Cristianos activos en un tiempo crítico
PUEDE ser que usted, al igual que otras personas de toda la Tierra, esté muy consciente de que vivimos en tiempos críticos.
Muchos se han dado cuenta de que los tiempos son críticos debido a la mucha atención que se da a los armamentos y la guerra. Otros perciben el carácter crítico de los tiempos por los problemas económicos que hay. O, si a usted se le preguntara por qué son críticos nuestros tiempos, puede que piense en el crimen y la violencia que van en aumento. Estos problemas no son otra cosa sino evidencia de que estamos viviendo durante un período predicho: “En los últimos días se presentarán tiempos críticos, difíciles de manejar.”—2 Tim. 3:1-5.
Pero el domingo 13 de septiembre de 1981 se celebró una ocasión especial que ilustra bien que hasta en nuestros “tiempos críticos” los cristianos pueden estar activos espiritualmente y ser optimistas respecto al futuro. ¿Cuál fue esa ocasión? ¿Qué beneficios podemos obtener de ella?
GRADUACIÓN DE LA ESCUELA DE GALAAD
La ocasión especial que se celebró en la ciudad de Nueva York, N.Y., E.U.A., fue la ceremonia de graduación de la clase setenta y uno de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower. Hacemos bien en reflexionar sobre algunos puntos que se consideraron durante el programa.
El orador principal fue F. W. Franz, presidente de la Sociedad Watchtower y de la escuela. Su discurso, que duró una hora, comenzó con una reseña histórica de la escuela. Después del estallido de la II Guerra Mundial, el entonces presidente de la Sociedad, J. F. Rutherford, pensaba que una persecución intensa contra los testigos de Jehová podía obligarlos a mudarse de las oficinas centrales de la Sociedad, ubicadas en Brooklyn, Nueva York, a otro lugar. De modo que hizo que en la región norteña del estado de Nueva York se construyeran edificios que pudieran servir de refugio para el personal que trabajaba en las oficinas centrales. Entonces, en 1942, cuando N. H. Knorr llegó a ser el tercer presidente de la Sociedad, un examen cuidadoso del capítulo 17 de Revelación reveló que la Liga de las Naciones, organización para la paz simbolizada por la bestia salvaje, reaparecería en alguna forma. (Rev. 17:8) Aquello quería decir que la guerra terminaría y que después vendría un período de paz. Como usted sabe, eso fue exactamente lo que sucedió, ya que se restableció la organización para la paz en la forma de las Naciones Unidas.
Con aquel entendimiento bíblico, se tomó la decisión de utilizar los edificios de la región norteña del estado de Nueva York para establecer una escuela especial en la que se entrenara a misioneros que pudieran esparcir las “buenas nuevas del reino” en muchos países extranjeros durante el venidero período de paz. (Mat. 24:14) Esta singular escuela abrió sus puertas el 1 de febrero de 1943, y ahora Franz, cuarto presidente de la Sociedad, dirigía la palabra a la septuagésima primera clase graduanda de esta escuela.
Apropiadamente él preguntó lo siguiente a los 27 estudiantes que venían de ocho países: “Han transcurrido unos 36 años del presente período de paz, así que ¿cuánto durará este período? Y ¿qué señales tenemos de que va a terminar muy, muy pronto?” ¿Qué contestaría usted?
Franz entonces pasó a considerar algunos aspectos fascinantes de la cronología bíblica que tiene que ver con nuestro mismísimo tiempo. Mencionó que desde hace mucho tiempo los testigos de Jehová han sostenido que el 1914, el año en que comenzó la I Guerra Mundial, marcó el fin del período al cual Jesús hizo referencia en el siguiente versículo: “Jerusalén será pisoteada por las naciones, hasta que se cumplan los tiempos señalados de las naciones [o ‘tiempos de los gentiles,’ Versión Autorizada].” (Luc. 21:24) Eso significa que el reino de Dios, representado por Jerusalén, fue establecido en los cielos en aquel año. Pero algunos han afirmado que el 1914 no tuvo ningún significado y que lo que Jesús tenía presente era un pisotear de la ciudad literal de Jerusalén. Sin embargo, el orador preguntó: “¿Qué descubre uno al examinar los resultados de ese punto de vista?”
