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  • “Dios es amor”
    Acerquémonos a Jehová
    • El sol brillando entre las nubes.

      SECCIÓN 4

      “Dios es amor”

      De todas las cualidades de Jehová, el amor es la que más sobresale y la que más nos atrae a él. Al ir aprendiendo más sobre la forma en que Jehová demuestra esta hermosa cualidad, comprenderemos mejor por qué dice la Biblia que “Dios es amor” (1 Juan 4:8).

  • “Él nos amó primero”
    Acerquémonos a Jehová
    • Jesús muriéndose en un madero.

      CAPÍTULO 23

      “Él nos amó primero”

      1-3. ¿Por qué la muerte de Jesús es tan diferente de cualquier otra?

      HACE casi 2.000 años se juzgó a un hombre inocente. Lo declararon culpable de delitos que no había cometido y lo torturaron hasta la muerte. No era la primera vez que alguien sufría una muerte cruel e injusta, y por desgracia tampoco fue la última. Pero aquel caso fue muy diferente.

      2 Poco antes de su muerte, algo extraño en el cielo demostró la importancia de lo que estaba pasando. En pleno mediodía, de pronto todo se oscureció. Como dijo un historiador y escritor bíblico, “la luz del sol se fue” (Lucas 23:44, 45). Luego, justo antes de que diera su último aliento, aquel hombre pronunció estas memorables palabras: “¡Se ha cumplido!”. Y es que, al entregar su vida, logró algo maravilloso. Su sacrificio fue la mayor muestra de amor de parte de un ser humano (Juan 15:13; 19:30).

      3 Quizá ya se imagine que aquel hombre era Jesús. Todo el mundo sabe las cosas terribles que sufrió aquel día, el 14 de nisán del año 33 de nuestra era. Pero hay algo en lo que casi nadie se ha puesto a pensar: aunque Jesús sintió mucho dolor, hubo alguien que sufrió todavía más. Y, de hecho, esa persona hizo el mayor sacrificio y la mayor demostración de amor que jamás se haya hecho. ¿Qué hizo? Veamos la respuesta a esta pregunta. Eso dará pie al asunto más importante que podamos tratar: el amor de Jehová.

      La mayor muestra de amor

      4. ¿Cómo se dio cuenta un centurión de que Jesús no era un hombre común y corriente, y qué reconoció?

      4 Aquel día, después de que todo se oscureció, hubo un terremoto muy fuerte. El centurión romano que estuvo a cargo de la ejecución de Jesús se quedó tan impresionado que reconoció: “Está claro que era el Hijo de Dios” (Mateo 27:54). Sin duda, Jesús no era un hombre común y corriente. Aquel centurión había participado en la muerte del propio Hijo del Dios Altísimo. ¿Y cuánto cariño le tenía el Padre a su Hijo unigénito?

      5. ¿Qué nos puede ayudar a darnos una idea de todo el tiempo que Jehová y su Hijo pasaron juntos en el cielo?

      5 La Biblia llama a Jesús “el primogénito de toda la creación” (Colosenses 1:15). Piénselo: el Hijo de Dios ya existía antes de que existiera el universo. Entonces, ¿cuánto tiempo estuvieron juntos Padre e Hijo? La ciencia calcula que el universo tiene 13.000 millones de años. ¿Puede darse una idea de cuánto tiempo es eso? Para ayudar a la gente a comprender esa cantidad, en un planetario se trazó una línea de tiempo de 110 metros (360 pies) de largo. Cada paso que da un visitante equivale a 75 millones de años en la existencia del universo. Al final de la línea, hay una raya del grosor de un cabello que representa toda la historia del hombre. Sea que estos cálculos sean exactos o no, la línea entera siempre será más corta que la vida del Hijo de Jehová. ¿Y qué hizo Jesús durante tantos millones de años?

      6. a) ¿Qué hizo el Hijo de Jehová antes de venir a la Tierra? b) ¿Qué es lo que une a Jehová y su Hijo?

      6 El Hijo fue el “obrero experto” de su Padre, y eso lo hacía muy feliz (Proverbios 8:30). La Biblia dice: “Todas las cosas llegaron a existir por medio de él, y sin él no llegó a existir ni siquiera una sola cosa” (Juan 1:3). Así que Jehová y Jesús trabajaron juntos para hacerlo todo. ¡Cuánto debieron haber disfrutado! Todos sabemos que a los padres y a los hijos los une un cariño muy fuerte. De hecho, el amor “es un lazo de unión perfecto” (Colosenses 3:14). Pues imagínese lo fuerte que debe ser el amor que une a Jehová y Jesús, que pasaron tantísimo tiempo juntos. Está claro que los unen los lazos más fuertes que pueda haber.

      7. ¿Cómo expresó Dios lo que sintió cuando su Hijo se bautizó?

      7 Aunque Jehová amaba tanto a su Hijo, estuvo dispuesto a separarse de él por algunas décadas y lo envió a la Tierra para que naciera como un ser humano. Desde el cielo, vio crecer a ese bebé hasta que llegó a ser un hombre perfecto. Cuando Jesús tenía unos 30 años, se bautizó. ¿Y qué sintió su Padre celestial en ese momento? Él mismo dijo desde el cielo: “Este es mi Hijo amado; él tiene mi aprobación” (Mateo 3:17). ¡Qué contento debió sentirse Jehová al ir viendo cómo su Hijo cumplía fielmente todas las profecías y hacía todo lo que le había pedido! (Juan 5:36; 17:4).

      8, 9. a) ¿Qué tuvo que soportar Jesús el 14 de nisán del año 33, y cómo debió sentirse su Padre celestial? b) ¿Por qué permitió Jehová que su Hijo sufriera y muriera?

      8 Ahora bien, pensemos en lo que ocurrió el 14 de nisán del año 33 y en cómo debió sentirse Jehová al ver que traicionaban a Jesús, que una multitud lo arrestaba, que sus amigos lo abandonaban, que las autoridades le hacían un juicio ilegal y que los soldados se burlaban de él, le escupían, lo golpeaban y le daban latigazos hasta destrozarle la espalda. ¿Y qué sentiría cuando vio que lo colgaron de un poste clavándole las manos y los pies mientras la gente lo insultaba? Sí, ¿cómo debió sentirse cuando su querido Hijo le pidió ayuda agonizando, cuando dio su último aliento y cuando, por primera vez desde el principio de la creación, dejó de existir? (Mateo 26:14-16, 46, 47, 56, 59, 67; 27:38-44, 46; Juan 19:1).

      9 No hay palabras que describan el dolor que Jehová sintió cuando vio morir a su Hijo. Pero sí hay palabras para describir por qué estuvo dispuesto a sufrir tanto. En Juan 3:16, un versículo tan importante que se le ha llamado el Evangelio en miniatura, Jehová nos dice algo maravilloso: “Dios amó tanto al mundo que entregó a su Hijo unigénito para que nadie que demuestre tener fe en él sea destruido, sino que tenga vida eterna”. Los motivos de Jehová se resumen en una sola palabra: amor. Haber enviado a su Hijo para que sufriera y muriera por nosotros fue todo un regalo de parte de Jehová. Fue la mayor muestra de amor de todos los tiempos.

      “Dios [...] entregó a su Hijo unigénito”.

      Qué es el amor de Dios

      10. ¿Qué necesidad tenemos todos, y qué ha pasado con el significado de la palabra amor?

      10 ¿Qué es el amor? Se dice que es la mayor necesidad del ser humano. Y es que a todos nos gusta sentirnos queridos desde que nacemos. El amor es algo que nos hace felices. En cambio, la falta de amor puede acabar con nosotros. Y, a pesar de todo esto, es muy difícil definirlo. Todo el mundo habla del amor y hay un montón de libros, canciones y poemas sobre él. Pero la verdad es que no dejan claro lo que significa. De hecho, se abusa tanto de esta palabra que cada vez cuesta más saber qué es realmente.

      11, 12. a) ¿Dónde podemos aprender mucho sobre lo que es el amor, y por qué? b) ¿Qué palabras había en griego para referirse a cada tipo de amor, y cuál es la que más aparece en la Biblia? (Vea también la nota). c) ¿Qué suele significar agápē en la Biblia?

      11 Un diccionario bíblico explica que “el amor solo puede conocerse a base de las acciones que provoca” (Diccionario expositivo de palabras del Antiguo y del Nuevo Testamento exhaustivo, de Vine). La Biblia nos habla de las acciones mediante las que Jehová le ha demostrado su amor y bondad al ser humano. Así que es en la Biblia donde podemos aprender lo que es el amor. Como vimos, la mayor demostración del amor de Jehová fue entregar a su Hijo por nosotros. ¿Hay algo que pueda describir mejor lo que implica esta cualidad? En los siguientes capítulos, analizaremos muchos otros casos en los que vemos el amor de Jehová en acción. Pero primero veamos lo que nos enseñan las palabras originales que se usan en la Biblia. En griego antiguo había cuatro palabras para referirse al amor.a La que se usa con más frecuencia en las Escrituras Griegas Cristianas es agápē. Un diccionario bíblico dice que “esta es la palabra con más fuerza para referirse al amor”. ¿Por qué?

      12 En la Biblia, agápē suele referirse al amor que se guía por principios, al amor cristiano. No se basa solo en nuestras emociones o en lo que sentimos hacia otra persona. Más bien, decidimos demostrárselo a todo el mundo porque sabemos que eso es lo correcto. De hecho, quien tiene este amor se desvive por los demás. Por ejemplo, volvamos a Juan 3:16: “Dios amó tanto al mundo que entregó a su Hijo unigénito”. ¿Qué es ese “mundo”? Son todos los seres humanos que pueden beneficiarse del rescate. Muchos de ellos llevan un estilo de vida que a Dios no le gusta. Claro, Jehová no los quiere como si fueran sus amigos íntimos, tanto como quería a Abrahán (Santiago 2:23). Pero él les ofrece a todos la oportunidad de beneficiarse de su amor y bondad, y para eso tuvo que pagar un precio muy alto. Él quiere que todos se arrepientan y cambien (2 Pedro 3:9). Muchos lo hacen, y entonces él los acepta con gusto como sus amigos.

      13, 14. ¿Qué demuestra que el amor cristiano suele ir acompañado de ternura?

      13 Algunas personas creen que la Biblia se refiere al término agápē como algo frío e intelectual, pero están equivocadas. Más bien, este tipo de amor implica sentir tierno cariño por alguien. Por ejemplo, Juan 3:35 dice: “El Padre ama al Hijo”. Aquí se usó una forma de la palabra agápē. ¿Significa, entonces, que no sentía cariño por su Hijo? No. En Juan 5:20, donde se usó una forma de la palabra filéō, Jesús mismo dijo “El Padre quiere al Hijo” o, como dice la nota, “le tiene cariño”. Así que el amor de Jehová suele ir acompañado de ternura. Pero no se deja llevar por el sentimentalismo, sino que se basa en los principios de Dios, siempre sabios y justos.

      14 Como ya vimos, todas las cualidades de Jehová son perfectas y atrayentes. Pero la que más nos atrae es el amor. Nada nos impulsa tanto a acercarnos a Dios. ¡Y qué bueno es que esa sea su cualidad principal! Veamos por qué.

      “Dios es amor”

      15. ¿Qué dice la Biblia sobre el amor de Jehová, y por qué es eso tan especial? (Vea también la nota).

      15 La Biblia habla del amor de una forma especial. Por ejemplo, nunca afirma que Dios es poder, justicia ni sabiduría. Claro, él tiene estas tres cualidades. De hecho, es la fuente de ellas y nadie las demuestra como él. Pero, a diferencia de estas cualidades, la Biblia dice algo único sobre la cuarta virtud fundamental de Jehová: “Dios es amor” (1 Juan 4:8).b ¿Qué significa esto?

      16-18. a) ¿Por qué dice la Biblia que “Dios es amor”? b) ¿Por qué es el hombre un símbolo adecuado del amor de Jehová?

      16 La frase “Dios es amor” no significa que el amor y Dios sean lo mismo. No podemos invertir el orden y decir: “El amor es Dios”. Jehová es mucho más que una cualidad; es una persona con una amplia gama de sentimientos y cualidades, aparte del amor. Con todo y eso, el amor impregna todo su ser. Por eso una obra de consulta dice lo siguiente sobre este versículo: “La esencia o la naturaleza de Dios es el amor”. ¿Y qué quiere decir esto? Pues bien, el poder de Jehová hace posible que él actúe. Su justicia y su sabiduría rigen su manera de actuar. Pero es su amor lo que lo motiva a actuar. Demuestre la cualidad que demuestre, su amor siempre está presente, porque todo lo hace con amor.

      17 Se dice que Jehová es la personificación del amor. Por tanto, para saber más del amor basado en principios, hay que conocer a Dios. Claro, los seres humanos también podemos mostrar esta hermosa cualidad. ¿Y por qué? Fíjese en lo que Jehová le dijo a su Hijo cuando nos creó: “Hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza” (Génesis 1:26). Por eso, de todos los seres vivos que hay en la Tierra, los humanos somos los únicos que podemos amar por voluntad propia, igual que lo hace nuestro Padre celestial. ¿Recuerda que Jehová usó varios seres vivos para representar sus virtudes fundamentales? Pues eligió al hombre, su obra maestra en la Tierra, como símbolo de su principal cualidad: el amor (Ezequiel 1:10).

      18 Cuando demostramos amor desinteresado, basado en principios, reflejamos la cualidad más importante de Jehová. Es justo como escribió el apóstol Juan: “Nosotros amamos porque él nos amó primero” (1 Juan 4:19). Ahora bien, ¿en qué sentido nos amó primero?

      Jehová tomó la iniciativa

      19. ¿Qué impulsó a Jehová a comenzar la creación?

      19 El amor siempre ha existido. Piense en esto: ¿qué impulsó a Jehová a comenzar la creación? No fue que se sintiera solo y necesitara compañía. Jehová es completo, no depende de nadie y no le hace falta nada que otros puedan darle. Pero, por su amor —que es una cualidad activa—, quiso compartir la satisfacción de vivir. Y por eso les dio el regalo de la vida a seres que pudieran valorarlo. Apocalipsis 3:14 dice que “el principio de la creación de Dios” fue su Hijo unigénito. Luego, Jehová se valió de este obrero experto para hacer todo lo demás, comenzando por los ángeles (Job 38:4, 7; Colosenses 1:16). Como les dio libertad, inteligencia y sentimientos, estos poderosos espíritus podían formar una amistad entrañable con otros ángeles y, sobre todo, con Jehová (2 Corintios 3:17). Así que ellos amaban porque Dios los amó primero.

      20, 21. ¿Qué pruebas tenían Adán y Eva de que Jehová los amaba, pero cómo le pagaron ellos?

