La mejor esperanza de paz del hombre
¿CUÁL cree usted que es la mejor esperanza de paz que tiene el hombre? Recientemente al público norteamericano se le hizo esa pregunta. Los resultados de la encuesta manifestaron que el “73 por ciento de la gente de los Estados Unidos cree que sus mejores esperanzas de paz yacen en las Naciones Unidas.” (El Times de Nueva York del 15 de diciembre de 1953) Ahora, si queremos ser sencillamente francos acerca del asunto, tenemos que admitir que bajo la superintendencia de “la mejor esperanza que tiene el hombre” la plática bélica se hace más fuerte, la guerra fría se hace más caliente y las armas atómicas se hacen más mortíferas que nunca. Con verdad, también hay mucha plática de paz, muchas promesas de paz y conferencias para paz. Pero la dificultad estriba en que todo esto sólo es plática. En realidad no hay paz. Pues, desde que las sesenta naciones de las Naciones Unidas convinieron en proscribir la guerra en 1945, ha habido guerras calientes en Grecia, Malasia, Corea e Indochina. Dado que dicen más las acciones que las palabras, la mejor esperanza que tiene el hombre de conseguir paz, si tiene que ser las Naciones Unidas, no es una esperanza muy brillante, ¿verdad?
Pero ¿se detuvo usted alguna vez a pensar que la presente carrera para fabricar armas mortíferas es exactamente como se predijo por el Todopoderoso Dios? Mediante su profeta él dijo en Joel 3:9, 10: “Proclamad pues esto entre las naciones: ¡Declarad guerra; animad a los valientes! ¡acérquense y suban todos los hombres de guerra! ¡Forjad vuestras rejas de arado en espadas, y vuestras hoces en lanzas! diga aun el débil: ¡Yo soy valiente!” Eso es exactamente lo que los “valientes” de la tierra están haciendo: preparándose para la guerra. Por eso las naciones hoy día gastan fantásticas cantidades de dinero y usan lo mejor de la fuerza cerebral científica para producir armas, en realidad, “forjando rejas de arado en espadas.” Porque si no fuera por la guerra, el acero y otras materias primas y el dinero podrían usarse con propósitos agrícolas y para alimentar, vestir y alojar a la humanidad.
Ahora vemos la más grande carrera de armamentos de toda la historia. Por eso el futuro sería horrible para la humanidad si no fuera por el hecho de que todo este “forjar de rejas de arado en espadas” va a ser completamente parado durante esta generación, y la paz será puesta en vigor después durante mil años. Ciertamente es alentador saber que la paz permanente pronto vendrá a esta tierra y que la humanidad ni siquiera aprenderá más la guerra. Pero Dios no dijo que las Naciones Unidas efectuarían esta condición pacífica. Quizás usted se pregunte cómo se efectuará, entonces. Jehová Dios nos dice en Apocalipsis 11:18 (NM) que él ‘traerá a la ruina a los que están arruinando la tierra.’
¿No es verdad que hasta las pruebas de armas atómicas están “arruinando la tierra” para el pueblo japonés? El temor que el Japón le tiene a las armas atómicas no es imaginario; él tuvo experiencia directa. ¡Bien puede imaginarse cuán espantosa sería una bomba H en una guerra total, una bomba de 500 a 700 veces más poderosa que la bomba arrojada sobre Hiroshima y la cual mató a 60,000 personas! Y los científicos admiten que ahora es posible exterminar toda vida de sobre la tierra. Cuatrocientas bombas de cobalto, ellos dicen, podrían hacer exactamente eso. De modo que somos dichosos porque el Todopoderoso Dios va a intervenir y “traer a la ruina a los que están arruinando la tierra.” ¿Exactamente qué significa eso? Que el fin de todos los reinos que hay sobre esta tierra, como los conocemos hoy, se ha acercado. No que estos gobiernos hayan de ser destruídos por el hombre, porque Daniel 2:44 nos dice: “Empero en los días de aquellos reyes, el Dios del cielo establecerá un reino que nunca jamás será destruído, y el reino no será dejado a otro pueblo, sino que desmenuzará y acabará con todos aquellos reinos, en tanto que él mismo permanecerá para todos los siglos.”
Por eso, entonces, cuando oramos en el padrenuestro “Venga tu reino. Sea hecha tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra,” realmente estamos orando que el reino de Dios mediante Cristo haga pedazos a todos estos reinos y establezca un gobierno justo para todo el mundo. En el Armagedón Dios aplastará y pondrá fin a la existencia de Satanás y su mundo malo. Después del Armagedón y a través de toda la eternidad, esta tierra será un paraíso, para siempre libre de la guerra como el Salmo 46:9 manifiesta: “[Jehová, no las Naciones Unidas] hace cesar las guerras hasta los fines de la tierra; . . . quiebra el arco, y corta la lanza, y quema los carros en el fuego.”
Todo esto significa que no sólo el 73 por ciento de la gente norteamericana sino la vasta mayoría de la gente debe estar equivocada en su creencia concerniente a la mejor esperanza de paz del hombre. Si usted desea vivir con salud perfecta en una tierra paradisíaca donde no habrá más balas, bombas, tanques, cañones y temor de guerra, usted querrá saber más acerca del nuevo mundo de justicia de Jehová—la mejor esperanza del hombre, realmente, su única esperanza de paz.