Cómo comprar todo el tiempo oportuno que queda
1 Tener mucho que hacer en el servicio de Jehová nos mantiene ocupados. (1 Cor. 15:58.) Reconocemos que es necesario estudiar individualmente y en familia, leer la Biblia a diario, prepararnos para las reuniones cristianas, asistir a ellas y participar regularmente en el ministerio del campo. Los superintendentes tienen la responsabilidad de pastorear el rebaño y atender otros deberes en la congregación. Algunos tienen grandes responsabilidades familiares o diversas obligaciones para con otras personas. A fin de cumplir debidamente con todo es necesario que seamos equilibrados y estemos bien organizados.
2 Fijemos nuestras prioridades: ‘Comprar todo el tiempo oportuno que queda’ depende de nuestro discernimiento y buen juicio. (Efe. 5:15, 16.) Tenemos que determinar cuáles son “las cosas más importantes” y ponerlas en primer lugar en nuestra vida. (Fili. 1:10.) Un matrimonio dijo lo siguiente respecto a su hogar teocrático: “Llenamos nuestra vida con la verdad [...]. La verdad no es parte de nuestra vida, es nuestra vida. Todo lo demás gira en torno a ella”. Es esencial que pongamos la adoración a Jehová y su servicio en primer lugar.
3 Identifiquemos las actividades en que se pierde tiempo: Hay ciento sesenta y ocho horas en una semana, y debemos emplear sabiamente nuestro tiempo. Para tener suficiente tiempo para atender nuestras actividades teocráticas, es necesario identificar y reducir al mínimo aquellas cosas en que se pierde tiempo. Una encuesta reveló que el adulto medio estadounidense pasa más de treinta horas semanalmente viendo la televisión. Otros dedican mucho tiempo a la lectura de publicaciones mundanas. Algunos quizás encuentren que pasan una desmedida cantidad de tiempo en actividades sociales, pasatiempos, recreación o con la computadora. Tal vez tengamos que examinar nuestro horario diario para ver cómo podemos aprovechar mejor el tiempo. Lo sabio es fijar límites a la cantidad de tiempo que dedicamos a las actividades secundarias.
4 Establezcamos un buen programa: Prescindiendo de nuestras circunstancias, todos podemos comprar el tiempo para concentrarnos en asuntos espirituales. Algunos han encontrado que levantarse un poco más temprano por la mañana les permite lograr más. Si pasamos mucho tiempo viajando al trabajo o esperando a otras personas, pudiéramos emplear parte de ese tiempo leyendo la Biblia, preparándonos para las reuniones o escuchando los casetes de la Sociedad. La familia se beneficia enormemente cuando aparta una hora específica para estudiar junta con regularidad. Si cada miembro de la familia es puntual al asistir al estudio, nadie pierde tiempo.
5 Cada día que pasa nos debe hacer más conscientes de que “el tiempo que queda está reducido”. (1 Cor. 7:29.) Nuestra vida depende de cómo utilizamos el tiempo valioso que queda. Seremos bendecidos si compramos todo el tiempo oportuno que queda para mantener los intereses del Reino en primer lugar. (Mat. 6:33.)