Observando el mundo
“El planeta desconocido”
En solo dos años se han descubierto en la selva amazónica tres especies de mono de las que no se tenía conocimiento. Anualmente se hallan tres nuevas especies de aves como promedio en todo el mundo. Un estudio realizado en Panamá acerca de diecinueve árboles reveló la existencia de unas mil doscientas especies de coleópteros, 80% de las cuales no habían sido catalogadas todavía. Según la revista Fuentes UNESCO, “la mayoría de las especies nos es desconocida”. Por ejemplo, “se estima que aún desconocemos el 40% de las especies de peces de agua dulce de América del Sur. Y qué decir de [...] los fondos de los océanos, prácticamente inexplorados”. La situación se complica aún más cuando se tiene en cuenta la enorme cantidad de formas de vida más pequeñas que están por descubrir: bacterias, hongos, nematodos, arácnidos, insectos y plantas. “Un gramo de suelo tropical puede contener 90 millones de bacterias y de microbios.” Algunos científicos calculan que el número de especies mundiales puede ascender a 200 millones. A pesar de la exploración exhaustiva que se ha llevado a cabo, la Tierra sigue siendo “el planeta desconocido”.
Cambio rápido de valores en Canadá
“En menos de una generación, los canadienses —tanto anglófonos como francófonos— han rechazado la autoridad de la Iglesia, el Estado y los monopolios y oligopolios que garantizaban el bienestar y el orden en el mercado y en la sociedad”, informa el rotativo The Toronto Star. ¿Por qué? Buscan gratificación material inmediata. Tratan de “tenerlo todo” ya. “La moral judeocristiana ha sido reemplazada por el humanismo seglar, y la ortodoxia católica, por el hedonismo material. Pocos están dispuestos a dejar la gratificación para la otra vida, y mucho menos para la vejez”, añade el Star. Ya no ven a Dios como un ser sobrenatural, de modo que no tienen temor ni sentimientos de culpa. Los intereses espirituales se resienten, pues todos los esfuerzos están encaminados a potenciar al máximo las recompensas del mundo material.
Visión anticipada del siglo XX
¿Podía alguien del siglo pasado haberse imaginado inventos modernos como los automóviles, los transportes públicos, la música electrónica y el fax? En 1863, el famoso novelista francés Julio Verne, conocido por obras como La vuelta al mundo en ochenta días y Veinte mil leguas de viaje submarino, vaticinó esas y otras innovaciones en una novela inédita titulada París en el siglo XX. Aunque el editor de Verne la rechazó por ser demasiado rebuscada e inverosímil, la obra, descubierta hace poco, pinta un cuadro asombrosamente preciso de la vida en nuestro siglo. Algunas cosas que mencionó son el armamento ultramoderno, la silla eléctrica, la contaminación y los embotellamientos de circulación. Verne previó una población atribulada que habría perdido el interés en los logros del pasado y la cultura clásica, una sociedad esclavizada al mercantilismo y adicta a la tecnología. El diario parisino International Herald Tribune observó: “Verne no solo anticipó muchas proezas de la tecnología moderna, sino también algunas de sus más espantosas consecuencias”.
Escalada de la delincuencia en Japón
Japón, país considerado relativamente libre de delincuencia hasta hace poco, está sufriendo un rápido incremento en la criminalidad, que la policía atribuye a la recesión económica, al aumento del contrabando de armas y al debilitamiento del crimen organizado. El oficial de policía Takaji Kunimatsu indicó que los delitos con armas de fuego han alcanzado cotas sin precedente, y que si no se les pone freno, ‘sacudirán los fundamentos del orden público’ en la nación. Según el periódico Mainichi Daily News, también va en alza la cantidad de delitos cometidos por “gente común y corriente”, debido en parte a “la tensión acumulada de vivir en las metrópolis congestionadas”. El profesor de sociología Susumu Oda aconsejó lo siguiente para la protección de los ciudadanos: observar las normas básicas de urbanidad, como contestar a los saludos, decir “con permiso” cuando proceda, y sonreír “a fin de neutralizar cualquier asomo de enemistad”; aprender a decir que no con buenos modos; acostumbrarse a usar las cadenas de seguridad de las puertas; ver a los policías como amigos, y “no creer que las artes marciales protegen del crimen, pues es más probable que uno salga gravemente herido”.
