Necesarios los principios correctos
La moralidad depende de la clase correcta de principios religiosos. Jorge Wáshington, primer presidente de los Estados Unidos de la América del Norte, reconocía esto y dijo en su “Discurso de despedida al pueblo de los Estados Unidos”: “Pregúntese simplemente: ¿Dónde queda la seguridad para propiedad, para reputación, para vida, si el sentido de obligación religiosa abandona los juramentos que son los instrumentos de investigación en los juzgados? Y sea con cautela que nos entreguemos a la suposición de que la moralidad puede mantenerse sin religión. Concédase lo que se quiera a la influencia que tiene la educación más fina en mentes de estructura peculiar, tanto la razón como la experiencia nos prohiben esperar que la moralidad nacional prevalezca con la exclusión del principio religioso.”