No satisfactoria la escuela dominical
En Florida una testigo de Jehová tuvo la siguiente experiencia: “Una niña de nueve años de edad que vive en la calle en que yo vivo vino cierta noche a mi hogar. Dijo que había oído que yo instruía en la Biblia y preguntó si yo quería estudiar la Biblia con ella, porque, después de asistir por tres años a la escuela dominical, todavía estaban leyendo allí historias acerca de cuadros a los cuales añadían los colores. Le di el libro De paraíso perdido a paraíso recobrado y la Traducción del Nuevo Mundo de las Escrituras Griegas Cristianas para que sus padres los vieran. Ellos le dieron a la niña permiso para estudiar durante las vacaciones del verano pero dijeron que tendría que volver a la escuela dominical cuando comenzara la escuela. Durante nuestros estudios la niña mostró aprecio sincero y mucho entusiasmo.
“La primera vez que volvió a la escuela dominical les habló a sus compañeros de clase acerca del Paraíso y el Reino por el cual deben orar los cristianos. La maestra se sorprendió y le preguntó dónde había obtenido su información. ‘De la Biblia,’ contestó ella, ‘y una señora muy buena me ayudó a entenderla.’ Cada domingo volvía llorando de la escuela dominical a su casa porque no había aprendido nada acerca del reino de Dios o del nombre de Dios. Finalmente se le ocurrió una idea. Buscó textos bíblicos y bombardeó a sus padres con preguntas que éstos no pudieron contestar, con el resultado de que reanudamos nuestro estudio en el libro Paraíso y ya ella no va a la escuela dominical. Además, ella ha traído consigo a un vecinito de siete años para que se le ayude a empezar a estudiar la Biblia.”