Riesgos de las transfusiones sanguíneas
“Aunque se analizaran las reservas de sangre de Canadá por mil años, las transfusiones seguirían representando riesgos”, informó The Toronto Star. Al testificar ante una comisión encargada de investigar la fiabilidad de las reservas de sangre del país, William Noble, del Hospital de St. Michael, dijo respecto a los riesgos: “Existen y siempre existirán”. Comprenden “una amplia gama que va desde reacciones alérgicas hasta el contagio del sida”, dice el Star. Expertos en la administración de transfusiones afirman que a cada vez más pacientes les preocupa contraer el sida mediante la sangre. El Dr. Noble señala: “No hay ni un solo día en que no se nos plantee la cuestión: ‘¿Debo emplear sangre, o no?’”.
Órganos de oso
“El comercio ilegal de órganos de oso negro canadiense puede ser más lucrativo que el tráfico internacional de drogas”, afirma The Toronto Star. Hay una demanda extraordinaria de vesículas biliares y garras de oso negro entre los practicantes de la medicina tradicional de los países asiáticos más ricos, como China, Corea del Sur, Japón, Taiwan y Hong Kong. “Un agente de la ley californiano calcula que en Asia el ‘valor en la calle’ (el costo para el consumidor) de un kilogramo de vesícula de oso, una vez disuelta con bilis de vaca o cerdo, asciende a más de un millón de dólares (E.U.A.) —añade el Star—. En comparación, se calcula que el valor de reventa de la cocaína en el área metropolitana de Toronto es de 100.000 dólares por kilogramo.” La entendida en especies en peligro Carole Saint-Laurent, del Fondo Mundial para la Naturaleza/Canadá, dice: “Se trata de un negocio gigantesco”. Se teme que la demanda de órganos de oso siga creciendo. La población de estos mamíferos ya ha disminuido considerablemente en Asia.
Especies brasileñas en peligro
“Brasil tiene el triple de selvas tropicales que cualquier otro país, es el líder mundial en diversidad biológica y todavía abriga en su territorio la más variada fauna de mamíferos: 460 especies —dice el diario O Estado de S. Paulo—. Pero Brasil es también el líder en especies en peligro de extinción, 310, de las cuales 58 son mamíferos.” Aunque todavía no se ha extinguido ninguno, “el 12% de los mamíferos brasileños están amenazados”, entre ellos “el tití leoncito, que solo vive en Brasil”. Algunas especies en peligro “viven en zonas tan restringidas que cualquier intromisión en su hábitat puede llevar a su desaparición”. Según el periódico, se considera extinta una especie cuando no se encuentra ningún ejemplar en libertad durante cincuenta años.
Población del planeta
Según datos del FNUAP (Fondo de Población de las Naciones Unidas), a mediados de 1994 el número de habitantes del planeta llegó a los 5.660 millones. Se calcula que se alcanzarán los 6.000 millones en 1998, los 8.500 millones en el año 2025 y los 10.000 millones en el 2050. La mayor parte del crecimiento tendrá lugar en Asia, África y América Latina. El continente que más crece es el africano, con un índice anual de aumento de población del 2,9%. Europa tiene el índice más bajo: 0,3%. El FNUAP también afirma que para finales de siglo, dentro de solo cinco años, la mitad de la población mundial vivirá en zonas urbanas. Entonces habrá 300 ciudades en los países en vías de desarrollo que superarán el millón de habitantes, en comparación con las 125 que hay actualmente.
La importancia de las buenas relaciones
“Lo que indica si el adolescente consumirá drogas o desarrollará problemas de conducta no es la clase de familia en que esté inserto, sino el tipo de relación que tenga con los demás miembros”, asevera The Toronto Star. Un sondeo de la Fundación para el Estudio de la Adicción entre 2.057 jóvenes de Ontario (Canadá) reveló que “la naturaleza de las relaciones familiares ejerce mayor influencia que la propia estructura de la familia”, dijo el científico Ed Adlaf. A los adolescentes que disfrutaban de buenas relaciones familiares —aun cuando vivían con padres adoptivos, con su padrastro o madrastra o con su madre soltera— les fue mejor que a aquellos cuyas familias estaban intactas pero apenas se comunicaban. “Quienes dialogaban a menudo con sus padres sobre sus inquietudes tuvieron los índices de delincuencia más bajos —indicó el Star—. Quienes nunca hablaban de sus problemas con sus progenitores tuvieron los índices más altos de ingestión de alcohol, consumo de drogas y delincuencia.” La cantidad de tiempo que los jóvenes pasan con la familia, la calidad de las relaciones y el interés que los padres ponen en conocer el paradero y las actividades de sus hijos, son factores determinantes para reducir los problemas. Adlaf mencionó: “Es importante hacer un hueco en el horario y dedicar tiempo a los hijos”.