Los proclamadores del Reino informan
‘Quien halla la sabiduría halla la vida’
LA SUCURSAL de la Sociedad Watch Tower en Israel escribe: “La verdad está atrayendo a ‘toda clase de hombres’ de las diferentes comunidades que componen el moderno estado de Israel”. A estas personas de corazón sincero que buscan la verdad se les asegura: “El que me halla [la sabiduría] ciertamente halla la vida, y consigue buena voluntad de Jehová”. (1 Timoteo 2:4; Proverbios 8:35.) La experiencia de una mujer de Israel ilustra la veracidad de este proverbio.
◻ Un testigo de Jehová visitó a una persona que estaba suscrita a La Atalaya e hizo arreglos para conducir un estudio bíblico con ella. La señora estaba contenta con el estudio. Una vecina escuchó sobre esto y asistió. El informe dice que la vecina “reconoció inmediatamente que aquello era lo que ella había estado buscando por años”. ¡Y qué cambios hizo rápidamente en su vida! La señora y su esposo cancelaron una solicitud de divorcio, a la cual faltaban pocos días para que se concretara, e hicieron las paces. Ella estaba profundamente envuelta en la astrología y ligada a un culto, pero se deshizo de libros muy caros y de todo lo que estaba relacionado con el demonismo. Comenzó a asistir a las reuniones de los testigos de Jehová y a hablar con sus familiares y amigos acerca de la nueva fe que había hallado. En cuanto a los amigos que perdió debido a esto, ella declara: “Obviamente no eran verdaderos amigos”.
Esta señora ahora da testimonio con entusiasmo a los clientes de la tienda que pertenece a su familia y participa regularmente en predicar las buenas nuevas de casa en casa. ¡Qué feliz se siente ella de haber hallado la sabiduría y de haber aprendido sobre las maravillosas provisiones de Jehová para la vida eterna en su nuevo sistema! La vecina de ella, la que originalmente pidió la suscripción, también ha seguido estudiando y progresando.
◻ Lloyd vive en Guyana. Su camino hasta hallar la libertad religiosa fue largo. Comenzó su recorrido como presbiteriano. Se casó con una hindú, quien también se hizo presbiteriana. Él confesó más tarde: “Estaba abrumado por la hipocresía que reinaba” en esa iglesia. De modo que se volvió al islam, pero tampoco halló la libertad. Luego trató el hinduismo. Después de aprender mucho acerca de la reencarnación y de las leyes de karma, comenzó a dudar de esas doctrinas. Entonces se cambió al ocultismo, edificó un altar y adoctrinó a su familia en esa enseñanza. Declaró: “Las horribles y aterradoras experiencias que mi familia y yo sufrimos me hicieron abandonar esta religión”. Adoptó una manera de vivir materialista, pero su vida de familia estaba desintegrándose. Él dice: “Le oré a Dios, al Padre, a Alá y a Ram, y le dije que estaba hablando con el Creador de todas las cosas. Le hice saber que yo quería agradarle a él y no al hombre”.
Al llegar a este punto, un testigo de Jehová “bien vestido, de habla suave y buenos modales” tocó a la puerta de Lloyd y contestó satisfactoriamente sus preguntas. El Testigo le dejó el libro La verdad que lleva a vida eterna y una Biblia. En poco tiempo se estableció un estudio bíblico con Lloyd y su esposa. Progresaron en conocimiento y se separaron de Babilonia la Grande... el sistema mundial de la religión falsa. Con el tiempo se dedicaron a Jehová y se bautizaron. Lloyd declara: “El amor, el amor verdadero, ha reemplazado el odio y la ira; pero más importante aún, ha añadido significado y propósito a nuestra vida”.
Ahora se regocijan en ‘la verdad que los ha libertado’. (Juan 8:32.)
◻ En las Islas Seychelles una mujer joven también aprendió de Jehová, lo cual resultó en bendiciones. Ella había estado viviendo con un hombre en un arreglo consensual y tenía varios hijos de él. La mujer apreciaba las verdades que estaba aprendiendo de la Biblia, pero halló que era difícil tomar una decisión firme para así calificar para el servicio de Jehová. Vivía en una casa con comodidades de que muy pocas personas disfrutaban. Después de orar y recibir estímulo del superintendente de circuito decidió presentar las opciones al hombre con quien vivía: tendrían que casarse legalmente o separarse. Puesto que el hombre se mostró reacio ante las dos opciones, ella se mudó. ¡Qué feliz se sintió de poder satisfacer los requisitos ahora para predicar las buenas nuevas, dedicar su vida a Jehová y bautizarse! Es interesante el hecho de que el hombre con quien ella vivía quedó tan impresionado por su posición firme respecto a los principios bíblicos que comenzó a hacer arreglos para unir a la familia mediante el matrimonio legal.
El salmista reconoció: “Porque contigo [Jehová] está la fuente de la vida”. (Salmo 36:9.) Estas personas también reconocieron esto y buscaron la sabiduría para llegar a conocer a Jehová y sus requisitos a fin de alcanzar la vida. ¡Cuánto aprecian el hecho de que ‘el que halla la [sabiduría] halla la vida’!