BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • g97 22/10 págs. 16-19
  • Electricidad procedente de la nieve

No hay ningún video disponible para este elemento seleccionado.

Lo sentimos, hubo un error al cargar el video.

  • Electricidad procedente de la nieve
  • ¡Despertad! 1997
  • Subtítulos
  • Información relacionada
  • Una tierra sedienta
  • De las ruinas a la nieve
  • La vida en las montañas
  • El tamaño y la capacidad del complejo
  • Cómo funciona el complejo de los montes Snowy
  • ¿Es una energía limpia?
  • Un nuevo proyecto hidroeléctrico en Irlanda
    ¡Despertad! 1971
  • ¿Es verdad?
    ¡Despertad! 1973
  • Cargando la gigantesca batería de África
    ¡Despertad! 1983
  • Nuevo vistazo al agua dulce
    ¡Despertad! 1985
Ver más
¡Despertad! 1997
g97 22/10 págs. 16-19

Electricidad procedente de la nieve

POR EL CORRESPONSAL DE ¡DESPERTAD! EN AUSTRALIA

LOS Alpes australianos, llamados a veces el techo de Australia, cruzan los estados de Nueva Gales del Sur y Victoria. En ellos se encuentran las montañas Snowy, donde nace el río del mismo nombre. Inspirado por este accidentado terreno alpino y sus rudos jinetes pioneros, A. B. (conocido popularmente como Banjo) Paterson escribió el poema “The Man From Snowy River” (El hombre del río nevado), que más tarde se llevó al cine.

Actualmente, las peligrosas laderas por las que cabalgaba ese legendario jinete albergan los canales de una maravilla de la tecnología: el complejo hidroeléctrico de los montes Snowy. En 1967, la Sociedad Americana de Ingenieros calificó esta intrincada red de acueductos, túneles, embalses y centrales eléctricas como “una de las siete maravillas de la ingeniería del mundo actual”. ¿Le gustaría visitar esta “maravilla” alpina? Pues bien, en primer lugar vamos a ver por qué se construyó y quién lo hizo.

Una tierra sedienta

Por extraño que parezca, a los primeros colonos, cuyos deseos constituyen los antecedentes del proyecto, ni siquiera se les pasó por la imaginación aprovechar la energía hidroeléctrica. Castigados por las sequías, lo único que deseaban aquellos granjeros del siglo XIX de la cuenca de los ríos Murray y Darling, la zona agrícola más importante de Australia, era contar con un suministro de agua más fiable.

Sabían dónde estaba el agua: en el río Snowy. Pero este discurría por la otra vertiente de las montañas, la más exuberante, y desembocaba en el mar de Tasmania. Parecía un enorme desperdicio. Si fuera posible desviar estas aguas frías y puras de la cima de las montañas a las cabeceras de los ríos Murray y Murrumbidgee, bastante irregulares, los granjeros tendrían una protección multimillonaria contra las sequías. Era un sueño tentador.

El sueño se acercó un poco más a su materialización en 1908, cuando el Parlamento Federal decidió que la capital nacional de Australia se ubicaría en el cercano distrito de Canberra. ¿Satisfaría la energía hidroeléctrica las necesidades de esta ciudad que se iba a construir? Una vez más, los ojos se volvieron a los montes Snowy.

Se presentaron y descartaron varias propuestas, algunas de ellas para obtener energía hidroeléctrica y otras para proyectos de irrigación. Entonces, en 1944 se presentó el primer plan que combinaba ambas facetas, que enseguida consiguió aceptación. En 1949, el gobierno federal comisionó a la Junta de Energía Eléctrica de los montes Snowy para diseñar y realizar las obras del proyecto doble.

Ahora bien, ¿cómo afrontaría una nación joven y fundamentalmente agrícola, sin conocimientos técnicos ni recursos humanos suficientes, una empresa de una envergadura y complejidad sin precedentes?

De las ruinas a la nieve

La respuesta fue la inmigración. En Europa, que aún no se había recuperado de la II Guerra Mundial, la vida era una pesadilla de ruinas, desempleo y falta de viviendas. De modo que Australia, conjuntamente con las Naciones Unidas, invitó a todos los europeos con los oficios requeridos a que solicitaran trabajar en la construcción.

