REFAÍM
Un pueblo o tribu de alta estatura. No se sabe con certeza el origen de ese nombre ni su significado. Probablemente se les llamó Refaím por haber sido descendientes de un hombre llamado Rafah. En 2 Samuel 21:16 la expresión ha-Ra·fáh (literalmente, “los Rafah”) toma el nombre del padre para representar a la entera raza de gigantes.
Parece ser que hubo un tiempo en que los refaím moraban al este del mar Muerto. Los moabitas que los desposeyeron se refirieron a los refaím por el término emim (“criaturas espantosas”). Los ammonitas les llamaron zamzumim (que quizás signifique “galimatías”). (Deu. 2:10, 11, 19, 20.) Cuando el rey Kedorlaomer de Elam se dirigió al oeste para luchar con cinco reyes rebeldes cerca del mar Muerto (y tomó cautivo a Lot), derrotó a los refaím en Asterot-qarnaim. (Gén. 14:1, 5.) De esto se desprende que en ese tiempo los refaím estaban en Basán, al este del Jordán. Poco después Dios dijo que daría a los descendientes de Abrahán la Tierra Prometida, la cual abarcaba parte del territorio donde vivían los refaím. (Gén. 15:18-20.)
Más de cuatrocientos años más tarde, justo después de que Israel entrase en Canaán, “la tierra de los refaím” todavía se identificaba con Basán. Allí los israelitas derrotaron a Og, el rey de Basán (Deu. 3:3, 11, 13; Jos. 12:4; 13:12), que fue el último que “quedaba del remanente de los refaím”. No se sabe con seguridad si esto significa que era el último rey de los refaím o que era el último de los refaím en aquella región, pues poco después volvieron a hallar a los refaím al oeste del Jordán.
En la Tierra Prometida los israelitas tuvieron problemas con los refaím, pues algunos de ellos seguían morando en los bosques de la región montañosa de Efraín. Los hijos de José tenían miedo de echarles. (Jos. 17:14-18.) Cuando David estaba luchando contra los filisteos, él y sus siervos derribaron a cuatro hombres que les habían “nacido a los refaím en Gat”. A uno de ellos se le describe como “un hombre de tamaño extraordinario, cuyos dedos de las manos y de los pies estaban en cantidades de seis: veinticuatro”. La descripción de sus armaduras indica que todos eran hombres de gran estatura. Uno de estos era “Lahmí el hermano de Goliat el guitita”. (1 Cró. 20:4-8.) Este Goliat, aquel a quien David mató, medía seis codos y un palmo (2,9 m.) de altura. (1 Sam. 17:4-7.) El relato registrado en 2 Samuel 21:16-22 dice “Goliat” en lugar de “el hermano de Goliat”, como dice en 1 Crónicas 20:5, lo cual quizás indique que había dos Goliats. (Véase GOLIAT.)
El término hebreo refa·‘ím se usa en otro sentido en la Biblia. A veces es claro que no aplica a un pueblo específico, sino a los que están muertos. Algunos eruditos relacionan la palabra con una raíz que significa “hundirse”, “relajarse” y concluyen que significa “hundidos”, “impotentes”. En los textos en los que tiene este sentido, la Traducción del Nuevo Mundo vierte dicho término por: “los que están impotentes en la muerte”, y muchas otras traducciones lo vierten como “espectros gigantescos”, “difuntos” y “muertos”. (Job 26:5; Sal. 88:10; Pro. 2:18; 9:18; 21:16; Isa. 14:9; 26:14, 19.)