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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1974
w74 1/6 págs. 323-324

La religión busca paz con el comunismo... ¿por qué?

¿LE SORPRENDE que la religión esté buscando paz con el comunismo? ¿Consideraba usted a las iglesias un baluarte contra el comunismo ateo?

Quizás haya quedado esa impresión en usted debido a las fuertes declaraciones formales que la Iglesia Católica emitió hace años en condenación del comunismo. Sin embargo, esas declaraciones formales tuvieron poco efecto. Después de la segunda guerra mundial líderes católicos en países controlados por los comunistas, como Hungría y Polonia, transigieron y tomaron juramentos de lealtad a regímenes ateos.

Es cierto que oficiales católicos no aprobaron esto. Por ejemplo, cuando el arzobispo de Hungría, Joseph Groesz, dio un cálido recibimiento al primer ministro soviético, que estaba de visita, la revista católica America, del 26 de abril de 1958, dijo: “Fue una sacudida desagradable ver a un arzobispo católico dándose un apretón de manos con el Bolchevique Número Uno.” También el cardenal Ottaviani, del Vaticano, expresó esta queja: “Algunos todavía extienden la mano a los nuevos anticristos y hasta entran en carrera para ver quien puede estrecharles primero la mano y tener un intercambio de dulces sonrisas con ellos.”

Pero ésa era la actitud católica hace más de una década. Desde entonces el comunismo ha logrado grandes adelantos. ¿Ha afectado esto la posición católica oficial en cuanto al comunismo?

¡Sí, ciertamente! Ahora hasta el papa saluda a los más altos funcionarios soviéticos y tiene un intercambio de dulces sonrisas con ellos. Jefes de estado comunistas se presentan con regularidad en el Vaticano para audiencias papales. Y hace dos años el arzobispo Agostino Casaroli llegó a ser el primer oficial del Vaticano que visitó a Moscú desde la revolución bolchevique de 1917. Hasta una reciente publicación del Vaticano dijo que hallaba “valores cristianos” en la enseñanza de Mao Tse-tung de la China comunista. Informando sobre este radical cambio de actitud, el Star & Herald de Panamá del 1 de septiembre de 1973 dijo:

“El Vaticano ha terminado su guerra fría con el mundo comunista y va adelantando constantemente hacia la coexistencia con los regímenes rojos.

“Hace veinticinco años el papa Pío XII decretó excomunión para los ‘comunistas ateos.’ Pero hoy el papa Paulo VI está despachando enviados a capitales comunistas y celebrando acuerdos con algunos gobiernos.”

Hasta ahora el Vaticano ha establecido relaciones diplomáticas completas con dos países comunistas, y está buscando vínculos de ese tipo con otros. “Solo la nación comunista más grande y la más pequeña —China y Albania— han rechazado todas las insinuaciones del Vaticano hasta ahora,” hace notar el Times de Nueva York.

Pero no es solo el catolicismo; otras religiones, también, buscan la paz con los regímenes comunistas. De hecho, las iglesias ortodoxas trabajan asidas de la mano con ellos. El Catholic World de febrero de 1971 dijo:

“La Iglesia Ortodoxa de Rumania y el gobierno comunista tienen un matrimonio de facto de interés mutuo que fomenta miras nacionalistas de los rumanos. A veces los que visitan desde el exterior quedan pasmados al ver al presidente Nicolae Ceausescu y al patriarca Justiniano presentarse juntos para saludar a los extranjeros. . . . tanto la iglesia como el estado están prosperando bajo este extraño ‘matrimonio’ entre la iglesia y el estado comunista.”

Existe una amistad similar entre la Iglesia y el Estado en la Unión Soviética. De hecho, pocos años atrás el Tribunal de Apelaciones del Estado de Nueva York, en un fallo sobre un caso que envolvía al patriarcado de Moscú, concluyó: “El único punto de vista posible es que la Iglesia Rusa es un instrumento bajo la explotación de los gobernantes comunistas.”

Es digno de notarse que la Iglesia Rusa y otras iglesias ortodoxas sostenidas por el comunismo han sido recibidas como miembros en el Concilio Mundial de Iglesias. Bajo su influencia el Concilio Mundial ha iniciado “diálogos marxistas-cristianos.” Pero, ¿por qué buscan la paz con el comunismo ateo las iglesias?

Porque temen que, si no lo hacen, su religión será extirpada por los regímenes comunistas. De modo que las iglesias hacen concesiones; transigen. Los bautistas, por ejemplo, han sido una religión “reconocida” en la Unión Soviética. Pero hasta sus propios miembros se quejaron, conforme a Grose, corresponsal del Times de Nueva York, de que “los líderes bautistas se habían mostrado demasiado flexibles ante las autoridades estatales.”

Lo mismo sucede con la Iglesia Católica. El Star & Herald de Panamá informa: “El acercamiento del papa al comunismo, dicen fuentes del Vaticano, tiene como base la realidad y sus iniciativas diplomáticas se ven como la única manera práctica de proteger a la Iglesia y a los 65 millones de seguidores que, según cálculos, tiene en los países comunistas.”

Pero, ¿por qué están dispuestos los líderes comunistas a negociar con las iglesias y hacerles concesiones? Porque todavía una cantidad significativa de su pueblo es religioso, y por eso, al permitir que funcionen las iglesias que hagan lo que ellos digan, es más fácil mantener el control sobre la gente. Así, como se informó en The National Catholic Reporter del 17 de diciembre de 1971:

“El primer ministro cubano Fidel Castro dice que como revolucionario considera la creciente cooperación entre marxistas y cristianos en la América Latina como ‘algo útil.’”

Sin embargo, realmente no debe sorprender el que la religión mundana busque la paz con el comunismo. No es una táctica nueva. Vez tras vez las iglesias se han prostituido a las potencias políticas. Por ejemplo, en 1933 el Vaticano, buscando acuerdo con el régimen nazi, firmó un concordato que requería que cada obispo católico, antes de ocupar el poder, prestara un “juramento de lealtad” al gobierno.

Indicando a qué grado llegaría la iglesia, el papa Pío XI dijo: “El cabeza de la Iglesia Católica consideraría deber suyo tratar con el Diablo mismo . . . si existiera base razonable para apoyar la esperanza de que esos tratos protegerían, o adelantarían, los intereses de la religión entre la humanidad.”—El Eagle de Brooklyn, del 21 de febrero de 1943.

Con razón la Biblia llama a la religión mundial “la gran ramera . . . con quien los reyes de la tierra cometieron fornicación.” (Rev. 17:1, 2) Está claro que las iglesias han abandonado a Cristo, quien proclamó: “Mi reino no es parte de este mundo,” y quien dijo que sus discípulos “no son parte del mundo, así como yo no soy parte del mundo.” (Juan 18:36; 17:16) Por eso, pues, si usted desea tener el favor de Dios, es vital que no tenga ninguna participación con la religión que se ha ‘acostado’ con quienes odian a Dios.

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