Bendiciones por no desquitarse
● De Jesús la Biblia nos dice: “Cuando lo estaban injuriando, no se puso a injuriar en cambio. Cuando estaba sufriendo, no se puso a amenazar.” (1 Ped. 2:23) Los que imitan a Jesús en no desquitarse han recibido abundantes bendiciones.
Eso fue lo que le sucedió a una joven de Nigeria que participaba por primera vez con los testigos de Jehová en predicar en público. Cuando se le informó que el inquilino de cierta casa se oponía enconadamente a la verdad, ella todavía quiso hablarle. ¿Qué sucedió?
El amo de casa echó mano de un recipiente de aceite de palma y le arrojó el aceite. Este le salpicó en la cara, la ropa y la bolsa. Sin decir una sola palabra, ella se puso a quitarse el aceite de la cara. Pasaron unos minutos. Al observar la actitud apacible de la joven, el hombre se sintió un poco avergonzado. Le pidió que le dijera exactamente por qué visitaba su casa. Esta vez él prestó atención.
Poco tiempo después de eso se inició con él un estudio bíblico. Hoy él, también, participa en predicar en público como testigo bautizado de Jehová.
En el mismo país, un testigo de Jehová estaba ofreciendo literatura a la gente cuando uno que pretendía ser “profeta cristiano” se le acercó. Este hombre le arrebató al Testigo la literatura y la despedazó. El Testigo no dijo nada, sino que se agachó y recogió los pedazos y entonces los echó en su maletín. Un hombre que había observado todo esto le habló entonces al Testigo y dijo: “Yo estuve en la calle observando lo que nuestro profeta le hizo a usted, pero usted no dijo ni una sola palabra de injuria.” Después de darle encomio al Testigo, continuó: “Estoy dispuesto a hacerme uno de ustedes desde hoy en adelante.” Cumplió con su palabra y hoy está compartiendo la verdad bíblica con sus vecinos.
Verdaderamente, el imitar el ejemplo de Jesús y no desquitarse tiene buen efecto en las personas de corazón sincero y honrado.