseguir fácilmente los materiales necesarios para su construcción, como hierba, hojas y ramas.
A principios de la primavera nacen hasta siete crías en una camada. Al momento de nacer están ciegas, no tienen pelo y pesan menos de tres gramos . A las cinco semanas son lo suficientemente maduras para valerse por sí mismas y emprender correrías de hasta un kilómetro y medio. A los nueve meses ya pueden reproducirse. Su promedio de vida es de tres años; sin embargo, muchos perecen a manos de sus enemigos bastante antes de alcanzar dicha edad.
Es cierto que el topo puede ocasionar problemas cuando excava en busca de alimento en un prado muy cuidado o en un campo de golf. Con todo, nuestro pequeño caballero vestido de terciopelo negro sigue siendo un elemento fascinante de la vida rural.