El tercer milenio... ¿le traerá lo que usted espera?
HA EMPEZADO la cuenta regresiva. Un reloj digital en la fachada del centro cultural de Beaubourg, en París, Francia, indica los segundos que quedan. Su incesante cuenta regresiva continuará hasta la medianoche del 31 de diciembre de 1999. En ese momento sucederá algo que solo se ha visto una vez antes durante nuestra era común: el comienzo de un nuevo milenio, el tercer milenio.
“[El año] 2000 es, en cierto modo, ‘lo mayor que se ha esperado’ en toda la historia humana”, sugiere el investigador de asuntos sociales Bernward Joerges, de Berlín, Alemania. ¿Por qué tanta expectación? Después de todo, el año 2000 es solo otra fecha en la corriente del tiempo. Además, es una fecha solo reconocida por los que siguen el calendario de Occidente. Según el calendario islámico, el 2000 E.C. cae en el año islámico 1420; según el calendario judío, en el 5760 A.M.
Pero en una entrevista publicada en el diario sueco Dagens Nyheter el profesor Joerges explica: “El colonialismo y el imperialismo han hecho que nuestra cronología gregoriana, que empieza con el supuesto nacimiento de Cristo, se haya impuesto en muchas partes del mundo”. Así que el año 2000 señalará una nueva época mundial para gran parte de la humanidad. Dice el profesor Joerges: “Todos relacionarán su biografía personal y todo lo demás con este acontecimiento”.
Sin embargo, muchos esperan hacer algo más que simplemente marcar el tiempo. “En toda esfera de la vida y en todo nivel social ya se idean proyectos y programas de envergadura para ‘marcar’, hacer significativo y celebrar este acontecimiento”, afirma Joerges. Añade que “por todo el globo terrestre grandes proyectistas y directores idean y planean espectáculos sobresalientes”. Otros pronosticadores dicen que “se nos inundará de libros sobre el siglo que habrá pasado. Será pura locura lo que presentarán al final del milenio los medios informativos. Una estación de televisión de Alemania occidental piensa presentar una transmisión de 24 horas de alboradas por toda la Tierra”.
De seguro los medios informativos también darán mucha publicidad al último bebé que nazca en 1999 y al primero que nazca en el año 2000. ¡Los periodistas querrán localizar a las pocas personas que queden de las que hayan nacido en el siglo XIX, para preguntarles qué opinan de haber vivido en tres siglos y dos milenios! Hay quienes creen que toda esta excitación por el fin del milenio causará histeria en masa. Una predicción desagradable dice que al llegar la medianoche de esa víspera de Año Nuevo muchos se suicidarán.
Descartando esos excesos obvios, se comprende el que el nuevo milenio fascine a la gente. En este mundo agobiado de problemas, para muchas personas el nuevo milenio es un faro de esperanza, una puerta a un futuro mejor. Algunos esperan que de la ciencia y la tecnología venga un futuro en que comamos mejor y vivamos más, trabajemos menos y permanezcamos más en casa; uno en el que los robots nos libren de tareas aburridas; en que por fusión controlada el agua se convierta en combustible. Prevén un futuro en que haya televisores con imágenes holográficas, aparatos telefónicos que permitan a cada usuario ver a la otra persona en una pantalla, facsímiles de color y teléfonos que traduzcan instantáneamente las conversaciones. Sueñan con viajes a la Luna, Marte u otros cuerpos celestes para explotar sus riquezas.
Pero no todo el mundo es tan optimista. Para algunos investigadores el nuevo milenio es el comienzo de un aumento demográfico mundial descontrolado y un tiempo de desintegración ambiental. La contaminación hará de la atmósfera de la Tierra un caluroso invernadero. Los glaciares se derretirán y el nivel de los mares subirá, lo cual inundará algunas zonas productivas y pobladas, pero hará desiertos de millones de hectáreas de tierras de labranza. Prevén un derrumbe económico mundial, inestabilidad política en gobiernos y sociedades, delito incontrolable y, lo peor de todo, una destrucción nuclear que acabará con toda la vida humana.
Los pronosticadores de sucesos se imaginan muchas cosas, pero es poco lo que saben con certeza en cuanto al milenio venidero. Sencillamente son demasiados los factores imprevisibles para que se pueda predecir con exactitud el futuro. Cierto futurólogo profesional asemeja esto a jugar al ajedrez: “Antes de mi siguiente jugada pienso en la mayor cantidad de jugadas que pudieran hacerse después. Pero cuando mi adversario hace su jugada, tengo que volver a hacer lo mismo”.
Solo el tiempo dirá lo que encierra el año 2000. Sin embargo, eso no significa que el futuro de usted tenga que quedar en la incertidumbre. La Biblia da prueba abundante de que estamos cerca del comienzo de un milenio mucho más significativo que el que empezará en menos de una década. ¡Este Milenio venidero sobrepasará por mucho todo lo que la humanidad espera! ¿Qué queremos decir con esto? ¿Qué implicará? Le invitamos a considerar el artículo siguiente y aprender lo que la Biblia dice sobre esto.