Ponderando las noticias
Se hace justicia a la víctima
“Uno de nuestros problemas más grandes en el campo del derecho penal es el indemnizar a las víctimas”, dijo el juez Michael Beal, de Carolina del Norte, E.U.A. Como bien saben las personas que han sido víctimas de escalamientos, atracos, robos o cualquier otro tipo de acto vandálico, no solo rara vez se compensa a la víctima por sus pérdidas, sino que ella, de hecho, tiene que pagar (mediante el pago de impuestos) por la manutención de los delincuentes si a éstos se les envía a la cárcel. Ése es el estado de la justicia penal.
Ahora bien, según The New York Times, en Carolina del Norte se ha puesto a prueba un programa para corregir ese problema. En lugar de enviarlos a la cárcel o a un reformatorio, los delincuentes juveniles son enviados los sábados y los días festivos a trabajar en granjas, donde aran el terreno o cortan leña. La mayor parte del salario del delincuente lo recibe la víctima, pero una porción pequeña se deposita en un fondo de reserva, que recibe el delincuente después de compensar a la víctima integralmente. Durante el primer año, el programa aceptó 34 muchachos entre las edades de 10 y 15 años. Todos ellos, excepto uno que se mudó a otro lugar, hicieron compensación completa a sus víctimas. ¡Por fin se hace justicia a la víctima!
Ese modo de administrar justicia, no obstante, era parte inherente de la Ley que Dios dio a la nación de Israel. En casos de hurto o daño a la propiedad, la Ley exigía que si el delincuente no podía reintegrar a la víctima la cantidad estipulada, podía ser vendido como esclavo para así indemnizar a la víctima y obligar al delincuente a trabajar para su propio sostén (Éxodo 22:1-6). Esas leyes reflejan la justicia y la sabiduría del “Juez”, “Dador de Estatutos” y “Rey” perfecto, Jehová Dios. (Isaías 33:22.)
¿Ciencia, o ficción?
El interés en la vida extraterrestre ha ganado una gran cantidad de partidarios entre la gente en los últimos años debido, en gran parte, a los viajes espaciales, la ficción científica y la industria cinematográfica. De hecho, las dos películas cinematográficas más populares de la historia —Guerra en las galaxias y E.T., el extraterrestre— tratan sobre ese tema. Al mismo tiempo se están llevando a cabo costosos proyectos científicos en un esfuerzo sincero por hallar vida y/o inteligencia en el espacio exterior. El resultado ha sido que a muchas personas, especialmente a los jóvenes, se les está haciendo cada vez más difícil saber dónde termina la ciencia y dónde empieza la ficción. La existencia de seres extraterrestres, y la posibilidad de comunicarse con ellos y ser influenciados por ellos se ha infiltrado sutil y calladamente en la conciencia de la gente.
Al comentar sobre ese fenómeno, Jack Catran, científico de la industria espacial, escribe para un artículo de la revista Newsweek intitulado “E.A. = Enough Already” (¡Basta ya!): “Los escritores y los productores de películas tienen derecho a especular sobre cualquier tema científico, pero llamemos eso por su nombre: ficción científica, no ciencia. Y designemos cuáles son sus objetivos: explotación y venta, no educación”. Sin duda el consejo que da la Biblia acerca de distinguir entre los hechos y el “falsamente llamado ‘conocimiento’” es el proceder sabio. (1 Timoteo 6:20.)
Los evangelizadores de hoy
El pasado mes de diciembre la NCCB (siglas en inglés para la Conferencia Nacional de Obispos Católicos) votó a favor de poner fin a su programa de cinco años de duración para promover la obra de evangelizar, y al comité encargado de ello. “El esparcir las ‘buenas nuevas’ ya no es una prioridad nacional para la conferencia de obispos”, dijo el National Catholic Reporter. “Se ha dejado a nivel local y a la casualidad.”
Pero ¿por qué ha renunciado la NCCB a su obra de evangelizar? “Todavía no ha llegado el tiempo en que la mayoría de los católicos acepten como componente natural de su fe el hecho de que tienen la obligación de evangelizar”, dice el Reporter, y añade que “no se tenía mucha conciencia de que el evangelizar era la actividad más importante con la cual tenía que concordar todo lo que la iglesia hacía”.
¡Qué contraste hay entre eso y el espíritu ardiente de evangelizar que desplegaron cristianos del primer siglo! Hasta los opositores se sintieron impulsados a decir: “¡Miren! Han llenado a Jerusalén con su enseñanza” (Hechos 5:28). Más bien que dejarlo “a la casualidad”, el apóstol Pablo declaró: “Me incumbe hacerlo por necesidad; pues ¡ay de mí, si no predicare el Evangelio!”.(1 Corintios 9:16, Versión de Juan Straubinger, católica.)
Hoy, en respuesta a las palabras de Jesús registradas en Mateo 24:14 y Mat. 28:19, 20, los testigos de Jehová sí han hecho de la predicación de las buenas nuevas del Reino de Dios “la actividad más importante” en su vida. Tienen una organización evangelizadora mundial.