El verdadero significado de las máscaras
EL TALADOR SE DIRIGE, HACHA EN MANO, EN BUSCA DE UN ÁRBOL DE LA SELVA CENTROAFRICANA. SU MISIÓN, DE CARÁCTER RELIGIOSO, SE HA LLEVADO A CABO INFINIDAD DE VECES EN ÁFRICA A LO LARGO DE LOS MILENIOS.
EL HOMBRE cree que en el árbol habita un espíritu que merece profundo respeto. Con el fin de protegerse de su cólera, antes de encaminarse hacia la selva consultó a un adivino. Después realizó una ceremonia de purificación y ofreció un sacrificio al espíritu del árbol.
Da un hachazo al árbol, y para hermanarse con él succiona un poco de la savia que brota del corte. Una vez talado, lo deja en el suelo varios días para que el espíritu tenga suficiente tiempo de buscarse otra morada. El talador piensa que, aunque el espíritu parta, el árbol conserva poder propio. Tal es su fuerza, que quienes manejen la madera deben, por su propio bien, seguir cuidadosamente los ritos tradicionales prescritos.
De las hábiles manos del tallador va surgiendo una máscara. La creencia es que, a medida que la máscara toma forma, la madera va aumentando su poder. El tallador no puede darle la forma que se le antoje; debe ajustarse a las imágenes tradicionales en su grupo étnico. En caso contrario, corre el riesgo de ganarse las críticas de su comunidad y la ira del poder espiritual de la máscara.
Cuando la máscara está terminada, el hechicero realiza una ceremonia de consagración en la que le aplica ingredientes mágicos. Se cree que así adquiere mayor poder sobrenatural y se convierte en la morada del espíritu al que ha sido dedicada. Al finalizar este proceso, está lista para ser utilizada en las ceremonias religiosas.
El significado de la máscara en África
En gran parte del continente africano se emplean las máscaras en el culto. El libro Masks—Their Meaning and Function (Significado y función de las máscaras) afirma: “La máscara cumple dos funciones: puede usarse de fetiche, como es el caso de la máscara en miniatura; o puede llevarse puesta, en cuyo caso sirve para invocar a los antepasados, a los espíritus o a otros seres sobrenaturales”.
El erudito Geoffrey Parrinder da una explicación más detallada en su libro Religion in Africa (La religión en África): “[Las máscaras africanas de madera] sean naturalistas, formalistas o abstractas, tienen significado religioso. Representan a los muertos o a los espíritus acompañantes en los rituales o en las ceremonias de las ‘sociedades secretas’ relacionadas con los difuntos o destinadas a eliminar la brujería. Impasibles o aterradoras, deformes o abstractas, las máscaras transmiten con fuerza el pavor que inspiran los muertos, así como la convicción de que la muerte no es el fin de todo. Están hechas para que las porten quienes personifican a los muertos. Los enmascarados generalmente llevan, además, vestiduras largas, y no debe hablarse acerca de ellos como si se tratara de seres humanos, sino como tratándose de espíritus”.
Además de utilizarse en ritos funerarios y para protegerse de la brujería, las máscaras son fundamentales en las ceremonias de iniciación, las fiestas, los juicios, los ritos de la fertilidad y en la “comunicación con los muertos”. A veces se las emplea incluso en celebraciones y ceremonias de la cristiandad. En Sierra Leona, por ejemplo, “diablos” enmascarados van danzando hasta el patio de la iglesia para presentar sus respetos en las bodas. En todos estos usos, las máscaras tienen el mismo significado básico. Son, según el libro African Masks (Máscaras africanas), “relicarios del poder divino, sea que cumplan una función relevante, o una frívola y entretenida”.
De los más de mil grupos étnicos de África, unos cien fabrican máscaras. La forma de estas varía considerablemente de un grupo a otro, dependiendo del uso que se les dé. Pero, a pesar de la variedad, existen patrones fijos que se siguen en amplias zonas del continente. Por ejemplo, las máscaras que representan espíritus de los antepasados normalmente tienen un aspecto sereno, mientras que las que representan espíritus no humanos suelen ser estrambóticas. La frente alta y abultada denota espiritualidad intensa y sabiduría. Los ojos saltones o una expresión rígida indican un estado de posesión por los espíritus. La pigmentación blanca sugiere espíritus de los muertos y cualidades del ‘más allá’. Las máscaras que representan animales con cuernos, principalmente el búfalo cafre y el antílope, se relacionan con ceremonias de exorcismo, transmigración de las almas y brujería.
La máscara en acción
En África, las máscaras no se cuelgan simplemente en la pared, sino que se emplean en rituales y danzas. Pueden cubrir el rostro o toda la cabeza del individuo. El resto del cuerpo está adornado con ropas largas o con tiras de rafia o de fibra de plantas leñosas.
Se considera que el portador está en relación estrecha con la fuerza espiritual de la máscara. The New Encyclopædia Britannica describe lo que sucede: “Al ponerse la máscara, la persona a veces experimenta un cambio psíquico y, como si estuviera en trance, asume la personalidad del espíritu representado por la máscara. No obstante, por lo general el enmascarado actúa hábilmente como ‘compañero’ del personaje al que imita [...]. Aunque parece que con frecuencia acaba por identificarse psicológicamente por completo con el ser que está ayudando a crear. Pierde su propia identidad y se convierte en un autómata, un individuo sin voluntad, al servicio del personaje de la máscara”.
Para los espectadores autorizados —casi siempre hombres exclusivamente— la máscara no es solo la representación de un ser vivo sobrenatural, sino su encarnación. Así pues, la máscara es sagrada, y la comunidad castiga severamente, incluso con la muerte, cualquier infracción de las normas. El enmascarado, al igual que el talador y el tallador, debe, para su protección, seguir los procedimientos aprobados.
