El pensamiento tras el proverbio
Cuando Salomón se sentaba en el trono de Jerusalén, la capital era un centro de cultura y comercio mundiales. Riquezas, mercaderes y artículos venían a la ciudad de todas partes. No obstante, la gente que disfrutaba de esa prosperidad era también víctima potencial de la pereza, la avaricia, prácticas de astucia maliciosa en los negocios y otros venenos contra los cuales los proverbios inspirados actuarían como antídoto eficaz.
“A uno positivamente le irá mal por haber ido de fiador para un extraño, pero el que odia el estar dando la mano se mantiene libre de cuidado.” “No llegues a estar entre los que se dan en las manos, entre los que van de fiadores para préstamos.”
El tomar prestado y prestar dinero era común en los días de Salomón. Los especuladores hallaban muchas oportunidades para prestar sumas de dinero con interés elevado y con garantía responsable. El que uno entrara en tal obligación se significaba por la acción de darse en las manos. El permitir a un extraño que lo convenciera a uno a “cofirmar” para él para que él pudiera tomar dinero prestado lo exponía a uno a la posibilidad de que el extranjero desapareciera, dejando a uno con la obligación de pagar de vuelta su préstamo. Quizás Salomón haya estado pensando particularmente en su hijo Roboam en conexión con esto. Si el heredero presunto permitiera que parásitos de la corte se aprovecharan de su generosidad por medio de adulación, su herencia real sería administrada tontamente y la gente quedaría expuesta a un mal ejemplo.
“Existen compañeros dispuestos a despedazarse unos a otros, mas existe el amigo que se adhiere más estrechamente que un hermano.”
Compañeros atraídos por regalos no son de la clase que se apega a uno en tiempo de adversidad. (Pro. 19:6) En esos días en que un hombre quizás tuviera hijos por varias esposas legales, los vínculos de la hermandad no eran tan fuertes como pudieran haber sido si no fuera así. Salomón sabía la diferencia entre los amigos verdaderos y los falsos. Su hermano Absalón se atrajo amigos a sí y usurpó el trono que Jehová había señalado para Salomón. Después de la muerte de Absalón, y antes de que Salomón fuera ungido rey, su hermano Adonías también trató de apoderarse del puesto de rey. En contraste con estos hermanos que no le mostraron amor estaba Natán el profeta, el amigo de Salomón, que permaneció leal al rey, apegándose a él más que un hermano.
“Ve a la hormiga, oh perezoso; mira sus caminos y hazte sabio. Aunque no tiene comandante, oficial o gobernante, prepara su alimento aun en el verano; ha recogido su abastecimiento, de alimento aun en la siega.”
Salomón no dice específicamente que la hormiga almacena este alimento para usarlo en el invierno, pero expresa encomio para la industriosa criatura como ejemplo de recoger alimento con previsión en la estación en que el alimento abunda. Algunos críticos han asegurado que Salomón se equivocó, suponiendo que confundió con grano la larva de hormigas. No obstante, hay varios grupos de hormigas conocidas como “hormigas cosechadoras” que normalmente comen solo semillas. Estas hormigas viven principalmente en tierras áridas, “recogiendo semillas durante la estación apropiada y almacenándolas en cámaras bajo la superficie del terreno para usarlas cuando haya poca provisión.” (The Encyclopedia Americana, tomo 2, Ed. de 1946) La hormiga negra (Atta barbara) y una hormiga morena (Atta structor), dos de las variedades más comunes de Palestina, son estrictamente comedoras de semillas que almacenan grandes cantidades de granos en el verano. En la vecindad de las eras los granjeros destruyen las colonias de hormigas para evitar que las energéticas criaturas se lleven grandes cantidades de grano, lo cual de otro modo harían, sin duda alguna, con sorprendente eficacia. En vez de dormir en la estación favorable para el trabajo, la persona perezosa debería aprender sabiduría de la humilde hormiga.