      20 ¿Y qué puede decirse de los seres humanos? Pasó lo mismo. Desde el comienzo, Adán y Eva vivieron rodeados del amor de su Padre. Podían ver pruebas de este amor en todos los rincones del jardín de Edén, el paraíso donde vivían. Génesis 2:8 dice: “Jehová Dios preparó un jardín en Edén, hacia el este, y allí puso al hombre que había formado”. ¿Alguna vez ha visitado un jardín o parque muy muy hermoso? ¿Qué fue lo que más le gustó? ¿La luz filtrándose entre las hojas de los árboles? ¿La variedad de tonos de una alfombra de flores? ¿La relajante música de un arroyo? ¿El canto de las aves? ¿El suave sonido de los insectos? ¿El aroma de los árboles, las frutas y las flores? Pues nada de esto puede compararse al jardín de Edén. ¿Por qué?

      21 ¡Porque Jehová mismo lo preparó! No hay palabras para describir lo impresionante que debía ser aquel jardín. Era muy grande y había mucha agua. Había una gran variedad de árboles muy bellos, de frutos deliciosos y de animales fascinantes. Adán y Eva tenían todo lo que necesitaban para ser felices y disfrutar de la vida: la alegría de estar juntos y un trabajo gratificante, entre muchas otras cosas. Su Padre celestial los amó primero, y ellos tenían razones de sobra para corresponder a su amor. Pero no lo hicieron. En vez de corresponderle obedeciéndolo, fueron egoístas y se rebelaron contra él (Génesis, capítulo 2).

      22. ¿Cómo reaccionó Jehová cuando Adán y Eva se rebelaron, y cómo demuestra esto que su amor es leal?

      22 ¡Cuánto debió dolerle esto a Jehová! Pero ¿se amargó y dejó de querer a los seres humanos? No, porque “su amor leal dura para siempre” (Salmo 136:1). Y fue por amor que tomó medidas de inmediato para salvar a los descendientes de Adán y Eva que tuvieran un buen corazón. Como ya vimos, esas medidas incluían algo muy doloroso para Jehová: dar a su querido Hijo como rescate por la humanidad (1 Juan 4:10).

      23. ¿Cuál es una razón por la que Jehová es el “Dios feliz”, y qué importante pregunta se responderá en el próximo capítulo?

      23 Desde el principio, Jehová siempre ha tomado la iniciativa en demostrarle amor a la humanidad. De hecho, en muchísimos sentidos, “él nos amó primero”. Y por eso Jehová es el “Dios feliz”, pues el amor produce paz y felicidad (1 Timoteo 1:11). Pero quizás usted se pregunte: “¿De verdad Jehová me ama a mí?”. Esta importante pregunta se responderá en el próximo capítulo.

      a El verbo filéō se refiere al cariño entre amigos íntimos o hermanos, y se usa mucho en las Escrituras Griegas Cristianas. La palabra storguḗ se refiere al amor por la familia, y según 2 Timoteo 3:3 muchos no sentirían esa clase de amor en los últimos días. La palabra éros se refiere al amor entre un hombre y una mujer; no se utiliza en las Escrituras Griegas Cristianas, pero la Biblia sí habla de este tipo de amor (Proverbios 5:15-20).

      b La Biblia usa expresiones parecidas a esta. Por ejemplo, dice: “Dios es luz” o “Dios es un fuego voraz” (1 Juan 1:5; Hebreos 12:29). Pero estas son solo metáforas que representan a Jehová con cosas físicas. Él es como la luz en el sentido de que es santo y justo; “en él no hay oscuridad”, o impurezas. Y también es como el fuego por la forma en que usa su poder para destruir.

      Preguntas para meditar

      • Salmo 63:1-11 ¿Cuánto valor debemos darle al amor de Jehová, y qué garantía nos da ese amor?

      • Oseas 11:1-4; 14:4-8 A pesar de que Israel (Efraín) era un pueblo desobediente, ¿cómo le demostró Jehová que lo amaba como un padre?

      • Mateo 5:43-48 ¿Cómo les muestra Jehová a los seres humanos que es como un padre que los ama?

      • Juan 17:15-26 ¿Cómo nos garantiza la oración que Jesús hizo por sus discípulos que Jehová nos ama?

  • Nada puede “separarnos del amor de Dios”
    Acerquémonos a Jehová
    • Una mujer con lágrimas de tristeza.

      CAPÍTULO 24

      Nada puede “separarnos del amor de Dios”

      1. ¿Qué sentimientos negativos tienen muchas personas, incluidos algunos cristianos?

      ¿QUÉ siente Jehová por usted? Hay quienes reconocen que Dios ama a la humanidad en general, como dice Juan 3:16. Pero piensan: “Dios nunca podría quererme a mí”. Hasta algunos cristianos pudieran sentirse así en algún momento. Un hombre dijo con tristeza: “Me cuesta mucho creer que yo le importe a Dios siquiera un poquito”. Y usted, ¿se ha sentido así a veces?

      2, 3. ¿Quién quiere convencernos de que Jehová no nos ama ni valora, pero qué nos ayudará a luchar contra esa idea?

      2 A Satanás le encantaría hacernos creer que Jehová Dios no nos ama ni valora. Es cierto que el Diablo suele seducir a la gente apelando a su orgullo y vanidad (2 Corintios 11:3). Pero también le gusta aplastar la autoestima de los más vulnerables (Juan 7:47-49; 8:13, 44). Y, en estos “últimos días” —tan críticos y complicados—, utiliza esta táctica más que nunca. Muchos se crían en familias sin “cariño natural”, y otros tienen que tratar a diario con gente feroz, egoísta y testaruda (2 Timoteo 3:1-5). Después de sufrir odio, maltrato o racismo por años, tal vez estén convencidos de que no sirven para nada y de que nadie los va a querer.

      3 ¿Se siente usted así? ¡No se rinda! A veces somos muy duros con nosotros mismos. Pero no olvide que la Palabra de Dios está hecha “para rectificar las cosas” y “para derrumbar cosas fuertemente atrincheradas” (2 Timoteo 3:16; 2 Corintios 10:4). La Biblia dice: “Haremos que nuestro corazón se sienta seguro delante de Dios, incluso si nuestro corazón nos condena, porque Dios es más grande que nuestro corazón y lo sabe todo” (1 Juan 3:19, 20). Veamos cuatro maneras en que la Biblia nos ayuda a “que nuestro corazón se sienta seguro” de que Dios nos ama.

      Usted vale mucho para Jehová

      4, 5. ¿Cómo demuestra la comparación que hizo Jesús de los gorriones que valemos mucho para Jehová?

      4 En primer lugar, la Biblia enseña claramente que, para Dios, cada uno de sus siervos es muy valioso. Por ejemplo, Jesús dijo: “Se venden dos gorriones por una moneda de poco valor, ¿no es cierto? Sin embargo, ni uno de ellos cae a tierra sin que su Padre lo sepa. Pero, en el caso de ustedes, hasta los cabellos de su cabeza están todos contados. Así que no tengan miedo. Ustedes valen más que muchos gorriones” (Mateo 10:29-31). Pensemos en lo que estas palabras de Jesús significaban para un judío del siglo primero.

      Un gorrión dándole de comer a otro.

      “Ustedes valen más que muchos gorriones”.

      5 Hoy quizás nos preguntemos quién compraría un gorrión. Pues bien, en aquel tiempo el gorrión era el ave comestible más barata. Se vendían dos por una moneda de poco valor. En otra ocasión, Jesús dijo que con dos monedas no daban cuatro, sino cinco. Venía uno de regalo, como si no valiera nada. Quizá la gente pensara que esos pajaritos no tenían ningún valor. Pero ¿cómo los veía el Creador? Jesús dijo que “Dios no se olvida de ninguno de ellos”, ni siquiera del que salía gratis (Lucas 12:6, 7). ¿Vemos la lección? Si un pajarito es tan valioso para Jehová, ¡con más razón lo somos nosotros! Como explicó Jesús, Dios conoce hasta el más mínimo detalle sobre nosotros. ¡Hasta sabe cuántos cabellos tenemos!

      6. ¿Por qué estamos tan seguros de que Jesús no exageró al decir que nuestros cabellos están contados?

      6 ¿Contar nuestros cabellos? Tal vez algunos piensen que Jesús exageraba. Pero piense en la resurrección. Para que Jehová haga que cada uno de nosotros vuelva a ser exactamente igual, ¡qué bien debe conocernos! Valemos tanto para él que lo recuerda todo sobre nosotros. Por ejemplo, conoce nuestro código genético y nuestros recuerdos, y sabe todo lo que nos ha pasado a lo largo de los años.a Contar los cabellos de una persona —unos 100.000 en promedio— no es nada en comparación con esto.

      ¿Qué ve Jehová en nosotros?

      7, 8. a) ¿Qué cosas buenas le gusta encontrar a Jehová cuando examina los corazones? b) ¿Cuáles son algunas obras que Jehová valora?

      7 En segundo lugar, la Biblia nos enseña lo que Jehová valora de sus siervos. Nuestras cualidades y los esfuerzos que hacemos por servirle lo hacen feliz. El rey David le dijo a su hijo Salomón: “Jehová examina todos los corazones y ve todas las intenciones y pensamientos” (1 Crónicas 28:9). Así que Jehová está buscando algo bueno en los miles de millones de corazones que hay en este mundo lleno de odio y violencia. ¡Qué feliz debe sentirse cuando encuentra un corazón que ama la paz, la justicia y la verdad! ¿Y qué hace Jehová cuando ve que alguien lo ama y quiere saber más cosas de él y contárselas a otros? Él mismo nos dice que se fija en especial en quienes hablan de él con otros. ¡Hasta hay “un libro para recordar a los que temen a Jehová y a los que meditan en su nombre”! (Malaquías 3:16). Él valora muchísimo todo esto.

      8 Jehová valora mucho nuestras buenas obras. ¿Cuáles son algunas de ellas? Pues bien, él espera que nos esforcemos por seguir los pasos de su Hijo, Jesucristo (1 Pedro 2:21). Por eso una de las obras que Dios valora es predicar las buenas noticias del Reino. En Romanos 10:15 leemos: “¡Qué hermosos son los pies de los que declaran buenas noticias de cosas buenas!”. Por lo general, los pies no son lo más “hermoso” que tenemos. Pero, en este versículo, representan los esfuerzos que hacemos los siervos de Dios para predicar las buenas noticias. A Jehová le encanta ver esos esfuerzos y valen mucho para él (Mateo 24:14; 28:19, 20).

      9, 10. a) ¿Qué nos da la seguridad de que Jehová valora nuestro aguante? b) ¿Qué es lo que nunca hace Jehová con sus siervos fieles?

      9 Jehová también valora nuestro aguante (Mateo 24:13). Recuerde que Satanás quiere que usted le dé la espalda a Dios. Así que cada día que le es leal a Jehová es un día más en que contribuye a responder a los desafíos del Diablo (Proverbios 27:11). Claro, a veces es difícil aguantar. Si tenemos problemas de salud, económicos, emocionales o de otro tipo, cada día puede convertirse en una prueba. Además, si nuestras expectativas tardan en cumplirse, podríamos desanimarnos (Proverbios 13:12). Jehová valora mucho que, a pesar de todo esto, le sigamos sirviendo con aguante. Por eso, con total seguridad, el rey David le pidió que recogiera sus lágrimas en un odre y le dijo: “¿Acaso no están anotadas en tu libro?” (Salmo 56:8). Jehová ve nuestras lágrimas y todo lo que sufrimos por serle leales. Él recuerda todo esto con cariño y lo valora muchísimo.

      Jehová valora nuestro aguante ante las pruebas.

      10 Pero, a pesar de saber todo esto, tal vez sigamos sintiendo que no merecemos que Dios nos ame. Quizá no dejemos de decirnos: “Hay tantos hermanos que son mejores que yo... ¡Qué decepcionado debe estar Jehová cuando me compara con ellos!”. Pero él no nos compara con nadie ni espera de nosotros más de lo que podemos hacer (Gálatas 6:4). Cuando Jehová mira en nuestro corazón, valora todo lo bueno que encuentra en él, por pequeño que parezca.

      Jehová separa lo bueno de lo malo

      11. ¿Qué nos enseña sobre Jehová el caso de Abías?

      11 En tercer lugar, cuando Jehová mira en nuestro corazón, separa con cuidado lo que encuentra para sacar lo bueno. Por ejemplo, en la época del rey Jeroboán, dijo que acabaría con la dinastía apóstata de este rey. Ahora bien, decidió que uno de sus hijos, Abías, tuviera un entierro digno. ¿Por qué? Jehová, el Dios de Israel, había “encontrado algo bueno” en él (1 Reyes 14:1, 10-13). Jehová fue separando todo lo que vio en el corazón del muchacho y encontró “algo bueno”. Por insignificante que fuera aquello que encontró, él se encargó de que este dato se incluyera en su Palabra. Y hasta le mostró misericordia dándole un entierro digno, aunque venía de una familia apóstata.

      12, 13. a) ¿Cómo demuestra el caso de Jehosafat que, aunque cometamos un pecado, Jehová busca lo bueno que hay en nosotros? b)  Igual que un padre cariñoso, ¿qué hace Jehová con nuestras buenas obras y cualidades?

      12 El caso del rey Jehosafat nos enseña más claramente que Jehová busca lo bueno en las personas. Cuando el rey cometió un grave error, un profeta de Dios le dijo: “Jehová está indignado contigo”. ¡Qué mensaje tan fuerte! Pero también le dijo esto: “Sin embargo, se han hallado cosas buenas en ti” (2 Crónicas 19:1-3). Así que, aunque Jehová tenía buenas razones para estar muy enojado con Jehosafat, seguía viendo lo bueno que había en él. ¡Qué diferentes somos nosotros! Cuando alguien nos hace enojar, tal vez no veamos sus cosas buenas. Y, cuando nosotros cometemos un pecado, puede que la decepción, la vergüenza y la culpa no nos dejen ver nuestras cosas buenas. Pero tengamos presente que, si nos arrepentimos y nos esforzamos por no volver a caer en lo mismo, Jehová nos perdona.

      13 Al ir buscando lo bueno que hay en nosotros, Jehová es como un buscador de oro, que desecha las piedritas y se queda con las valiosas pepitas de oro. Del mismo modo, Dios desecha nuestros pecados y se queda con nuestras buenas obras y cualidades. Pensemos en otro ejemplo. ¿Se ha fijado en el cariño con el que los padres guardan los dibujos o trabajos escolares de sus niños? Décadas después, cuando los hijos ya ni se acuerdan de esas cosas, los padres todavía las guardan. Pues Jehová es el Padre más cariñoso que hay. Mientras le seamos fieles, nunca olvidará nuestras buenas obras y cualidades. Para él sería una injusticia olvidarlas, y él no es injusto (Hebreos 6:10). Pero la búsqueda que Jehová hace en nuestro corazón no termina ahí.

      14, 15. a) Explique con un ejemplo por qué valemos tanto para Jehová a pesar de nuestras imperfecciones. b) ¿Qué hará Jehová en el futuro con todo lo bueno que ve en nosotros, y qué piensa ahora de sus siervos?

