Vigílese usted mismo y vigile su enseñanza
“Presta constante atención a ti mismo y a tu enseñanza. Persiste en estas cosas, pues haciendo esto te salvarás a ti mismo y también a los que te escuchan.”—1 Tim. 4:16.
1. (a) ¿Quién creó el habla, y para qué se usó? (b) ¿Cómo usó el primer hombre este don de comunicación?
SOLO unas cuantas palabras después de iniciar su relato, la Biblia dice que Dios habló. Dio instrucciones para crear. Puso nombre a sus obras. Dio a sus creaciones trabajo que hacer y asignó límites de operación. (Gén. 1:1-25) Dentro de unas cuantas oraciones leemos que Jehová creó al hombre y a su esposa. Dios le dio a Adán instrucciones acerca del “árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo.” (Gén. 2:16, 17) Adán habló; Eva más tarde repitió la instrucción. “Ahora bien, Jehová Dios estaba formando del suelo toda bestia salvaje . . . y toda criatura volátil . . . y empezó a traérselas al hombre,” y el hombre habló: “De modo que el hombre estaba poniendo nombres a todos los animales domésticos y a las criaturas volátiles de los cielos y a toda bestia salvaje del campo.” (Gén. 2:19, 20) Cuando Jehová le trajo la primera mujer al hombre, él habló: “Esto por fin es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada Mujer, porque del hombre fue tomada ésta.” (Gén. 2:23) Y desde entonces a través de los años la gente ha hablado.
2. ¿Le es valioso el lenguaje al hombre? ¿De qué maneras?
2 La comunicación entre las criaturas humanas ha sido esencial para el hombre todos estos años. Promueve la instrucción. Se necesita para enseñar. Por medio del lenguaje el hombre puede ponerse en comunicación mental con sus semejantes. Es por medio del lenguaje que damos a saber lo que pensamos, y también lo utilizamos como instrumento para determinar lo que piensa la otra persona. La habilidad para comunicarse por medio del lenguaje hablado aumenta al crecer el individuo. Hasta se dice que los bebés adquieren habilidad para pronunciar más claramente a medida que comen alimento más sólido y ejercitan los músculos de la lengua. El apóstol Pablo, un individuo que fue experto en el uso de palabras, dijo: “Cuando yo era pequeñuelo, hablaba como pequeñuelo.” (1 Cor. 13:11) Por lo general al hombre le gusta hablar, y muchos lo hacen simplemente por el placer de hablar. No le sería posible a uno examinar en su breve vida todas las palabras de los hombres que se han escrito y conservado hasta ahora. Pero por medio del tiempo, del examen y del uso uno llega a estar más capacitado para usar las palabras, y, como sucede en cualquier otra actividad, la habilidad aumentada produce un placer que da mayor satisfacción.
3. (a) ¿Qué hace posible el habla? (b) ¿Cómo puede usarse provechosamente nuestra facultad del habla?
3 Jehová, el magistral diseñador y hacedor del hombre, es quien nos dio las partes esenciales para el habla: labios, lengua y garganta, respaldados por nuestro cuerpo como tornavoz para poder producir rica y agradable comunicación que llevara información edificante a otros y también diera alabanza a Dios. “El lenguaje así como la facultad del habla fueron el don inmediato de Dios,” dijo Noah Webster. El profeta Isaías hace mucho registro: “El Señor Jehová mismo me ha dado la lengua de los enseñados, para que sepa responder al cansado con una palabra.” (Isa. 50:4) El escritor del Salmo 71:8, 15, 23, 24 identifica con exactitud uno de los usos valiosos de este maravilloso equipo: “Llena está mi boca de tu alabanza”; “mi propia boca relatará tu justicia”; “mis labios clamarán gozosamente cuando me incline a celebrarte con melodía”; “también, mi propia lengua, todo el día, proferirá en tono bajo tu justicia.”
4. (a) ¿Podemos usar el habla de la manera que Pablo instó a Timoteo a usarla? (b) ¿Qué efecto pueden tener las palabras?
