“La milésima parte de todo el texto”
MUCHAS son las variaciones que se dice que existen en los diferentes manuscritos de las Escrituras Griegas Cristianas. Esto ha hecho que algunos se pregunten cuánta variación sustancial hay, es decir, diferencias que verdaderamente sean de importancia. Será iluminador enterarse de lo que dijeron Westcott y Hort en cuanto al tema en su Introduction to the New Testament (Introducción al Nuevo Testamento):
“En cuanto a la gran cantidad de las palabras del N.T., . . . no hay variación ni otras razones para duda. . . . La proporción de las palabras que virtualmente se aceptan por todos como puestas más allá de toda duda es muy grande, no menos, por cálculo aproximado, que siete octavas partes del total. La restante octava parte, por lo tanto, formada en porción considerable por cambios de orden y otras trivialidades comparativas, constituye toda la región de la crítica. Si los principios que se siguen en la edición actual son sólidos [y generalmente se les acepta como sólidos], esta región puede reducirse muchísimo. Reconociendo plenamente el deber de abstenernos de decisión de preferencia en casos en que la evidencia deja en suspenso el juicio entre dos o más maneras de leer lo escrito, descubrimos que, poniendo a un lado las diferencias de ortografía [modo de escribir], las palabras que en nuestra opinión todavía quedan sujetas a duda componen solo aproximadamente una sexagésima parte del entero Nuevo Testamento.
“En este segundo cálculo la proporción de variaciones comparativamente triviales es inmensurablemente mayor que en el primero; de modo que la cantidad de lo que en cualquier sentido se puede llamar sustancial es solo una pequeña fracción de toda la variación residual, y difícilmente puede formar más de la milésima parte de todo el texto. Puesto que hay razón para sospechar que reina una impresión exagerada en cuanto al grado de posible corrupción en el N.T., lo que pudiera parecer confirmado por el lenguaje que aquí y allí se usa en las páginas siguientes, deseamos que de antemano se entienda claramente cuánto del N.T. queda sin necesidad de las labores de un crítico textual.” Sí, no más de una milésima parte de las Escrituras Griegas Cristianas está expuesta a discusión en cuanto a precisamente cuál es la manera correcta en que debe leerse.