Preguntas de los lectores
● Varios lectores nos han escrito proponiendo una pregunta parecida a ésta: ¿Cómo podemos armonizar Génesis 1:11-13, donde se menciona que la tierra produjo vegetación en el tercer día creativo, con Génesis 2:5, 6, que la Traducción del Nuevo Mundo vierte como sigue: “Ahora bien, no se hallaba todavía en la tierra ningún arbusto del campo y ninguna vegetación del campo brotaba aún, porque Jehová Dios no había hecho que lloviera sobre la tierra y no había hombre que cultivara el suelo. Pero un vapor subía continuamente de la tierra y éste regaba la entera superficie del suelo”?
La Traducción del Nuevo Mundo vierte esto en armonía con el libro en inglés Nuevo comentario sobre Génesis, por F. Delitzsch, D.D., el cual lee: “Y no había todavía sobre la tierra ninguna planta del campo, y aún no había brotado ninguna hierba del campo: porque Jahveh Elohim todavía no había hecho que lloviera sobre la tierra, y hombres no había para cultivar la tierra. Y una neblina subía de la tierra, y regaba toda la haz del suelo.” (Páginas 115, 117) También Las Santas Escrituras del Antiguo Testamento, en alemán, por el gramático hebreo E. Kautzsch, dice: “Pero no había todavía sobre la tierra ningún arbusto sobre los llanos, y aún no brotaba ninguna planta sobre los llanos; porque Jahwe Dios aún no había hecho llover sobre la tierra, y hombres [todavía] no había allí, para cultivar el suelo; pero una neblina seguía subiendo de la tierra y regando toda la superficie del suelo de la tierra.” (Los corchetes son de él.)
El Libro de Génesis, en inglés, por Tomás J. Conant, también dice: “Ahora bien, no había aún ninguna planta del campo en la tierra, y todavía no había brotado ninguna hierba del campo; porque Jehová Dios todavía no había hecho que lloviese sobre la tierra, y no había hombre que cultivase el suelo. Y subía neblina de la tierra; y ella regaba toda la haz del suelo.” También el libro Notas críticas y prácticas sobre el libro de Génesis, en inglés, por Jorge Bush, página 53 del tomo I, dice en la nota al pie de la página con referencia a la expresión: “antes que,” que se usa en la versión Valera de la Biblia: “La partícula hebrea (טרם terem) que se traduce ‘antes que’ puede significar ‘aún no,’ a saber, ‘y toda planta del campo aún no estaba en la tierra, y toda hierba del campo aún no había brotado,’ lo cual concuerda substancialmente con” la traducción ya mencionada que la Versión Valera da. Una Traducción Americana dice de manera parecida; asimismo Una Nueva Traducción de la Biblia, por Móffatt (ambas en inglés).
Los versículos citados arriba no están fuera de armonía con Génesis 1:11-13; no lo podrían estar. Jesucristo citó tanto del capítulo uno como del capítulo dos de Génesis, y también lo hizo el apóstol Pablo, y así dos testigos establecieron el hecho de que ambos registros son verídicos y por lo tanto están de acuerdo el uno con el otro.—Mat. 19:4-6; Mar. 10:3-9; 1 Cor. 15:45, 47; 6:16; 2 Cor. 4:6; Efe. 5:31; Col. 3:10; Heb. 4:4, 10.