4 Más de 500 años después Pablo recalcó el uso correcto de nuestro instrumento de hablar: “No proceda de la boca de ustedes ningún dicho corrompido, sino todo dicho que sea bueno para la edificación según haya necesidad, para que imparta lo que sea favorable a los oyentes.” (Efe. 4:29) En 2 Timoteo 2:2, 24 Pablo le habla a Timoteo y ahora a nosotros: “Y las cosas que oíste de mí con el apoyo de muchos testigos, estas cosas encárgaselas a hombres fieles, quienes, a su vez, estarán adecuadamente capacitados para enseñar a otros. . . . el esclavo del Señor no tiene necesidad de pelear, sino de ser amable para con todos, capacitado para enseñar.” El lenguaje de uno es su instrumento de impartir enseñanza. Las palabras por sí solas tienen poco significado, pero agrupadas, y enunciadas con sentimiento, pueden ser mordaces, severas, duras, frías, viles, o pueden ser benévolas, tiernas, amorosas, bondadosas y amables.
NECESIDAD DE VOCABULARIO
5. (a) ¿Qué indica por lo general el balbucear o hablar a tropezones? (b) ¿Significa eso que hay escasez de palabras? (c) ¿Por qué debe hablar el hombre?
5 ¿Le suministra a usted su vocabulario suficientes palabras para enseñar a otros con amabilidad? ¿Está usted satisfecho con apenas poder comunicarse, con solo salir del paso más bien que sentir el placer de hacer que las palabras trabajen para usted? William Armstrong escribió en Study Is Hard Work (El estudiar es trabajo duro), página 39: “La pereza mental y el vocabulario limitado por lo general están asociados en el mismo cerebro.” Usted podrá arreglárselas con unos cuantos centenares de palabras, pero el tener unos cuantos miles dará vida, color y mayor satisfacción a su trabajo de enseñar amablemente a otros. Si usted observa que usted lee a tropezones o balbucea, o parece que anda a tientas buscando palabras cuando habla, eso probablemente se debe a vocabulario limitado. Esto se puede remediar con más interés en los instrumentos que utilizamos cada día y por medio de esforzarnos por entenderlos mejor. Salomón, famoso por su sabiduría, hizo tal esfuerzo, como notamos en Eclesiastés 12:10: “El congregador procuró hallar las palabras deleitables y la escritura de palabras correctas de verdad.” Examine el almacén de palabras disponibles en nuestro idioma y usted hallará muchas que agregar a su vocabulario. Por ejemplo, el diccionario Pequeño Larousse Ilustrado contiene 60.000 artículos. ¿Por qué no presentar su idea plenamente cuando hay un abastecimiento tan abundante de palabras que solo esperan que se les utilice? Esto no significa que tenemos que ser diccionarios ambulantes, sino más bien significa seguir el buen ejemplo de los escritores de la Biblia que escribieron en lenguaje sencillo y fácil de entender y al mismo tiempo con convicción y significado. Tampoco hay escasez de sabiduría. Pablo exclamó: “¡Oh la profundidad de las riquezas y de la sabiduría y del conocimiento de Dios!” (Rom. 11:33, 34) Note cuánto progresó Cristo Jesús bajo este magistral maestro, como reveló además Pablo, al decir: “Cuidadosamente ocultados en [Cristo] están todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.” (Col. 2:3) Con tal almacén ilimitado de sabiduría y el enorme medio de expresión que tenemos disponible, el hombre debe hablar. Debe comunicarse.
6. ¿Cuándo produce felicidad el habla?
6 Los logros, sean en construir una casa, en coser un vestido, en plantar maíz o tocar un instrumento musical, producen un sentido de satisfacción y contentamiento. Lo mismo es cierto cuando uno le explica acerca del reino de Dios a otra persona. Cuando las palabras de uno transmiten la idea a la mente de la otra persona y ella comprende la idea y dice que así es, uno se siente feliz, y la Biblia dice que así sería: “El hombre tiene regocijo en la respuesta de su boca, y una palabra a su tiempo apropiado, ¡oh cuán buena es!” (Pro. 15:23) Jehová pone el ejemplo perfecto en cuanto a hacer que sus palabras surtan efecto: “Así resultará ser mi palabra que sale de mi boca. No volverá a mí sin resultados, sino que ciertamente hará aquello en que me he deleitado, y tendrá éxito seguro en aquello para lo cual la he enviado.”—Isa. 55:11.
7. (a) ¿Cuándo debemos dejar de mejorar nuestro vocabulario? (b) Explique lo que hizo Jesús en el sermón del monte.
