Historia moderna de los testigos de Jehová

Parte 4—Tomando la ofensiva

EN 1894 veinte representantes de tiempo parcial de la Watch Tówer fueron entrenados y enviados desde la oficina directiva en Pittsburgo cada fin de semana para conducir reuniones públicas y establecer nuevas “eclesias.”a Se cambió esta práctica en 1897 por medio de limitar tal servicio de visitas a tres representantes de tiempo cabal conocidos como “peregrinos,” que iban de congregación en congregación en rutas fijas, pasando uno o dos días con cada grupo con el fin de traer refrigerio espiritual.b A medida que aumentó el número de congregaciones o clases de estudiantes bíblicos, se envió un mayor número de peregrinos para mantener contacto de organización con las congregaciones. En 1905 había 25;c para 1917 había 93 sirviendo en esta capacidad como precursores del sistema mundial de “siervos de circuito” que la Sociedad usa en el día presente.d Puesto que no se llevaba ningún registro del número de personas interesadas que componían los grupos individuales respectivos en aquellos tiempos tempranos, la única indicación de ello que tenemos se encuentra en los informes de su celebración anual del Memorial, los cuales eran enviados al centro de dirección en Pittsburgo. En 1899, por ejemplo, había un informe incompleto recibido de 339 congregaciones en que se informaba 2,501 participantes.e Se registra que, en 1900, 280 grupos (siendo este número sólo dos tercios del número entero) informaron 2,600 concurrentes al servicio anual del Memorial.f Había rápido aumento en el número de los asociados y en el informe del Memorial de 1902 se demostró que en sólo 175 congregaciones la asistencia total excedió de 4,700, lo que representó un promedio de más que el doble de la asistencia por congregación del año anterior.g Finalmente, para 1903 había más de 20,000 suscriptores a la Watch Tower—una sociedad de tamaño impresionante firme en defensa de la verdad.h

La oposición del clero a la Sociedad Watch Tówer paulatinamente se puso más y más de manifiesto mientras miles tras miles de tratados y folletos bíblicos se repartían constantemente en sectores más distantes de la fuente en Pittsburgo (Pensilvania). Ya no se permitía a los representantes de la Sociedad hablar desde los púlpitos de las iglesias como en la década de 1870. En 1846 se había organizado entre los clérigos protestantes cierta clase de gremio de predicadores, llamado oficialmente “La Alianza Evangélica,” con el propósito de limitar el reconocimiento de ordenación a los de las sectas principales que ya operaban escuelas teológicas. Sus miembros comenzaron a ridiculizar a C. T. Rússell, presidente de la Sociedad Watch Tówer, oponiéndose principalmente a que se le llamara “Pastor,” y ciertos periódicos faltos de escrúpulo fueron usados como instrumentos para urdir y esparcir mentiras escandalosas acerca de las diferencias personales entre Rússell y su esposa. Semejantes a sus prototipos farisaicos que habían difamado a Jesús por medio de poner en tela de juicio su autoridad y la legitimidad de su nacimiento, asimismo estos líderes apóstatas de la religión se rebajaron a atacar a la persona cuando la información bíblica sana que se publicaba les causaba dolor.i

Se dió comienzo a algo nuevo que dió estímulo a la diseminación de la verdad bíblica por medio de la repartición de tratados. Esto iba a tomar al clero por asalto. Zion’s Watch Tower, en su número del 15 de abril de 1899, propuso lo que se llamaba “Servicio Voluntario.” Se hizo un llamamiento a los cristianos que asistían a las reuniones de la Sociedad, a que emprendieran una repartición gratuita en masa de 300,000 ejemplares del nuevo folleto La Biblia contra la evolución a las personas al salir éstas de las iglesias protestantes los domingos.

