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¡Despertad! 1983
g83 22/8 págs. 14-16

Un mundo en decadencia... ¿queda esperanza?

HOY día el tema que predomina en los titulares de periódicos es la amenaza de una catástrofe nuclear y la implacable decadencia económica a nivel mundial. Pero ¿son éstas las únicas amenazas que se ciernen sobre la civilización moderna? Bueno, otras civilizaciones han caído en tiempos pasados. Ninguna de ellas cayó debido a una guerra nuclear. Y a menudo el sistema económico de las mismas todavía funcionaba adecuadamente cuando se vinieron abajo. ¿A qué se debió su caída? En muchos casos los historiadores la atribuyen al derrumbamiento de las normas morales, a la corrupción interna de la civilización.

¿Se está corrompiendo desde dentro nuestra civilización? Los siguientes informes indican que efectivamente así es. ¿Hay algo que puedan hacer las personas? Por muchos años los testigos de Jehová han señalado al Reino de Dios como la única solución al problema. Y los que se someten al Reino de Dios ahora pueden combatir la decadencia moral dentro de sus propias familias. Los siguientes textos bíblicos indican cómo considera Dios las cosas que están sucediendo a nuestro alrededor, y cómo podemos evitar que nos corrompan.

‘Preserve la familia’, suplican los expertos

Peritos en el cuidado de los niños, procedentes de 17 países, celebraron una reunión. “Es preciso tratar de dar apoyo a la familia como la institución más importante de todas”, instaron.

La institución de la familia necesita todo el apoyo que se le pueda brindar. Durante 1981, en los Estados Unidos un total de 2.438.000 personas dijeron: “Acepto”, al hacer los votos matrimoniales, mientras que 1.219.000 personas dijeron: “No acepto”, por medio de divorciarse. Entre 1970 y 1980, la cantidad de parejas no casadas que vivían juntas casi se triplicó, mientras que de cada seis bebés uno nació fuera del matrimonio. ¿Cuáles han sido los resultados? A los hijos se les ha privado del sentido de seguridad que es parte de la crianza estable dentro de una familia.

En la reunión antes mencionada, el profesor Geoffrey P. Ivimey, de la Universidad de Londres, dijo que los padres que tratan de mantener unida a la familia practican con demasiada frecuencia el “aparcar” a los hijos en escuelas de párvulos, guarderías para infantes o frente al televisor. Prácticas como ésas, dijo el profesor, han producido una generación de personas “que no han aprendido a ser padres”.

“¿Ha hallado uno una esposa buena? Uno ha hallado una cosa buena, y consigue buena voluntad de Jehová.” (Proverbios 18:22.)

“Que el matrimonio sea honorable entre todos, y el lecho conyugal sea sin contaminación, porque Dios juzgará a los fornicadores y a los adúlteros.” (Hebreos 13:4.)

“Continúen soportándose los unos a los otros y perdonándose sin reserva los unos a los otros si alguno tiene causa de queja contra otro. [...] Pero, además de todas estas cosas, vístanse de amor, porque es un vínculo perfecto de unión.” (Colosenses 3:13, 14.)

“Entrena al muchacho conforme al camino para él; aun cuando se haga viejo no se desviará de él.” (Proverbios 22:6.)

Maltrato de menores

¿Qué induce a una madre a escaldar a su hija de tres años de edad hasta matarla por haber tomado sin permiso una lata de una bebida gaseosa? ¿O qué mueve a otra a pegarle tan violentamente en el rostro a su bebé de cuatro meses de edad que la criatura tenga que pasar el resto de su vida en una institución para subnormales? ¿O por qué cometería cinco delitos sexuales contra unas jovencitas un ex alcalde? ¿O por qué practicaría sodomía con un niño de ocho años de edad un consejero escolar?

Cada año hay hasta 10.000.000 de niños, tan solo en los Estados Unidos, que son víctimas de maltrato físico o abuso sexual, o se les tiene en completo abandono. Varios miles de niños mueren como consecuencia directa de ello. ¿Qué clase de sociedad obra de esa manera para con los niños?

El director de un programa de Connecticut para violadores sexuales comenta: “Si viéramos que esta misma cantidad de niños desarrollara repentinamente alguna clase de enfermedad, pensaríamos que teníamos ante nosotros una grave epidemia”.

“Mas ahora realmente deséchenlas todas de ustedes, ira, cólera, maldad, habla injuriosa y habla obscena[...] Desnúdense de la vieja personalidad con sus prácticas, y vístanse de la nueva personalidad.” (Colosenses 3:8-10.)

“Ustedes, padres, no estén irritando a sus hijos, sino sigan criándolos en la disciplina y regulación mental de Jehová.” (Efesios 6:4.)

“Que la fornicación e inmundicia de toda clase o avaricia ni siquiera se mencionen entre ustedes, así como es propio de personas santas.” (Efesios 5:3.)

“La estrategia del Diablo”

“Mientras más de nosotros llevamos a casa el papeleo de la oficina, o nuestro empleo nos aleja del hogar, queda menos tiempo para las relaciones con la familia y con los vecinos”, afirma el profesor de sicología Philip G. Zimbardo. “La estrategia del Diablo en nuestros tiempos es convertir en trivialidad la existencia humana [...] y crear la ilusión de que los motivos son las presiones del tiempo, las exigencias del empleo o las inquietudes que crea la incertidumbre económica.”

¿Y cuáles son las consecuencias? “No conozco otro asesino tan potente como el aislamiento. [...] Se ha demostrado que es un agente principal en la etiología [causa inicial] de la depresión, la paranoia, la esquizofrenia, el ultraje sexual, el suicidio, el asesinato en masa, y una amplia variedad de males.” (Psychology Today, agosto de 1980.)

