El parto virginal... ¿debe creerse?
ASÍ llegamos a las preguntas: ¿Era María virgen cuando dio a luz a Jesús? ¿Era necesario que lo fuera? ¿Por qué no tuvo Jesús un padre humano? Nos ayuda a contestar estas preguntas el investigar quién era Jesús y cuál fue su misión terrestre.
El apóstol Juan explica que antes de nacer en la Tierra, Jesús vivió en la región espiritual como Hijo primogénito de Dios y se le llamó la Palabra. Al tiempo debido “la Palabra vino a ser carne y residió entre nosotros.” (Juan 1:1-14) O como se expresa en otra parte de la Biblia: “Dios envió a su Hijo, que vino a ser procedente de una mujer.” (Gálatas 4:4) Jesús mismo reconoció que “al entrar en este mundo, . . . Sacrificio [animal] y oblación no quisiste [Dios]; pero me has formado un cuerpo.”—Hebreos 10:5, Biblia de Jerusalén.
Había razones poderosas para que Jesús se hiciera humano, y ‘entrara en este mundo’ de la humanidad. Entre las primeras razones figuraba la redención de la familia humana de la esclavitud al pecado, la imperfección y la muerte. El apóstol Pablo explicó: “Por medio de un solo hombre el pecado entró en el mundo y la muerte por medio del pecado, y así la muerte se extendió a todos los hombres porque todos habían pecado.” (Romanos 5:12) Hablando acerca de cómo el Dios Todopoderoso haría frente a dicha situación, Pablo dice: “Hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, un hombre, Cristo Jesús, que se dio a sí mismo como rescate correspondiente por todos.”—1 Timoteo 2:5, 6; compare con 1 Corintios 15:21, 22.
Sí, la muerte llegó a todos los humanos debido a la rebelión de nuestro antepasado Adán, y la justicia exigía que otro hombre perfecto, ni más ni menos, proporcionara el rescate que nos comprara de nuevo a la posibilidad de vida eterna. Ningún humano imperfecto podía de manera alguna proporcionar tal cosa. (Salmo 49:6, 7) Alguien tenía que bajar desde la región celestial. Era apropiado que el que lo hiciera fuera el Hijo primogénito de Dios. El tenía que llegar a ser un hombre perfecto, y sin embargo su vida no podía perder su continuidad. Su fuerza de vida no había de extinguirse, sino transferirse al óvulo de una muchacha virgen, María. Ella, ‘cubierta por el poder del Altísimo,’ podía producir un cuerpo perfecto para el infante Jesús.—Lucas 1:35.
Esto también explica por qué la fuerza de vida no podía venir por medio de un varón humano imperfecto de la manera normal. Un Jesús imperfecto no hubiera podido suministrar el rescate. Tampoco hubiera podido proveerlo si hubiera sido una encarnación o un dios/hombre.
Jehová escogió a una virgen para que fuera la madre terrestre de Jesús a fin de que no hubiera duda de que él era el hijo, no de un padre humano imperfecto, sino de Dios. Si se hubiera concedido este honor a una mujer casada, siempre habría habido dudas al respecto.
Así podemos ver que era esencial que Jesús naciera de una virgen para que se realizara el propósito original de Jehová Dios de que hubiera una familia humana perfecta que viviera para siempre en una Tierra paradisíaca. (Génesis 2:7-9, 15-17) Como muestra de su amor, Dios proveería un rescate. Su justicia quedaría satisfecha. Su sabiduría triunfaría.
Por lo tanto, debemos llegar a la conclusión de que el relato bíblico del parto virginal de Jesucristo no ha de perder credibilidad debido al menosprecio de los escépticos ni debido a extravagantes adornos religiosos que no tienen base bíblica. El parto virginal permanece como un hecho fundamental, esencial para la fe cristiana. Además, está íntimamente ligado a nuestras perspectivas de vida eterna.—Juan 17:3.