“El plan de operaciones preferible es que los que van a participar en esto en cada ciudad o pueblo preparen un programa que asegure que ninguna congregación sea pasada por alto y que ninguna sea servida dos veces. Todas las congregaciones grandes requieren por lo menos dos o tres [repartidores] para dar servicio adecuado y rápido a las personas que van saliendo. Y por lo regular el efecto es mejor si los distribuidores se colocan a la distancia de media manzana del edificio de la iglesia en cada dirección en que las personas suelen dirigirse.”—Páginas 93, 94.

En los Estados Unidos, Canadá y Europa, esta obra fué emprendida con entusiasmo por miles de voluntarios. En el primer año se repartieron 948,459 tratados de esta manera.j Luego por años después esta distribución organizada de tratados u obra voluntaria fué continuada, especialmente los domingos, extendiéndose, con el tiempo, hasta incluir la distribución de casa en casa, colocando los tratados debajo de las puertas de las casas los domingos por la mañana. Nuevos tratados eran puestos en circulación dos o más veces cada año y éstos eran repartidos entre los asistentes a las iglesias en cantidades que llegaron a millones. Ahora había un diluvio llegando aun a las puertas de las iglesias, inundando las dehesas religiosas.k La reacción hostil del clero se hizo más intensa. Repetidas veces trataron de conseguir que la policía detuviera a los publicadores porque se paraban en las calles distribuyendo tratados gratuitos, como si las veredas cercanas a las iglesias fueran en verdad terreno especialmente ‘consagrado.’ De vez en cuando se dió consejo legal a causa de la intervención de funcionarios públicos que trataban, promovidos por el clero, de ‘hacer agravio bajo forma de ley’ para desanimar y estorbar o extinguir por completo tal repartición de tratados en las calles.l

El 10 de marzo de 1903, un interlocutor de la alianza ministerial de Pittsburgo, el Dr. E. L. Eaton, ministro de la iglesia episcopal metodista de la avenida Norte, ofreció formalmente a C. T. Rússell un debate de seis días sobre temas bíblicos determinados. (Se puso de manifiesto más tarde que esto era un esfuerzo sutil de parte del clero asociado para desacreditar públicamente la erudición y enseñanza de Rússell.) Rússell aceptó la oferta en buena fe dentro de dos días, y los debates se celebraron finalmente en el otoño en el Carnegie Hall de Pittsburgo, ante auditorios repletos.

(1) El domingo por la tarde, 18 de octubre, Eaton sostuvo afirmativamente, que la Biblia enseña que la gracia divina para salvación ha sido ejercida desde la caída del hombre y que no habrá ninguna prueba después de la muerte. Rússell negó bíblicamente. (2) Por la noche el martes, 20 de octubre, Rússell afirmó que la Biblia enseña claramente que las almas de los difuntos están muertas e inconscientes mientras sus cuerpos están en el sepulcro. Eaton negó. (3) Por la noche el jueves, 22 de octubre, Eaton afirmó que la Biblia enseña que todos los salvados llegarán a ser criaturas espirituales, y que entrarán en los cielos después del Juicio General. Rússell negó. (4) Por la noche el martes, 27 de octubre, Rússell, afirmando que la Biblia enseña que sólo los “santos” de esta edad del Evangelio participarán en la “Resurrección Primera,” también sostuvo que vastas multitudes se salvarán en la resurrección subsecuente y por medio de ella. Eaton negó. (5) El jueves, 29 de octubre, Rússell afirmó que la Biblia enseña que el objeto tanto de la segunda venida de Cristo como del reino milenario es el de bendecir a todas las familias de la tierra. Eaton negó. (6) Finalmente, el domingo, 1 de noviembre, mientras Eaton afirmaba que la Biblia enseña que el castigo divino por el pecado que les será infligido eventualmente a los incorregibles ha de constar de sufrimientos inconcebiblemente terribles, eternos en su duración, Rússell negó esta doctrina del infierno de fuego vigorosamente.a

