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  • Las iglesias se inmiscuyen
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1982
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1982
w82 15/3 págs. 3-4

Las iglesias se inmiscuyen

“YA ES tiempo de que la gente piadosa tenga una participación en el gobierno.” Así se expresó un pastor de California. ¿Está usted de acuerdo con él en que las personas religiosas deberían envolverse en la política? Muchas personas, al ver con consternación las decadentes normas de moralidad, el aumento en los delitos, la depresión económica, las tensiones internacionales, la pobreza y el hambre y la creciente incredulidad alrededor del mundo, piensan que la religión debe participar en la política.

Es verdad que los gobiernos son los que tienen que encargarse de muchos de estos problemas. Pero a menudo los gobiernos no saben qué hacer para poner fin a esos problemas. Peor aún, escándalos han corrompido a muchos de los gobiernos. Informes acerca de la corrupción y el engaño han debilitado la confianza que la gente tiene en sus gobiernos a tal grado que mucha gente comparte el parecer de una madre de mediana edad que dijo: “Estoy llegando a creer que el entero sistema político se ha vuelto corrupto e inmoral.”

Por consiguiente, a muchas personas sinceras les parece que la religión debería tratar de prestar ayuda. Piensan que la religión representa a Dios, y creen —correctamente— que se necesita más que sabiduría humana para resolver los problemas de la humanidad. Piden ayuda en oración, pero no están seguros de qué manera Dios les ayudará. Piensan que tal vez les toca a ellos hacer algo de su parte. Por lo tanto, les gusta ver a la “gente piadosa” envuelta en la política a fin de introducir un elemento de “santidad” en el gobierno. Los ministros, los sacerdotes y la gente que se entrega a la religión están cada vez más activos en la política.

¿Es ésta la mejor forma en que la religión puede ayudar hoy día? Consideremos lo que algunos de estos religiosos están haciendo, y veamos lo que esperan lograr.

La religión en la política

En los Estados Unidos algunas organizaciones religiosas mantienen cabilderos en la misma capital de la nación, para que éstos ejerzan influencia en las decisiones de los legisladores. ¿Qué esperan lograr? Cierto sacerdote católico explicó: “Creemos que ejercemos mucha influencia duradera sobre las actitudes morales que determinan el carácter político de la nación.” Un ministro protestante agregó: “Deberíamos poder decir a los que dirigen el gobierno: ‘ustedes han cometido una falta; han escogido el derrotero incorrecto.’

Dicho cabildeo se ha estado efectuando de manera discreta por mucho tiempo. Un fenómeno más reciente —y mucho menos discreto— ha sido la aparición de grupos con intereses particulares que han sido organizados por fundamentalistas protestantes. Estos grupos, tales como el de la Mayoría Moral de los Estados Unidos, se han expresado con vigor sobre asuntos como el prestar apoyo a Israel, los derechos de los homosexuales, el tratado del Canal de Panamá, la defensa de Taiwan y el aborto. Los políticos han aprendido a no menospreciar la influencia que tienen estos grupos. Senadores que han apoyado programas con los cuales estos grupos no simpatizan han sufrido derrota en las elecciones.

El Concilio Mundial de Iglesias, con su sede en Europa, se envolvió en la política de otra manera. Se informa que desde 1970 el Concilio ha contribuido 3 millones de dólares (EE. UU.) a varios movimientos políticos revolucionarios.

Por otra parte, algunos ministros ordenados aspiran a puestos electivos en el gobierno. Pero tal vez el máximo ejemplo de envolvimiento político lo muestre un titular reciente que decía: “Sacerdotes filipinos abandonan las parroquias y se unen a la rebelión.” El artículo informó acerca de cuatro sacerdotes católicos que se unieron al movimiento de los guerrilleros comunistas. El envolverse en tales movimientos radicales es algo común, pero ha costado caro. En Latinoamérica ha resultado en la muerte, el secuestro o el exilio de aproximadamente 850 sacerdotes, monjas y legos durante la década pasada.

¿Cómo considera usted dicha actividad política en la que participan los líderes religiosos? ¿La encomiaría usted? O, ¿tiene usted sus dudas tocante a esto? Puede que usted no se oponga a que la religión discretamente hable con franqueza respecto a cuestiones políticas pero quizás sí le perturbe el que los sacerdotes participen en revoluciones.

Pero, si aprobamos el que la religión se envuelva en la política hasta cierto grado, se hace difícil determinar el límite hasta el cual debe inmiscuirse. Si es admisible que algunos ministros ordenados sirvan discretamente de cabilderos en la capital del país a fin de dar su apoyo a los programas que ellos aprueban, ¿por qué es incorrecto el que fundamentalistas protestantes organicen grupos de presión por todo el estado para adelantar programas que ellos consideran importantes? Además, si la Mayoría Moral puede hablar a favor de la defensa de Israel, ¿por qué no puede el Concilio Mundial de Iglesias contribuir dinero a las causas militares que ellos favorecen? Y si eso no es impropio, ¿qué tendría de malo el que, en vez de pagar a otros para que corran los riesgos, los sacerdotes católicos pelearan y murieran por las causas que ellos apoyan en Sudamérica y Asia?

Y sin embargo . . . ¿halla usted algo incorrecto con esta cadena de razonamientos lógicos? ¿Es ésta realmente la mejor forma en que la religión puede ayudar al género humano en estos tiempos difíciles?

El que la religión trate de ejercer influencia en la política no es nada nuevo. En el recuadro que sigue se alistan algunas ocasiones sobresalientes en que la religión se mezcló con la política.

[Recuadro en la página 4]

◻ En 1095 el papa Urbano II hizo un llamado a los ejércitos de Occidente para que “fueran a ayudar a sus hermanos del Oriente cristiano” en contra de los turcos. Aquello trajo como consecuencia la primera Cruzadas, que por dos siglos causó gran derramamiento de sangre.

◻ En el siglo doce el papa Adriano IV concedió oficialmente la tierra de Irlanda al rey de inglaterra, Enrique II, lo cual convalidó (a la vista de los fieles) el que los ingleses tomaran control de aquel país.

◻ En 1524 los campesinos de Alemania se rebelaron... en parte como resultado de las enseñanzas de Martín lutero. Aunque al principio Lutero favoreció aquel movimiento, en 1525 recomendó que los príncipes de Alemania aplastaran a las “rapaces y asesinas hordas de campesinos”. Los príncipes siguieron con gran crueldad aquel consejo.

◻ En 1618 los esfuerzos del que fue nombrado rey de Bohemia por imponer el catolicismo en una población mayormente protestante contribuyeron a que estallara la Guerra de los Treinta Años.

◻ En 1918 las iglesias de la cristiandad usaron su influencia para apoyar la Sociedad de Naciones. Pero eso no hizo que aquel organismo tuviera éxito. Después de solo dos décadas, el mundo se precipitó en la guerra más terrible de toda la historia humana. Ahora las iglesias de la cristiandad han dado su aprobación a las Naciones Unidas, pero las naciones tienen mayores cantidades de armas y están más desunidas que nunca.

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