¿Por qué temer al futuro?
¿QUÉ nos espera en el futuro? ¿No nos gustaría a todos saber eso? Muchos científicos y estadistas creen que las condiciones mundiales continuarán como en el pasado; que habrá divisiones de gobierno, cambios de gobierno, crímenes, corrupción, guerras, etc. Pero la Biblia dice: “No te enojes a causa de los malhechores, ni tengas envidia a los obradores de iniquidad: porque como pasto serán presto cortados, y como la hierba verde se secarán. Confía en Jehová, y obra el bien; habita tranquilo en la tierra, y apaciéntate de la verdad; deléitate también en Jehová, y él te dará las peticiones de tu corazón.” Y otra vez: “Confía calladamente en Jehová, y espérale con paciencia; no te enojes a causa de aquel que prospera en su camino, a causa del hombre que practica inicuas intrigas. Déjate de la ira y deja el rencor; no te enojes solamente para hacer mal a ti mismo: porque los malhechores serán cortados; pero los que esperan en Jehová, ellos heredarán la tierra. Porque todavía un poco, y el malo no será; y examinarás con diligencia su lugar, y él no estará allí; empero los mansos heredarán la tierra, y se deleitarán en la abundancia de la paz.”—Sal. 37:1-4, 7-11.
De estos versículos vemos que al género humano le esperan maravillosos cambios. Pronto serán borrados de la tierra los malhechores, los que practican inicuas intrigas. “El malo no será.”
Tal vez ese día parezca lejos; parece que tanto a los justos como a la tierra misma les espera la destrucción total a manos de los inicuos. Pero no es así. En la Biblia se hace referencia a nuestro día como el tiempo “para traer a la ruina a los que están arruinando la tierra,” lo que quiere decir que podemos confiar en que el Dios Todopoderoso haga guerra contra toda iniquidad y que haga de nuestra tierra un lugar adecuado para la habitación de personas justas. La guerra que Dios hace se llama en la Biblia Armagedón.—Apo. 11:18, NM.
Escuche usted lo que la Biblia nos dice acerca de esa batalla en Sofonías 1:14-18: “¡Cercano está el día grande de Jehová! cercano está, y se apresura mucho el estruendo del día de Jehová: ¡el más valiente clamará allí con amargos lamentos! Día de ira es aquel día; día de apretura y de angustia, día de devastación y desolación, día de tinieblas y de espesa obscuridad, día de nubes y de densas tinieblas; día de trompeta y de grito de guerra contra las ciudades fortificadas y las elevadas torres. Y traerá apretura sobre los hombres, tal que andarán como ciegos; por cuanto han pecado contra Jehová: y será derramada su sangre como polvo, y sus carnes como estiércol: no podrá librarlos su plata ni su oro, en el día de la ira de Jehová; sino que en el ardor de sus celos será devorada toda la tierra; porque él hará destrucción completa, y eso muy en breve, de todos los moradores de la tierra.”
Así que nos espera en el futuro una guerra terrible para la humanidad—¡la guerra de Dios! Grandes y espantosos son la amenaza y el temor de guerra atómica y de bombas de hidrógeno, pero a pesar de lo terrible de una perspectiva como ésa, nada es eso comparado con lo que Jehová Dios tiene preparado para la humanidad. Las personas hoy en día deben preocuparse por su vida, porque el Armagedón no está muy distante. Deben estar buscando el camino de supervivencia, no cómo sobrevivir a una tercera guerra mundial, sino cómo sobrevivir la batalla del gran día del Dios Todopoderoso. Algunos sobrevivirán.
En Sofonías 2:1-3 Jehová revela lo que uno tiene que hacer para sobrevivir y entrar en su nuevo mundo. Dice: “¡Recogeos, y quedaos en reclusión, oh nación sin pudor! antes que tenga efecto el decreto, (el día pasa como la paja arrebatada del viento,) antes que venga sobre vosotros la ardiente indignación de Jehová; antes que os venga el día de la ira de Jehová. Buscad a Jehová, todos los mansos de la tierra, los que habéis obrado lo que es justo; buscad la justicia, buscad la mansedumbre; puede ser que os pongáis a cubierto en el día de la ira de Jehová.”
Tal es su esperanza si usted hace caso de los mandamientos de Jehová. De modo que sea usted de visión aguda. Mire hacia el futuro con la visión telescópica de la Palabra de Dios. Ponga su vista en el nuevo mundo. De seguro vendrá. Sabiendo que esto es la verdad, apreciamos cuán insensato es inquietarnos a causa de los obradores del mal, o porque los inicuos aparentemente prosperen. ¡Los días de ellos son cortos de veras! “Porque todavía un poco, y el malo no será; y examinarás con diligencia su lugar, y él no estará allí; empero los mansos heredarán la tierra, y se deleitarán en la abundancia de la paz.”—Sal. 37:10, 11.