Detalles incidentales interesantes: Durante los debates varios clérigos locales estaban en la plataforma con el Dr. Eaton para darle apoyo textual y moral, mientras Rússell hizo frente solo, como un Daniel en el foso de los leones. En general, Rússell salió victorioso en los seis debates y especialmente en el último de ellos, sobre el “infierno.” Se informa que uno de los clérigos en asistencia, reconociendo esa victoria, se acercó a Rússell después del último debate, diciéndole: “Me alegro de verle dirigir la manguera al infierno y apagar el fuego.”b Poco después de este desenmascaramiento de las doctrinas falsas de los sistemas eclesiásticos “babilónicos” un número considerable de los miembros de la congregación metodista se hicieron estudiantes bíblicos. Se aceptaron otros desafíos a debate, pero a último momento las fuerzas opuestas quedaban sobrecogidas de temor y cancelaban los compromisos.c Sin embargo, dentro de doce años después de los debates de 1903 entre Eaton y Rússell dos otros duelos principales se llevaron a cabo entre representantes de la Sociedad Watch Tówer y grupos religiosos principales. L. S. White, de la denominación de los Discípulos, tuvo seis debates con Rússell del 23 al 28 de febrero, 1908, en la ciudad de Cincinnati, Ohío, debates a que asistieron miles de personas, para observar a Rússell ganar otra victoria fácilmente.d El desafío de los bautistas para una serie de debates en Los Ángeles, California, fué aceptado y J. F. Rútherford representó a la Sociedad Watch Tówer contra el R. J. H. Troy. Esto aconteció ante un auditorio total de 12,000 (y se calculó que diez mil personas no pudieron entrar) por cuatro noches en abril de 1915, en el Trinity Auditorium.e Esto, también, terminó con una victoria notable para el interlocutor de la Sociedad Watch Tówer en defensa de la verdad bíblica.

Durante los años 1905, 1906 y 1907 Rússell viajó por todos los Estados Unidos y el Canadá conduciendo una serie de asambleas de un día. Su discurso público fué el famoso “Ida y vuelta al infierno,” uno que pronunció ante concurrencias plenas en casi todas las ciudades grandes de ambos países.f En este discurso llamativo él llevaba a sus oyentes en un viaje imaginario, ingenioso y gracioso al infierno y luego de regreso, lo que resultaba ser una revelación que asolaba la doctrina falsa del infierno de fuego. Antes de los debates entre Rússell y Eaton, Rússell y un grupo hicieron un segundo viaje por Europa en 1903, estableciendo una sucursal de la Sociedad en Alemania en la ciudad de Barmen-Elberfeld. Luego, en 1904, otra sucursal de la Sociedad fué establecida en Australia.g Para este tiempo la semilla de la verdad estaba cayendo en buen terreno en África austral,h el Japón,i y las Antillas británicas, donde se celebró una convención en Kingston, Jamaica, a la que asistieron 400 personas, habiendo 600 concurrentes a la reunión pública que se celebró el domingo.j

Tratándose del campo estadounidense, se celebró la más grande convención hasta ese entonces en Put-in-Bay, Ohío, desde el 29 de agosto hasta el 7 de septiembre de 1908, con una asistencia máxima estimada en 4,800 personas.k Durante este período de 1890 a 1908 continuó la repartición de la literatura en cantidades de millones de ejemplares, y ahora había más de 30,000 suscriptores a la Watch Tower, miles de los cuales participaban en este esfuerzo organizado que se hacía de continuo para traer la verdad bíblica a cristianos ansiosos de obtenerla. A esas personas se les ofrecía ayuda a fin de que salieran de Babilonia y para que llegaran a ser siervos dedicados del Dios Todopoderoso y de Cristo Jesús. A pesar de las tentativas encolerizadas del “león” protestante para destruir la Sociedad semejante a Sansón, los miembros de sus filas, avivados por el espíritu de Jehová, operaban con más vigor que nunca.

(Continuará)

[Notas]