¿Quién es Jehová?
¿Puede usted imaginarse el que millones de personas ignoren el nombre del gobernante de su propio país? Pues, por raro que sea, ¡hay millones de personas que ignoran el nombre del Gobernante del universo! Puesto que el conocer al Soberano supremo es asunto que significa vida o muerte, el artículo que sigue le es de importancia vital a usted.
EL NOMBRE Jehová es el más grandioso de todo el universo. Es el nombre que el Creador ha dado a sí mismo. Es el nombre del único Dios vivo y verdadero. Pronto toda criatura que vive tendrá que conocer y adorar a Jehová. ¡Qué raro, pues, que un gran número de personas, al oír el nombre Jehová, pregunte: “¿Quién es Jehová?”! Algunos braman al hacer la pregunta, como hizo el Faraón de la antigüedad, en un tono de voz que expresa desafío, arrogancia, incredulidad y mofa. Otros preguntan con corazón honrado, sinceramente buscando iluminación. Multitudes de otras personas aun no han oído el nombre de Jehová. No obstante, todo el que desea la felicidad, la seguridad y la vida tiene que aprender ahora quién es Jehová. Es de importancia, también, conocer los propósitos de él y cuál es la pena que se paga por no conocer a Jehová.
Jehová es el Dueño del universo. Concerniente a él los discípulos y apóstoles de Cristo dijeron: “Señor Soberano, tú eres Él que hiciste el cielo y la tierra y el mar y todas las cosas en ellos.” La misma tierra que pisamos pertenece a Jehová: “La tierra pertenece a Jehová, y también su abundancia.” Jehová, el Soberano supremo, es uno solo. No es un Dios trino, porque eso negaría su supremacía. Jehová mismo declara: “Yo soy Jehová; éste es mi nombre, mi gloria no la daré a otro.” Como prueba de que Jehová es en verdad un solo Dios, tenemos las palabras de Moisés: “Escucha, oh Israel: Jehová nuestro Dios es un Jehová.”—Hech. 4:24; 1 Cor. 10:26, NM; Isa. 42:8; Deu. 6:4, NM.
Digno de recibir alabanzas para siempre jamás, Jehová es el “Rey de la eternidad” porque él es “desde la eternidad hasta la eternidad.” A Jehová se le llama “Dios” porque es el Creador de toda cosa buena; se le llama “Altísimo” porque está sobre todos; “Padre,” porque es la Fuente de la vida; “Todopoderoso,” porque su poder no tiene límite; “Jehová de los Ejércitos,” porque tiene a su mando ejércitos celestiales que los enemigos no pueden vencer. Pues, no hay nada que sea demasiado grande para Jehová, como él mismo declara: “¿Hay cosa alguna demasiado extraordinaria para Jehová?”—1 Tim. 1:17, NM; Sal. 90:2; Gén. 18:14, NM.
EL NOMBRE DIVINO
Dado que Jehová es el personaje más grande del universo, ¿cómo es que su nombre es tan desconocido? Porque un enemigo malicioso, Satanás el Diablo, ha extraviado a todas las naciones apartándolas del Dios verdadero. La Biblia identifica al criminal: “Satanás, el cual está desviando a toda la tierra habitada.” (Apo. 12:9, NM) El Diablo no quiere que los hombres conozcan a Jehová; de modo que los ha inducido a creer falsamente que Jehová es sólo el nombre de algún dios tribal. Además el Diablo ha extraviado a la humanidad tan cabalmente que hay una abundancia de religiones falsas. ¡Estas han logrado quitar el nombre Jehová de muchas traducciones de la Biblia misma!
En las Escrituras hebreas antiguas el nombre de Jehová se representa por cuatro letras que juntas se llaman el “tetragrámaton,” y que en caracteres castellanos son JHVH (o YHVH). ¿Cuántas veces aparece ese nombre divino, representado por el tetragrámaton, en las Escrituras hebreas? ¡Aparece 6,823 veces! Exactamente cómo debería pronunciarse el nombre no se sabe, pero la manera más común de escribirlo en castellano es “Jehová.” El traducir el tetragrámaton como “el Señor” es obscurecer el nombre divino. No obstante, ¿qué ha hecho la mayor parte de los traductores bíblicos de la cristiandad? Semejante al clero judío del día de Jesús y de hoy, rehusa conocer y usar el nombre divino. ¡Así que de las 6,823 veces que aparece el tetragrámaton, los traductores de la Versión de la Biblia del Rey Jaime hicieron uso del nombre sólo cuatro veces! Las versiones católicas romanas de Douay, en inglés, y Scío, en español, y las versiones judías suprimen el nombre por completo. ¿Qué sucedió al nombre divino cuando se puso en circulación recientemente la tan anunciada Versión Normal Revisada? ¡Los traductores lo suprimieron del todo! En el prólogo los traductores explicaron que usaban el término “el SEÑOR,” de ese modo volviendo “al proceder de la Versión del Rey Jaime, la cual sigue el precedente de los antiguos traductores griegos y latinos, y la práctica firmemente establecida en la lectura de las escrituras hebreas en la sinagoga.” Al hacer eso los traductores de esta Biblia popular siguen el mismo proceder de los clérigos judíos que rechazaron a Cristo. ¡Con razón las palabras de Jesús son tan aptas hoy día: “Padre justo, el mundo, por cierto, no ha llegado a conocerte”!—Juan 17:25, NM.
