Tiempo mejor que dinero
“EL TIEMPO es dinero,” dice un refrán popular. Pero el tiempo es mejor que el dinero. Cuando se cambia por sabiduría en vez de paga viene a ser inapreciable. “Escojan la instrucción en vez de la plata, y el conocimiento en vez del oro precioso; porque la sabiduría es mejor que los rubíes, ningún tesoro es igual a ella.” El tiempo que se usa en estudiar para obtener tal sabiduría es mejor que el tiempo que se usa para hacer dinero, porque aunque las riquezas puedan ofrecer seguridad limitada ahora, el conocimiento correcto puede proteger la propia vida de uno en el Armagedón: “La sabiduría como la riqueza es una defensa, pero el conocimiento hace más bien que el dinero, protege la vida del hombre.”—Pro. 8:10, 11; Ecl. 7:12, Mo.
La vida que se emplea acumulando riquezas es una vida desperdiciada. El dinero que se acumula, y no se usa en obras buenas, es testigo contra su poseedor codicioso: “Vengan, ahora, ustedes hombres ricos, lloren, aullando por las calamidades que están viniendo sobre ustedes. Sus riquezas se han podrido, y sus vestidos exteriores han venido a ser comidos por las polillas. Su oro y plata se han corroído, y su moho será testigo contra ustedes y comerá sus partes carnales. Algo como fuego es lo que han almacenado en los últimos días. ¡Miren! los salarios de los trabajadores que han cosechado sus campos pero que han sido retenidos por ustedes, siguen clamando a voz en cuello, y las súplicas . . . han llegado a los oídos de Jehová de los ejércitos.”—Sant. 5:1-4, NM.
¿Los defenderá su dinero de la ira divina en el Armagedón? Nunca, porque “ni su plata ni su oro podrán rescatarlos. En el día de la ira del SEÑOR, y en el fuego de su celo, toda la tierra será consumida; porque una destrucción completa, en verdad espantosa, hará de todos los habitantes de la tierra”. Precisamente antes de que viniera sobre Jerusalén la destrucción que fué típica del Armagedón el profeta de Jehová dijo: “Su plata la arrojarán en las calles, y su oro vendrá a ser para ellos como una cosa inmunda; porque su plata y su oro no podrán salvarlos en el día de la ira del SEÑOR.” (Sof. 1:18; Eze. 7:19, UTA) Para los cristianos es cierto, “El amor al dinero es raíz de toda suerte de cosas perjudiciales, y esforzándose para lograr este amor algunos han sido desviados de la fe y se han acribillado con muchos dolores.”—1 Tim. 6:10, NM.
¡Qué diferentes los resultados cuando el tiempo se usa para obtener sabiduría en vez de dinero! Concerniente al valor de la sabiduría está escrito: “¡Qué feliz es el hombre que halla sabiduría, el hombre que obtiene entendimiento! Porque su ingreso es mejor que el ingreso de plata, y su rédito mejor que el oro. Es más preciosa que los corales, y ningún deseo de su corazón puede compararse con ella. Larga vida existe en su diestra, en su siniestra hay riquezas y honra. Sus caminos son de agradabilidad, y todas sus sendas son paz. Ella es árbol de vida para los que de ella se apoderan, y feliz es todo el que de ella se prende fuertemente.” (Pro. 3:13-18, UTA) Cuando adquirimos conocimiento de Dios y de Cristo y se lo damos a otros, predicándoselo, significa vida eterna en el nuevo mundo de Jehová.—Juan 17:3; Rom. 10:10, NM.
El tiempo es especialmente de gran valor ahora. No porque el tiempo del trabajador cobre salarios más altos que en tiempos pasados, sino porque el tiempo para adquirir conocimiento de Jehová y de Cristo está acabándose. Cuando Cristo fué entronizado, en 1914, se comenzó grande tribulación contra Satanás y su organización mundial inicua. Si entonces se hubiera seguido hasta terminar, ninguna carne se hubiera salvado. Pero para el bien de la carne humana esa tribulación fué abreviada o acortada, para conceder un período de tiempo para que los hombres adquieran y proclamen el conocimiento del reino celestial establecido, antes de que esa tribulación entre a su culminación en el Armagedón. (Mat. 24:21, 22) Este período de tiempo, conocido como los últimos días del viejo mundo delincuente de Satanás, no se extenderá más allá de esta generación.
Jehová provee este período de tiempo para el bien del hombre, para que estudie Su Palabra, vea las señales visibles predichas de la segunda presencia de Cristo y se ajuste a los requisitos del Reino. Pero Satanás se opone a este sabio uso del tiempo. Él causa una inundación de ayes para desviar los esfuerzos humanos, y hace que las masas frustradas busquen el escaparse de la realidad en diferentes formas. Debido a los fracasos ascendentes en la economía y política mundial, personas desanimadas ahogan sus penas en delincuencias fáciles o en una carrera sin fin de diversiones.
Como ilustración, considere la televisión. Es una maravilla en realidad, y si se usara para el mejor provecho podría ser una verdadera ayuda para la humanidad. Pero el gran número de programas de baja calidad y el uso inmoderado se combinan para minar su valor. Sin embargo, aun ahora el uso moderado de la televisión para ver los mejores programas puede ofrecer cierta diversión y descanso. Usada con limitación sabia, puede proporcionar relajamiento para los cristianos en sus propios hogares.
Pero en vez de un uso moderado de la televisión, ¿qué ocurre frecuentemente? Terminada la cena, la familia se abalanza a sus asientos ante la televisión, y no se mueven hasta la hora de acostarse. No hay tiempo para conversar. No hay tiempo para estudiar ni servir a Dios. Sólo tiempo para sentarse ante la pantalla y absorber propaganda y diversión. Tan absortos están que quizás rehusen dejar la televisión una hora a la semana para participar en un estudio bíblico.
¿Pero los librará la televisión en el Armagedón? ¿Los protegerá su pequeño dios de la sala de la ira de Jehová? El tiempo consumido en ella pudiera haberse usado para estudiar, para transformar su mente, para rehacerla, para obtener sabiduría piadosa, la cual no puede compararse a los rubíes, plata, oro, dinero o televisión; pero en vez de eso serán ‘destruídos por falta de conocimiento’. (Ose. 4:6) El invento maravilloso ha sido mal usado por ellos hasta que ha venido a ser un lazo satánico para apresar su mente, para mantener su ojo pegado a la pantalla de televisión, no dejándoles tiempo para ver la señal de la segunda presencia de Cristo ni discernir mentalmente la importancia de tal señal y aprender lo que deben hacer para enfrentarse con buen éxito a la crisis. Por seguro el tiempo de este período especial concedido por Jehová en estos últimos días es mejor que el dinero, y el desperdiciar este tiempo es peor que desperdiciar el dinero. Es desperdiciar la oportunidad de vida sin fin en un nuevo mundo en el cual los hombres “disfrutarán del trabajo de sus manos”. Y en ese mundo bendecido por Jehová el trabajo de las manos de los hombres, que será disfrutado por mucho tiempo, aventajará mucho los inventos presentes de este viejo mundo agonizante bajo Satanás.