Como respuesta, decenas de miles de trabajadores de unos treinta y tres países abandonaron las ruinas de Europa y se embarcaron rumbo a Australia. Ellos compondrían las dos terceras partes de la fuerza laboral de la construcción y también cambiarían para siempre el paisaje humano de Australia. Brad Collis dice en su libro Snowy: “Un país fundado sobre [...] el linaje británico se convirtió casi de la noche a la mañana en uno de los grandes crisoles culturales del mundo”. Collis añade: “Se envió a las montañas a trabajar juntos a enemigos y aliados, opresores y víctimas”. Aunque no se convirtieron en un solo equipo de la noche a la mañana, con el tiempo llegaron a serlo.

La vida en las montañas

En los primeros días del proyecto, el viaje a los alpes no era muy acogedor para los recién llegados. Los caminos estaban helados y lodosos, tenían desniveles considerables y eran sinuosos, por lo que viajar por ellos constituía una experiencia lenta y escalofriante. De hecho, el terreno era tan escarpado y duro en algunas partes que era raro ver canguros. No sorprende que, según Collis, la Administración del Snowy “esté considerada la primera organización del mundo que impuso el uso obligatorio de los cinturones de seguridad”.

El alojamiento no era mejor que los caminos: tiendas de campaña sin suelo que procedían de los excedentes del ejército. Con el tiempo, surgieron como hongos más de cien campamentos y ciudades de tiendas de campaña en lo alto de las montañas. Cabramurra, que en su origen fue una de estas ciudades, se destaca por ser el municipio más alto de Australia.

Como podrá imaginarse, trabajar y dormir en estas severas condiciones supuso toda una prueba para la entereza de aquellas personas. Las ventiscas invernales les helaban hasta los huesos, el agobiante calor del verano dificultaba sus movimientos y las nubes de insoportables moscas ennegrecían sus sudorosas caras y espaldas. ¡Cómo detestaban las moscas los europeos!

Pero la mayoría aguantó. Eran hombres fuertes, endurecidos por la guerra, que estaban resueltos a triunfar en su nueva vida. A muchos incluso llegó a gustarles el agreste monte australiano, con sus extraños mamíferos, serpientes y pájaros, que chillan y graznan en lugar de silbar y gorjear. Andando el tiempo, sencillas casas de madera sustituyeron las tiendas de campaña, y llegaron las esposas y los hijos.

¿Qué podría hacerse ante la multitud de idiomas que se hablaban? Imagínese a unos hombres trabajando con maquinaria pesada, equipo de perforación o explosivos, sin poder comunicarse claramente. Se reunían todos los ingredientes para que hubiera un desastre; por ello, la Administración del Snowy dio inicio a clases de inglés gratuitas después del trabajo. La continuidad en el empleo dependía de tener unos conocimientos básicos de inglés, así que no es de extrañar que las clases estuvieran muy concurridas.

A pesar de tantos obstáculos, tras veinticinco años de trabajo —de 1949 a 1974—, concluyó la obra en el plazo previsto y dentro del presupuesto. Aunque los 820 millones de dólares australianos que costó resultan una cantidad moderada según los criterios actuales, no lo fueron entonces, en especial para una nación de solo ocho millones de habitantes que todavía luchaba por recuperarse después de la guerra.

Con el fin de celebrar esta hazaña, la Administración del Snowy está haciendo los planes para conmemorar en 1999 su cincuenta aniversario. La celebración incluirá una reunión de todos los que trabajaron en la obra, si se les puede encontrar. “Aquellas personas colaboraron en la construcción de una de las maravillas de la ingeniería del mundo y cambiaron el curso de la historia de Australia —dice uno de los comisionados actuales—. Deseamos darles las gracias.”

El tamaño y la capacidad del complejo

Según el folleto The Power of Water (La energía del agua), “el complejo opera en una zona de 3.200 kilómetros cuadrados y consta de 80 kilómetros de acueductos, 140 kilómetros de túneles y dieciséis grandes embalses”. Estos embalses, el principal de los cuales es el lago Eucumbene, almacenan 7.000 gigalitros de agua, trece veces la capacidad del puerto de Sydney, que contiene unos 530 gigalitros. Las siete centrales eléctricas, que han generado hasta 6.400 gigavatios hora de electricidad en un año, son capaces de cubrir hasta un 17% de las necesidades de energía de la Australia suroriental continental, incluidas Sydney, Melbourne y Canberra.

