Carta de la Sucursal

Estimados publicadores:

Desde los terremotos del Perú, hemos recibido noticias de que todos los misioneros que sirven en el Perú se hallan a salvo y bien. Inmediatamente después de saberse lo grande que era el desastre, las congregaciones de Lima recogieron ropa, alimento y dinero y llevaron aproximadamente siete toneladas de suministros a la zona azotada. Tan pronto como fue abierta al tránsito la carretera, tres automóviles y un camión cargados con material pasaron a Casma, donde hay 20 publicadores. Todos los edificios habían sido derribados por la sacudida y había un monte de escombros. Los suministros quedaron con un precursor especial que los había de distribuir.

La caravana de cuatro vehículos siguió su viaje a Chimbote, donde hay una población de 250.000 personas. Tenemos allí tres congregaciones de aproximadamente 300 hermanos. Todos los hogares fueron destruidos, y dos Salones del Reino se desplomaron. Un Salón del Reino tenía piso de concreto, de modo que lo primero que los hermanos hicieron fue remover los escombros y colocar una pared de estera, y el martes por la noche tuvieron allí su estudio de libro de congregación. Los hermanos que llevaban suministros llegaron allí a las 9 de la mañana del miércoles. Poco después de eso los misioneros de Trujillo vinieron desde el norte a Chimbote con más ayuda.

Hay varios pueblos en los Andes donde tenemos algunos hermanos de los cuales todavía no hemos oído nada. Sin embargo, se han hecho arreglos para llegar a ellos tan pronto como las carreteras hayan sido despejadas. En total, hemos sabido de tres publicadores que han perdido la vida.

Los hermanos de la ciudad de Nueva York respondieron rápidamente y con generosidad contribuyeron mucha más ropa de la necesaria. La Sociedad ya ha hecho un embarque de ropa al Perú y también ha enviado ayuda financiera desde Brooklyn a la sucursal. La Sociedad espera más informes, y lo que necesiten los hermanos se les dará. Confiamos en que los hermanos que estén en esta zona azotada ciertamente den mucho consuelo a los que están afligidos, dándoles el mensaje del reino de Dios.

También se nos ha dicho que del Camerún han expulsado a hermanos porque rehúsan votar. De modo que a los misioneros que estaban allí se les ha enviado a otras asignaciones. El 6 de junio la Sociedad recibió informes desde Madagascar que indican que el gobierno de aquel lugar está echando del país a 20 misioneros también. De modo que el pueblo de Dios sufre dificultades de más de una manera, pero aun así la predicación de estas buenas nuevas del Reino como testimonio continuará.

Dondequiera que esté el pueblo de Dios, continúan mostrando profundo aprecio por las cosas sagradas de Jehová y confían en que él los dirigirá en el servicio que les ha asignado en estos “últimos días.” Todos debemos perseverar en la oración y tener buen ánimo, sabiendo que llegamos a estar bajo el cuidado de nuestro Padre en el cielo que bendice a todos con las necesidades de la vida mientras continúan sirviéndole.

Sus hermanos y consiervos,

LA OFICINA DE SUCURSAL DE BROOKLYN