¿Honra usted a Jehová con sus cosas valiosas?
“Estimados hermanos: ¿Cómo están? Quiero ser misionera cuando sea grande. Usen este dólar para ayudar a los misioneros.” Esto lo escribió una niñita de tres años de edad llamada Shelley. Al pie de la carta su madre interpretó los garabatos infantiles de ella.
De manera más informal, Stephen escribió: “Estimada Sociedad de Biblias y Tratados. Tengo 8 años de edad. Vivo en la calle 89. Espero que ustedes estén bien. Les doy un dólar para el fondo de Salones del Reino. Envíenme una carta pronto”.
¿POR qué escribieron esos jovencitos a la central de la Sociedad Watchtower? Porque querían honrar a Jehová mediante el uso de lo que tenían para adelantar Su alabanza. Estaban siguiendo el mandato bíblico: “Honra a Jehová con tus cosas valiosas y con las primicias de todos tus productos”. (Proverbios 3:9.)
Jehová ciertamente es digno de esa honra. Nadie se puede comparar a él. Revelación 4:11 declara: “Digno eres tú, Jehová, nuestro Dios mismo, de recibir la gloria y la honra y el poder, porque tú creaste todas las cosas, y a causa de tu voluntad existieron y fueron creadas”. No solo es cierto que “por él tenemos vida y nos movemos y existimos”, sino que él nos ha provisto lo mejor. (Hechos 17:28.) Como nos recuerda el escritor bíblico Santiago, Dios es el Dador de “toda dádiva buena y todo don perfecto”. (Santiago 1:17.)
Sin embargo, no toda persona comprende lo necesario que es alabar y honrar a Jehová. De hecho, ¡millones de personas ni siquiera han aprendido Su nombre! Muchas adoran las cosas creadas “más bien que a Aquel que creó”. (Romanos 1:25.) Las personas de corazón sincero y honrado necesitan que se les instruya. Necesitan saber que Jehová entrará pronto en acción. Por medio de la gobernación de su Hijo, Dios quitará de la Tierra para siempre la opresión y a los opresores, equilibrará las cosas de nuevo perfectamente y restablecerá el Paraíso y la habilidad del hombre tocante a vivir para siempre con salud perfecta. (Daniel 2:44; Revelación 21:1, 3, 4.) En realidad, la vida misma de los que buscan justicia depende de que adquieran dicho conocimiento y obren en armonía con él. (Sofonías 2:3; Juan 17:3.)
Hace falta buena voluntad y aprecio
¿Quisiera usted también participar en esa obra salvavidas? El esparcir las “buenas nuevas” de ese Reino por “toda la tierra habitada” abarca mucho. (Mateo 24:14.) A los trabajadores que se ofrecen de buena gana hay que adiestrarlos y equiparlos para predicar, y luego enviarlos. ¡Qué agradable es ver ahora a más de 2.800.000 personas honrando a Jehová mediante la predicación de las buenas nuevas del Reino por todo el mundo! Personas en cantidades sin precedentes están predicando de tiempo completo y muchas hasta se mudan a lugares donde hay mayor necesidad de predicadores. Ya se ha enviado a miles de misioneros para iniciar la obra de predicar en otros países, y continuamente se suman otros a sus filas.
Para superentender, mantener y apoyar toda esta actividad se requiere gran organización. Ha habido que edificar y ampliar nuevos edificios para que sirvan de sucursales y hogares misionales alrededor del globo terráqueo. En la actualidad se están construyendo lugares de adoración —Salones del Reino y Salones de Asambleas— a un ritmo sin precedente. Es alentador ver que el pueblo de Jehová ha respondido de buena gana y ha desplegado buena disposición para usar cuanto tienen a fin de servir a Jehová. (Salmo 110:3.) Pero la predicha ‘aceleración’ del recogimiento en estos últimos días exige ahora que se intensifique la buena voluntad de honrar a Jehová con nuestras cosas valiosas. (Isaías 60:22.) ¿Qué se requiere, pues, de nosotros?