7 Por supuesto, esto significa trabajo y estudio. Quizás algunos respondan: “Estoy demasiado viejo para aprender,” o “Estoy demasiado ocupado para estudiar.” Una revista del ramo de la tipografía dijo: “De un grupo de los 400 estadistas, pintores, guerreros, poetas y escritores más famosos, el 35 por ciento de sus mayores logros se efectuó entre las edades de 60 y 70 años; el 23 por ciento entre 70 y 80; y el 8 por ciento después de 80.” (Printing Impressions, julio de 1966, página 74) Hace más de 300 años, Shakespeare escribió: “Parece que algunos hombres jamás envejecen; siempre están activos en sus pensamientos, siempre están dispuestos a adoptar nuevas ideas, nunca se les pueden atribuir cosas de viejos . . . Siempre disfrutan de lo mejor que hay y son los primeros en hallar lo mejor de lo que habrá.” O, como declaró Tryon Edwards: “La edad no depende de los años, sino del temperamento y de la salud... algunos hombres nacen viejos, y algunos nunca llegan a serlo.” (The New Dictionary of Thoughts por Tryon Edwards, págs. 13, 15) Es triste ver a un anciano que ha viajado por el camino duro y complicado de la vida y que, por falta de oportunidad, no ha conseguido sabiduría. Sí, pero más triste es ver a un anciano que tiene la oportunidad de conseguir verdadera sabiduría y que dice: “Estoy demasiado viejo para aprender.” La Biblia abunda en informes de hombres y mujeres fieles que continuaron aprendiendo mientras vivieron. Usted tiene aun más razón para progresar día tras día; tiene la expectativa de vida eterna. El aprender las verdades del reino de Dios o el aumentar su vocabulario no se logra en un día. Toma tiempo, pero note lo que usted puede hacer con unas cuantas palabras y buen entendimiento de la Palabra de Jehová. El sermón del monte que dio Jesús en 31 E.C. en las hermosas colinas de Galilea es un buen ejemplo: tres capítulos de Mateo, del cinco al siete inclusive, que contienen ciento siete versículos. Jesús usó un vocabulario de seiscientas veintiuna palabras diferentes (según una cuenta efectiva de la Traducción del Nuevo Mundo en inglés) para presentar ideas que el mundo de la humanidad todavía conoce u oye. Después que Jesús pronunció este sermón, según informa la Biblia, “el efecto fue que las muchedumbres quedaron atónitas por su modo de enseñar; porque les enseñaba como persona que tiene autoridad, y no como sus escribas.” (Mat. 7:28, 29) No cristianos han reconocido dicho sermón como una sobresaliente obra magistral de comunicación. (Mahatma Gandhi; vea La Atalaya de 1958, página 346.) En los quince minutos que posiblemente le tome leer este sermón en su Biblia, Jesús le dice muchas cosas que son provechosas hasta el grado de significar vida para usted. Usted notará que este discurso excepcional transmite ideas, no simplemente palabras. Jesús comunica pensamientos.
8. (a) Describa los problemas de la comunicación del día presente. (b) ¿Qué falla general se encuentra en todas partes?
8 A pesar del instrumento cuidadosamente diseñado para formar y producir habla que Dios construyó en el hombre, y a pesar del inmenso número de palabras, expresiones y sonidos que transmiten ideas y que están disponibles para uso, uno de los grandes problemas del hombre es el comunicarse. Esta dificultad se halla en todas partes. La industria se queja de que hay falta de comunicación entre el gerente y el obrero, que los departamentos no transmiten información vital a sus departamentos vecinos que dependen de ellos. Los líderes de las organizaciones religiosas no siguen el ejemplo de Moisés o de Jesús en cuanto a hablarle a la gente. Por lo general el lenguaje de los políticos tiene más de un lado o significado; por eso, en lo que toca a la gente, no puede señalar una idea sólida en la que pueda confiar. El sistema comercial con su método de obligar a comprar, sus ideas que saturan y su mira de crear deseos y anhelos, presenta un cuadro muy confuso, de modo que uno no puede creer lo que dice ni decir que es la verdad. Otros obstáculos bloquean ideas. Los científicos hablan y escriben, pero solo otros científicos entienden su lenguaje. Los que han recibido más educación hablan con lenguaje que no comprenden los que han recibido menos educación en colegios de enseñanza superior o universidades. Los de la profesión médica se comunican con los de su profesión. Si un paciente quiere saber más en cuanto a su enfermedad, tiene que seguir preguntando y a menudo no consigue una explicación que pueda comprender. Se presentan los esposos y las esposas, y tienen el mismo problema: “Simplemente no hablamos.” La mayoría de los padres tienen dificultad en conversar acerca de diferentes asuntos con sus hijos. De hecho, una gran muchedumbre de jóvenes tiene y habla un lenguaje propio, un lenguaje que a sus padres se les hace difícil entender. ¿Por qué no está hablando la gente? ¿Por qué se quedan callados hombres que tienen ideas que ayudarían a otros?