      14 Jehová ve más allá de nuestras imperfecciones y se centra en lo que podemos llegar a ser. Por ejemplo, quienes aman el arte son capaces de lo que sea con tal de restaurar una obra de arte dañada. En un museo de Londres (la National Gallery) había una obra maestra de Leonardo da Vinci, un dibujo de 500 años de antigüedad valorado en unos 30 millones de dólares. Un día, alguien le disparó, pero nadie pensó en tirarla porque hubiera sufrido daños. Más bien, se pusieron a restaurarla de inmediato. ¿Por qué? Por su valor para quienes aman el arte. Pero ¿verdad que usted vale más que cualquier dibujo? Aunque la imperfección nos haya causado tantos daños, Dios nos sigue valorando muchísimo (Salmo 72:12-14). Jehová, el artista que nos creó, restaurará a todos los que correspondan a su amor para que alcancen la perfección (Hechos 3:21; Romanos 8:20-22).

      15 Todos tenemos cualidades que quizá nosotros no veamos; pero Jehová sí las ve. A medida que sigamos sirviéndole, potenciará todo lo bueno que hay en nosotros hasta que alcancemos la perfección. Por muy mal que nos haya tratado el mundo de Satanás, para Jehová siempre seremos muy valiosos (Ageo 2:7).

      Jehová nos demuestra su amor con acciones

      16. ¿Qué regalo de Jehová demuestra lo mucho que nos ama, y cómo sabemos que es un regalo personal?

      16 En cuarto lugar, todo lo que Jehová hace por nosotros demuestra que nos ama. Piense en esto: el Diablo afirmó que no valemos nada ni merecemos ser amados; pero el sacrificio de Jesús es la mayor prueba de que eso es mentira. Que esto se nos quede bien grabado: el dolor de Jesús en el madero de tormento y el dolor aún mayor que sintió Jehová al ver morir a su querido Hijo son prueba de que los dos nos aman muchísimo. Es triste decirlo, pero muchos sienten que no merecen el rescate, y por eso les cuesta verlo como un regalo personal. ¿Qué puede ayudarles? Recordar el caso del apóstol Pablo. Antes de hacerse cristiano era un perseguidor. Aun así, él escribió: “El Hijo de Dios [...] me amó y se entregó por mí” (Gálatas 1:13; 2:20).

      17. ¿Cómo nos atrae Jehová a sí mismo y a su Hijo?

      17 Jehová nos ayuda individualmente a beneficiarnos del regalo del rescate, y así también nos demuestra su amor. Jesús dijo: “Nadie puede venir a mí a menos que el Padre, que me envió, lo traiga” (Juan 6:44). Jehová mismo nos acerca —o nos atrae— a su Hijo y nos ofrece la esperanza de vida eterna. ¿Cómo? Llegando a cada persona mediante la predicación. Además, usa su espíritu santo para que, a pesar de la imperfección, podamos entender y aplicar lo que nos enseña la Biblia. Jehová nos dice lo mismo que le dijo a su pueblo Israel: “Te he amado con un amor eterno. Por eso te atraje a mí con amor leal” (Jeremías 31:3).

      18, 19. a) ¿Cuál es la forma más personal en que Jehová nos demuestra su amor, y cómo sabemos que él se encarga personalmente de eso? b) ¿Qué pruebas encontramos en la Biblia de que Jehová nos escucha con empatía?

      18 Tal vez la forma más personal e íntima en que Jehová nos demuestra su amor es al concedernos el honor de orarle. En 1 Tesalonicenses 5:17 se nos hace esta invitación: “Oren constantemente”. Él nos presta atención, y la Biblia hasta se refiere a él como “el que escucha las oraciones” (Salmo 65:2). No ha delegado esta función en nadie, ni siquiera en su Hijo. Piénselo: el Creador del universo nos invita a acercarnos a él en oración con total libertad y confianza. ¿Y con qué actitud nos escucha? ¿Con frialdad, indiferencia o falta de interés? ¡No, para nada!

      19 Jehová nos escucha con empatía. ¿Y qué es la empatía? Un cristiano de edad avanzada la definió así: “Es sentir tu dolor en mi corazón”. Pero ¿puede sentir Dios nuestro dolor? Isaías 63:9 dice cómo se sintió al ver sufrir a su pueblo Israel: “Durante todas sus angustias, él también estuvo angustiado”. Así que Jehová no solo vio que estaban angustiados, sino que sintió la angustia de ellos. Él mismo expresó lo intensos que son sus sentimientos cuando les dijo a sus siervos: “Quien los toca a ustedes toca la niña de mis ojos” (Zacarías 2:8).b Cuando a uno le meten el dedo en el ojo, ¿verdad que es una sensación muy dolorosa? Pues algo así siente Jehová. Sufre cuando sufrimos.

      20. Según Romanos 12:3, ¿qué actitud debemos mostrar?

      20 Claro, tenemos que mostrar equilibrio y no pensar que el amor de Jehová nos da derecho a sentirnos superiores o a volvernos egocéntricos. El apóstol Pablo escribió: “Por la bondad inmerecida que se me ha mostrado, le digo a cada uno de ustedes que no piense de sí mismo más de lo que debe pensar, sino que piense de un modo que demuestre buen juicio, según la medida de fe que Dios le haya dado” (Romanos 12:3). Otra traducción bíblica lo dice así: “Nadie tenga un concepto de sí más alto que el que debe tener, sino más bien piense de sí mismo con moderación” (Nueva Versión Internacional). Por eso, disfrutemos del cariño de nuestro Padre celestial, pero al mismo tiempo recordemos que su amor no es algo que nos hayamos ganado o nos merezcamos (Lucas 17:10).

      21. ¿Qué mentiras de Satanás debemos rechazar constantemente, y de qué debemos estar convencidos?

      21 Hagamos todo lo posible por rechazar las mentiras de Satanás, como por ejemplo la idea de que no valemos nada y no merecemos que nos quieran. Quizás lo que le ha pasado en la vida le ha hecho creer que usted es tan mala persona que no merece que Dios lo ame. O tal vez piense que sus buenas acciones son tan insignificantes que ni siquiera el Dios que todo lo ve puede tomarlas en cuenta. O hasta puede que se imagine que sus pecados son tan graves que ni siquiera la muerte del Hijo de Dios puede cubrirlos. Pero ¡cuidado! No se deje engañar por las mentiras de Satanás. Más bien, luche por convencerse de lo mismo que Pablo. Él dijo por inspiración: “Estoy convencido de que ni muerte ni vida, ni ángeles ni gobiernos, ni cosas presentes ni cosas futuras, ni poderes, ni altura ni profundidad, ni ninguna otra creación podrá separarnos del amor de Dios que está en Cristo Jesús nuestro Señor” (Romanos 8:38, 39).

      a La Biblia relaciona muchas veces la esperanza de la resurrección con la memoria de Jehová. Job le dijo a Dios: “¡Ojalá me fijaras un plazo para acordarte de mí!” (Job 14:13). Y Jesús habló de la resurrección de “todos los que están en las tumbas conmemorativas”. Esto encaja muy bien con la idea de que Jehová guarda en su memoria a las personas que quiere resucitar (Juan 5:28, 29, nota).

      b Algunas versiones bíblicas dicen que, aquí, lo que se toca no es el ojo de Jehová, sino el de Israel o el de la persona que toca al pueblo de Dios. Y es que esta idea les pareció una falta de respeto a ciertos escribas y por eso la cambiaron. Al hacer esto, quitaron esta preciosa imagen, que muestra la gran empatía que siente Jehová.

      Preguntas para meditar

      • Salmo 139:1-24 ¿Cómo muestran las palabras inspiradas del rey David que Jehová se interesa profundamente por cada uno de nosotros?

      • Isaías 43:3, 4, 10-13 ¿Qué siente Jehová por sus Testigos, y cómo lo demuestran sus acciones?

      • Romanos 5:6-8 ¿Por qué estamos seguros de que Jehová nos quiere aunque seamos pecadores?

      • Judas 17-25 ¿Qué podemos hacer para mantenernos en el amor de Dios, y por qué es difícil?

  • “La tierna compasión de nuestro Dios”
    Acerquémonos a Jehová
    • Una mujer con cara de ternura.

      CAPÍTULO 25

      “La tierna compasión de nuestro Dios”

      1, 2. a) ¿Qué hace normalmente una madre cuando oye llorar a su bebé? b) ¿Qué sentimiento es más fuerte que la compasión de una madre?

      EN MEDIO de la noche, un bebé comienza a llorar. Su madre se despierta enseguida, pues desde que tuvo a su niño ya no duerme tan profundamente. Además, por la forma de llorar, es capaz de distinguir lo que necesita su bebé: si quiere comer, si quiere que lo abracen o cualquier otra cosa. El caso es que, cuando oye que está llorando —sea por lo que sea— ella corre para atenderlo. Lo quiere tanto que no puede quedarse como si no pasara nada.

      2 La compasión y ternura que siente una madre por su bebé es uno de los sentimientos más intensos que puede tener un ser humano. Pero hay un sentimiento muchísimo más fuerte: la tierna compasión de Jehová. Aprender más sobre esta hermosa cualidad nos acercará más a nuestro Dios. Por eso, veamos qué es la compasión y cómo la demuestra él.

      ¿Qué es la compasión?

      3. ¿Qué significa el verbo hebreo que se traduce como “mostrar misericordia” y “tener compasión”?

      3 En la Biblia, la compasión y la misericordia están muy relacionadas. Hay muchas palabras hebreas y griegas que transmiten el sentido de tierna compasión. Una de ellas es el verbo hebreo rajám, que suele traducirse como “mostrar misericordia” o “tener compasión”. Según cierto diccionario bíblico, esta palabra “expresa un profundo y tierno sentimiento de compasión”, como el que se despierta cuando vemos sufrir a “aquellos que nos son queridos o que necesitan de nuestra ayuda”. Está relacionada con el término para “matriz” y puede traducirse como “compasión maternal”.a Jehová usa esta palabra para describir sus propios sentimientos (Éxodo 33:19; Jeremías 33:26).

      Una mujer con su bebé en brazos.

      ¿Puede una mujer olvidarse del hijo que llevó en su vientre?

      4, 5. ¿Cómo nos ayuda la Biblia a entender lo que implica la compasión de Jehová?

      4 Para ayudarnos a entender lo que implica la compasión de Jehová, la Biblia habla en Isaías 49:15 de lo que siente una madre por su bebé: “¿Puede una mujer olvidarse de su bebé o no sentir compasión [rajám] por el hijo que llevó en su vientre? Aun si estas mujeres se olvidaran, yo nunca me olvidaría de ti”. Esta conmovedora descripción destaca la profunda compasión que siente Jehová por su pueblo. ¿Por qué decimos esto?

      5 Cuesta creer que una madre se olvide de alimentar y cuidar a su bebé. Y es que él necesita su cariño y atención día y noche. Pero, desgraciadamente, hay mujeres que descuidan a sus hijos, sobre todo en estos “tiempos críticos” en los que hay tan poco “cariño natural” (2 Timoteo 3:1, 3). En cambio, Jehová dice: “Yo nunca me olvidaría de ti”. La tierna compasión que siente por sus siervos jamás falla. Es mucho más intensa que la compasión que una madre siente por su bebé, el sentimiento natural de ternura más fuerte que podamos imaginar. Por eso, un biblista dijo que Isaías 49:15 contiene “una de las expresiones del amor de Dios más intensas —quizás la mayor— de todo el Antiguo Testamento”.

      6. ¿Qué ha dicho mucha gente sobre la compasión, y qué nos asegura Jehová?

      6 ¿Es la tierna compasión un síntoma de debilidad? Eso es lo que ha dicho mucha gente. Por ejemplo, un filósofo romano de la época de Jesús, Séneca, enseñó que la compasión es un vicio, una debilidad. Pertenecía a la escuela de los estoicos, que enseñaba que, para ser feliz, hay que evitar cualquier dolor o placer. Según él, la persona sabia podía ayudar a quien lo necesitara pero sin tenerle lástima, pues eso le robaría su paz interior. Alguien así, que solo piensa en sí mismo, no demuestra verdadera compasión. ¡Qué distinto es Jehová! Él mismo nos asegura en su Palabra que “es muy compasivo y misericordioso” (Santiago 5:11, nota). Como veremos, la compasión no es síntoma de debilidad, sino señal de fortaleza. Veamos cómo la demuestra nuestro cariñoso Padre, Jehová.

      Jehová le muestra compasión a la nación de Israel

      7, 8. ¿Qué sufrimientos pasaron los israelitas en Egipto, y qué hizo Jehová al verlos sufrir?

      7 La forma en que Jehová trató a Israel demuestra lo compasivo que es. A finales del siglo dieciséis antes de nuestra era, millones de israelitas fueron esclavizados en Egipto. Allí sufrieron mucho. La Biblia dice que “les amargaron la vida obligándolos a trabajar muy duro: los pusieron a trabajar con mezcla de barro y ladrillos [...] y los explotaron con todo tipo de trabajo de esclavos” (Éxodo 1:11, 14). En su desesperación, los israelitas le suplicaron a Jehová que los ayudara. ¿Cómo les respondió el Dios de tierna compasión?

      8 Jehová se conmovió y dijo: “De veras he visto el dolor de mi pueblo en Egipto y he oído sus quejas por culpa de los que los han esclavizado. Conozco bien sus sufrimientos” (Éxodo 3:7). Jehová no podía verlos sufrir sin sentir lástima por ellos. En el capítulo 24, vimos que él es un Dios que demuestra empatía, una cualidad muy relacionada con la compasión y que nos permite ponernos en el lugar de los demás y sentir su dolor. Pero Jehová no solo sintió el dolor de su pueblo, sino que hizo algo para ayudarlos. Isaías 63:9 dice: “En su amor y en su compasión, él los recompró”. Rescató a los israelitas de Egipto “con mano poderosa” (Deuteronomio 4:34). Luego los alimentó de forma milagrosa y los llevó a una tierra fértil que terminó siendo suya.

      9, 10. a) ¿Por qué salvaba Jehová vez tras vez a los israelitas? b) ¿De qué opresión liberó Jehová a los israelitas de la época de Jefté, y por qué lo hizo?

      9 Tiempo después, Jehová les siguió demostrando compasión a los israelitas. Ya establecidos en la Tierra Prometida, vez tras vez le desobedecían a Jehová y sufrían las consecuencias. Pero luego se arrepentían y le pedían ayuda, y él los salvaba. ¿Por qué? “Porque sentía compasión por su pueblo” (2 Crónicas 36:15; Jueces 2:11-16).

