¿Ha invitado usted a su cónyuge?
EN LAS uniones matrimoniales donde ambos cónyuges son cristianos dedicados, no hay dificultad alguna acerca de lo que se debe hacer cuando se acerca el tiempo de una asamblea. Pero, ¿qué hay de la situación cuando uno no está dedicado a Dios? Esta es una pregunta a la que tienen que encararse este año muchos matrimonios. Para el cónyuge cristiano, el asistir a una de las asambleas internacionales de los testigos de Jehová es importante para su salud y bienestar espirituales. Pero, ¿qué hay del cónyuge no dedicado? ¿Debe darse por sentado que tendrá que haber una separación por unos cuantos días? ¿Por qué? ¿No hay alternativa?
Al cristiano dedicado le encantaría mucho que su cónyuge le acompañara. Pero, ¿es ese amor lo bastante fuerte para extender una invitación franca y afectuosa? Quizás eso sea todo lo que se necesite. Las asambleas grandes del pueblo de Jehová son, en un sentido, muy diferentes de las reuniones que se celebran en el Salón del Reino local. Es decir, la mayor parte de los que se reúnen nunca se han conocido antes. De modo que un cónyuge no dedicado no estaría en desventaja. Ambos cónyuges podrían hacerse de nuevos conocidos juntos.
Los lugares donde se celebran estas asambleas grandes proveen un cambio de la acostumbrada escena de la población donde uno vive. Esto presta a la experiencia una nota de novedad, de interés. Y en estas asambleas la variedad de raza, nacionalidad y antecedentes que están representados siempre fascina. Por eso hay razones por las cuales el cónyuge no dedicado pudiera estar dispuesto a acompañarle. ¿Ha invitado usted a su cónyuge?
EL AMOR LO LOGRA
Por supuesto, un cristiano, aunque esté profundamente prendado de su cónyuge, todavía tiene que tener presente la obligación principal a Jehová Dios, Aquel que instituyó el matrimonio en primer lugar. La adoración de Dios siempre debe ocupar el primer lugar... antes de todo lo demás. Y el cónyuge no dedicado debe ver lo correcto que es esto, si él o ella está animado por amor genuino a su cónyuge. Tal cónyuge podrá comprender cuán imprudente sería desafiar el derecho de Dios a tener el primer lugar en la vida de sus criaturas.
No obstante, el amor genuino debe impulsar a los cónyuges a usar de reciprocidad en sus tratos mutuos. Ambas partes pueden dar y recibir sin que uno comprometa la posición del otro. En realidad, las concesiones que benévolamente se hagan uno al otro realmente patentizan el vínculo de amor que existe entre ellos. De modo que no es del todo imposible que el cónyuge no dedicado acepte la invitación de asistir a una o más sesiones de la asamblea, como el discurso público o alguno de los dramas bíblicos apegados a la realidad que se representan en la plataforma.
El cónyuge dedicado, por otra parte, no querrá insistir en que el otro cónyuge esté en todas las sesiones del programa de la asamblea. Ciertamente se debe reconocer el hecho de que una persona que todavía no se interesa profundamente en el reino de Dios y sus actividades se interesaría en otras cosas como el visitar puntos de interés, ir de compras o alguna forma de esparcimiento. Pero por lo menos, si el esposo y la esposa viajan juntos a la ciudad de asamblea y se ven por la noche y por la mañana, es mucho mejor que estar completamente separados por varios días.
El cónyuge no dedicado hasta puede observar que el otro cónyuge recibe mucha edificación mental y espiritual por haber disfrutado de las asociaciones en la asamblea. Esto no puede menos que reflejarse en la vida física también. Se puede esperar que el cónyuge que sea feliz espiritualmente desarrolle y mantenga una buena disposición... una dicha para cualquier consorcio matrimonial.