EL DAR CONSEJO
9, 10. (a) ¿Cómo consideran muchos el dar consejo? (b) ¿Se recomienda este punto de vista en la Biblia? ¿Qué dice ésta?
9 Otro rasgo del mismo problema es que las criaturas humanas siempre quieren que otro dé consejo a los que necesitan ayuda para mejorar o les advierta de los peligros que hay más adelante. Así sucede por todas partes. Los cónyuges buscan consejeros sobre el matrimonio, los padres entregan sus hijos a otros para que les den instrucción, la industria contrata mediadores para comunicarse y los gobernantes envían embajadores.
10 Hasta ministros cristianos se retraen de dar consejo que se necesita o de decir las pocas palabras que pueden ayudar a otros a evitar el meterse en dificultades. Quizás digan: “Es responsabilidad del superintendente encargarse de tales asuntos.” En Gálatas 6:1 la Biblia da este estímulo: “Hermanos, aun cuando un hombre da algún paso en falso antes de darse cuenta de ello, ustedes que tienen las debidas cualidades espirituales traten de restaurar a tal hombre con espíritu de apacibilidad, a la vez que cada uno de ustedes se vigila a sí mismo, por temor de que también sea tentado.” Con los que tienen cualidades espirituales se abarca a más que los superintendentes de las congregaciones. Si usted viese en la carretera un letrero que dijera: “Peligro... puente roto,” ¿pondría en tela de juicio la habilidad del que pintó el letrero, o agradecería usted la advertencia que pudiera salvarle la vida? Cuando uno entiende los requisitos de Dios acerca de cierto principio que gobierna la conducta cristiana, uno ciertamente debe advertir a su hermano si discierne que el hermano está caminando en una dirección que de seguro violará ese principio. Si un hermano necesita ayuda a modo de consuelo o estímulo, casi toda persona puede dar esta clase de ayuda. Pablo insta, en 1 Tesalonicenses 5:11: “Por lo tanto sigan consolándose los unos a los otros y edificándose los unos a los otros, así como de hecho lo están haciendo.”
CAPACITÁNDOSE MEJOR PARA COMUNICARSE
11. ¿Cómo suministra ayuda la Biblia para que nos capacitemos mejor para comunicarnos?
11 ¿Cómo puede uno capacitarse mejor para comunicarse? ¿Cómo mejora usted los instrumentos de la comunicación, su vocabulario? ¿Dónde puede uno conseguir ayuda confiable y acertada? Ante todo, la Biblia es nuestra mejor guía tocante a esto porque no solo utiliza lenguaje entendible sino que aclara sus puntos, y las ideas son confiables. Puesto que Jehová Dios es su autor, ciertamente él ha protegido su información inspirada y también ha controlado su uso de palabras y expresiones adecuadas. Por lo tanto el leer diariamente la Biblia pronto nos equipará con el mismo medio de comunicación vigoroso y descriptivo. Sin embargo se necesita más que solo aumentar el poder que se tiene con las palabras o la selección de palabras; es preciso que uno ame la verdad de la Palabra de Dios para dar información edificante, que dirija la vida. Muchas personas tienen excelente vocabulario, pero posiblemente permiten que su lengua se desenfrene, para perjuicio de otros. Se establece bien el contraste para nosotros en Proverbios 12:18: “Existe el que habla irreflexivamente como con las estocadas de una espada, pero la lengua de los sabios es una curación.” De modo que es preciso aprender de la Palabra de Dios la verdad en cuanto a los requisitos de él para sus criaturas.
12. ¿Por qué es esencial entender los requisitos de Jehová para mejorar nuestra habla?