      10 Pensemos, por ejemplo, en lo que pasó en la época de Jefté. Como los israelitas habían empezado a adorar a dioses falsos, Jehová permitió que los ammonitas los oprimieran durante 18 años. Pero al final se arrepintieron, “se deshicieron de los dioses extranjeros y volvieron a servir a Jehová. Entonces él ya no pudo soportar más ver sufrir a Israel” (Jueces 10:6-16).b Cuando se arrepintieron sinceramente, el Dios de la tierna compasión ya no pudo seguir viendo su sufrimiento. Así que usó a Jefté para liberarlos de sus enemigos (Jueces 11:30-33).

      11. ¿Qué nos enseña sobre la compasión de Dios la manera en que él trató a los israelitas?

      11 ¿Qué nos enseña sobre la compasión de Jehová la forma en que él trató a la nación de Israel? Algo que aprendemos es que la compasión implica más que sentir lástima por los que sufren. ¿Recuerda el ejemplo de la mujer que oye llorar a su bebé? Por compasión, reacciona en cuanto lo escucha. De forma parecida, Jehová no hace oídos sordos a las súplicas de sus siervos. Más bien, por compasión, cura con ternura sus heridas. Además, su forma de tratar a los israelitas nos enseña que la compasión no es ninguna debilidad. De hecho, esta cualidad lo impulsó a defenderlos. Ahora bien, ¿demuestra Jehová compasión por sus siervos tan solo a nivel colectivo?

      Jehová siente compasión por cada uno de sus siervos

      12. ¿Cómo refleja la Ley la compasión de Jehová por cada de uno de sus siervos?

      12 La Ley mosaica demuestra que Dios siente compasión por cada uno de sus siervos. Por ejemplo, demuestra lo mucho que él se preocupaba por los pobres. Jehová sabía que una situación inesperada podía hacer que un israelita cayera en la pobreza. ¿Qué tenían que hacer los demás por él? Jehová ordenó claramente: “No endurezcas tu corazón ni le cierres tu mano a tu hermano pobre”. Y añadió: “Debes darle generosamente y no debes darle nada de mala gana, porque por eso Jehová tu Dios bendecirá todos tus trabajos y todo lo que hagas” (Deuteronomio 15:7, 10). También les ordenó a los israelitas que no cosecharan completamente las orillas de sus campos y que no recogieran lo que sobrara. Lo que quedara sin recoger sería para los más necesitados (Levítico 23:22; Rut 2:2-7). Siempre que los israelitas obedecían esta ley tan considerada, los pobres no tenían que mendigar. ¡Qué gran muestra de la tierna compasión de Jehová!

      13, 14. a) ¿Cómo nos garantizan las palabras de David que Jehová se preocupa de verdad por cada uno de nosotros? b) ¿Qué ejemplo nos ayuda a entender que Jehová está cerca de los que “tienen el corazón destrozado” y “están hundidos en el desánimo”?

      13 En la actualidad, nuestro cariñoso Dios también se preocupa de verdad por cada uno de nosotros. Podemos estar seguros de que él está muy al tanto de todos nuestros sufrimientos. David escribió: “Los ojos de Jehová están puestos en los justos y sus oídos escuchan sus gritos de auxilio”. Y luego añadió: “Jehová está cerca de los que tienen el corazón destrozado; salva a los que están hundidos en el desánimo” (Salmo 34:15, 18). Un biblista explicó que las expresiones “tienen el corazón destrozado” y “están hundidos en el desánimo” se refieren a quienes están deprimidos por culpa de sus pecados y creen que son muy poca cosa. Estas personas quizás crean que Jehová está muy lejos de ellas, que no valen nada y que, por eso, él no se preocupa por ellas. Pero eso no es cierto. Las palabras de David nos garantizan que Jehová no abandona a quienes se sienten insignificantes. Él sabe que en esas circunstancias lo necesitamos más que nunca, y él está a nuestro lado.

      14 Pensemos en el siguiente caso. En Estados Unidos, una mujer llevó corriendo a su niño de dos años al hospital porque tenía graves problemas para respirar. Los médicos lo examinaron y le dijeron a la madre que tendría que dejarlo en el hospital. ¿Dónde pasó ella la noche? En una silla, junto a la cama del pequeño. Y es que su hijo estaba enfermo, no iba a dejarlo solo. Pues lo mismo pasa con nuestro cariñoso Padre celestial. De hecho, él nos hizo a su imagen. Así que, ¡cómo vamos a esperar menos de él! (Génesis 1:26). Las conmovedoras palabras de Salmo 34:18 nos garantizan que, cuando tenemos “el corazón destrozado” o estamos “hundidos en el desánimo”, Jehová es igual que un buen padre: siempre “está cerca” para ayudarnos y mostrarnos compasión.

      15. ¿De qué formas nos ayuda Jehová a cada uno de nosotros?

      15 ¿Y cómo nos ayuda Jehová a cada uno de nosotros? Es cierto que no siempre nos quita los problemas. Pero, si le pedimos ayuda, nos da lo que necesitamos para hacerles frente. Mediante su Palabra, la Biblia, nos ofrece consejos prácticos para cualquier tipo de situación. También nos regala a los ancianos de congregación, que hacen todo lo posible por imitar su compasión al ayudarnos (Santiago 5:14, 15). Además, él es “el que escucha las oraciones”, y les da “espíritu santo a quienes se lo piden” (Salmo 65:2; Lucas 11:13). Gracias a este espíritu, tenemos “el poder que va más allá de lo normal”, que nos ayuda a aguantar hasta que el Reino de Dios elimine todos los problemas (2 Corintios 4:7). ¿No nos llena todo esto de gratitud? Pues recordemos que son muestras de la tierna compasión de Jehová.

      16. ¿Cuál es la mayor muestra de la compasión de Jehová, y cómo le beneficia a usted?

      16 Pero la mayor muestra de su compasión fue haber entregado a su querido Hijo. Por amor, Jehová hizo este sacrificio para salvarnos del pecado y la muerte. Recuerde: el rescate es un regalo que Jehová le ha hecho a usted. Con razón Zacarías —el padre de Juan el Bautista— predijo que ese regalo demostraría de forma extraordinaria “la tierna compasión de nuestro Dios” (Lucas 1:78).

      La compasión de Jehová tiene límites

      17-19. a) ¿Qué deja claro la Biblia sobre la compasión de Jehová? b) ¿Por qué dejó Jehová de sentir compasión por su pueblo?

      17 ¿Se puede decir que Jehová le muestra tierna compasión a todo el mundo? La Biblia deja claro que Jehová es justo y no les muestra compasión a quienes se rebelan contra él (Hebreos 10:28). Volvamos al ejemplo de los israelitas y veamos por qué actúa así.

      18 Por compasión, Jehová los salvó de sus enemigos muchas veces. Pero llegó un punto en el que tuvo que dejar de hacerlo. Resulta que ellos se empeñaron en adorar a otros dioses y hasta metieron ídolos repugnantes en el templo de Jehová (Ezequiel 5:11; 8:17, 18). Además, “estuvieron burlándose de los mensajeros del Dios verdadero. Despreciaron las palabras de él y se burlaron de sus profetas, hasta que la furia de Jehová se desató contra su pueblo, hasta que ya no tuvieron remedio” (2 Crónicas 36:16). Se portaron tan mal y enfurecieron tanto a Jehová que ya no se merecían su compasión. ¿Cuáles fueron las consecuencias?

      19 Jehová ya no podía mostrarle compasión a su pueblo. Él anunció: “No mostraré compasión ni sentiré ninguna lástima ni les tendré misericordia; nada me impedirá acabar con ellos” (Jeremías 13:14). Al final, los babilonios destruyeron Jerusalén y su templo, y se llevaron cautivos a los israelitas. ¡Qué triste es que un ser humano caiga tan bajo que ya no se merezca la compasión de Dios! (Lamentaciones 2:21).

      20, 21. a) ¿Qué pasará cuando Jehová determine que su compasión ha sido suficiente? b) ¿Qué importante muestra de la compasión de Dios veremos en el próximo capítulo?

      20 ¿Y qué puede decirse de nuestros días? Jehová no ha cambiado. Por compasión, les ha encargado a sus Testigos que prediquen “las buenas noticias del Reino” en toda la Tierra habitada (Mateo 24:14). Y, a las personas de buen corazón que quieren aprender más sobre la Biblia, él las ayuda a captar el mensaje del Reino (Hechos 16:14). Pero llegará el día en que la predicación termine. Dios no podría permitir que este mundo malvado —con sus miserias y sufrimientos— siguiera así toda la vida; no sería compasivo si lo hiciera. Cuando determine que su compasión ha sido suficiente, acabará con este sistema. Y precisamente lo hará por compasión: para que su “santo nombre” reciba la gloria que merece y para salvar a sus siervos fieles (Ezequiel 36:20-23). Por eso eliminará la maldad y traerá un nuevo mundo justo. De hecho, él dice sobre los malvados: “Mis ojos no sentirán lástima, no tendré compasión. Haré que las consecuencias de su conducta recaigan sobre su propia cabeza” (Ezequiel 9:10).

      21 Mientras tanto, Jehová les muestra compasión hasta a quienes van en el camino de la destrucción. Quienes se arrepientan sinceramente de sus pecados se beneficiarán de una de las mayores muestras de la compasión de Dios: su perdón. En el próximo capítulo analizaremos algunas hermosas imágenes que usa la Biblia para explicar la magnitud del perdón de Jehová.

      a Es interesante que en Salmo 103:13 rajám se refiere a la misericordia o compasión de un padre hacia sus hijos.

      b La expresión “ya no pudo soportar más” literalmente significa “se acortó su alma; se agotó su paciencia”. Otras versiones bíblicas dicen que Jehová “se compadeció de su dolor” (Nueva Biblia al Día) y que su “espíritu no pudo resistir más tiempo la desdicha de Israel” (Cantera-Iglesias).

      Preguntas para meditar

      • Jeremías 31:20 ¿Cuánto cariño le tiene Jehová a su pueblo, y qué siente usted por Jehová al leer esto?

      • Joel 2:12-14, 17-19 ¿Qué debían hacer los israelitas para beneficiarse de la compasión de Dios, y qué nos enseña esto?

      • Jonás 4:1-11 ¿Cómo le enseñó Jehová a Jonás la importancia de la compasión?

      • Hebreos 10:26-31 ¿Por qué no deberíamos abusar de la misericordia, o compasión, de Jehová?

  • Un Dios “dispuesto a perdonar”
    Acerquémonos a Jehová
    • Un hombre orando.

      CAPÍTULO 26

      Un Dios “dispuesto a perdonar”

      1-3. a) ¿Qué pesada carga sentía David, y qué lo consoló? b) ¿Cómo podríamos sentirnos cuando pecamos, pero qué nos asegura Jehová?

      “MIS errores están sobre mi cabeza; son una carga pesada, demasiado pesada para mí”, escribió David. Y añadió: “Me he quedado paralizado, totalmente deshecho” (Salmo 38:4, 8). ¿Verdad que cuando a uno le remuerde la conciencia siente una carga insoportable? David lo sabía muy bien; pero le consoló comprender que, aunque Dios odia el pecado, no odia al pecador que se arrepiente de verdad y cambia. David estaba convencido de que Jehová quiere perdonar a quienes se arrepienten. Por eso escribió: “Tú, oh Jehová, [...] estás dispuesto a perdonar” (Salmo 86:5).

      2 Cuando pecamos, seguramente sentimos la pesada carga de una mala conciencia. Es bueno sentir remordimiento, porque puede impulsarnos a hacer los cambios necesarios. Sin embargo, corremos el peligro de ahogarnos en la culpa y obsesionarnos con la idea de que Jehová nunca nos perdonará, sin importar lo arrepentidos que estemos. Si alguien se siente “abrumado por estar demasiado triste”, Satanás tal vez se aproveche de la situación. Él quiere que pensemos que no valemos nada y no damos la talla, y que así nos demos por vencidos (2 Corintios 2:5-11).

      3 Pero ¿de veras pensará Jehová que no valemos nada? ¡Claro que no! Una forma en que él nos demuestra su inmenso amor es perdonándonos. En su Palabra nos asegura que está dispuesto a hacerlo, siempre y cuando demostremos verdadero arrepentimiento (Proverbios 28:13). Para tener esto bien claro, veamos por qué perdona Jehová y cómo lo hace.

      Por qué está Jehová “dispuesto a perdonar”

      4. ¿Qué tiene presente Jehová sobre nosotros, y cómo influye eso en su forma de tratarnos?

      4 Jehová sabe que tenemos limitaciones. De hecho, “él sabe bien cómo estamos formados” y “se acuerda de que somos polvo” (Salmo 103:14). Así que tiene presente que estamos hechos de polvo y que cometemos errores debido a la imperfección. Por otro lado, la idea de que “él sabe bien cómo estamos formados” nos recuerda que Jehová es como un artesano, y los seres humanos como vasijas que moldea (Jeremías 18:2-6). El Gran Alfarero toma en cuenta que somos frágiles por culpa del pecado y nos trata de una forma u otra según respondamos a su guía.

      5. ¿Cómo describe Romanos la fuerza que tiene el pecado?

      5 Jehová sabe que el pecado es muy poderoso. La Biblia lo describe como una fuerza muy potente que nos controla y nos lleva a la muerte. Ahora bien, ¿hasta qué grado nos controla? Al hablar del pecado, el apóstol Pablo dio varios detalles en el libro bíblico de Romanos. Explicó que nosotros estamos bajo el pecado —igual que los soldados están bajo un comandante— (3:9), que el pecado reina sobre la humanidad (5:21), que vive dentro de uno mismo (7:17, 20) y que su ley actúa siempre en nosotros y trata de dirigirnos (7:23, 25). ¡Qué fuerza tiene el pecado! (Romanos 7:21, 24).

      6, 7. a) ¿Cómo ve Jehová a quienes buscan su perdón llenos de arrepentimiento? b) ¿Por qué no debemos abusar de la misericordia de Dios?

      6 Jehová sabe que, por mucho que nos esforcemos, no podemos obedecerle a la perfección. Por eso, él nos ofrece con cariño su perdón si se lo pedimos y estamos arrepentidos de verdad. Salmo 51:17 dice: “El sacrificio que a Dios le agrada es un espíritu destrozado; un corazón destrozado y aplastado, oh, Dios, no lo rechazarás”. Así pues, Jehová jamás rechazará a alguien que tiene el corazón “destrozado y aplastado” por los sentimientos de culpa.

      7 ¿Significa esto que podemos usar la misericordia de Dios como una justificación para hacer cosas malas? ¡Por supuesto que no! Jehová no es sentimentalista, y su misericordia tiene límites. Él no perdona a quienes pecan descaradamente y no se arrepienten (Hebreos 10:26). En cambio, está dispuesto a perdonar a quienes se sienten hundidos por sus errores. Veamos a continuación algunas hermosas imágenes que usa la Biblia para describir esta impresionante manera en que Jehová demuestra su amor.

      El alcance del perdón de Jehová

      8. ¿Qué hace Jehová, por así decirlo, cuando nos perdona los pecados, y qué le hace sentir esto a usted?