VENTAJAS PARA AMBOS
A un matrimonio, en estas circunstancias, quizás le resulte provechoso combinar unas vacaciones breves con el asistir a la asamblea. ¡De qué variedad de temas podrán hablar ambos por semanas venideras... conversaciones en las cuales ambos se interesan, por haber compartido las experiencias! Unas vacaciones de esta clase suministran la oportunidad de disfrutar juntos de horas que están relativamente libres de las preocupaciones cotidianas. Ambos cónyuges necesitan tal cambio placentero de la rutina cotidiana.
Así habría tiempo para visitar puntos de interés, ir de compras y otras diversas formas de esparcimiento. Al mismo tiempo los pocos días de la asamblea serían una excelente oportunidad para que ambos dieran alguna atención a su necesidad espiritual. Y se puede dar el caso... si el cónyuge no dedicado decide estar presente en una o más de las sesiones de la asamblea, de que él o ella probablemente obtenga provecho como cualquier otra persona. Las discusiones de la Palabra de Dios, la Biblia, siempre inspiran esperanza, son edificantes, son consoladoras y son poderosas en lo que toca a modelar el modo de pensar de la gente, pues dan un nuevo punto de vista en cuanto a la vida.
Es un hecho que cónyuges no dedicados a menudo avalúan la obra del Reino y a los que están asociados en ella sobre la base de unas cuantas personas que han conocido en su propia localidad. Una asamblea ofrece la oportunidad de observar personalmente que los testigos de Jehová vienen de todo ramo de actividad y están unificados en la única obra altruista de llevar a cabo la voluntad de Dios. Amas de casa, comerciantes, artesanos, profesionales de ambos sexos, agricultores... a todos se les puede hallar en las asambleas grandes de los testigos de Jehová. No será necesario aceptar la palabra de alguien sobre esto. Se pueden ver, fila tras fila, a medida que el auditorio llena la sala de conferencias o las graderías.
UNA CALUROSA INVITACIÓN
Entonces, ¿por qué no invita a su cónyuge a la asamblea internacional de este año, aunque él o ella profese poco interés en la Biblia ahora? Aunque tal cónyuge concordara en asistir solo a una sesión de la asamblea, ¿no sería eso una fuente de satisfacción, un motivo de gratitud? Y obtenga estímulo de los informes que muestran que personas no dedicadas han quedado profundamente impresionadas por haber asistido solo a una asamblea. Un señor amigable, no dedicado, por ejemplo, escribió a Testigos que se alojaron en su casa durante una asamblea: “La manera en que ustedes se portaron, la felicidad, el hecho de que no me predicaron a toda hora, las conferencias de la asamblea, la conducta de la gente allí... yo creo que fue todo esto lo que me hizo llegar a la conclusión de que esto es algo muy hermoso.”
El discurso público, sobre el tema “La paz de mil años que se aproxima,” es especialmente adecuado para los recién interesados y hasta para los que alegan tener poco interés. Su cónyuge, aunque no esté dedicado, probablemente descubra que de la cuarta parte a la mitad del auditorio en esta sesión en particular se compone de personas que no dicen ser testigos de Jehová.
Hay otros, también, a quienes se les podría invitar a venir. ¿Qué hay de los parientes y conocidos que han mostrado estar favorablemente dispuestos hacia el mensaje del Reino? Una visita a la asamblea durante el fin de semana podría ser algo de lo que verdaderamente disfrutaran. Pero la invitación se debe hacer con bastante anticipación para que tengan tiempo para hacer sus planes. Y se les puede ayudar a tomar una decisión favorable si usted menciona otras cosas interesantes que hacer o ver mientras visiten la ciudad de asamblea. Lo que aplica a estos amigos también aplica a su propio cónyuge. Ayude a hacer que la ocasión les sea placentera, para que deseen ir también a alguna asamblea futura.
Usted ama a su cónyuge. No hay por qué dar por sentado, entonces, que él o ella no querrá acompañarlo a usted a la ciudad de asamblea. ¿Por qué no abrir la puerta? Quizás baste con una invitación cordial. Pero sea lo que fuera el resultado, usted tendrá la satisfacción de haberlo intentado.