De nuestros lectores
Síndrome premenstrual Gracias de todo corazón por publicar el artículo “El síndrome premenstrual: ¿falacia, o realidad?” (8 de agosto de 1995). Le había pedido a Dios que publicaran un tema así, pues no entendía por qué me abrumaban esos sentimientos todos los meses. Al leerlo lancé un suspiro de alivio; ahora comprendo que no tienen nada que ver con debilidad espiritual.
Y. E., Jamaica
Hasta donde me alcanza la memoria, siempre he padecido de este síndrome, aunque nunca le he hecho caso y me he resignado. El reportaje me hizo entender que es un problema importante que merece la pena examinar.
Y. M., Inglaterra
Padezco del síndrome premenstrual, lo que ha sometido a mi hijo y a mi esposo a mucha tensión durante los pasados doce años. Se enumeraron a la perfección los síntomas que presento. En particular, quedé muy complacida con la reacción de mi esposo, que no es Testigo y siempre critica la revista ¡Despertad! Le interesó mucho el artículo y dijo: ‘Me alegro de que tengamos este reportaje’.
K. O., Japón
Adulterio Muchas gracias por el artículo “El punto de vista bíblico: Adulterio: perdonar o no perdonar” (8 de agosto de 1995). Tras aguantar por años la crueldad de mi esposo, me divorcié por razones bíblicas. Aun así, algunas personas lograron que me sintiera culpable durante muchos años. Llegué a creer que Jehová me había rechazado. Sin embargo, el artículo reflejó muy bien mis sentimientos, y me animó muchísimo.
A. K., República Checa
Máscaras africanas El reportaje “El verdadero significado de las máscaras” (8 de agosto de 1995) es muy informativo. En él decían que el cristiano auténtico no debe quedarse con tales máscaras. Pero ¿puede adquirir las que se venden como simples recuerdos, o las que nunca se han utilizado con fines religiosos?
J. A., Estados Unidos
El artículo se refería específicamente a las máscaras empleadas en la religión falsa. Reconocimos que “hay una gran diferencia entre las máscaras empleadas en el culto y las reproducciones destinadas a la industria del turismo”. En Occidente, donde las máscaras producidas para el comercio no tienen ninguna connotación religiosa en absoluto, pudieran encajar en la categoría de mero arte decorativo. Por consiguiente, cada cristiano tendrá que decidir personalmente si va a exhibir dichas máscaras, teniendo muy presente el efecto que pudiera tener en las conciencias ajenas. (1 Corintios 10:29.)—La dirección.
Rinocerontes Deseo manifestarles mi gratitud y admiración por la pericia que demuestran al amenizarnos hasta la información menos relevante, aun a quienes no tenemos la costumbre de leer por placer. Acabo de leer el reportaje “El animal que ostenta los preciados cuernos” (8 de agosto de 1995). Normalmente leo este tipo de artículos por obligación moral, pero siempre termino sorprendida del gusto que da leerlos.
J. M., Estados Unidos
La biografía de Celeste Jones Leo sus revistas desde hace diecisiete años. Cuando leí la experiencia de Celeste Jones en el artículo “Cómo me he beneficiado del cuidado de Dios” (22 de junio de 1995), me sentí en el deber de escribir para darles las gracias.
M. M., Colombia
Celeste Jones falleció el 27 de octubre de 1995. Antes de morir recibió muchas cartas de lectores de todo el mundo en las que le agradecían que hubiera contado su experiencia.—Los editores.