      8 Cuando David se arrepintió, dijo: “Finalmente te confesé mi pecado; no oculté mi error. [...] Y tú perdonaste mi error y mis pecados” (Salmo 32:5). La expresión “perdonaste” viene de un término hebreo que significa “levantar” o “llevar”. Y aquí transmite la idea de “llevarse la culpa, la maldad o la transgresión”. Es como si Jehová, por así decirlo, hubiera levantado los pecados de David y se los hubiera llevado. ¡Qué alivio debió sentir David cuando Dios le quitó ese peso de encima! (Salmo 32:3). Si le pedimos perdón a Jehová con total confianza en el sacrificio de Jesús, nosotros también podemos estar seguros de que se llevará lejos nuestros pecados (Mateo 20:28).

      9. ¿A qué distancia pone Jehová de nosotros nuestros pecados?

      9 David usó otra imagen muy gráfica para describir el alcance del perdón de Jehová: “Tan lejos como está el este del oeste, así de lejos ha puesto de nosotros nuestros pecados” (Salmo 103:12). ¡Y qué lejos está el este del oeste! De hecho, están en direcciones totalmente opuestas y a la mayor distancia que podemos imaginar. Según un comentarista bíblico, esta frase quiere decir “lo más lejos que sea posible o que alcancemos a figurarnos”. Las palabras inspiradas de David significan que, cuando Jehová nos perdona, pone nuestros pecados lo más lejos posible de nosotros.

      Montañas cubiertas de nieve.

      “Los pecados de ustedes [...] quedarán blancos como la nieve”.

      10. Cuando Jehová nos perdona, ¿por qué no debemos seguir sintiéndonos manchados?

      10 ¿Ha intentado usted quitar una mancha de una prenda de color claro? Es posible que, a pesar de todos sus esfuerzos, se siguiera notando. Pues bien, fíjese en la capacidad que tiene el perdón de Jehová. Él mismo dice: “Aunque los pecados de ustedes sean como rojo escarlata, quedarán blancos como la nieve; aunque sean rojos como la tela carmesí, se volverán como la lana” (Isaías 1:18). El “escarlata” es un tipo de rojo muy vivo.a Y el “carmesí” era también un rojo muy intenso que se usaba para teñir telas (Nahúm 2:3). Dios consigue que los pecados que son tan rojos como el escarlata y el carmesí se vuelvan tan blancos como la nieve o la lana sin teñir. Claro, nosotros nunca lograremos eliminar la mancha del pecado con nuestros propios esfuerzos. Pero, si Jehová nos perdona, no debemos sentir que estaremos manchados de por vida.

      11. ¿En qué sentido arroja Jehová nuestros pecados tras sus espaldas?

      11 El rey Ezequías le compuso a Jehová una conmovedora canción de gratitud por haberle quitado una enfermedad mortal. Él dijo: “Has arrojado tras tus espaldas todos mis pecados” (Isaías 38:17). En esta imagen vemos que Dios se lleva las faltas de la persona arrepentida y las arroja tras de sí, donde ya no las verá ni se acordará de ellas. Cierta obra de consulta explica que la idea de este versículo también se puede expresar así: “Has hecho que [mis pecados] sean como algo que nunca pasó”. ¿Verdad que es un alivio saber esto?

      12. ¿Cómo indican las palabras del profeta Miqueas que, cuando Jehová nos perdona, hace que los pecados desaparezcan para siempre?

      12 El profeta Miqueas estaba convencido de que Jehová perdonaría al pueblo arrepentido, y así lo expresó en una promesa de restauración. Él dijo: “¿Quién es un Dios como tú, que [...] pasa por alto la ofensa del resto de su herencia? [...]. Tú lanzarás todos sus pecados a las profundidades del mar” (Miqueas 7:18, 19). ¿Qué significaría esto para quienes vivían en tiempos bíblicos? Para aquel entonces, no había ninguna posibilidad de recuperar lo que se lanzara “a las profundidades del mar”. Por lo tanto, las palabras de Miqueas indican que, cuando Jehová nos perdona, hace que los pecados desaparezcan para siempre.

      13. ¿Qué significa la petición: “Perdónanos nuestras deudas”?

      13 En su oración modelo, Jesús se valió de la relación que hay entre un acreedor y un deudor para ilustrar el perdón de Dios. Él pidió: “Perdónanos nuestras deudas” (Mateo 6:12). De este modo, comparó los pecados con las deudas (Lucas 11:4). Y es que, cuando pecamos, nos convertimos en “deudores” de Jehová. Un diccionario bíblico explica que el significado del verbo griego para “perdonar” es “pasar por alto una deuda, renunciar a ella al no exigir su pago”. Cuando Dios perdona, es como si cancelara lo que tendría que cargar en nuestra cuenta. ¡Qué buenas noticias para los que se arrepienten de verdad! Jehová nunca nos cobrará una deuda que él ya canceló (Salmo 32:1, 2).

      14. ¿Qué imagen transmite la frase “que sus pecados sean borrados”?

      14 Hechos 3:19 también habla del perdón de Dios. Dice: “Arrepiéntanse y den media vuelta para que sus pecados sean borrados”. La expresión “sean borrados” viene de un verbo griego que puede significar “quitar frotando”, “cancelar” o “destruir”. Algunos expertos opinan que transmite la idea de borrar algo escrito a mano. ¿Cómo se hacía? La tinta usada en la antigüedad era una mezcla de carbón, goma y agua. Si no pasaba mucho tiempo, se podían borrar las letras con una esponja mojada. ¡Qué imagen tan bonita de la misericordia de Dios! Cuando él perdona nuestros pecados, es como si agarrara una esponja y los borrara.

      15. ¿Qué quiere Jehová que sepamos?

      15 ¿Qué aprendemos al pensar en estas hermosas imágenes? Que Jehová quiere que sepamos que, si nos arrepentimos de corazón, él está dispuesto a perdonarnos. Y también aprendemos que no debemos tener miedo de que más tarde nos lo vaya a echar en cara. Esto es justo lo que aprendemos de una enseñanza de la Biblia sobre la misericordia de Dios: cuando Jehová perdona, también olvida.

      Dios quiere que sepamos que está “dispuesto a perdonar”.

      “No me acordaré más de su pecado”

      16, 17. ¿Cómo explicaría lo que implica la frase “no me acordaré más de su pecado”?

      16 Al hablar de quienes formarían parte del nuevo pacto, Jehová prometió esto: “Perdonaré su error y no me acordaré más de su pecado” (Jeremías 31:34). ¿Quiere decir esto que, cuando él perdona los pecados, es incapaz de recordarlos? No, pues la Biblia habla de los errores de personas a quienes él mismo perdonó, como David (2 Samuel 11:1-17; 12:13). Es obvio que Jehová está al tanto de esos pecados. En su Palabra podemos leer lo que esas personas hicieron, cómo se arrepintieron y cómo Dios las perdonó. Jehová mismo se encargó de que todo esto quedara escrito para nuestro beneficio (Romanos 15:4). Entonces, ¿qué significa la frase “no me acordaré más de su pecado”?

      17 La expresión “me acordaré” viene de un verbo hebreo que implica más que solo recordar el pasado. Una obra de consulta dice que “implica también tomar medidas apropiadas” (Theological Wordbook of the Old Testament). De modo que, según lo anterior, “acordarse” también puede ser castigar a los pecadores (Oseas 9:9). Entonces, ¿qué nos garantiza Dios cuando dice: “No me acordaré más de su pecado”? Que él no castiga a los pecadores arrepentidos que ya perdonó (Ezequiel 18:21, 22). Jehová olvida en el sentido de que no nos está echando en cara nuestros errores ni castigándonos una y otra vez. ¿Verdad que nos anima saber que él perdona y olvida?

      ¿Nos libra Dios de las consecuencias?

      18. ¿Por qué no nos libra el perdón de Jehová de las consecuencias de nuestros pecados?

      18 Así pues, Jehová está dispuesto a perdonar a los pecadores arrepentidos. Pero ¿significa que no sufrirán las consecuencias de sus acciones? De ninguna manera. No podemos pecar y pensar que no pasará nada. Pablo escribió: “Lo que uno esté sembrando es lo que cosechará” (Gálatas 6:7). Quizá tengamos problemas como consecuencia de nuestros actos. Pero esto no significa que Dios nos esté castigando después de habernos perdonado. Así que, cuando vengan los problemas, un cristiano no debería pensar que Jehová lo está castigando por sus errores del pasado (Santiago 1:13). Por otro lado, no podemos esperar que nos proteja de todas las consecuencias. Por ejemplo, hay pecados que pueden provocar divorcios, embarazos fuera del matrimonio, enfermedades de transmisión sexual y la pérdida de la confianza o el respeto. No olvidemos que, aunque Jehová le perdonó a David su pecado con Bat-Seba y lo que le hizo a Urías, no lo libró de las consecuencias (2 Samuel 12:9-12).

      19-21. a) ¿Cómo beneficiaba la ley de Levítico 6:1-7 tanto a la víctima como al culpable? b) ¿Qué espera Jehová que hagamos si hemos perjudicado a alguien con nuestros pecados?

      19 Nuestros pecados pueden tener aún más consecuencias, sobre todo si hemos perjudicado a otros. Por ejemplo, veamos la situación que presenta la Ley en el capítulo 6 de Levítico. Un israelita se queda con los bienes de otro al asaltarlo, extorsionarlo o defraudarlo. El pecador niega tener la culpa y hasta jura que es inocente. Es su palabra contra la de la víctima. Al final, le remuerde la conciencia y confiesa su pecado. Pero, para que Dios lo perdone, debe dar tres pasos: devolver lo que robó, pagarle a la víctima una indemnización del 20 % del valor de lo que robó y presentar un carnero como ofrenda por la culpa. Esta ley termina diciendo: “El sacerdote hará expiación por él delante de Jehová, y a él se le perdonará” (Levítico 6:1-7).

      20 Esta ley era una muestra de la misericordia de Dios. Por un lado, beneficiaba a la víctima, que tenía la satisfacción de recuperar lo suyo y de ver que el ladrón admitía su culpa. Y, por otro lado, beneficiaba al pecador arrepentido, que terminaba reconociendo su pecado y corrigiendo su error. De hecho, si no hacía esto, Dios no lo perdonaría.

      21 Aunque ya no estamos bajo la Ley mosaica, esta Ley nos permite comprender la manera de pensar de Jehová y su punto de vista sobre el perdón (Colosenses 2:13, 14). Haremos feliz a Jehová si hacemos todo lo posible por corregir la situación cuando nuestras acciones hayan perjudicado a otros (Mateo 5:23, 24). Quizá esto implique reconocer nuestra culpa y hasta pedirle perdón a la víctima. Después podremos suplicarle a Jehová su perdón sobre la base del sacrificio de Jesús. Así, sentiremos el alivio de saber que Jehová nos ha perdonado (Hebreos 10:21, 22).

      22. Además de su perdón, ¿qué más podría darnos Jehová?

      22 Como todo padre que quiere a sus hijos, Jehová nos perdona cuando nos arrepentimos, pero quizá también nos dé disciplina (Proverbios 3:11, 12). Un cristiano tal vez tenga que dejar de ser anciano, siervo ministerial o precursor. Perder por un tiempo estas responsabilidades que tanto valora puede ser muy doloroso. Pero esta disciplina no significa que Jehová no lo haya perdonado. Recordemos que si Jehová nos disciplina es porque nos ama. Y dejarnos corregir es lo mejor que podemos hacer (Hebreos 12:5-11).

      23. ¿Por qué no deberíamos pensar que no merecemos la misericordia de Dios, y por qué debemos imitarlo?

      23 ¡Qué alivio saber que Jehová está “dispuesto a perdonar”! A pesar de las faltas que hayamos cometido, nunca pensemos que no merecemos la misericordia de Dios. Podemos estar seguros de que Jehová nos perdonará si nos arrepentimos de corazón, damos los pasos necesarios para corregir nuestros errores y le suplicamos su perdón sobre la base del sacrificio de Jesús (1 Juan 1:9). Se esperaría que nosotros lo imitáramos y perdonáramos a los demás. Después de todo, si Jehová, que no peca, es tan considerado y nos perdona, ¿verdad que nosotros, que somos pecadores, deberíamos hacer todo lo posible por perdonarnos unos a otros?

      a Un biblista señala que el escarlata “era un color sólido, o inalterable”, y que las prendas de este color no se desteñían por “el rocío, la lluvia, el lavado ni el uso prolongado”.

      Preguntas para meditar

      • 2 Crónicas 33:1-13 ¿Por qué perdonó Jehová a Manasés, y qué nos enseña esto sobre su misericordia?

      • Mateo 6:12, 14, 15 ¿Por qué debemos perdonar a los demás cuando hay razones válidas para hacerlo?

      • Lucas 15:11-32 ¿Qué nos enseña esta parábola sobre el perdón de Jehová, y qué le hace sentir esto a usted?

      • 2 Corintios 7:8-11 ¿Qué debemos hacer para que Jehová nos perdone?

  • “Qué grande es su bondad”
    Acerquémonos a Jehová
    • Racimos de uvas maduras en una vid.

      CAPÍTULO 27

      “Qué grande es su bondad”

      1, 2. ¿En qué detalles de la vida vemos la bondad de Dios, y qué dice la Biblia sobre esta cualidad?

      LA CÁLIDA luz del atardecer acompaña a un grupo de buenos amigos que cenan al aire libre. Hablan y ríen mientras disfrutan de una vista impresionante. Lejos de allí, un labrador mira sus campos y sonríe con emoción al ver que el cielo está cubierto de nubarrones y que las primeras gotas de lluvia caen sobre el suelo sediento. Y, en otra parte del mundo, unos padres se derriten de ternura al ver los primeros pasitos de su bebé.

      2 Lo sepan o no, todos ellos se están beneficiando de lo mismo: la bondad de Jehová. Hay personas religiosas que no se cansan de decir que Dios es bueno. Pero la Biblia va más allá y dice: “Qué grande es su bondad” (Zacarías 9:17). Ahora bien, la mayoría de la gente en realidad no sabe lo que significa que Dios sea bueno. Entonces, ¿qué implica la bondad de Dios, y qué tiene que ver con nosotros?

      Una faceta especial del amor de Dios

      3, 4. ¿Cómo se define la bondad, y por qué decimos que es una faceta del amor de Dios?

      3 En muchos idiomas, bondad es una palabra muy amplia. Pero la Biblia deja claro qué es y por qué es tan especial. Principalmente, se refiere a alguien bueno y moralmente íntegro. Así que podemos decir que Jehová es todo bondad. De hecho, eso se ve en todas sus cualidades —como su poder, justicia y sabiduría—, pues, las miremos por donde las miremos, todas son buenas. Pero lo que hace especial a la bondad es que es una faceta del amor de Dios. ¿Por qué decimos esto?