Una de las cosas que se requiere es aprecio... aprecio por todo lo que Jehová nos ha dado. Sí, nuestros bienes son realmente dádivas de Jehová. “En realidad —pregunta el apóstol Pablo—, ¿qué tienes tú que no hayas recibido?” (1 Corintios 4:7.) ¿Y cuál ha sido el propósito de Dios al dárnoslos? ¡Para que podamos usar tales dádivas para la honra de él! (1 Pedro 4:10, 11.)
Entre esas dádivas están nuestros haberes físicos, mentales, espirituales y materiales... sí, la vida misma. ¡Y qué generoso ha sido Jehová con cada uno de nosotros! ¡Qué excelente ejemplo de dar nos ha dado él! De seguro, el haber sido objeto de la generosidad de Jehová debería movernos a apreciar tales provisiones. ¿No nos sentimos movidos, pues, a honrarlo con lo que tenemos?
Tal vez usted se sienta limitado en cuanto a lo que puede hacer. Después de todo, no todos pueden servir de misioneros en un país distante ni dedicarse a algún otro rasgo del servicio de tiempo completo. Tampoco tiene la mayoría de nosotros la destreza ni los medios para ir a ayudar en proyectos de construcción. Las circunstancias individuales también limitan a los que pueden dedicar su vida para servir en las oficinas de sucursal donde se imprimen publicaciones vitales, como esta revista. Sin embargo, cada uno de nosotros puede experimentar la gran felicidad que proviene de dar. (Hechos 20:35.) Y todos podemos utilizar nuestra vida y nuestra habla de maneras que agraden a Dios y le traigan honra y alabanza. (Colosenses 3:23.)
Cómo se puede hacer esto
Shelley y Stephen, aunque son de tierna edad, hallaron una manera. Se dieron cuenta de que su contribución a la Sociedad Watchtower se usaría para adelantar la obra mundial de predicar. Y ciertamente se agradece su donación, prescindiendo de la cantidad que haya sido. Stephen recibió una carta de agradecimiento. Y también la pequeña Shelley recibió una. Lo que cuenta no es la cantidad, sino el motivo, pues para que un regalo sea aceptable tiene que ser completamente voluntario. (2 Corintios 9:7.) Jehová se complace en nuestras contribuciones, sean grandes o pequeñas, cuando representan nuestra devoción a él de toda alma. (Lucas 21:1-4.)
Entonces, al aprecio le sigue la acción. ¿Hemos examinado qué cosas valiosas tenemos que pudieran usarse para honrar a Dios? Nuestra vida, prescindiendo del vigor y las fuerzas que tengamos, es ciertamente preciada y no debería malgastarse en búsquedas vanas. ¿Dedicamos cuanto tiempo podemos a desarrollar y fortalecer una relación íntima y personal con Jehová? ¿Lo honramos con nuestros labios mediante la proclamación de su nombre y su mensaje? (Hebreos 13:15, 16.) Los hijitos también son una posesión preciada que Jehová ha dado. (Salmo 127:3.) ¿Los animamos a dedicar su vida al servicio de Dios?
Además, tenemos literalmente oro, plata y otros haberes monetarios. Las contribuciones de ese tipo apoyan nuestras congregaciones locales, incluso el mantenimiento de los Salones del Reino y Salones de Asambleas, los cuales sirven de centros de instrucción bíblica y actividades de predicar en nuestras comunidades. Cuando estas contribuciones se envían a la central de la Sociedad Watchtower o a una sucursal de la misma en algún país, ayudan a adelantar la obra de predicar el Reino mundialmente. Dichas dádivas pueden destinarse a cualquier uso que queramos. La pequeña Shelley, quien tiene presente la meta del servicio misional, quiso ayudar a los misioneros. Stephen, al oír de la gran necesidad de centenares de Salones del Reino adicionales y de los enormes gastos en que se incurre, quiso que se agregara su donación al Fondo de la Sociedad para Salones del Reino. Otras personas contribuyen para alguna necesidad especial, como al proveer socorro cuando hay algún desastre.