En 1967 el ejército del estado de Israel se apoderó del control de la margen occidental del río Jordán, incluso de la antigua ciudad amurallada de Jerusalén. “Pero,” preguntó Franz, “¿ha resultado eso en gloria para Jehová Dios? ¿Resultó aquello en la venida del Mesías para establecer el Reino de Dios allí en la Jerusalén terrestre?” Claramente la respuesta es: No. Tampoco están los judíos literales predicando las “buenas nuevas del reino” en cumplimiento de Mateo 24:14. Por lo tanto, los hechos muestran que el ‘pisotear de “Jerusalén” por los gentiles’ no terminó en 1967. Más bien, la “señal” que dio Jesús se ha estado cumpliendo desde el año crucial de 1914. Desde entonces el Mesías, el Señor Jesucristo, ha estado gobernando desde los cielos en medio de sus enemigos. (Sal. 110:1, 2) Por eso se instó a los nuevos misioneros en este sentido: ‘El tiempo que queda ciertamente tiene que ser reducido,’ y ellos deberían tener un sentido de urgencia, con mucho que hacer en estos tiempos críticos.—1 Cor. 7:29-31.
Los graduandos pudieron ver claramente la razón por la cual ellos debían estar activos en la obra cristiana. También la pudieron ver sus parientes y otras personas del auditorio, unos 2.000 concurrentes. Todos se llenaron de gozo cuando se enteraron de que se habían hecho arreglos para entrenar a más misioneros. Dos de los estudiantes regresarían a Alemania para ser instructores de la nueva “Extensión de la Escuela de Galaad” en ese país. Se ofrecerá un curso concentrado de dos meses y medio para ministros que, sin tener que aprender inglés, puedan ser entrenados para ir a otros países como misioneros.
CONSEJO ÚTIL PARA LOS CRISTIANOS ACTIVOS
Otros oradores que participaron en el programa de graduación ofrecieron a la clase consejo bíblico excelente, consejo del cual todos los cristianos pueden beneficiarse en nuestros tiempos críticos.
U. V. Glass, uno de los instructores de la Escuela de Galaad, animó al auditorio a reflexionar en el ejemplo de Jeremías, que continuó predicando a pesar de oposición y peligro. En contraste, el profeta Urías se atemorizó y huyó a Egipto, solo para ser traído de vuelta a Judá y ejecutado por el rey. También, en un drama excelente que los estudiantes pusieron en escena esa tarde, se hizo resaltar el ejemplo de Jeremías y el apoyo que recibió del etíope Ebed-melec. El drama se intituló “Proclamador intrépido de un mensaje impopular.”
El programa de graduación incluyó discursos breves, pero provechosos, a cargo de ministros experimentados. Por ejemplo, David Olson consideró 1 Samuel 2:30, donde Dios dice: “A los que me honran honraré.” Se señaló que a todos nos agrada el que se nos trate con respeto, y por eso debemos hacer todo lo posible por otorgar a otros honra o respeto. Esto es útil especialmente entre personas que viven o trabajan juntas, como es el caso de los misioneros. Karl Klein consideró la importancia de ‘no exhalar suspiros los unos contra los otros,’ según se aconseja en Santiago 5:9. Aunque pudiéramos quejarnos o suspirar debido a nuestras propias faltas, el quejarnos de las debilidades de nuestros compañeros cristianos ordinariamente envuelve el juzgarlos, y esto puede hacer que ellos se desanimen o se depriman.
Aunque los estudiantes no tuvieron que hacer ningún voto para llegar a ser misioneros, Ralph Walls enfatizó que ellos (y todos nosotros) debemos imitar el espíritu de los antiguos nazareos. Ellos se negaron a sí mismos ciertas cosas para poder concentrarse en los asuntos espirituales... el mismo proceder que los misioneros debían esforzarse por seguir. Y tal como el pelo de los nazareos enfatizaba la sujeción de ellos a Jehová, los cristianos activos necesitan desplegar un espíritu de sumisión para con aquellas personas entre quienes ellos sirven, al igual que para con Dios.—Núm. 6:3-7.
La ceremonia de graduación concluyó después de la presentación del drama y de una oración final. Pero el auditorio estaba más resuelto que nunca a continuar ‘andando con Dios’ activamente, como George Gangas había instado antes a la clase a hacer en un animado discurso en el que consideró los ejemplos de Enoc y Noé. (Gén. 5:24; 6:9) Y todos pueden recordar el discurso del instructor J. Redford, quien concluyó dando estímulo a los graduandos y al auditorio para que continuaran ‘anunciando al Rey y al Reino’ en estos tiempos críticos.
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Futuros instructores de la Extensión de la Escuela de Galaad en Alemania, con misioneros filipinos graduados
[Fotografía en la página 9]
El drama bíblico presentó conmovedoramente a Jeremías como proclamador intrépido del mensaje de Dios