LO QUE ES EL PROPÓSITO DE JEHOVÁ
El nombre “Jehová” quiere decir “Él causa ser,” es decir, ‘Él causa que sea’ con un propósito. ¿Cuál es el propósito primario de Jehová? Es el tema de la Biblia entera: el establecimiento de un reino para la vindicación de su santo nombre. Esto quiere decir que la humanidad tiene la esperanza de un nuevo mundo, uno que reemplazará al presente mundo inicuo que ha sido extraviado por el Diablo. Pero antes de que Jehová manifieste su ira en contra del Diablo y su mundo malo, él tiene el propósito de que se dé una amonestación para que no tengan que morir con el mundo diabólico todas las personas dispuestas a la justicia. Esta misma obra de amonestación da a conocer el nombre de Jehová. La razón misma por la cual se le ha permitido vivir al Diablo, el Faraón antitípico, hasta ahora es para que el nombre divino sea publicado y vindicado: “Con este mismo propósito te he permitido permanecer, para mostrar en conexión contigo mi poder y para que mi nombre sea publicado por toda la tierra.”—Rom. 9:17, NM.
Note usted que el testimonio concerniente al nombre y propósito de Jehová tiene que darse “por toda la tierra.” Este hecho fué predicho también por el profeta Malaquías: “Porque desde el nacimiento del sol hasta donde se pone, mi Nombre ha de ser grande entre las naciones; y en todo lugar se ofrecerá a mi Nombre incienso y ofrenda limpia.” ¡De manera que las buenas nuevas concernientes al reino de Jehová tienen que proclamarse por todas partes! El “incienso” que se ofrece no es, por supuesto, literal, sino que es “el olor del conocimiento” de Jehová, el cual, dijo el apóstol, tiene que difundirse “en todo lugar.” Esta gran obra de testimonio fué predicha por Cristo Jesús también como una parte de la señal de los “postreros días” del dominio mundial de Satanás: “Y estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada con el propósito de dar un testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin consumado.”—Mal. 1:11; 2 Cor. 2:14-16; Mat. 24:14, NM.
El testimonio se está dando hoy día “en toda la tierra habitada.” Los que están llevando a cabo esta obra se llaman “testigos de Jehová.” ¿Un nombre raro? No, porque Jehová mismo declara: “Vosotros sois mis testigos, dice Jehová, y mi Siervo, a quien he escogido.” En 160 naciones estos testigos de Jehová ahora están dando a conocer los propósitos del Altísimo. Esta es una obra extraña que, igual a la predicación de Noé, amonesta a la tierra habitada de la terminación de un entero sistema de cosas. La gente antediluviana se mofó de Noé. Pero cuando el diluvio decretado por Jehová cubrió la tierra se le llenó la boca de agua y dejó de mofarse. Es peligroso mofarse de la obra extraña de Jehová. Jehová nos advierte que no lo hagamos.—Isa. 43:10; Mat. 24:38, 39.
La destrucción le sobrevendrá a toda la tierra cuando Jehová efectúe su “acto extraño.” Será un acto semejante a los que él efectuó antaño. El Diluvio fué un acto de Jehová. La destrucción del ejército de Faraón en el mar Rojo fué un acto de Jehová. La destrucción de Sodoma y Gomorra fué un acto de Jehová. La aniquilación de 185,000 soldados del ejército de Senaquerib delante de Jerusalén fué un acto de Jehová. Pero el acto más grande de todos, el que resulta en la vindicación completa de su nombre, es el “acto extraño” de Jehová, a saber, “la guerra del gran día de Dios el Todopoderoso.”—Apo. 16:14, NM.
JEHOVÁ PELEA POR SU NOMBRE
“Jehová es persona varonil de guerra,” dice la Biblia. La guerra que él hace es justa. Más de 230 veces se le llama en las profecías bíblicas “Jehová de los Ejércitos.” Jehová es General en jefe de ejércitos celestiales que serán empleados para expresar la ira de él contra este mundo. Cristo Jesús conduce los ejércitos de Jehová a la batalla: “Los ejércitos que estaban en el cielo le seguían en caballos blancos, y estaban vestidos de lino fino, blanco y limpio.” ¿Tenemos alguna idea del poder y el número de los ejércitos de Jehová? ¡Sí! Teniendo presente que sólo tomó dos ángeles el borrar a Sodoma y Gomorra, Apocalipsis 9:16 nos da una idea de por qué el Armagedón será la peor tribulación que haya sobrevenido al mundo: ¡“Y la cuenta de los ejércitos de los de a caballo fué de doscientos millones”!—Éxo. 15:3; Apo. 19:14, NM.