12 El transmitir información a otros requiere que pensemos antes de hablar. Uno no puede pensar una cosa a menos que tenga palabras que usar para formular sus ideas. Y al hablar no expresaremos materia útil e informativa a menos que tengamos pensamientos. Note cómo la sabiduría de Dios, el pensar y el hablar están enlazados en Proverbios 5:1, 2: “Hijo mío, oh de veras presta atención a mi sabiduría. A mi discernimiento inclina tus oídos, para guardar las habilidades para pensar; y que tus propios labios salvaguarden el conocimiento mismo.” Si pasamos por alto esta buena instrucción nos hallaremos descritos en Proverbios 29:20: “¿Has contemplado a un hombre que es apresurado con sus palabras? Hay más esperanza para alguien estúpido que para él.” De modo que la meta que hemos de tener presente no solo es la de esmerarnos en conseguir un vocabulario útil, sino más bien, aprender cuanto podamos acerca de los propósitos de Jehová; y a medida que busquemos los tesoros de la verdad, añadir a nuestro vocabulario palabras o expresiones que necesitaremos para expresar la verdad a otros en medio de diversas circunstancias. Este es el punto que recalca Pablo: “Presta constante atención a ti mismo y a tu enseñanza.” (1 Tim. 4:16) Moisés fue un hombre bien educado en la casa de Faraón (Heb. 11:23-28); no obstante, este mismo Moisés estuvo preocupado en cuanto a poder comunicarse claramente y le dijo a Jehová: “Dispénsame, Jehová, pero no soy persona que hable con fluidez, ni desde ayer ni desde antes de eso ni desde que hablaste con tu siervo, porque soy lento de boca y lento de lengua.” (Éxo. 4:10) Fue Jehová quien le señaló a Moisés la fuente de capacidad para hablar de manera edificante, Aquel ‘quien le asignó boca al hombre.’—Éxo. 4:11.
13. (a) ¿Qué instrumento descrito bíblicamente pone un buen ejemplo respecto a la comunicación esencial? (b) ¿De qué maneras?
13 El “esclavo fiel y discreto” fue nombrado por Cristo Jesús para alimentar la casa de los domésticos, y hasta este día lleva la delantera en enseñar la verdad. Ese cuerpo de esclavos fieles pone un ejemplo excelente respecto a usar eficazmente muchos lenguajes en muchos países para dar a conocer las buenas nuevas del reino de Dios. El lenguaje que se usa en las publicaciones escritas bajo la superintendencia de este “esclavo” es claro, entendible y presenta pensamientos que continuamente dirigen a la gente a la Palabra de Dios. Los programas de las reuniones de las congregaciones en todas partes de la Tierra son diseñados por este “esclavo” discreto para edificar la fe, y esto por medio de conocimiento aumentado de Dios. (Rom. 10:14) Hay una dignidad que infunde confianza y un espíritu que imparte fortaleza en la posición denodada de este “esclavo fiel” sobre los principios de la Palabra de Jehová. Al poner la sabiduría de Dios por encima del conocimiento de los hombres, este “esclavo fiel” es el único que da alimento espiritual a la casa de los domésticos, y continúa disfrutando de la abundante bendición de Jehová.—Mal. 3:10.
AUMENTANDO NUESTROS MEDIOS
14. ¿Cómo nos ayuda la aplicación del consejo en Proverbios 13:20 a mejorar nuestra enseñanza?
14 Otra manera de vigilar nuestra enseñanza y aumentar nuestros medios de comunicación es la que se recomienda en Proverbios 13:20: “El que está andando con personas sabias se hará sabio.” Para esto se requiere más que estudio, como escribió Pablo en Efesios 5:15: “Así es que vigilen estrechamente que su manera de andar no sea como imprudentes, sino como sabios,” pero es preciso reconocer que “no le pertenece al hombre que está andando siquiera dirigir su paso.” (Jer. 10:23) El registro bíblico informa que “la congregación por toda Judea y Galilea y Samaria entró en un período de paz, edificándose; y como andaba en el temor de Jehová y en el consuelo del espíritu santo, siguió multiplicándose.” (Hech. 9:31) Noé anduvo con Dios. (Gén. 6:9) Jesús puso el ejemplo en la manera de andar. (1 Juan 2:6) De modo que el andar con una persona es estar en unidad con ella, hacer juntos las cosas, con el mismo modo de pensar sobre el asunto. Pablo muestra esto en Efesios 2:1-3; allí dice entre otras cosas: “Ustedes en un tiempo anduvieron conforme al sistema de cosas de este mundo . . . todos nosotros en un tiempo nos comportamos en armonía con los deseos de nuestra carne, haciendo las cosas que eran la voluntad de la carne y de los pensamientos.” Así sucede con el pueblo de Dios, se ayudan unos a otros, llegan al mismo modo de pensar sobre los principios bíblicos dejando que la Palabra de Dios, su espíritu y su pueblo maduro los edifiquen. El Salmo 119:63 explica la actitud de un siervo prudente de Dios: “Socio soy de todos los que de veras te temen, y de los que guardan tus órdenes.”
