De nuestros lectores
Juguetes Acabo de leer el excelente artículo “Padres, escojan con cuidado los juguetes de su hijo” (8 de septiembre de 1994). Como padre, agradecí mucho su contenido. Me gustaría añadir, sin embargo una recomendación. Por favor, adviertan a los lectores del peligro de que sus hijos pequeños se ahoguen en baldes o cubos aunque estos no contengan mucho líquido.
E. V., Estados Unidos
Gracias por el recordatorio.—La dirección.
Mi hijo y yo discutíamos sobre su deseo de que le comprara un juguete que a mi juicio no era apropiado para él. Como es joven, le costaba aceptar mis razones. Mientras hablábamos, abrimos la correspondencia que había llegado, entre ella el número más reciente de ¡Despertad! Ambos nos sorprendimos al ver el título “¿Sabe con qué juega su hijo?”. Los artículos lo impresionaron, y comenzó a entender mis argumentos.
W. F., Estados Unidos
Gracias por los artículos. Tengo casi 13 años y me encantan las actividades al aire libre, la artesanía y tocar el piano. Cuando era más niña, fabricaba mis propios juguetes. Prefiero esto a los videojuegos porque me da un sentido de logro. Espero que estos artículos hayan ayudado a otros niños a ver lo divertidas que pueden ser estas cosas.
C. S., Estados Unidos
Hipopótamo Gracias por el artículo “Un hipopótamo acude al rescate” (8 de octubre de 1994). Me emocioné mucho cuando leí la manera como el hipopótamo rescató a aquel impala. Hasta ese momento, para mí el hipopótamo no era más que un enorme cuerpo sumergido en el agua que abre una enorme boca y exhibe unos enormes dientes. Esas bestias no me eran muy simpáticas que dijéramos; pero el artículo me hizo cambiar de opinión.
Y. H., Japón
Historia del soldado israelí Acabo de leer el artículo “Adiestrado para matar, ahora soy portador de vida” (8 de septiembre de 1994). En múltiples ocasiones me he sentido impelida a escribir para expresarles mi agradecimiento, pero nunca tanto como ahora. Me había preguntado con frecuencia cuál sería la reacción de los judíos a la buena nueva del Reino de Jehová, y de repente aparece la extremadamente conmovedora historia de Rami Oved. Es una dicha poder leer acerca del triunfo de la Palabra de Dios sobre todo obstáculo.
J. S., Estados Unidos
La historia me llegó al corazón por cuanto mi familia también es de ascendencia judía. Si bien anteponer la verdad bíblica a los parientes es difícil para muchas personas, parece que lo es más para los judíos, ya que sus familias los consideran como si hubieran muerto. En el caso de mis padres, sus familiares suavizaron su postura cuando comprendieron que no abandonarían la verdad por nadie.
F. K., Estados Unidos
Cirugía ocular Leí con gran interés el artículo “Queratotomía radial, ¿en qué consiste?” (22 de septiembre de 1994). Puesto que en unos cuantos meses me someteré a esta técnica quirúrgica, aprecié muchísimo la información aclaratoria; fue más exhaustiva que la que me dio el mismo oftalmólogo.
G. C., Italia
Niños que sufren La serie de artículos “¿Qué esperanza hay para los niños?” (8 de mayo de 1994) fue realista y estuvo muy bien lograda. Me ha causado una profunda pena saber de las terribles experiencias, las enfermedades mortales y las condiciones de vida espantosas de multitud de niños. Sin embargo, me llenó de alegría leer sobre la esperanza que hay para los niños, la cual se materializará cuando el Reino de Dios rija a la humanidad.
D. G., Papua Nueva Guinea