De nuestros lectores
Los animales de compañía y la seguridad En el artículo “¿Están los niños seguros con su perro?” (8 de julio de 1997), recomiendan que se coloque la cama del perro en la cocina. En cambio, en artículos anteriores han indicado que, por higiene, debemos mantener a los animales de compañía alejados de los lugares donde se prepara la comida.
R. H., España
Agradecemos la observación. El artículo se centraba en la seguridad de los niños, sin atender a los aspectos higiénicos de la cuestión. Por lo tanto, recomendamos a los lectores que examinen el tema “Coma, pero sin riesgos” (22 de junio de 1989), el cual señaló: “Tampoco debe permitirse que los animales, sean de compañía o de cualquier otro tipo, pisen el lugar donde se preparan los alimentos”. Tal vez una caseta en el exterior o un cuarto fuera de la cocina resulten lugares más adecuados para que el perro duerma.—La Redacción.
La vida en Australia Quiero darles muchísimas gracias por el entrañable aunque animado artículo sobre Australia titulado “La vida es diferente en Australia” (8 de octubre de 1997). Pese a que he leído mucho sobre ese fascinante y variopinto país, su artículo me hizo ver lo agradecidos que debemos estar a Jehová Dios por su maravillosa creación.
L. K., Alemania
Un paraíso sin problemas Les estoy muy agradecido por el reportaje “Un paraíso sin problemas, ¿cuándo?” (8 de octubre de 1997). Mi abuela murió de cáncer antes de que yo naciera, pero en el Paraíso no habrá más enfermedades. El artículo me animó a permanecer fiel para que pueda verla allí.
M. J., Trinidad
El sueño de los animales Quiero agradecerles el artículo “El sueño de los animales” (8 de octubre de 1997). Me pareció muy divertido y me di cuenta de las maravillas que puede haber en la creación.
J. G., Puerto Rico
Tengo un pez, y siempre he querido saber si estos animales duermen, así que me alegró descubrir que cuando lo veo completamente quieto, solo está descansando un poco.
A. P. L. M., Brasil
Pies doloridos El artículo “Alivio para los pies” (8 de octubre de 1997) parecía escrito pensando principalmente en la mujer. Sin embargo, varios días después de leerlo, mi esposo se quejó de que le dolían los pies, tal como ha venido haciendo durante los pasados siete años. Con el artículo fresco en la memoria, fuimos a una zapatería. ¿Pueden creer que estaba usando una talla 8 de ancho normal, cuando necesitaba una talla 9 de ancho especial? Gracias a ¡Despertad!, ya se siente más aliviado.
S. J., Estados Unidos
Trabajo de pie casi todo el día, y empezaba a tener problemas debido al uso de tacones altos. Este mes he sido precursora auxiliar (evangelizadora a tiempo parcial), y, gracias al artículo, adquirí tres pares de zapatos cómodos. Les agradezco que se interesen en nuestra salud y en mantenernos informados.
C. L., Alemania
La guerra y los niños Muchísimas gracias por el reportaje “Los efectos de la guerra en los niños” (22 de octubre de 1997). Realmente nos hace ver cuánto necesitamos que el Reino de Jehová ponga fin a los devastadores efectos de la guerra. Verdaderamente nos abrió los ojos a las crueldades que se cometen en otros lugares y que muchos ignoramos.
Y. C., Inglaterra
No me gusta leer sobre el maltrato infantil. Ahora mismo estoy a punto de llorar. La verdad es que me repugna ver que el mundo se está convirtiendo en una sociedad insensata de seres humanos indiferentes. Les felicito por su franqueza al presentar este revelador artículo.
K. E., Estados Unidos