Celebración de 40 años de entrenamiento misional
SI USTED hubiera estado por los alrededores del Salón de Asambleas de los testigos de Jehová en Queens, Nueva York, el 6 de marzo de 1983, tal vez se hubiera preguntado a qué se debía el entusiasmo. ¡Una multitud de 2.000 personas visiblemente contentas entraba a raudales, sin interrupción, en el salón para presenciar la graduación de los 38 estudiantes que constituían la 74 clase de Galaad!
Las ceremonias seglares de graduación a menudo son poco más que discursos aburridos, llenos de frases estereotipadas. Las graduaciones de Galaad, sin embargo, son singulares. A los graduados de esta clase, por ejemplo, se les ha enviado como misioneros a 16 países. Las personas que se interesan en la predicación de las buenas nuevas del Reino no pueden menos que emocionarse por ello. Y el presidente de los actos de graduación, A. D. Schroeder, miembro del Cuerpo Gobernante, explicó que esta graduación señalaba 40 años de tal entrenamiento misional. Desde el 1 de febrero de 1943, cuando se inauguró la escuela, más de 6.000 estudiantes procedentes de más de 50 países han pasado por esta escuela. Sin embargo, el predicar en algún país del extranjero presenta varios desafíos. De modo que diversos oradores que tomaron parte en el programa dieron consejo pertinente a los futuros misioneros.
“La humildad puede salvaguardarles”, dijo Martin Poetzinger. Cuando lleguen a sus respectivas asignaciones, los misioneros encontrarán nuevas personas con quienes trabajar. “No podemos transformar a la gente”, dijo Martin Poetzinger, pero mediante la humildad podemos “hacer los ajustes en nosotros mismos” para tratar con las personas. Max Larson, miembro del Comité de la Fábrica, aconsejó a los estudiantes: “Piensen como misioneros”. Nunca deberían ni siquiera abrigar la idea de abandonar sus asignaciones, aconsejó él, sino que en vez de eso, deberían afrontar cada problema con la resolución de permanecer en el lugar al que se les asignó.
Los instructores, U. V. Glass y J. Redford, habían trabajado diariamente con los estudiantes por cinco meses. Por eso U. V. Glass animó a los misioneros a ser como el apóstol Pablo, quien estuvo dispuesto a ‘derramarse’ por otras personas. Habló acerca de una joven misionera que comenzó a servir junto con su esposo en la obra de circuito en el sur del océano Pacífico. A esta hermana bastante refinada no se le hizo fácil viajar por la selva y subir colinas a pie hasta quedar totalmente agotada. No obstante, perseveró en su trabajo y derivó satisfacción de ayudar a sus hermanos y hermanas. De igual manera, Jack Redford animó a los misioneros a “tomar las cosas como vienen”... que pudiera envolver alguna dolencia, incomodidad, molestia e incluso enfermedad. Pudiera ser que a veces echaran de menos cosas de poca importancia... como su gaseosa favorita. Pero si mantenían los ojos fijos ‘en las cosas que no se ven’, a pesar de eso podrían derivar deleite de sus asignaciones. (2 Corintios 4:16-18.)
Theodore Jaracz y Milton Henschel, miembros del Cuerpo Gobernante, también dieron algunos consejos afectuosos. Jaracz recordó a los estudiantes el caso de los israelitas que, aunque habían visto plagas milagrosas y la división del mar Rojo, olvidaron a Jehová (Deuteronomio 6:10-12). Milton Henschel desarrolló sus comentarios en torno a Eclesiastés 7:12, donde se contrasta el dinero con la sabiduría piadosa. En algunos países la inflación ha hecho que el dinero sea todo menos útil. Sin embargo, la sabiduría que los estudiantes habían adquirido se podía ‘esparcir’ para beneficiar a muchas personas. (Proverbios 15:7.)
Por último, el presidente de la Escuela de Galaad, F. W. Franz, explicó con todo detalle el tema “La organización de Jehová”. Recordaba el tiempo en que el pueblo de Jehová no entendía claramente la necesidad de que hubiera una organización. No obstante, a medida que fue aumentando nuestro entendimiento de la Biblia llegamos a ver que realmente había solo dos organizaciones... la de Jehová y la de Satanás. Por lo tanto, exhortó a los misioneros a adherirse a la organización que Jehová está utilizando.
Por la tarde los estudiantes presentaron un emocionante programa de diapositivas en el que mostraron la historia de la Escuela de Galaad. También presentaron un conmovedor drama del día moderno, que describió de modo realista algunos de los problemas que tienen muchos padres para comunicarse con sus hijos.
Estamos seguros de que estos misioneros graduados se ajustarán a sus nuevos hogares y harán una excelente contribución al progreso de la obra mundial de predicar. Los que les han precedido ciertamente lo han hecho.
[Fotografía en la página 30]
La familia del Betel de Brooklyn asiste a los actos de graduación en el 40 aniversario de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower