¿Pueden vernos los muertos?
UNA mujer asesina a su esposo. Siete años más tarde la aterroriza un sueño que considera una señal de la ira de su difunto esposo. A fin de apaciguar su “espíritu”, manda a su hija a derramar libaciones sobre su tumba.
La hija no sabe qué decirle al espíritu de su padre, pues la ofrenda procede de su madre, quien lo mató. Su hermano la observa desde un lugar escondido. Se acerca a su hermana y juntos ofrecen una oración a su padre para que los ayude a vengar su muerte.
Esta escena pertenece a Las Coéforas, una obra griega escrita hace más de dos mil cuatrocientos años. En la actualidad se ofrecen sacrificios similares sobre las tumbas en algunas partes del mundo, especialmente en África.
Considere, por ejemplo, la experiencia de Ibe, residente en Nigeria. Después de perder a sus tres hijos, visita al hechicero tradicional, y este le dice que las muertes no son casuales: el difunto padre de Ibe está enfadado porque su funeral no se ha llevado a cabo debidamente.
Siguiendo el consejo del hechicero, Ibe sacrifica una cabra y derrama una libación de ginebra y vino sobre la tumba de su padre. Invoca su espíritu, le pide perdón, le reafirma su amor y le solicita una bendición.
Ibe no duda de que su padre pueda verlo y oírlo. No cree que está sin vida, sino que cuando murió “se trasladó” del mundo visible al invisible. Cree que su padre ha pasado del mundo de carne y sangre al mundo de los espíritus, el dominio de los antepasados.
Ibe razona así: ‘Aunque mi padre ya no está en este mundo, aún me recuerda y está interesado en mi bienestar. Y como ahora es un espíritu con más poder, está en una condición mucho mejor para ayudarme que cuando se encontraba en la Tierra. Además, puede interceder por mí ante Dios, ya que Él también es un espíritu. Es posible que mi padre esté enfadado ahora, pero si le muestro el debido respeto, me perdonará y me bendecirá’.
La religión tradicional africana enseña que los muertos pueden ver a la gente en la Tierra e influir en su vida. Esta creencia también es común entre los que dicen ser cristianos. Por ejemplo, no es extraño que después de casarse en la iglesia, la mujer vaya a casa de sus padres para recibir la bendición tradicional. Allí se invoca a los antepasados y se derrama una libación. Muchas personas creen que, de no hacerlo, el matrimonio fracasará.
Se cree que los antepasados, o los espíritus de estos, velan por la supervivencia y la prosperidad de sus familias en la Tierra. Según esta opinión, son aliados poderosos, que pueden traer buenas cosechas, promover el bienestar y proteger del infortunio a la gente. Interceden en favor del hombre. Sin embargo, si se les pasa por alto o se les ofende, causan daño mediante la enfermedad, la pobreza o incluso la muerte. En consecuencia, la gente se esfuerza por mantener buenas relaciones con los muertos mediante sacrificios y ritos.
¿Cree usted que los muertos desempeñan un papel activo en la vida de los vivos? ¿Se ha visto usted alguna vez frente a la tumba de un ser querido pronunciando unas cuantas palabras, por si acaso las oye? Pues bien, el que los muertos puedan vernos y oírnos depende de lo que sucede al morir. Veamos lo que dice la Biblia sobre este importante tema.