-
¿Cuándo vendrá el reino de Dios?La Atalaya 1957 | 15 de marzo
-
-
ángeles, y eso resultó en que Satanás y sus demonios fueran arrojados a la tierra. En ese tiempo se anunciaron ayes para los que estaban sobre la tierra a causa de que Satanás había descendido a ellos con gran ira, sabiendo que le queda poco tiempo. Esto explica por qué la maldad y los ayes han aumentado desde ese tiempo.—Sal. 110:2.
Podemos ilustrar todo esto por el nacimiento de los Estados Unidos. Nacidos el 4 de julio de 1776, tuvieron que pelear una guerra de siete años antes que sus trece colonias consiguieran su independencia de Inglaterra. Los años entre 1776 y 1783 pueden compararse con los años entre 1914, cuando nació el Reino, y el tiempo en que se peleará la batalla del Armagedón, la cual marcará el fin cabal de este viejo sistema de cosas inicuo y el comienzo de las bendiciones del Reino para las personas que aquí en la tierra sobrevivan a esa gran batalla.—Apo. 16:14, 16.
Dios ha hecho arreglos para este período entre los dos acontecimientos a fin de que los hombres de buena voluntad puedan oír el mensaje del Reino e identificarse como las “ovejas” que Jesús coloca a su derecha. (Mat. 25:31-46) Al terminar esta obra se peleará la batalla del Armagedón, en la cual todas las “cabras” serán destruídas y Satanás y sus demonios serán arrojados al abismo de inactividad semejante a la muerte. No puede faltar mucho para esto, porque Jesús dijo que la generación que viera al 1914 “de ningún modo pasará hasta que sucedan todas estas cosas.”—Mat. 24:34, NM.
Así que, aliéntense todos los hombres de buena voluntad que anhelan un dominio justo sobre la tierra. El reino por el cual Jesús nos enseñó a orar de seguro llegará a ser una realidad, y el cumplimiento de la profecía bíblica coloca no sólo el nacimiento de ese reino en nuestra generación, sino también sus bendiciones para la humanidad. Y continúen todas las personas que desean gozar de estas bendiciones no sólo orando por que venga en su plenitud, sino también viviendo en armonía con sus justos requisitos, dándole su lealtad y anunciándoselo a otros. Sí, que todos éstos “sigan, pues, buscando primero el reino” de Dios y su justicia.—Mat. 6:33, NM.
-
-
¿Padece usted de hambre de conocer la Biblia?La Atalaya 1957 | 15 de marzo
-
-
¿Padece usted de hambre de conocer la Biblia?
Casi todo el mundo padece de esa hambre. Algunas personas nunca llegan a reconocer este hecho. Algunas sí. En el número del 17 de septiembre de 1955 del Daily Record, diario nacional de Escocia, Robert McMahon, en la columna semanal “Una fe para los sábados,” pregunta: “¿Por qué se ha cerrado el Libro?” Contesta: “Un ministro de Perth se quejó amargamente diciendo que otros ministros saben tan poco acerca del procedimiento formal de la iglesia como acerca de la Biblia. Arroja la segunda parte de su acusación con la confianza del hombre que sabe que no se le puede contradecir. Y no hay duda de que tiene mucha razón. Al mismo tiempo que (a) la Iglesia se ha hecho progresivamente más débil, (b) la Biblia se ha leído cada vez menos en Escocia. Y se me ocurre que tal vez (a) sea más la consecuencia de (b) que lo contrario.
“Sobre esto yo puedo hablar con autoridad, porque tengo que contarme entre la gran multitud que carece de Biblia, en el sentido de que me hallo seco y amarillo sin casi nada de entendimiento del contenido del Libro—y, francamente, sólo hace poco que me di cuenta del hecho. . . . Pero si los ministros mismos se hallan en casi el mismo grado de ignorancia concerniente a la Biblia que los demás, ¿quién va a guiar a los ciegos? . . . Miro los títulos de los libros de la última mitad del Antiguo Testamento y me doy cuenta de que nunca he leído más que unos retacitos. Y, por supuesto, un libro difícil del Nuevo Testamento como el Apocalipsis, pues mejor es dejarlo sin tocar—y los ministros hacen precisamente eso. . . . Padecemos de hambre de conocer la Biblia.”
Jesús llamó a los guías religiosos de su día “guías ciegos.” El Hijo de Dios entonces llegó a la única conclusión lógica: “Si, pues, un ciego guía a un ciego, ambos caerán en un hoyo.”—Mat. 15:14, NM.
-