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  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1980
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  • Razonable su punto de vista de la sangre
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1980
w80 1/6 págs. 10-11

Ponderando las noticias

¿Debe dudar el cristiano?

● El autor de una obra teológica que se publicó recientemente con gran éxito de venta, Predigten für Zweifler (Sermones para los que dudan), consideró algunos de sus puntos de vista durante unas ceremonias que se celebraron en una academia luterana de la República Federal de Alemania. “La fe necesita a la duda,” sostuvo él, y pasó a decir que el fiarnos de Jesucristo sigue siendo un asunto de incertidumbre. “No hay garantía alguna.” También habló de ciertos “efectos sanos” del dudar, y citó como ejemplos el que el dudar impide que la persona se haga fanática o que se convierta en “esclava de una rutina de piedad.”

Pero la Biblia no une ‘la fe y la duda’ como si estas cosas debieran ir juntas. La Biblia define la fe verdadera como “la expectativa segura de cosas esperadas.” (Heb. 11:1) De hecho, por medio de resucitar a Jesucristo de entre los muertos Dios ‘proporcionó a todos los hombres una garantía’ para su fe. (Hech. 17:31) Además, la Biblia manifiesta claramente que no hay “efectos sanos” como resultado de que el cristiano dude acerca de su fe. Al tratar de la oración, Santiago escribió: “Que siga pidiendo en fe, no dudando nada, porque el que duda es semejante a una ola del mar impelida por el viento y aventada de una parte a otra. De hecho, no vaya a figurarse ese hombre que recibirá cosa alguna de Jehová; es un hombre indeciso, inconstante en todos sus caminos.”—Sant. 1:6-8.

Razonable su punto de vista de la sangre

● Un artículo que llevaba el título de “Sustitutivos sintéticos de la sangre” ganó un premio en un concurso de ensayos que se celebró en la República Federal de Alemania. El artículo describió los pasos que llevaron al reciente perfeccionamiento de sustitutivos sintéticos de la sangre. Explicó que los experimentos habían demostrado que los animales cuya sangre había sido reemplazada parcial o enteramente con sustitutivos sintéticos de la sangre no solo sobrevivieron, sino que siguieron desarrollándose normalmente. Dijo en conclusión: “A pesar de los muchos problemas sin resolver, se ha suministrado prueba de que por cierto espacio de tiempo los sustitutivos sintéticos pueden asumir algunas de las funciones de la sangre. Esto quiere decir que el uso de sustitutivos sintéticos de la sangre para personas que han sufrido grave pérdida de sangre . . . ya está dentro de lo posible.”

Uno de estos sustitutivos recién perfeccionados ya se ha usado en seres humanos en el Japón, y se da crédito al sustitutivo por haber salvado la vida de un paciente. El rasgo principal de estos sustitutivos es que, como la sangre, pueden portar oxígeno.

Todo esto confirma el hecho de que los testigos de Jehová no están obrando de modo irreflexivo o irrazonable cuando, por motivos religiosos, rehúsan aceptar transfusiones de sangre y piden algo diferente.—Hech. 15:29; 21:25.

La verdadera recompensa de la honradez

● Recientemente un hombre de Nueva Jersey, E.U.A., halló dos sacos de lona que habían caído de un vehículo blindado. Contenían 415.000 dólares, los cuales él devolvió a la compañía de vehículos blindados. El dueño de la compañía, agradecido, dio al hombre una recompensa de 1.000 dólares y le ofreció empleo. Pero, según informes, el hombre no se alegró por esto.

“No es justo,” se quejó. “Mil dólares no valían el que gastara gasolina para ir allá y recogerlos.” Según el Daily News de Nueva York, el hombre y su esposa “soñaban con pagar sus deudas y tener todavía suficiente dinero para comprar un pequeño auto de deportes ‘con dinero efectivo, solo para conocer la experiencia.’” En vez de esto, dijo: “Si tuviera que hacerlo de nuevo, quizás vacilaría en cuanto a devolver el dinero. Es como hallar un millón de dólares y conseguir un dólar por él.”

Sin embargo, ¿debería medirse la honradez personal de uno simplemente por el tamaño de la recompensa que produzca? ¿No valen más que cualquier recompensa material la satisfacción interna y el respeto de uno mismo que provienen de vivir en armonía con normas piadosas y ayudar a nuestro semejante? “La piedad es ciertamente un buen negocio,” dice la Biblia, “cuando uno se conforma con lo que tiene; . . . Los que quieren hacerse ricos, caen en tentaciones, trampas y mil afanes insensatos y funestos, que hunden a los hombres en la ruina y perdición.”—1 Tim. 6:6-9, Nueva Biblia Española.

¿Por qué retuvo la Iglesia a Jones?

● Después de los “suicidios” de más de 900 seguidores del “reverendo” Jim Jones en Jonestown, Guyana, muchas personas se preguntaron por qué la Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo) había permitido que el grupo de éste siguiera disfrutando de aceptación dentro de esa iglesia (Vea La Atalaya del 1 de octubre de 1979.) El Comité Administrativo de 44 miembros de esa iglesia se reunió y prometió que no daría pasos para expresar “juicio en cuanto al ministerio de una congregación.”

“Al tolerar y hasta aceptar con gusto las diferencias de opinión, quedamos sin regla de medir por medio de la cual se pueda determinar el error,” dijo Kenneth L. Teegarden, presidente de ese grupo religioso de 1,3 millones de miembros. La ley de esa organización religiosa dice que cualquier iglesia puede afiliarse a ella con simplemente tener una creencia básica en Cristo como Salvador.

Pero, ¿es aceptable una iglesia a Cristo solo porque afirme que cree en él? ¿Está el “aceptar con gusto las diferencias de opinión” en armonía con el modelo o patrón de adoración que estableció Cristo? Jesús mismo dijo que en el futuro muchos lo reconocerían como “Señor,” y sin embargo, en vez de aceptarlos a todos simplemente con esa base, él declaró: “No todo el que me dice: ‘Señor, Señor,’ entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre.” Dijo a los que no cumplían con los requisitos de Dios: Apártense de mí, obreros del desafuero.”—Mat. 7:21-23.

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