No obstante, a menudo las personas prefieren dejar que los hermanos de la sucursal determinen cómo ha de gastarse el dinero, puesto que ellos saben cuál necesidad es la más urgente. Uno de los que han contribuido escribió: “Adjunto hay un cheque para que la Sociedad lo utilice según lo vea apropiado para adelantar la obra de predicar. Estamos muy contentos de ver el excelente aumento por los esfuerzos de todo el pueblo de Jehová y la bendición de Jehová sobre la obra”. Otra carta decía: “Hace poco, al jubilarme, recibí una suma considerable de dinero de la compañía para la cual había trabajado. Mi esposa y yo deseamos sinceramente que parte de este dinero se emplee para adelantar la proclamación del Reino. Así que adjunto hay un cheque que hemos ofrecido en nombre de nosotros y nuestros hijos. Que Jehová los bendiga al decidir cómo pueden utilizar mejor este dinero”.
A Jehová le agrada ver esa buena voluntad de honrarlo con nuestras cosas valiosas. Además, él declara la promesa: “Entonces tus almacenes de abastecimientos estarán llenos de abundancia; y tus propias tinas de lagar rebosarán de vino nuevo”. Tal como hizo en el caso del antiguo Israel, Jehová recompensa abundantemente tal espíritu generoso hoy día. El que uno utilice sus “cosas valiosas” para honrar a Jehová no implica que estas se agotan, ¡sino que aumentan debido a la bendición de Jehová sobre el dador! (Proverbios 3:9, 10.)
¡Qué privilegio tenemos de poder honrar a Jehová y destacarnos por ser diferentes “en medio de una generación perversa y torcida”! ¡Y qué privilegio tenemos al poder participar en la proclamación del Reino, la obra que él ha asignado para que se lleve a cabo antes que termine este inicuo sistema de cosas! (Filipenses 2:15; Mateo 24:14; 28:19, 20.) Pronto se cumplirá la visión inspirada en que “toda criatura”, prescindiendo de donde esté, atribuya para siempre honra, gloria y poder a Jehová. (Revelación 5:13; 7:12.) Honremos por todos los medios a Jehová con nuestras cosas valiosas aun ahora.
[Recuadro en la página 22]
“¿Cómo se sufragan los gastos de su obra?”
Muchas personas hacen esta pregunta. Se sorprenden cuando los Testigos que visitan sus hogares no solicitan fondos. Otras personas se maravillan por igual cuando asisten a una asamblea de los Testigos o visitan por primera vez un Salón del Reino y hallan que allí nunca se hacen colectas. Entonces, ¿cómo se sufragan los gastos de la obra de testificar? La contestación es: mediante contribuciones voluntarias de los que quieren honrar a Jehová con sus cosas valiosas. He aquí algunas maneras como esto se lleva a cabo.
Donaciones: Las contribuciones de dinero se pueden enviar directamente a Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania, 25 Columbia Heights, Brooklyn, New York 11201, o, en otros países, a la sucursal de la Sociedad en el país. Junto con estas contribuciones debería enviarse una carta breve que indique que lo que hay adjunto es una donación. También pueden donarse propiedades.
Convenio de donación condicional: Se pueden dar dinero, acciones, bonos y títulos de propiedad a la Sociedad con la condición de que, si la persona necesitara los bienes, se le pueden devolver. Este método evita las incertidumbres y los gastos de legalizar un testamento, a la vez que asegura que la Sociedad reciba la propiedad en caso de muerte.
Seguros: La Sociedad Watch Tower puede ser inscrita como beneficiaria de una póliza de seguro, y debería informársele al respecto. De igual modo, también se pueden poner cuentas bancarias de ahorro en fideicomiso a nombre de la Sociedad.
Testamentos: Se pueden legar propiedades y dinero a la Sociedad Watch Tower mediante un testamento ejecutado legalmente. Se debe enviar una copia del mismo a la Sociedad.
Se puede obtener más información o asesoramiento escribiendo a Watch Tower Bible and Tract Society, Office of the Secretary and Treasurer, 25 Columbia Heights, Brooklyn, New York 11201, o a cualquier sucursal local.