Carta de la Sucursal
Estimados publicadores:
¿Se pueden ustedes imaginar el entusiasmo y el gozo que hay en Betel cuando llega el tiempo de celebrar una asamblea internacional? ¡Cuántas reuniones gozosas hay con conocidos anteriores! Para los misioneros que visitan, una parada en Betel es un punto culminante de su viaje. Sin embargo, para muchos de los 6.000 delegados extranjeros era la primera vez que veían a Betel. El entusiasmo de éstos hizo que nosotros estuviéramos más al tanto del excelente privilegio que tenemos de servir en la central de la gran organización terrestre de Dios.
Nuestros corazones fueron conmovidos por el aprecio espiritual que mostraron tantos de estos visitantes de más de 26 países. Una pareja de Alemania Oriental, que había huido al Occidente, necesitaba muebles. Pero decidieron que: “El sofá viejo y el sillón serán suficiente hasta que venga el Armagedón.” Para ellos la oportunidad de ver a Betel era de más valor. Todos concordaron que la organización aquí es mucho más amplia que lo que se habían imaginado. Como lo expresó un hermano de Colombia: “Estamos tan contentos de estar aquí y poder ver a Betel con nuestros propios ojos.”
Misioneros y los que trabajan en las sucursales nos han estado visitando de India, Chile, Panamá, Kenia, las Filipinas, Papuasia y de muchos otros países. Fue emocionante el oír informes directos acerca de la obra en sus países. Por ejemplo, los misioneros de Kenia relataron acerca de las condiciones bajo la reciente proscripción, pero sabemos que ellos ya no podrán fortalecer más a sus hermanos allí. Se les dio cinco días para salir del país. Muchos de estos misioneros expresaron aprecio sincero por sus contribuciones que hicieron posible que ellos visitaran sus antiguos hogares.
Ahora, mientras muchos regresan de sus vacaciones y de haber asistido a una o más de estas asambleas, hay buena razón para que todos nos sintamos fortalecidos para continuar llevando a cabo nuestra obra celosamente, y aplicando la Palabra de Dios en todo lo que hagamos, mostrando así aprecio por la dádiva de la obra del reino.
Cuenten con nuestro caluroso amor y nuestras oraciones a favor de ustedes.
Sus consiervos,
LA OFICINA DE SUCURSAL DE BROOKLYN