La verdad inspira el dar generoso
“Sus perspectivas de contribución”
SOSTIENEN EL TESTIMONIO DEL REINO
“Y ESTAS buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada con el propósito de dar un testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin consumado.”—Mat. 24:14, NM.
Bajo la dirección de la Sociedad Watch Tówer estas buenas nuevas del Reino se predicaron durante 1954 en 159 países y tierras y en más de cien idiomas. Sí, se predican en todo continente y en toda zona, en las democracias y detrás de las cortinas de hierro, bambú y cuero crudo, desde el punto más septentrional de Finlandia hasta los extremos australes de América del Sur.
En setenta y cinco oficinas de sucursal esparcidas por todo el mundo más de mil obreros trabajan activamente el mínimo de ocho horas y media al día cinco días y medio a la semana. Entre éstos se hallan jóvenes que cuentan con menos de veinte años de edad, trabajando lado a lado con hombres canosos de más de ochenta, ancianos y jóvenes que consideran como el privilegio más grande que la vida concede el estar participando en la predicación de estas buenas nuevas del Reino. Aunque muchos han dedicado entre veinticinco y cincuenta años a este servicio, no se han cansado del bien hacer, sino que sirven de buen ejemplo a los más jóvenes en lo que toca a celo y gozo. No reciben ninguna ganancia pecuniaria, sólo su cuarto y comida y el estipendio de 14 dólares mensuales para tales gastos personales como su ropa y precio de tranvía u ómnibus.
La Sociedad también ha enviado unos 1,700 misioneros a todas partes del mundo, y ayuda a más de 17,000 ministros de tiempo cabal que rinden servicio como misioneros en su país natal. Para disfrutar del privilegio de servir en tal ministerio de tiempo cabal estos cristianos se niegan muchas de las “cosas buenas” de la vida. Durante el año pasado el número máximo de 580,498 ministros, algunos que dedican todo su tiempo a la obra y otros sólo parte, predicaron bajo la dirección de la Sociedad. Entre las cosas que resultaron de toda esta actividad estuvieron un aumento de doce por ciento en el número de ministros y el bautismo de 57,369 personas de buena voluntad que dieron ese paso para simbolizar que se habían dedicado a hacer la voluntad de Jehová. Participando en esta obra de predicar están hombres y mujeres que casi cumplen los cien años y también chicos que aun no han llegado a la adolescencia.
Innecesario es decir que el patrocinar la predicación de las buenas nuevas en 159 diferentes tierras y el mantener organizaciones de sucursal funcionando en 75 países exige el gasto de una suma considerable de dinero. La Sociedad durante 1954 gastó tres millones de dólares en sostener esta obra fuera de los Estados Unidos; el mantener misioneros en países del extranjero en sí mismo requirió el desembolso de quinientos mil dólares. Además de sostener la testificación al Reino en muchos países la Sociedad opera una radiodifusora no comercial en los Estados Unidos y también paga los gastos de las luchas legales que se litigan por todo el mundo con el propósito de defender y establecer legalmente la predicación de las buenas nuevas por toda la tierra. Además, los testigos de Jehová contribuyen para la manutención de los Salones del Reino en su localidad.
LA MANERA DEL HOMBRE NO ES LA DE DIOS
¿De dónde viene todo el dinero? ¿Cómo se recoge? ¿De unos cuantos ricos que se interesan en esta obra? No; puesto que la Biblia nos dice que el mensaje del reino de Dios no llamaría la atención de los ricos, y los hechos manifiestan que así es. O ¿tienen juegos de bingo los testigos de Jehová o patrocinan otros juegos de sorteo como el rifar automóviles a diez dólares el billete de rifa como hacen algunas iglesias católicas romanas? No; porque reconocen que al despertar y excitar el deseo de conseguir algo sin trabajar por ello estarían promoviendo el egoísmo, mientras que el cristianismo es la misma esencia del altruísmo.
Tampoco envía la Sociedad Watch Tówer personas cuya profesión sea procurar promesas de donación a visitar las congregaciones y repetir cual loros las palabras de magos financieros que tienen el objeto de mover a uno a gastar, diciéndoles que “las estadísticas demuestran que su familia, su negocio y su comunidad disfrutarán de una prosperidad que estará en proporción a lo que usted y otros den. Mientras más inviertan en ello tanto más sacarán de ello.” Tampoco envía solicitadores de iglesia como hizo la iglesia episcopal de la diócesis de Long Island, Nueva York, a fines de 1954, cuando 3,500 solicitadores se esforzaron por colectar cuatro millones y medio de dólares para esa iglesia. No; la Sociedad Watch Tówer no solicita fondos y nunca los ha solicitado por ninguno de tales métodos, puesto que sostiene que está haciendo la obra de Dios y por eso sería del todo inconsistente que anduviera implorando la ayuda de otros para llevar a cabo la obra de Dios cuando él declara que todo el oro, la plata y el ganado sobre mil colinas son de él.—Ag. 2:8; Sal. 50:10.