      4 La bondad es una cualidad que se demuestra con acciones. El apóstol Pablo mostró que es más fácil ganarse a los demás siendo bueno que siendo justo (Romanos 5:7). Alguien justo obedece al pie de la letra todas las normas de Dios. Pero alguien bueno va más allá: toma la iniciativa y busca formas de ayudar a los demás. Como veremos, eso es precisamente lo que hace Jehová. Y, claro, lo hace por su gran amor.

      5-7. ¿Por qué no aceptó Jesús que lo llamaran “Buen Maestro”, y qué importante verdad enseñó?

      5 Nadie es tan bueno como Jehová. Pensemos en algo que pasó poco antes de la muerte de Jesús. Un hombre se acercó a él y le hizo una pregunta dirigiéndose a él como “Buen Maestro”. Pero Jesús le contestó: “¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno excepto uno solo: Dios” (Marcos 10:17, 18). Esto podría parecernos raro. ¿Acaso no era Jesús un “Buen Maestro”? Entonces, ¿por qué lo corrigió?

      6 Al parecer, aquel hombre usó “Buen Maestro” como un título para halagar a Jesús. Pero Jesús fue modesto y dirigió toda la gloria a su Padre celestial, pues no hay nadie tan bueno como él (Proverbios 11:2). Además, esa respuesta enseñaba una verdad muy importante: Jehová tiene la autoridad suprema, y por eso tiene el derecho de determinar qué está bien y qué está mal. Cuando Adán y Eva se rebelaron y comieron del árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo, intentaron robarle ese derecho a Dios. En cambio, Jesús reconoce con humildad que ese derecho le corresponde solo a su Padre.

      7 Además, Jesús sabía que todas las cosas buenas vienen de Jehová. Santiago 1:17 dice que “todos los regalos buenos y todos los dones perfectos vienen de arriba”, o sea, de Dios. Veamos una muestra de la bondad de Jehová: su generosidad.

      Pruebas de la gran bondad de Jehová

      8. ¿Cómo le ha mostrado Jehová bondad a toda la humanidad?

      8 A lo largo de la historia, todo el mundo se ha beneficiado de la bondad de Jehová. Salmo 145:9 dice: “Jehová es bueno con todos”. ¿Qué pruebas hay de que Jehová ha sido bueno con todos los seres humanos? La Biblia dice: “No dejó de dar testimonio de sí mismo haciendo cosas buenas. Les dio lluvias del cielo y cosechas abundantes, les dio suficiente comida y llenó sus corazones de alegría” (Hechos 14:17). ¿Verdad que a veces una comida sabrosa nos alegra el día? Pues es Jehová quien hace posible que podamos disfrutar de los alimentos. Él diseñó nuestro planeta de una forma maravillosa. Gracias a las lluvias, que forman parte del ciclo del agua, se producen “cosechas abundantes”. Jehová no solo les da esos regalos a quienes lo aman, sino a todos. Como dijo Jesús, “él hace salir su sol sobre malos y buenos, y envía la lluvia sobre justos e injustos” (Mateo 5:45).

      9. ¿Qué nos enseña el manzano sobre la bondad de Jehová?

      9 Muchas personas dan por sentadas todas las cosas buenas que tienen gracias al sol, la lluvia y las temporadas con sus cosechas. Pensemos, por ejemplo, en una fruta que se cultiva en muchas partes del mundo: la manzana. Aunque es una fruta muy común, es atractiva, jugosa, rica y nutritiva. ¿Sabía que existen unas 7.500 variedades? Hay manzanas rojas, amarillas y verdes. Algunas son casi tan pequeñas como una cereza, pero otras alcanzan el tamaño de un melón pequeño. Una de sus semillas se ve insignificante en la palma de la mano, y, sin embargo, puede convertirse en un manzano precioso (El Cantar de los Cantares 2:3). Este árbol se llena de flores en primavera y de frutos en otoño. De hecho, un solo árbol es capaz de producir 400 kilos (800 libras) de manzanas al año, y puede seguir haciéndolo durante 75 años.

      Jehová nos da “lluvias del cielo y cosechas abundantes”.

      Un huerto lleno de manzanos llenos de fruta. Imagen de unos dedos sujetando una semillita de manzana.

      Esta semillita se convertirá en un árbol que dará alimento y alegría durante décadas.

      10, 11. ¿Cómo reflejan nuestros sentidos la bondad de Dios?

      10 Jehová, que es tan bueno, nos regaló un cuerpo que está “hecho de forma maravillosa” (Salmo 139:14). Gracias a los sentidos, podemos aprender y disfrutar de la creación. Recordemos las escenas del principio del capítulo. ¿Qué detalles de cada una de ellas se pueden disfrutar gracias a la vista? Por ejemplo, la carita feliz de un bebé, la enorme cortina de lluvia que riega los campos o los tonos rojizos, dorados y violetas de un atardecer. Y es que nuestros ojos están diseñados para distinguir cientos de miles de colores, o quizás hasta millones. ¿Y qué puede decirse del oído? Gracias a él, captamos las emociones de nuestros seres queridos cuando hablan, el susurro del viento entre los árboles y las carcajadas de un bebé. ¿Por qué podemos disfrutar de estas imágenes y sonidos? La Biblia da la respuesta: “El oído que oye y el ojo que ve, los dos fueron hechos por Jehová” (Proverbios 20:12). Pero estos son tan solo dos de los sentidos.

      11 El olfato es otra prueba de la bondad de Dios. La nariz es capaz de distinguir muchísimos olores; se cree que hasta un billón. ¿A quién no le gusta oler su comida favorita, un ramo de flores, una alfombra de hojas en un bosque o el humo sutil de una pequeña fogata? Por otro lado, el tacto nos permite sentir la caricia de la brisa en el rostro, el caluroso abrazo de un ser querido o la agradable suavidad de una fruta que tocamos. Y, al morderla, entra en juego el gusto. Entonces, cuando el jugo entra en contacto con las papilas, en la boca se produce una explosión de sabores. Está claro que tenemos sobradas razones para decirle a Jehová: “¡Qué abundante es tu bondad! La has reservado para los que te temen” (Salmo 31:19). Pero ¿en qué sentido la ha “reservado” para quienes le temen?

      Su bondad nos beneficia para siempre

      12. ¿Qué regalos de Jehová son los más importantes, y por qué?

      12 Jesús dijo: “Está escrito: ‘No solo de pan debe vivir el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Jehová’” (Mateo 4:4). Así es, lo que Jehová nos regala en su Palabra nos beneficia más que el alimento físico, pues puede hacer que vivamos para siempre. Como vimos en el capítulo 8, Jehová ha estado usando su poder para restaurar durante estos últimos días con el objetivo de formar un paraíso espiritual. Algo que caracteriza en especial a ese paraíso es la abundancia de alimento espiritual.

      13, 14. a) ¿Qué visión recibió el profeta Ezequiel, y qué significa para nosotros? b) ¿Qué regalos que dan vida les ha hecho Jehová a sus siervos fieles?

      13 Entre las profecías de restauración más importantes de la Biblia, está la visión de Ezequiel en la que vio un templo restablecido y glorificado. De allí salía un hilito de agua que se iba convirtiendo en una corriente más ancha y profunda hasta llegar a ser un torrente. Por donde pasaba, ese río llevaba bendiciones, y sus orillas estaban llenas de árboles que daban alimento y curaban. De hecho, hizo que el mar Muerto, un lago salado y estéril, estuviera lleno de vida y fuera fértil (Ezequiel 47:1-12). ¿Qué significa esta visión?

      14 La visión del templo indicaba que Jehová restauraría la adoración pura y se volverían a respetar sus justas normas. Igual que ese río, Jehová les daría a sus siervos bendiciones que se volverían cada vez más abundantes. Y se las ha estado dando desde 1919, cuando restauró la adoración pura. ¿Cómo lo ha hecho? Mediante un torrente de biblias, publicaciones, reuniones y asambleas. Así se está llegando a millones de personas con enseñanzas que dan vida, como la del rescate, el regalo más importante para obtener la salvación. Gracias al sacrificio de Jesús, quienes aman a Jehová y le temen pueden tener una buena conciencia y la esperanza de vida eterna.a Aunque en estos últimos días el mundo sufre hambre espiritual, el pueblo de Dios goza de un banquete (Isaías 65:13).

      15. ¿Cómo se beneficiarán los seres humanos fieles de la bondad de Jehová durante el Reinado de Mil Años de Jesús?

      15 El río de la visión de Ezequiel no se detendrá cuando este sistema malvado llegue a su fin. Al contrario, crecerá todavía más durante el Reinado de Mil Años de Jesús. Jehová se valdrá de ese Reino mesiánico para que los seres humanos fieles se beneficien por completo del sacrificio de Jesús, y así alcancen con el tiempo la perfección. ¡Qué emocionante será disfrutar de estas muestras de la bondad de Jehová!

      Otras muestras de la bondad de Jehová

      16. ¿Cómo demuestra la Biblia que la bondad de Jehová abarca otras cualidades, y cuáles son algunas de ellas?

      16 Jehová no solo muestra su bondad siendo generoso. Él mismo le dijo a Moisés: “Haré que toda mi bondad pase delante de tu rostro y proclamaré mi nombre, Jehová, delante de ti”. Luego, la Biblia añade: “Jehová fue pasando delante de él y proclamando: ‘Jehová, Jehová, un Dios misericordioso y compasivo, paciente y lleno de amor leal y verdad’” (Éxodo 33:19; 34:6). Así que la bondad de Dios abarca muchas otras cualidades valiosas.

      17. ¿Qué ejemplo demuestra la manera en que Jehová trata a simples seres humanos?

      17 Estos versículos nos dicen mucho sobre la manera en que Jehová trata a los demás. Muchas personas que tienen autoridad son bruscas, duras y crueles. En cambio, Jehová siempre es considerado y amable. Por ejemplo, le pidió a Abrahán: “Levanta la vista, por favor. Desde donde estás, mira al norte y al sur, al este y al oeste” (Génesis 13:14). Muchas versiones omiten aquí la expresión “por favor”. Pero hay biblistas que opinan que el texto en hebreo incluye una expresión que convierte una orden en una petición amable. Y hay otros casos como este (Génesis 31:12; Ezequiel 8:5). ¿No es increíble que el Soberano del universo les pida las cosas por favor a simples seres humanos? En un mundo agresivo y sin valores, ¿qué siente usted al pensar en la amabilidad de nuestro Dios?

      18. ¿Qué significa que Jehová esté “lleno [...] de verdad”, y por qué nos anima saber esto?

      18 La Biblia también describe a Jehová como un Dios “lleno de [...] verdad”. En este mundo, la falta de honradez es el pan de cada día. Pero recordemos que “Dios no es un simple hombre que dice mentiras” (Números 23:19). De hecho, Tito 1:2 dice que “Dios [...] no puede mentir”. Y es que es tan bueno que es imposible que diga mentiras. Por eso podemos estar totalmente seguros de que se cumplirán sus promesas; él siempre cumple su palabra. De hecho, se le llama “el Dios de la verdad” (Salmo 31:5). Está claro que él no cuenta mentiras, pero es que además es completamente transparente. En vez de ser secretista y guardarse las cosas, ilumina a sus siervos con su gran conocimiento.b Hasta les enseña cómo ponerlo en práctica para que sigan “andando en la verdad” (3 Juan 3). ¿Qué efecto debería tener en nuestra vida saber que Jehová es tan bueno?

      “Estarán radiantes por la bondad de Jehová”

      19, 20. a) ¿Cómo intentó Satanás que Eva dudara de la bondad de Jehová, y cuáles han sido las consecuencias? b) ¿Cómo debería hacernos sentir la bondad de Jehová, y por qué?

      19 Cuando Satanás tentó a Eva en el Edén, intentó de forma sutil hacerle creer que Jehová no era tan bueno. Dios le había dicho a Adán: “Puedes comer de todos los árboles del jardín hasta quedar satisfecho”. Así que, de todos los miles de árboles que habría, solo les prohibió comer de uno. Pero Satanás le preguntó a Eva: “¿De veras les dijo Dios que no pueden comer de todos los árboles del jardín?” (Génesis 2:9, 16; 3:1). Al preguntarlo así, manipuló las palabras de Dios para hacerle creer a Eva que Jehová se estaba guardando algo bueno. Por desgracia, el Diablo se salió con la suya. Aunque Jehová le había dado a Eva todo lo que tenía, ella empezó a pensar que él no era tan bueno. Y, desde entonces, mucha gente piensa lo mismo.

      20 ¡Cuánto sufrimiento hay por dudar de la bondad de Dios! En cambio, Jeremías 31:12 dice: “Estarán radiantes por la bondad de Jehová”. ¿Qué aprendemos de esto? Que la bondad de Jehová hace que estemos radiantes de alegría. Por eso, nunca deberíamos cuestionar los motivos de Jehová. Más bien, demostrémosle toda nuestra confianza, pues él es todo bondad y solo quiere lo mejor para nosotros.

      21, 22. a) ¿Qué le gustaría hacer para corresponder a la bondad de Jehová? b) ¿Qué cualidad analizaremos en el próximo capítulo, y en qué se diferencia de la bondad?

      21 También nos hace muy felices hablar con los demás de lo bueno que es Jehová. Refiriéndose a los siervos de Dios, Salmo 145:7 dice: “De ellos brotarán alabanzas al recordar tu gran bondad”. De una manera u otra, todos nos beneficiamos de la bondad de Jehová a diario. Así que, ¿qué tal si se propone darle las gracias todos los días por una muestra específica de su bondad? Reflexionar en esta cualidad de Jehová, darle gracias por ella todos los días y hablarles de ella a los demás, nos ayudará a imitar a nuestro buen Dios. Si seguimos su ejemplo y buscamos formas de hacer cosas buenas por los demás nos acercaremos cada vez más a él. El apóstol Juan escribió: “Amado, no imites lo malo, sino lo bueno. El que hace el bien proviene de Dios” (3 Juan 11).

      22 La bondad de Dios está relacionada con más cualidades. Por ejemplo, Éxodo 34:6 dice que él está “lleno de amor leal”. A diferencia de la forma en que demuestra su bondad, Jehová solo les expresa amor leal a sus siervos fieles. En el próximo capítulo veremos cómo lo hace.

      a El rescate es la mayor muestra de la bondad de Jehová. De todos los millones de ángeles, Jehová eligió a su amado Hijo unigénito para que muriera por nosotros.

      b La Biblia suele relacionar la verdad y la luz. Por ejemplo, el salmista cantó: “Envía tu luz y tu verdad” (Salmo 43:3). Así que Jehová ilumina con su luz, o verdad, a todos los que quieren aprender de él (2 Corintios 4:6; 1 Juan 1:5).

      Preguntas para meditar

      • 1 Reyes 8:54-61, 66 ¿Cómo expresó Salomón agradecimiento por la bondad de Dios, y qué efecto tuvo esto en los israelitas?

      • Salmo 119:66, 68 ¿Cómo podemos demostrarle a Jehová en nuestras oraciones que queremos imitar su bondad?