15. ¿Cómo explica Pablo el progreso del cristiano?
15 Entonces, por la Biblia se llega a la conclusión de que uno no efectúa todo este progreso por sus propias fuerzas; no, el moldear es de parte de Dios, como lo muestra Pablo en 2 Corintios 3:5, 6: “No que de nosotros mismos estemos adecuadamente capacitados para estimar algo como proveniente de nosotros mismos, sino que el estar nosotros adecuadamente capacitados proviene de Dios, quien verdaderamente nos ha capacitado adecuadamente para ser ministros de un nuevo pacto.”
ASOCIACIÓN CON OTROS
16. Señale otros beneficios de andar con los que respetan los principios bíblicos.
16 La asociación con los que son guiados por principios bíblicos es valiosa. Con esas personas uno realmente está en su elemento. Es cierto, hasta estas personas cometen errores y hacen cosas incorrectas, pero uno las exhorta sobre la base de la enseñanza bíblica y ellas prestan atención. En este día de personas orgullosas, es una bendición asociarse con la clase de gente que acepta corrección de las Escrituras y que responde con un sentimiento genuino y pronto: “Siento lo que pasó, tenga la bondad de olvidarlo.” Estas de veras son personas sabias.
17. (a) ¿Es rápido el crecimiento en habilidad para expresarse uno? (b) ¿De qué manera en particular debemos vigilar para asegurar el crecimiento? Ilustre.
17 Poco a poco crecemos en todo respecto, y eso aplica a aumentar en conocimiento así como a los medios para usarlo. Aquí es donde debe usted vigilarse. Vigile las cosas y oportunidades pequeñas; éstas aseguran progreso gradual y sumadas dan por resultado progreso animador a través de los años. Cuando usted tiene el privilegio de pronunciar un discurso en la plataforma de la congregación, ¿arregla usted sus pensamientos de modo que se puedan entender? ¿Investiga usted las palabras que se usan poco para poder usarlas en su lugar apropiado y pronunciarlas correctamente? Cuando usted lee el resumen en el estudio de La Atalaya, ¿se asegura usted de poder pronunciar todas las palabras sin tropezar? Cuando usted va de casa en casa, ¿confía usted demasiado en la idea de que sabemos más en cuanto a la Biblia que las personas a quienes visitamos, de manera que abrevia la preparación o la elimina? Padres, ¿hacen ustedes a un lado el crecer un poco cada día junto con sus hijos y los entregan a ser entrenados por la televisión, debido a que ustedes no tienen ganas de comunicarse con ellos? Es semejante a aprender otro lenguaje; si usted se esfuerza un poco cada día añadiendo una palabra o dos a su vocabulario y luego usa estas palabras, en poco tiempo tendrá centenares de ellas y podrá hablar ese idioma. A medida que continúe añadiendo expresiones y palabras, su habla llegará a estar más llena de colorido, más llena de significado, más expresiva y les será muy útil a otras personas. Sea paciente y regocíjese con toda pequeña cantidad de progreso. Recuerde, con el tiempo y con entrenamiento regular, los bebés que no articulan palabra llegan a ser adultos parlantes.
18. (a) ¿Dónde podemos hallar un verdadero reflejo de nosotros mismos? (b) ¿Qué precaución se tiene que ejercer?
18 Vigílese mirándose en el espejo que Jehová proveyó para autoestudio, “la ley perfecta que pertenece a la libertad.” (Sant. 1:25) Sea justo con usted mismo, no tan exigente que quede exasperado y agotado constantemente. El consejo bíblico es usar la Palabra de Dios como espejo, no el proceder como algunas personas que usan a otros individuos como graduador de todo lo que hacen. El único a quien seguimos es Cristo Jesús, y él dijo que su carga era ligera. (Mat. 11:30) Si usted está dando todo aquello de que es capaz, no se preocupe en cuanto a lo que otros digan o hagan. Por otra parte, no sería prudente seguir la actitud indiferente que tienen muchos para con el progresar en conocimiento y mejorar su habilidad. Para muchos, el progreso es trabajo. En este mundo moderno, el trabajo no siempre despierta interés. Para mantener el equilibrio apropiado en este asunto hay que hacer más investigación, lo cual haremos en el siguiente artículo.