DIOS LO PONE EN SU CORAZÓN
¿Tuvo Moisés que hacer una correría entre los israelitas en solicitud de lo que se requería para edificar y amueblar la tienda de reunión en el desierto? ¡Si con sólo anunciar que toda persona cuyo corazón estuviera dispuesto a hacerlo podía hacer contribuciones la gente dió con tal generosidad que fué necesario detenerla!, puesto que “había materiales suficientes para hacer toda la obra, y sobraba.”—Éxo. 36:6, 7.
El mismo espíritu de dar generosamente se hizo patente al tiempo que David reunió los materiales que se necesitaban para el templo que Salomón iba a construir. Se ha calculado que el valor de dichos materiales fué de miles de millones de dólares, pues el valor de las dádivas de David solo se calcula en unos cien millones. Con razón fué movido a exclamar en oración a Jehová: “Pues ¿quién soy yo, y quién mi pueblo, para que seamos capaces de ofrecerte espontáneamente nuestras dádivas de esta manera? Porque todo lo que hay, de ti es; y de lo tuyo propio nosotros te hemos dado.”—1 Cró. 29:14.
Jehová nunca cambia, tampoco cambian sus principios, ni cambian las personas que verdaderamente lo conocen y lo aman. Por medio de su Palabra, su organización terrestre y su espíritu santo iluminador, él está dando a conocer a los hombres de buena voluntad exactamente cuán maravilloso Dios él es, perfecto en sabiduría, amor, justicia y poder; lo que él ha hecho, está haciendo y todavía hará, y por eso cuán justo y prudente nos es el que le dediquemos todo lo que tenemos a él y a su causa. Todo el que halla posible hacerlo dedica todo su tiempo a ello, y los que no pueden hacerlo dan lo que les es posible en cuanto a tiempo, energía, influencia y recursos. Sí, es el dar inspirado por Dios el que provee la fibra financiera para la predicación mundial de estas buenas nuevas del reino de Dios. Él es quien pone en el corazón de ellos el deseo de dar, asimismo como Nehemías, haciendo referencia a su actividad en la reedificación de los muros de Jerusalén, habló de “lo que mi Dios había puesto en mi corazón hacer por Jerusalem.”—Neh. 2:12.
Justamente como Moisés y David se encargaron de que se hicieran anuncios para notificar a los israelitas de su privilegio de contribuir para la adoración de Jehová, asimismo la Sociedad Watch Tówer todos los años trae a la atención de los que están dedicados a la causa de Jehová el privilegio que tienen de hacer contribuciones para la obra de predicar estas buenas nuevas del Reino por todo el mundo como testimonio. Para que la Sociedad pueda planear su trabajo de la debida manera parece que el mejor arreglo es que los que estén en circunstancias que les permitan hacer contribuciones durante todo el año notifiquen a la Sociedad con anticipación en cuanto a la suma que esperan poder dar. Esto no es en ningún sentido de la palabra un voto, puesto que la Sociedad al fin del año no comparará lo que la persona esperaba hacer con lo que hizo, sino que simplemente es una expresión que cada uno hace de lo que espera contribuir, y por eso a esas expresiones se les llama correctamente “sus perspectivas de contribución.” Si algunos no desean hacer tal expresión, está perfectamente bien.
Se puede dirigir usted a la oficina de la sucursal del país en que viva usted, y los que están en los Estados Unidos pueden dirigir su tarjeta o carta a: Watch Tower Bible and Tract Society, Treasurer’s Office, 124 Columbia Heights, Brooklyn 1, N.Y. En cuanto a sus “perspectivas de contribución,” puede expresarlas más o menos como sigue: “Tengo la esperanza de que durante los próximos doce meses podré donar a la obra de predicar las buenas nuevas del Reino la cantidad de $---------, contribución que haré en tales cantidades y en tales ocasiones como me sean convenientes y a medida que disfrute de prosperidad por la bondad inmerecida de Jehová Dios mediante Cristo Jesús.” [Firma] Además de la dirección de la oficina principal en Brooklyn, que se da aquí, en la página 386 hay una lista de otras oficinas de sucursal y en la última página de la mayoría de las publicaciones de la Sociedad hay una lista completa.
La Palabra de Dios nos recuerda que “si Jehová no edifica la casa, en vano trabajan los que la edifican; si Jehová no guarda la ciudad, en vano vela la guardia.” (Sal. 127:1) Dado que así es en realidad, todos los que están profundamente interesados en la obra de predicar estas buenas nuevas del Reino no sólo la apoyarán con su tiempo, energía, influencia personal y recursos, sino que también pedirán diariamente en sus oraciones a Jehová que la guíe, proteja y bendiga.