Por consiguiente Génesis 2:5, 6, que está citado arriba, tiene que aplicar al tercer día de creación, el cual se describe en Génesis 1:9-13. Pero primero describe la condición de la tierra inmediatamente después que Jehová Dios había hecho aparecer la tierra seca y antes que él mandara a la tierra que produjera hierba y vegetación que produce semilla y árboles que producen fruta. Las personas que sostienen que el modo en que esto está traducido en la Versión Valera o en otras versiones parecidas es correcto interpretan su traducción como si quisiera decir que Dios dió principio a tal vida vegetal estando ésta en condición perfecta, es decir, que ésta empezó madura, sin que germinara de la semilla. Pero no es preciso que esto sea verdad, no según la lectura de la Traducción del Nuevo Mundo y la de otras versiones. En todo caso, la tierra estaba sin vida por un tiempo, sin vida vegetal y sin vida animal y humana. La tierra estaba también sin lluvia. Para hacer provisión para la vida vegetal venidera, Jehová Dios debidamente suministró un sistema de riego, no por medio de lluvia, sino por medio de un vapor para toda la tierra, además de tales ríos como los que Génesis 2:10-14 indica que había allí. De modo que, cuando Dios hizo que la vegetación cubriera la tierra seca, eso no alteró las condiciones generales con referencia al gran dosel de agua que se movía en su órbita allá lejos en el espacio muy arriba de la tierra.
No hacía falta lluvia para hacer que la vegetación brotara o siguiera creciendo, así como no hacía falta el hombre para cultivar la tierra y hacer que la vegetación brotara o siguiera creciendo. Génesis 2:5 no dice que la vegetación no pudo crecer porque Dios no había hecho llover y no había creado al hombre para cultivar el suelo. Dios dió principio a la vegetación sin que hubiera lluvia y sin que hubiese hombre, porque Dios produjo la humedad necesaria que hacía innecesarios la lluvia y el hombre. Por eso el próximo versículo (6) comienza con la conjunción “Pero,” y sigue diciendo que un vapor subía regularmente de la tierra y regaba toda la superficie de la tierra alrededor de todo el globo. Esto, por supuesto, estaba bajo el gran dosel de agua que estaba allá lejos en el espacio y que había de caer mucho más tarde en el día de Noé y ser seguido por lluvias y el arco iris. No se nos informa acerca de cuán denso era el vapor o neblina que subía, pero proveía más que un mero rocío. Con todo bastaba para regar la superficie de la tierra dentro y fuera del jardín de Edén cuando el hombre fué creado y colocado allí hacia el fin del sexto día creativo; y el vapor no hacía que la atmósfera le fuera incómoda al hombre.
Así que este vapor, aparte de los ríos que había, pudo mantener las plantas en una condición floreciente continua hasta el diluvio, y eso sin lluvia. La Atalaya del 1 de febrero de 1955 señaló, en la página 93, párrafo 38, como aun el mero rocío era más potente para revivificar ciertas plantas que lo que era el riego del suelo mismo y como del rocío tales plantas podían almacenar agua en la cercanía de sus raíces hasta que el peso de ésta igualaba o excedía el peso de la planta. ¡Cuánto más verdad sería esto desde el tercer día creativo en adelante en el caso de un vapor que subía regularmente sobre toda la tierra y que indicaba que la superficie de la tierra sostenía humedad! En lugar de que el agua descendiera desde nubes en el cielo para regar la tierra, la Palabra de Dios dice que el vapor subía, y este estado de cosas continuó hasta después que el pecador Adán fué expulsado del jardín de Edén para cultivar la tierra cual labrador, sí, hasta el diluvio de Noé y el primer arco iris.
El próximo versículo, Génesis 2:7, salta toda la historia de entremedias de Génesis 1:14-25 concerniente al penetrar la luz hasta la superficie de la tierra y la producción de criaturas vivas en el mar, vida alada en el aire y criaturas de vida subhumana en la tierra. Entra en detalles acerca de la creación del hombre, más que lo que hace Génesis 1:27. Pero una vez que el hombre fué creado y colocado en el jardín de Edén no ha de razonarse en vista de Génesis 2:5 que ahora comenzó a llover sobre la tierra y que el hombre comenzara a trabajar como labrador, arando el suelo y esparciendo semilla y cosechando los frutos. El cultivo de la tierra por él de ese modo vino después que él fué expulsado del jardín de Edén, y Caín imitó a Adán y “se hizo cultivador de la tierra.” (Gén. 4:1-3, NM) De modo que el hombre y la lluvia no vinieron antes de la creación por Dios de la vegetación en la tierra, y se ve que Génesis 1:9-13 y Génesis 2:5, 6 están en armonía.