Por lo general, las turbinas no funcionan las veinticuatro horas del día, sino en períodos de gran demanda, cuando las centrales térmicas no son suficientes. La energía hidráulica es especialmente apropiada como fuente suplementaria en las horas punta debido a su rápida respuesta ante aumentos súbitos en la demanda —de dos a tres minutos—, mientras que a las centrales de carbón les toma varias horas.

Cómo funciona el complejo de los montes Snowy

El complejo, dice la Administración del Snowy, “se distingue por ser la estructura hidráulica con varias presas y servicios múltiples de mayor complejidad del mundo”. Consta de dos sistemas integrados: el Snowy-Murray y el Snowy-Tumut.

El sistema Snowy-Murray desvía las aguas del río Snowy desde el embalse Island Bend a través de un túnel que cruza las montañas hasta el embalse Geehi, que también recibe agua del río del mismo nombre. Desde allí el agua desciende bruscamente 820 metros hasta las dos centrales eléctricas del Murray. Al mismo tiempo, la central eléctrica de Guthega aprovecha las cabeceras del Snowy, cerca de la montaña más alta de Australia, el monte Kosciusko. Desde Guthega, el agua entra a raudales en el sistema principal de túneles de Island Bend. Bastantes túneles, entre ellos el que va de Island Bend hasta el lago Eucumbene, permiten que el agua fluya en ambas direcciones, lo que contribuye enormemente a la flexibilidad del complejo.

En el sistema Snowy-Tumut, el agua del lago Eucumbene, del embalse Tooma, del Happy Jack y del Tumut Pond se precipita a través de los canales y de una serie de cuatro centrales eléctricas antes de salir al río Tumut, tributario del Murrumbidgee. En esta sección se encuentra la central más grande, Tumut 3, cada uno de cuyos seis canales puede albergar un autobús de dos pisos.

Durante las horas de menor consumo, el complejo también bombea el agua desde el lago Jindabyne hasta el lago Eucumbene, y desde la central eléctrica Tumut 3, que también es una central de bombeo, hasta la presa de Talbingo. Pero ¿por qué desperdiciar electricidad bombeando el agua? Sorprendentemente, para obtener beneficios. Verá, para los bombeos se utiliza energía barata en horas de poco consumo comprada a las centrales térmicas. Luego, durante las horas punta, el agua se suelta otra vez, y la energía hidroeléctrica creada se vuelve a vender a la red con beneficios. Claro está, la mayor parte del agua, más de 2.000 gigalitros al año, se devuelve sin costo alguno a los sistemas fluviales occidentales.

¿Es una energía limpia?

Sí, pues el agua es un recurso renovable y no contaminante que carece de productos de desecho. No hay chimeneas ni torres de refrigeración antiestéticas que afeen las montañas. Así, los miles de personas que esquían en invierno por este lugar de diversión alpino o que pasean por sus senderos en verano, apenas se enteran de que bajo sus pies hay arterias y centrales eléctricas.

Además, si la electricidad que el complejo genera procediera de plantas térmicas, se arrojarían a la atmósfera anualmente otros 5.000.000 de toneladas métricas de dióxido de carbono.

Pese a todo, no se han evitado por completo los efectos en el medio ambiente, en particular en el río Snowy. Como la mayor parte de sus aguas se desvían, es un simple hilillo comparado con su caudal anterior. Además, los grandes embalses del complejo inundaron algunas zonas de pastos y sus nuevas líneas de agua supusieron la reubicación de las ciudades de Adaminaby y Jindabyne.

Por otra parte, el complejo del Snowy ha sido excepcionalmente confiable, lo que da testimonio del sabio consejo del primer comisionado de la Administración: “La buena voluntad y el respeto proceden de los logros, no de la propaganda”.

[Ilustración de la página 16]

Vista aérea de la central eléctrica Tumut 3, la mayor del complejo del Snowy

[Reconocimiento]

Todas las fotos de las páginas 16-19: Junta de Energía Eléctrica de los montes Snowy

[Ilustración de la página 19]

La construcción del complejo requirió excavar túneles a través de las montañas

[Ilustraciones de la página 18]

Los trabajadores tuvieron que aguantar severas condiciones de vida

Para llegar a formar un equipo, los trabajadores tuvieron que aprender inglés

    Publicaciones en español (1950-2025)
    Cerrar sesión
    Iniciar sesión
    • español
    • Compartir
    • Configuración
    • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
    • Condiciones de uso
    • Política de privacidad
    • Configuración de privacidad
    • JW.ORG
    • Iniciar sesión
    Compartir