      • Lucas 6:32-38 ¿Qué es lo que nos impulsa a imitar la generosidad de Jehová?

      • Romanos 12:2, 9, 17-21 ¿Cómo podemos demostrar bondad a diario?

  • “Solo tú eres leal”
    Acerquémonos a Jehová
    • La Luna en el cielo nocturno.

      CAPÍTULO 28

      “Solo tú eres leal”

      1, 2. ¿Por qué decimos que David sabía muy bien lo que era la deslealtad?

      EL REY David sabía muy bien lo que era la deslealtad. Por ejemplo, en cierta ocasión, su propia gente lo traicionó y le quiso quitar el trono. Además, algunas personas muy allegadas a él le dieron la espalda, entre ellas, Mical, su primera esposa. Al principio “estaba enamorada de David” y seguramente le dio su apoyo. Pero, pasó el tiempo, y un día “empezó a despreciarlo en su corazón” y hasta lo consideró “un cabeza hueca” (1 Samuel 18:20; 2 Samuel 6:16, 20).

      2 También tenemos el caso de Ahitofel, el consejero de David. Lo que él decía se consideraba como si viniera de parte de Jehová (2 Samuel 16:23). Pero este hombre, en quien tanto confiaba David, terminó traicionándolo y uniéndose a una rebelión contra él. ¿Y quién era el cabecilla de aquella conspiración? ¡Absalón, el propio hijo del rey! Este oportunista “se fue robando el corazón de los hombres de Israel” con la intención de quedarse con el trono de su padre. Al final, la rebelión de Absalón tuvo tanto apoyo que David tuvo que salir huyendo por su vida (2 Samuel 15:1-6, 12-17).

      3. ¿De qué estaba seguro David?

      3 A pesar de todo, él sabía que podía contar con el apoyo incondicional de alguien, un amigo que siempre le sería leal. ¿Quién era? Nada menos que Jehová Dios, de quien dijo: “Al que es leal tú le demuestras lealtad” (2 Samuel 22:26). Ahora bien, ¿qué es la lealtad, y cómo demuestra Jehová que es el mejor ejemplo de esta cualidad?

      ¿Qué es la lealtad?

      4, 5. a) ¿Qué significa ser leal? b) ¿Qué diferencia hay en la Biblia entre la lealtad y la fidelidad?

      4 En las Escrituras Hebreas el término leal se refiere a una persona que le muestra bondad a alguien por amor, se apega a él y se mantiene a su lado. Esto implica más que ser fiel. Alguien pudiera ser fiel tan solo por su sentido del deber. En cambio, la lealtad de la que habla la Biblia nace del amor.a De hecho, hay cosas inanimadas que son fieles. Por ejemplo, Salmo 89:37 dice que la Luna es “un testigo fiel en los cielos”, pues todas las noches está allí. Pero no diríamos que es leal. ¿Por qué no? Porque la lealtad es una muestra de amor, algo que las cosas inanimadas no tienen.

      Aunque se dice que la Luna es “un testigo fiel”, solo los seres humanos y los ángeles pueden reflejar la lealtad de Jehová.

      5 En la Biblia, la lealtad no es algo frío. Más bien, es una demostración de verdadero cariño hacia la otra persona. Esta cualidad no es como las olas del mar, que van y vienen. En vez de eso, la lealtad o amor leal, es tan resistente y firme que puede superar hasta las situaciones más difíciles.

      6. a) ¿Por qué decimos que en este mundo no es común la lealtad, y cómo respalda esto la Biblia? b) ¿Cuál es la mejor manera de aprender lo que implica la lealtad, y por qué?

      6 En la actualidad, la lealtad no es muy común. Cada vez hay más “compañeros listos para destrozarse el uno al otro” y más traiciones dentro del matrimonio (Proverbios 18:24; Malaquías 2:14-16). De hecho, esto es tan común que quizás pensemos lo mismo que el profeta Miqueas, que dijo: “El leal ha desaparecido de la tierra” (Miqueas 7:2). Así es, muchas veces el ser humano es desleal. Pero Jehová siempre es leal, y lo demuestra de forma extraordinaria. Así que la mejor manera de aprender lo que implica la lealtad es analizando cómo demuestra él esta maravillosa faceta de su amor.

      La incomparable lealtad de Jehová

      7, 8. ¿Por qué puede decirse que solo Jehová es leal?

      7 La Biblia dice sobre Jehová: “Solo tú eres leal” (Apocalipsis 15:4). ¿Y por qué dice eso? ¿No hay ángeles y seres humanos que han demostrado lealtad de forma extraordinaria? (Job 1:1; Apocalipsis 4:8). ¿Y qué hay de Jesucristo? ¿No es el mayor “siervo leal” de Dios? (Salmo 16:10). Entonces, ¿por qué se dice que solo Jehová es leal?

      8 En primer lugar, recordemos que la lealtad es una faceta del amor. Como ya vimos, “Dios es amor”, es decir, es la misma personificación del amor. Así que nadie puede ser tan leal como él (1 Juan 4:8). Es cierto que tanto los ángeles como los seres humanos pueden reflejar las cualidades de Dios, pero la lealtad de Jehová siempre será superior. Como es “el Anciano de Días”, lleva más tiempo demostrando lealtad que cualquier ángel o ser humano (Daniel 7:9). Por eso, él es el mayor ejemplo de lealtad. Veamos algunas formas en que ha demostrado ser leal.

      9. ¿En qué sentido es Jehová “leal en todo lo que hace”?

      9 Jehová es “leal en todo lo que hace” (Salmo 145:17). ¿En qué sentido? El Salmo 136 da la respuesta. Allí se mencionan varias ocasiones en las que Jehová salvó a su pueblo, como, por ejemplo, cuando liberó a los israelitas en el mar Rojo. Llama la atención que cada versículo termine con la frase: “Su amor leal dura para siempre”. Este salmo aparece en las “Preguntas para meditar” de la página 289. Seguro que, cuando lo lea, le sorprenderá ver todas las formas en las que Dios le demostró amor leal a su pueblo. Jehová muestra su lealtad escuchando las súplicas de sus siervos fieles y actuando a favor de ellos justo en el momento oportuno (Salmo 34:6). El amor leal que Jehová siente por sus siervos nunca acabará si ellos le siguen siendo leales.

      10. ¿Cómo demuestra Jehová que es leal a sus principios?

      10 Además, Jehová demuestra que es leal a sus siervos siendo leal a sus principios. Mucha gente que se deja llevar por sus caprichos y emociones siempre está cambiando de opinión sobre lo que está bien y lo que está mal. Pero Jehová nunca hace eso. Aunque hayan pasado miles de años, su criterio sobre asuntos como el espiritismo, la idolatría y el asesinato no ha cambiado. Mediante el profeta Isaías, Jehová dijo: “Aun cuando te hagas viejo, yo seré el mismo” (Isaías 46:4). Por lo tanto, podemos estar completamente seguros de que obedecer las normas morales de la Palabra de Dios siempre será lo mejor para nosotros (Isaías 48:17-19).

      11. ¿Cómo sabemos que Jehová es fiel a sus promesas?

      11 Jehová también demuestra lealtad siendo fiel a sus promesas. Todo lo que predice se cumple. De hecho, aseguró: “Así será la palabra que sale de mi boca. No volverá a mí sin resultados; sin falta hará lo que yo deseo y cumplirá con éxito lo que la envío a hacer” (Isaías 55:11). Jehová demuestra que es leal a sus siervos siendo fiel a su palabra. Él no les crea falsas expectativas; si les promete algo, lo cumple. Tiene la reputación de ser tan confiable que su siervo Josué dijo: “No falló ni una promesa de todas las buenas promesas que Jehová le había hecho a la casa de Israel; todas se cumplieron” (Josué 21:45). Así pues, podemos estar seguros de que nunca nos defraudará ni dejará sin cumplir algo que haya prometido (Isaías 49:23; Romanos 5:5).

      12, 13. ¿En qué sentidos dura para siempre el amor leal de Jehová?

      12 Como vimos, la Biblia dice que el amor leal de Jehová “dura para siempre” (Salmo 136:1). ¿En qué sentido? Para empezar, cuando él perdona un pecado, lo perdona para siempre. En el capítulo 26 aprendimos que él nunca echa en cara los errores que ha perdonado. Qué agradecidos estamos de saber que, aunque todos pecamos y no alcanzamos la gloria de Dios, el amor leal de Jehová dura para siempre (Romanos 3:23).

      13 Además, el amor leal de Jehová dura para siempre en otro sentido. La Biblia dice que el justo “será como un árbol plantado junto a corrientes de agua, un árbol que da fruto a su tiempo y cuyas hojas no se marchitan. Todo lo que él haga tendrá éxito” (Salmo 1:3). Piense por un momento en un árbol frondoso, que siempre está lleno de hojas. Igual que ese árbol, nuestra vida estará llena de buenos frutos y será más larga y tranquila si aprendemos a disfrutar de la Palabra de Dios. Las bendiciones que Jehová les da lealmente a sus siervos fieles son eternas. Y es que, en el nuevo mundo de justicia que él traerá, la humanidad obediente disfrutará de su amor leal para siempre (Apocalipsis 21:3, 4).

      Jehová “no abandonará a sus leales”

      14. ¿Cómo demuestra Jehová que siempre agradece la lealtad de sus siervos?

      14 Jehová ha demostrado vez tras vez su lealtad. Y, como él no cambia, siempre es leal a sus siervos fieles. Uno de los escritores de la Biblia dijo en Salmo 37:25: “Fui joven y ahora soy viejo, pero nunca he visto a un justo abandonado ni a sus hijos buscando pan”. Y, luego, en el versículo 28 añadió: “Porque Jehová ama la justicia y no abandonará a sus leales”. Claro, se espera que adoremos a Jehová porque él es nuestro Creador, así que él se lo merece (Apocalipsis 4:11). Pero, aunque sea nuestro deber, como Dios es leal, valora muchísimo nuestros actos fieles (Malaquías 3:16, 17).

      15. ¿Cómo les demostró Jehová lealtad a los israelitas?

      15 El amor leal impulsa a Jehová a ayudar a sus siervos cada vez que ellos lo necesitan. La Biblia, en el Salmo 97, nos dice que “él protege la vida de sus leales, los rescata de las manos del malvado” (Salmo 97:10). Recordemos cómo ayudó a la nación de Israel. Cuando Jehová salvó a los israelitas en el mar Rojo, ellos le cantaron: “Con amor leal has guiado al pueblo que has rescatado” (Éxodo 15:13). Aquella ocasión fue una clara prueba de su amor leal. Moisés les dijo más tarde a los israelitas: “Jehová les mostró cariño y los escogió no porque fueran el más numeroso de todos los pueblos; al contrario, eran el más pequeño de todos los pueblos. Más bien, fue por el amor que Jehová les tuvo y por cumplir el juramento que les había hecho a sus antepasados. Por eso Jehová los sacó con mano poderosa para rescatarlos de la tierra donde eran esclavos, del poder del faraón, el rey de Egipto” (Deuteronomio 7:7, 8).

      16, 17. a) ¿Cómo demostraron los israelitas que no agradecían el amor leal de Jehová, pero de qué manera fue compasivo él con ellos? b) ¿Cómo demostraron muchos israelitas que ya no tenían remedio, y qué lección nos enseña esto?

      16 Por desgracia, la mayoría de los israelitas no agradecieron el amor leal de Jehová. Después de haberlos salvado, “siguieron pecando contra él al rebelarse contra el Altísimo” (Salmo 78:17). A lo largo de los siglos, se rebelaron vez tras vez. Le dieron la espalda a Jehová y se pusieron a adorar a dioses falsos con ritos paganos, y eso dañó su relación con él. Pero, a pesar de todo, él no rompió su pacto. Más bien, mediante el profeta Jeremías, le rogó a su pueblo: “Vuelve, oh, rebelde Israel [...]. No los miraré con ira, porque soy leal” (Jeremías 3:12). Pero, como vimos en el capítulo 25, la mayoría no se arrepintió. De hecho, ellos “estuvieron burlándose de los mensajeros del Dios verdadero. Despreciaron las palabras de él y se burlaron de sus profetas”. ¿Cuáles fueron las consecuencias? Al final, “la furia de Jehová se desató contra su pueblo, hasta que ya no tuvieron remedio” (2 Crónicas 36:15, 16).

      17 ¿Qué aprendemos de esto? Que el hecho de que sea leal no quiere decir que sea ingenuo. Claro, él está “lleno de amor leal”, y con mucho gusto muestra misericordia siempre que hay una buena razón para hacerlo. Pero, como Jehová es leal a sus justas normas, castiga a los pecadores que se niegan a cambiar. De hecho, “jamás deja sin castigo al culpable”, tal como él mismo le dijo a Moisés (Éxodo 34:6, 7).

      18, 19. a) ¿Por qué decimos que el castigo que reciben los malvados es una prueba de la lealtad de Jehová? b) ¿Cómo demostrará Jehová que es leal a sus siervos que han muerto por la persecución?

      18 El castigo que Jehová les da a los malvados es una prueba de que él es leal. ¿Por qué? Veamos la respuesta en el libro de Apocalipsis. Allí leemos que Jehová les ordena esto a siete ángeles: “Vayan y derramen en la tierra los siete tazones de la furia de Dios”. Cuando el tercer ángel derrama “su tazón en los ríos y en los manantiales”, estos se convierten en sangre. Luego este ángel le dice a Jehová: “Tú —aquel que es y que era, el Leal— eres justo porque has dictado estas sentencias. Como ellos derramaron la sangre de los santos y de los profetas, tú les has dado de beber sangre. Se lo merecen” (Apocalipsis 16:1-6).

      19 ¿Se fijó en que el ángel que da el mensaje de juicio llama a Jehová “el Leal”? ¿Por qué lo llama así? Pues bien, muchos siervos de Jehová han sido perseguidos y, como consecuencia, han perdido la vida. Así que, al destruir a los malvados, les muestra lealtad a estos siervos suyos. Como es leal, los conserva muy vivos en su memoria. Él  ansía volver a verlos, y la Biblia nos asegura que los recompensará resucitándolos (Job 14:14, 15). Jehová no se olvida de ellos tan solo porque ya no estén. De hecho, “para él todos ellos están vivos” (Lucas 20:37, 38). El propósito de Dios de devolverles la vida a quienes están en su memoria es una clara prueba de su lealtad.

      Como Jehová es leal, se acordará de quienes le han sido leales hasta la muerte y los resucitará.

      Bernard Luimes (izquierda) y Wolfgang Kusserow (centro) fueron ejecutados por los nazis.

      Moses Nyamussua (derecha) fue asesinado con lanzas por un grupo político.

      El amor leal de Jehová abre el camino a la salvación

      20. ¿Quiénes son las “vasijas de misericordia”, y cómo se benefician de la lealtad de Jehová?