El significado para el coleccionista
Especialmente en los últimos cien años ha habido una gran afición por coleccionar máscaras africanas en todo el mundo. Para el coleccionista, la máscara tiene un significado bastante diferente del que posee para los adeptos de las religiones tradicionales de África.
En vez de verla como un objeto religioso y sagrado, los coleccionistas la consideran una obra de arte que refleja la cultura africana. No la evalúan teniendo en cuenta su función en la sociedad, sino su expresividad, vitalidad y profundidad emocional. Se preguntan: ¿hasta qué punto sabe apreciar el tallador la madera misma, su fibra, su patrón estructural? ¿Es capaz de hacer uso de su creatividad e inventiva y al mismo tiempo mantenerse dentro del estilo impuesto por la tradición cultural?
Ahora bien, el coleccionista no olvida el papel de la religión en la calidad de la obra. Por regla general, hay una gran diferencia entre las máscaras empleadas en el culto y las reproducciones destinadas a la industria del turismo, diferencia que se debe a la motivación del tallador. El libro Masks of Black Africa (Máscaras del África negra) afirma: “El tallador [...] obtenía los elementos inspiradores de su profunda convicción, su reverencia por su misión de dar forma a un ser espiritual todopoderoso y, de esta forma, cumplir con su singular responsabilidad social. En el momento en que la fe religiosa [...] degeneró, su obra, a pesar de sus innegables méritos técnicos, se volvió inánime y perdió calidad artística”.
Quienes las adquieren para los museos normalmente dan más importancia que los coleccionistas de arte al papel que la máscara ha desempeñado en la sociedad de la que proviene. Sin embargo, muchas veces no se dispone de tal información debido al modo como se han adquirido la mayoría de las máscaras a lo largo de los años. Algunas se obtuvieron de recuerdo, otras formaban parte del botín de expediciones militares y otras se recogieron en grandes cantidades para su comercialización. Como consecuencia, a menudo se desconoce el significado y uso original de cada máscara.
El significado para los cristianos
Las máscaras, pues, tienen un significado para los practicantes de la religión tradicional y otro para los coleccionistas de obras artísticas y culturales. Para los cristianos, significan algo distinto.
La Biblia aclara que ni la máscara ni el árbol del que procede su madera tienen ningún poder sobrenatural inherente. El profeta Isaías describe la insensatez del que usa parte de la madera de un árbol para cocer su comida y calentarse, y con la restante se hace la figura de un dios al que le pide ayuda. (Isaías 44:9-20.) El mismo principio es aplicable a las máscaras religiosas.
No obstante, los cristianos reconocen que hay “fuerzas espirituales inicuas en los lugares celestiales”. (Efesios 6:12.) Estas fuerzas espirituales, que están bajo el poder de Satanás, extravían a la gente mediante la religión falsa. (Revelación [Apocalipsis] 12:9.)
Los cristianos también reconocen que los demonios se valen de objetos materiales para comunicarse con los humanos. Por consiguiente, los siervos de Dios no guardan nada que se relacione con la religión espiritista, ya sea un amuleto, un anillo mágico o una máscara. En este aspecto siguen el ejemplo de los primeros cristianos de Éfeso. La Biblia dice de ellos: “[Un] buen número de los que habían practicado artes mágicas juntaron sus libros y los quemaron delante de todos. Y calcularon en conjunto los precios de ellos y hallaron que valían cincuenta mil piezas de plata”. (Hechos 19:19.)
Los que desean servir a Jehová no utilizan ni poseen máscaras ni ningún otro objeto relacionado con la adoración falsa. Un anciano cristiano de Nigeria llamado Pius hizo el siguiente comentario típico: “Las máscaras reflejan las ideas religiosas de quienes las emplean. Tienen nombres, y se las venera o teme, dependiendo del dios al que representen. Yo nunca tendría una en mi casa porque a Jehová no le agradaría y también porque los visitantes podrían pensar que estoy de acuerdo con las creencias religiosas que la máscara representa”.
Los verdaderos cristianos conocen la ley clara que Dios dio a Israel: “No debes hacerte una imagen tallada ni una forma parecida a cosa alguna que esté en los cielos arriba o que esté en la tierra debajo o que esté en las aguas debajo de la tierra. No debes inclinarte ante ellas ni ser inducido a servirlas, porque yo Jehová tu Dios soy un Dios que exige devoción exclusiva”. (Éxodo 20:4, 5.)
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El uso de máscaras en muchas culturas
¿Qué significa la palabra “máscara” para usted? En algunas culturas el término alude figuradamente a lo que se utiliza para cubrir o disimular algo. Si le interesan los deportes, tal vez piense en la máscara que se usa, por ejemplo, en el béisbol o la esgrima para proteger el rostro. O quizás piense en la careta antigás, la mascarilla quirúrgica o el antifaz de los bailes de disfraces.
Pero para muchos pueblos de la actualidad, las máscaras significan religión. The New Encyclopædia Britannica explica: “Las máscaras que representan fuerzas sagradas benéficas y maléficas en las danzas religiosas —sobre todo en los monasterios budistas de Nepal, Tíbet y Japón y en la mayoría de las sociedades primitivas— constituyen una categoría de objetos figurativos sagrados. Generalmente reciben el mismo tipo de adoración que las estatuas”.
Las máscaras religiosas datan de tiempos primitivos y se encuentran en todas las culturas. Para nuestros antepasados posiblemente cumplían un papel importante en la vida religiosa y social. El libro Masks—Their Meaning and Function dice: “Originalmente, toda máscara estaba imbuida de significado, y la máscara misma, o su portador, representaba misteriosamente a algún espíritu o poder”.