Cómo afecta vidas La Atalaya
LA ATALAYA se comenzó a publicar en inglés, su idioma original, en julio de 1879 como publicación mensual religiosa. Su primera tirada constó de 6.000 ejemplares, casi todos los cuales se enviaron a personas que no eran suscriptores, pero de las cuales se pensaba que estaban interesadas en la verdad bíblica. En 1892 comenzó a publicarse dos veces al mes por una contribución de un dólar, el cual precio de suscripción anual ha permanecido sin cambio alguno durante estos setenta y siete años. En los casi noventa años desde que se publicó por primera vez, la circulación de La Atalaya ha aumentado a más de novecientas treinta veces su circulación original, de modo que hoy se imprimen más de 5.600.000 ejemplares de cada número en 72 idiomas.
¿Por qué se publica La Atalaya? Para afectar las vidas de sus lectores para el bien esclareciendo lo que la Biblia dice acerca del nombre del Creador y sus propósitos y voluntad para sus criaturas sobre la Tierra. Verdaderamente ha servido como faro, como atalaya. (Isa. 21:8) Como revista oficial de los testigos de Jehová ha contribuido muchísimo a que a estos cristianos se les haya descrito como “personas de conciencia, de integridad, de fuerza de voluntad... personas cuya vida refleja lo que creen a un grado insólitamente grande.”—Tribune de Albuquerque, Nuevo México, 25 de julio de 1968.
Vez tras vez La Atalaya da consejo bíblico acerca de la vida de familia, incluso consejo para los jóvenes. El hecho de que hasta los jóvenes sacan provecho de esto se puede discernir de una carta que se recibió de uno de ellos:
“Se me pidió que escribiera algunas hojas sobre el tema que quisiera en mi clase de inglés. Aproveché la oportunidad para escribir acerca de la unidad de familia. Presenté lo que previamente había leído en La Atalaya y mostré cómo cada miembro de la familia podía dirigirse a la Palabra de Dios y recibir instrucción sobre la conducta correcta. . . . Cuando la maestra leyó el informe, dijo a toda la clase que yo había escrito algo diferente . . . Dijo que era extraordinario el que yo supiera acerca de asuntos de familia y que iba a hacer una copia de lo que escribí para incluirlo en el boletín de la iglesia.” ¿Extraordinario el que un joven sepa acerca de la unidad de familia? No, si lee La Atalaya, que señala a lo que la Biblia dice sobre el tema.—Col. 3:18-21.
Y sin importar lo avanzada de la edad de una persona, lo que lee en La Atalaya puede afectarla para lo bueno. Así, hace unos cuantos años en una isla de las Bahamas un señor de setenta y tres años de edad, aunque había vivido por treinta años con una compañera sin dar el paso de legalizar el matrimonio, se resolvió a casarse con ella por lo que había aprendido de los artículos de La Atalaya sobre el matrimonio. Muchos trataron de desanimarlo, y su novia titubeaba a causa de temor a hacer el ridículo. Pero en unos cuantos meses los dos se casaron en medio de asombrados espectadores que habían venido para la boda y el discurso sobre el matrimonio. Sí, La Atalaya afectó a este hombre, aunque tenía setenta y tres años de edad, haciéndole poner su vida en armonía con principios bíblicos como los que se expresan en Hebreos 13:4.
El alimento espiritual de La Atalaya hizo posible que millares sobre millares de testigos cristianos de Jehová resistieran la persecución enconada de los nazis durante el tiempo de HitIer y aguantaran el hostigamiento de los comunistas. Ha hecho posible que permanezcan firmes a pesar de la fuerte oposición de dictadores religiosos. Y ha servido para dar esperanza a gente de toda clase, aunque esté viviendo en las circunstancias más deprimentes. Así sucede que unos años después de la II Guerra Mundial la Sociedad Watch Tower recibió una carta de un representante viajero de los Amigos Americanos de la Libertad Rusa:
“Tuve el placer de conocer a la Sra. K. Ella vive en uno de los centenares de campos para refugiados que todavía se encuentran por toda Alemania. Los alrededores de estos campos son tan tristes que bastan para desanimar al alma más fuerte, especialmente después de años de alimento, ropa y alojamiento subnormales, y años de esperanza vana de una vida mejor por medio de la emigración o el empleo. . . . Pero tan pronto como entré en su diminuta habitación vi que esta señora difería de la mayor parte de la gente que había conocido. La habitación estaba aseada, y ella estaba limpia y nítida, y de buen humor y hospitalaria. Cuando hice un comentario al ver un ejemplar de la edición rusa de La Atalaya que estaba sobre su mesa, ella contestó que ésta había sido su apoyo más fuerte en los meses recientes, y que por medio de ella ha podido hallar nuevo gozo en la vida, y nueva esperanza. También se esfuerza por interesar a otros del campo en el mensaje que contiene.” Sí, tenía algo que la afectó, que le hizo tener gozo y esperanza a pesar de circunstancias tristes que hacían que otros perdieran la esperanza y se sumieran en el abatimiento.
La Atalaya también ayuda a la gente a entender y abrazar las doctrinas básicas de la Biblia. Sucedió, pues, que una señora de México que se había suscrito a esta revista, pero que no apreciaba su contenido, daba sus ejemplares a su vecina. Cuando la Testigo que había obtenido la suscripción se enteró de esto, visitó a la vecina quien, para entonces, había recibido ocho ejemplares. Ella informó:
“Las revistas habían hecho un buen trabajo. De solo ocho números la familia había aprendido las verdades fundamentales de la Palabra de Dios y se había librado de mentiras, ídolos y ciertas supersticiones. El resultado final es que dos de estas personas están bautizadas ahora y dos más han comenzado a compartir con otros las buenas nuevas del reino de Dios.” Pero ahí no terminaron las cosas. La familia que apreció La Atalaya dijo a la señora de quien obtuvo sus ejemplares en primer lugar: “Usted nos dio la verdad, y nosotros queremos dársela a usted.” Pudieron comenzar un estudio bíblico regular con ella, y ahora ella está asistiendo a las reuniones donde se estudia La Atalaya.
Sí, eso es exactamente lo que hace La Atalaya, afecta para el bien la vida de las personas que la leen; fortalece su fe en la Biblia como la Palabra de Dios; da consideración a profecías bíblicas y su cumplimiento; da consejo sobre conducta cristiana; ofrece elucidación de doctrinas cristianas y exhorta a todos los ministros cristianos de Jehová tocante a su comisión de primero predicar estas buenas nuevas del reino de Dios. ¡Confiamos en que afecte para el bien la vida de usted!