“El que se aísla buscará su propio anhelo egoísta; contra toda sabiduría práctica estallará.” (Proverbios 18:1.)

“No hagan nada por rivalidad o por orgullo, sino con humildad, y que cada uno considere a los demás como mejores que él mismo. Ninguno busque únicamente su propio bien, sino también el bien de los otros.” (Filipenses 2:3, 4, Versión Popular.)

“Este es mi mandamiento: que ustedes se amen unos a otros así como yo los he amado a ustedes.” (Juan 15:12.)

Un mundo de competencia despiadada

Hoy día muchas personas son cínicas y están desilusionadas. Esto se deja ver en las crueles prácticas comerciales, la política poco escrupulosa, y especialmente en el delito. “El delito está aumentando en casi todo país alrededor del mundo. [...] Los delitos son cada vez más violentos [...] sigue aumentando la cantidad de jóvenes y mujeres que se dedican al delito”, informa U.S. News & World Report.

¿Son los delincuentes tan solo una pequeña minoría? ¡Qué va! El delito está entretejido en la estructura de la sociedad. Por ejemplo, en la República Federal de Alemania, la falta de honradez de los empleados cuesta a los contribuyentes mil millones de marcos al año (más de 400.000.000 de dólares, E.U.A.). La falta de honradez de los empleados no dista mucho en sentido moral del defraudar en el pago de impuestos, y, según el cálculo de cierto economista, “la cantidad de impuestos que no se pagan debido a la economía clandestina [ingresos por los que hay que pagar impuestos pero que no se los informan] ascendió a unos 97.000 millones de dólares el año pasado”. Otro economista dijo: “El verdadero total pudiera ser de más de 200.000 millones de dólares”.

“El hacer trampas ha reemplazado al béisbol como el gran pasatiempo estadounidense”, añadió un investigador del Servicio de Rentas Internas de los Estados Unidos.

“Que el que hurta ya no hurte más, sino más bien que haga trabajo duro, haciendo con las manos lo que es buen trabajo, para que tenga algo que distribuir a alguien que tenga necesidad.” (Efesios 4:28.)

“Ni ladrones, ni avarientos, [...] ni los que practican extorsión heredarán el reino de Dios.” (1 Corintios 6:10.)

“Toda alma esté en sujeción a las autoridades superiores [...] Rindan a todos lo que les es debido, al que pide impuesto, el impuesto.” (Romanos 13:1, 7.)

“Los que están determinados a ser ricos caen en tentación y en un lazo y en muchos deseos insensatos y dañinos, que precipitan a los hombres en destrucción y ruina.” (1 Timoteo 6:9.)

Cuando se pierden los ideales

Cuando pierden los ideales, las personas no se interesan en los demás. Se endurecen. Por ejemplo, el corazón de Thelma Qualls dejó de latir en seis ocasiones mientras yacía tendida bajo la lluvia en la calle Main de Richmond, Virginia. Seis veces Doug Waldrop la revivió. Durante 50 minutos, centenares de conductores que se apresuraban a llegar a casa no hicieron caso de las súplicas de este hombre para que alguien se detuviera y lo ayudara, o llamara una ambulancia. Thelma murió. Pero los médicos dicen que si a ella se le hubiera llevado más rápido al hospital, las probabilidades de que siguiera con vida se hubieran triplicado.

En Hartford, Connecticut, el policía James Quigley vio a una muchacha cortarse las venas de las muñecas con una navaja. Trató de acercársele. Ella corrió hacia la escalinata de la iglesia de la Inmaculada Concepción. Esgrimiendo la navaja contra su garganta, mantuvo a raya por 45 minutos a la policía, unos sacerdotes y varios amigos. Se aglomeró una muchedumbre. La gente decía en tono de mofa: “¡Haz lo que quieras, muchacha! ¡Adelante!”. “¿Adónde ha venido a parar la sociedad?”, murmuró un policía, que apenas podía creer lo que había pasado.

“Donde no hay visión el pueblo anda desenfrenado, pero felices son los que están guardando la ley.” (Proverbios 29:18.)

“Por lo tanto, todas las cosas que quieren que los hombres les hagan, también ustedes de igual manera tienen que hacérselas a ellos.” (Mateo 7:12.)

“Puesto que todas estas cosas así han de ser disueltas, ¡qué clase de personas deben ser ustedes en actos santos de conducta y hechos de devoción piadosa!” (2 Pedro 3:11.)

El derrumbamiento de las normas morales hoy día se previó en la Biblia (2 Timoteo 3:1-5). De hecho, es una de las muchas señales de que estamos viviendo cerca del tiempo en que el Reino de Dios finalmente reemplazará al presente sistema caótico con un gobierno estable y justo (Daniel 2:44). En ese tiempo, el rey nombrado por Dios, Cristo Jesús, “tendrá súbditos de mar a mar y desde el Río hasta los cabos de la tierra”. (Salmo 72:8.)

¿Le preocupa a usted la decadencia moral de hoy día? Si usted quisiera evitar que ésta lo contaminara ahora, y quisiera tener la seguridad de que en un futuro cercano se librará de ella a la Tierra, ¿por qué no considera lo que dice la Biblia? Los testigos de Jehová gustosamente le darán la ayuda que usted necesite. Entonces podrá tener la esperanza de beneficiarse de la promesa que Dios mismo ha hecho: “No harán ningún daño ni causarán ninguna ruina en toda mi santa montaña; porque la tierra ciertamente estará llena del conocimiento de Jehová como las aguas están cubriendo el mismísimo mar”. (Isaías 11:9.)

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