Cuando Jehová dé la orden los ejércitos de los cielos pelearán por la vindicación del nombre de él. Este será “el día grande y tremendo de Jehová” profetizado por Malaquías, “el día de la ira de Jehová” profetizado por Sofonías. Este tiempo puede llamarse “el día de Jehová” porque es el día en que él lucha por su nombre. Ya han pasado cuarenta años de esta generación que está destinada a sentir la ira del día de Jehová. Sólo quedan unos cuantos años. Por eso en el sentido más urgente, “está cercano el día de Jehová . . . contra todas las naciones.” Cuando amanezca ese día, será un tiempo que paralizará los corazones de temor: “¡Cercano está el día de Jehová! vendrá como golpe poderoso, de parte del Todopoderoso. Por tanto todas las manos serán débiles, y todo corazón de hombre se desleirá. Y se desmayarán . . . ; angustias y dolores se apoderarán de ellos; se acongojarán como mujer que está de parto. Se mirarán asombrados los unos a los otros; sus caras serán caras de llamas.”—Mal. 4:5; Sof. 1:18; Abd. 15; Isa. 13:6-8; Mat. 24:34.
Con caras pálidas debido a un terror que helará el alma, los que no conozcan a Jehová se darán cuenta de que su destrucción procede de Jehová. Granizos, inundaciones repentinas, trastornos en la tierra, relámpagos, obscuridad, fuego desde los cielos y otros fenómenos, todos están pronosticados para el día de Jehová. Todos los que no están de parte de Jehová, y que están de parte de Satanás, tendrán que conocer a Jehová a la fuerza: “Y con aguaceros inundadores, y pedrisco, y fuego y azufre, lloveré sobre él, y sobre sus hordas, y sobre los muchos pueblos que le acompañan. Y me haré glorificar, y me haré santificar, y seré conocido a los ojos de muchas naciones; y sabrán que yo soy Jehová.” Más de sesenta veces aparece esta frase “sabrán que yo soy Jehová” en la profecía de Ezequiel. Esto quiere decir que todos los hombres se darán cuenta de que el azote destructor procede de Jehová y no del hombre. Nadie tendrá motivo para dudar que es la expresión de la ira de Dios.—Eze. 38:22, 23.
ES VITAL CONOCER A JEHOVÁ AHORA
¿Cómo vendrá este “día grande y tremendo de Jehová”? ¿Con glorioso son de trompeta para que todo el mundo se convierta y conozca a Jehová? ¡Todo lo contrario! Escribió el apóstol Pedro: “El día de Jehová vendrá como ladrón.” Explicó el apóstol Pablo: “El día de Jehová viene exactamente como ladrón en la noche.” De modo que cuando Cristo Jesús conduce a los ejércitos de Jehová “desde el cielo con sus poderosos ángeles en fuego llameante, al traer él castigo merecido sobre los que no conocen a Dios,” el mundo de ninguna manera lo estará esperando. ¿Cuál será el castigo por haber rehusado conocer a Jehová, ya haya sido por selección voluntariosa, ya por una actitud de estar demasiado ocupado, o por indiferencia soñolienta? Contesta la Biblia: “Estos mismos pagarán la pena de destrucción eterna.”—2 Ped. 3:10; 1 Tes. 5:2; 2 Tes. 1:7-9, NM.
Puesto que la pena que se paga por no conocer a Jehová es muerte eterna y puesto que el día de Jehová sorprenderá al mundo mientras éste esté dormitando, es ya hora que despertemos. Es mucho más tarde de lo que piensa la mayoría. ¿Cómo se despierta uno? Por medio de un estudio diligente de la Palabra de Dios. Las diferentes ayudas para el estudio de la Biblia que reparten los testigos de Jehová tienen el propósito de ayudarle a usted a conocer a Jehová y sus propósitos. No se olvide, el que uno conozca a Jehová quiere decir más que tener conocimiento del nombre de él. Quiere decir que uno lleva una vida en armonía con los propósitos de Jehová. Quiere decir que de continuo uno adquiere conocimiento. Los que se niegan a adquirir este conocimiento nunca conocerán a Jehová. Cristo Jesús demostró que éste es esencial para conseguir la vida eterna: “Esto significa vida eterna, el que ellos adquieran conocimiento de ti, el único Dios verdadero, y de aquel a quien tú has enviado, Jesucristo.”—Juan 17:3, NM.
Sin la vida el hombre no puede disfrutar de nada y no puede tener la vida sin conocer a Jehová Dios. Así que está claro entre qué cosas tiene que escoger toda persona: rehusar conocer a Jehová y morir o llegar a conocer a Jehová en servicio obediente y vivir. Preste usted atención al testimonio de amonestación que proclaman hoy día los testigos de Jehová. Muévase a investigar el mensaje que ellos traen. No se trata de una broma. La Biblia testifica a eso. No hay necesidad de que usted pague la pena por no conocer a Jehová. Adquiera este conocimiento vital ahora. No espere hasta que el día de Jehová amanezca como ladrón en toda su furia sobre esta generación. No, no espere hasta que fuego llameante del cielo y una plaga consumidora de la carne obliguen a los hombres en todas partes a conocer a Jehová de una manera que no les va a gustar. Porque entonces será demasiado tarde.