      20 Jehová siempre les ha demostrado una lealtad extraordinaria a los seres humanos fieles. Durante miles de años, hasta ha tolerado con mucha paciencia a quienes la Biblia llama “vasijas de ira hechas para ser destruidas”. ¿Y por qué lo ha hecho? “Para dar a conocer las riquezas de su gloria sobre vasijas de misericordia que él preparó de antemano para la gloria” (Romanos 9:22, 23). ¿Quiénes son esas “vasijas de misericordia”? Son los cristianos ungidos por espíritu santo, que gobernarán con Cristo en su Reino (Mateo 19:28). En realidad, al abrirles a estos siervos fieles el camino a la salvación, Jehová estaba siendo leal a Abrahán. Él le prometió en un pacto: “Todas las naciones de la tierra conseguirán una bendición para ellas mismas mediante tu descendencia, porque tú has escuchado mi voz” (Génesis 22:18).

      Hermanos y hermanas de distintas edades y culturas sonriendo felices.

      Gracias a la lealtad de Jehová, todos sus siervos fieles tienen una esperanza segura para el futuro.

      21. a) ¿Cómo le muestra Jehová lealtad a “una gran muchedumbre” que tiene la esperanza de sobrevivir a “la gran tribulación”? b) Después de ver tantas muestras de la lealtad de Jehová, ¿qué piensa hacer usted?

      21 Jehová también le muestra lealtad a “una gran muchedumbre” que tiene la esperanza de sobrevivir a “la gran tribulación” y vivir para siempre en la Tierra (Apocalipsis 7:9, 10, 14). Aunque los que forman ese grupo son imperfectos, él es leal con ellos y les da la oportunidad de vivir para siempre en el Paraíso. ¿Y cómo lo hace? Por medio del rescate, su mayor demostración de lealtad (Juan 3:16; Romanos 5:8). A todos los que buscan la justicia les atrae la lealtad de Jehová (Jeremías 31:3). ¿Cómo se siente usted al ver la profunda lealtad que Jehová ha demostrado y va a demostrar? ¿No se siente más cerca de él? Por eso, correspondamos a su amor leal y estemos totalmente decididos a servirle con lealtad.

      a Es interesante que el término que se traduce “lealtad” en 2 Samuel 22:26 se vierte “amor leal” en otros versículos.

      Preguntas para meditar

      • 1 Samuel 24:1-22 ¿Cómo demostró David, por su manera de tratar al rey Saúl, la clase de lealtad que valora Jehová?

      • Ester 3:7-9; 4:6-5:1 ¿Cómo demostró Ester, quien llegó a arriesgar la vida por su pueblo, la clase de lealtad que valora Jehová?

      • Salmo 136:1-26 ¿Qué nos enseña este salmo sobre el amor leal de Jehová?

      • Abdías 1-4, 10-16 Por lealtad a sus siervos, ¿qué les hizo Jehová a los edomitas al haber sido desleales?

  • “Conocer el amor del Cristo”
    Acerquémonos a Jehová
    • Jesús mostrándole compasión a alguien.

      CAPÍTULO 29

      “Conocer el amor del Cristo”

      1-3. a) ¿Qué fue lo que impulsó a Jesús a querer ser como su Padre? b) ¿Qué veremos en este capítulo?

      ¿ALGUNA vez ha visto a un niño tratando de imitar a su padre? Tal vez imite su manera de caminar, hablar o comportarse. Y al ir creciendo puede que adquiera sus mismas creencias y valores morales. Lo cierto es que el cariño y la admiración que un niño siente por su papá hacen que quiera parecerse a él.

      2 ¿Y qué podemos decir de la relación que hay entre Jesús y su Padre celestial? Jesús dijo: “Amo al Padre” (Juan 14:31). No hay nadie que pueda amar más a Jehová que su Hijo, quien estuvo a su lado mucho antes de que existiera cualquier otro ser. Y fue el amor lo que impulsó al Hijo a querer ser como su Padre (Juan 14:9).

      3 En otros capítulos hemos visto que Jesús imitó a la perfección el poder, la justicia y la sabiduría de Jehová. Pero ¿qué hay del amor? En este capítulo veremos cómo Jesús demostró amor al sacrificarse por los demás, al mostrar tierna compasión y al estar dispuesto a perdonar.

      “Nadie tiene amor más grande”

      4. ¿Por qué decimos que Jesús hizo la mayor demostración de amor de la historia humana?

      4 Jesús fue un magnífico ejemplo de amor abnegado. Este tipo de amor implica poner las necesidades y preferencias de los demás por encima de las nuestras. ¿Cómo lo demostró Jesús? Él mismo explicó: “Nadie tiene amor más grande que quien da su vida por sus amigos” (Juan 15:13). Él estuvo dispuesto a dar su vida perfecta por nosotros, y esa fue la mayor demostración de amor de la historia humana. Pero también mostró este tipo de amor de otras maneras.

      5. ¿A qué tuvo que renunciar el Hijo unigénito de Dios cuando vino a la Tierra?

      5 Antes de venir a la Tierra, el Hijo unigénito de Dios tenía una posición privilegiada en el cielo. Allí vivía con Jehová y con los ángeles. Pero, a pesar de que tenía una vida maravillosa, “dejó todo lo que tenía y tomó la forma de un esclavo y se convirtió en un ser humano” (Filipenses 2:7). Así que estuvo dispuesto a venir a un mundo que “está bajo el poder del Maligno” y vivir entre seres humanos imperfectos (1 Juan 5:19). ¡Cuánto amor demostró el Hijo de Dios al renunciar a tantas cosas!

      6, 7. a) ¿A qué oportunidades renunció Jesús durante su ministerio en la Tierra? b) ¿Qué conmovedora muestra de amor desinteresado vemos en Juan 19:25-27?

      6 Durante su ministerio en la Tierra, Jesús demostró este tipo de amor de muchas maneras. Siempre se preocupó más por los demás que por sí mismo. De hecho, para concentrarse totalmente en su ministerio, renunció a la oportunidad de tener ciertas comodidades básicas. Él dijo: “Los zorros tienen madrigueras y las aves del cielo tienen nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza” (Mateo 8:20). Al fin y al cabo, como era muy buen carpintero, pudo haber dedicado parte de su tiempo a hacerse una casa cómoda y a ganarse un dinerito extra haciendo muebles de calidad. Sin embargo, no usó sus habilidades para conseguir cosas materiales.

      7 Otra conmovedora muestra de su amor abnegado es lo que hizo por su madre la tarde en que él murió. Pensemos en cómo se sentiría Jesús y todo lo que tendría en la cabeza. El dolor que sentía en el madero de tormento era insoportable. Además, estaba preocupado por sus discípulos, por la predicación y, sobre todo, por mantenerse leal a su Padre y honrar su nombre. ¡Y es que el futuro de toda la humanidad dependía de él! Pero aun así, en sus últimos momentos, se preocupó por el bienestar de su madre que, al parecer, ya era viuda. Como vemos en Juan 19:25-27, le pidió al apóstol Juan que cuidara a María como si fuera su propia madre, y entonces Juan se la llevó a vivir a su casa. Así que Jesús se aseguró de que se atendieran sus necesidades físicas y espirituales. ¡Qué muestra tan tierna de amor desinteresado!

      “Se conmovió profundamente”

      8. ¿Qué significa la palabra griega que usa la Biblia al hablar de la compasión de Jesús?

      8 Jesús era compasivo, como su Padre. En la Biblia siempre lo vemos como alguien que ayudaba a la gente porque le dolía de verdad verla sufrir. Al hablar de la compasión de Jesús, la Biblia usa una palabra griega que se traduce como “conmoverse profundamente”. Según un biblista, esta palabra describe “una emoción que conmueve lo más recóndito del ser del hombre. Esta es la palabra griega para expresar con mayor fuerza la idea de compasión”. Veamos algunos casos en los que Jesús ayudó a otras personas por la intensa compasión que sentía.

      9, 10. a) ¿Por qué se fueron Jesús y sus apóstoles a buscar un lugar tranquilo? b) ¿Cómo reaccionó Jesús cuando la gente no lo dejó estar a solas con sus discípulos, y por qué?

      9 Por compasión, atendió las necesidades espirituales de la gente. El relato de Marcos 6:30-34 muestra por qué sentía esa compasión. Imagínese la escena. Los apóstoles estaban emocionados porque habían estado predicando en muchos lugares. Fueron adonde estaba Jesús y le contaron muy entusiasmados todo lo que habían visto y oído. Pero luego llegó tanta gente a verlos que ni siquiera tuvieron tiempo para comer. Jesús se dio cuenta de que los apóstoles estaban agotados, así que les dijo: “Vengan conmigo; vamos solos a un lugar retirado para que descansen un poco”. Se subieron a una barca y navegaron por el extremo norte del mar de Galilea en busca de un lugar tranquilo. Sin embargo, la gente los vio salir, y muchos otros también se enteraron. Así que todos fueron corriendo por la orilla y llegaron al otro lado antes que la barca.

      10 ¿Le molestó a Jesús que la gente no lo dejara estar a solas con sus discípulos? No, para nada. Marcos escribió: “Al bajarse de la barca, él vio una gran multitud y se conmovió profundamente, porque eran como ovejas sin pastor. Y se puso a enseñarles muchas cosas”. Jesús se dio cuenta de que todas esas personas, que eran miles, necesitaban ayuda espiritual. Eran como ovejitas perdidas, sin un pastor que las protegiera. Se esperaba que los líderes religiosos fueran pastores cariñosos, pero Jesús sabía que tenían abandonadas a las personas (Juan 7:47-49). Por eso, se conmovió tanto que se puso a enseñarles acerca “del Reino de Dios” (Lucas 9:11). ¿Se fijó? Él se conmovió profundamente antes de ver la reacción de la gente a sus enseñanzas. Así que ver el efecto de lo que enseñó no fue lo que hizo que sintiera compasión; más bien, la compasión fue la causa de que se pusiera a enseñar.

      Jesús le muestra compasión a un leproso acercándose a él y tocándolo. Detrás hay gente escandalizada por la apariencia del leproso.

      “Extendió la mano” y “lo tocó”.

      11, 12. a) ¿Cómo trataban a los leprosos en tiempos bíblicos, pero qué hizo Jesús cuando se le acercó un hombre “cubierto de lepra”? b) ¿Cómo debió sentirse el leproso cuando Jesús lo tocó, y cómo nos ayuda a entender esto lo que le pasó a un médico?

      11 Por compasión, ayudó a los que sufrían. Muchas personas que estaban enfermas se daban cuenta de que Jesús les tenía compasión, y por eso querían acercarse a él. Veamos un ejemplo conmovedor. Un día, mientras una multitud seguía a Jesús, se le acercó un hombre “cubierto de lepra” (Lucas 5:12). Según la Ley, se tenía que poner en cuarentena a los leprosos para que no contagiaran a los demás (Números 5:1-4). Pero los líderes religiosos crearon sus propias reglas sobre cómo tratar a los leprosos. Eran reglas crueles y despiadadas.a En cambio, Jesús trató a aquel hombre de manera muy distinta. La Biblia cuenta: “Un leproso se le acercó suplicándole hasta de rodillas: ‘Yo sé que si tú quieres me puedes limpiar’. Jesús se conmovió tanto que extendió la mano, lo tocó y le dijo: ‘Yo quiero. Queda limpio’. Enseguida la lepra desapareció” (Marcos 1:40-42). Jesús sabía que la Ley prohibía que los leprosos se mezclaran entre la gente. Pero, en vez de echarlo de allí, se conmovió tanto que hizo algo asombroso: lo tocó.

      12 ¡Imagínese lo que sintió aquel leproso cuando Jesús lo tocó! Fíjese en lo que le pasó al doctor Paul Brand, un especialista en esta enfermedad. Él atendió a un joven leproso en la India. Cuando lo examinó, le puso la mano en el hombro y le explicó mediante una intérprete el tratamiento que seguiría. De repente, el joven se echó a llorar. Así que el médico preguntó: “¿Dije algo malo?”. La intérprete le hizo la pregunta al joven y luego le dijo al médico: “No, doctor. Dice que llora porque le ha puesto la mano en el hombro. Llevaba años sin que nadie lo tocara”. Algo parecido debió sentir el leproso al que Jesús tocó. Pero, en este caso, el impacto fue mayor, porque lo curó de aquella horrible enfermedad que lo tenía marginado.

      13, 14. a) ¿Con qué se encontró Jesús al acercarse a la ciudad de Naín, y qué era lo más triste de todo? b) Al ver la situación de una viuda, ¿qué hizo Jesús por compasión?

      13 Por compasión, ayudó a quienes estaban de duelo. Jesús se conmovía profundamente al ver sufrir a los demás. Veamos, por ejemplo, lo que cuenta Lucas 7:11-15. Jesús llevaba más de un año y medio predicando. Iba de camino a Naín y, estando ya muy cerca de la puerta de aquella ciudad galilea, se encontró con un cortejo fúnebre. Lo más triste es que quien había muerto era un joven y era el único hijo de una viuda. Tal vez ella ya hubiera pasado por algo parecido cuando murió su esposo. Pero ahora se trataba de su hijo, quizá su único apoyo. Es posible que, entre toda la gente que la acompañaba, hubiera plañideras llorando y músicos tocando canciones de duelo (Jeremías 9:17, 18; Mateo 9:23). En medio de todo eso, podemos imaginarnos a la madre desgarrada por el dolor caminando al lado de la camilla donde llevaban a su hijo. Y fue precisamente en aquella mujer en quien Jesús centró su atención.

      14 Jesús “se conmovió profundamente” al ver a aquella mujer desconsolada, y le dijo con cariño: “No llores más”. Entonces, se acercó a la camilla y la tocó. En ese momento, todo se paralizó por completo. Luego, con mucha autoridad, le dijo al muchacho que estaba muerto: “Joven, a ti te digo: ¡levántate!”. ¿Y qué pasó? Como si lo hubieran despertado de un sueño profundo, el joven “se sentó y empezó a hablar”. Al final, el relato dice: “Y Jesús se lo entregó a su madre”. ¡Qué gesto tan tierno!

      15. a) ¿Cómo muestran los relatos en los que Jesús se conmovió que la compasión y las acciones van de la mano? b) ¿Cómo podemos seguir el ejemplo de Jesús?

      15 ¿Qué nos enseñan todos los relatos anteriores? En cada caso, vemos que la compasión y las acciones van de la mano. Siempre que Jesús veía el dolor de los demás, se compadecía de ellos. Y, siempre que se compadecía de los demás, los ayudaba. ¿Cómo podemos imitarlo? Pues bien, los cristianos tenemos el deber de predicar y hacer discípulos. Principalmente lo hacemos por amor a Dios, pero no olvidemos que también lo hacemos porque sentimos compasión por la gente. Si sentimos por las personas lo mismo que sentía Jesús, haremos todo lo posible por anunciar las buenas noticias porque nos nacerá del corazón (Mateo 22:37-39). ¿Cómo les mostramos compasión a nuestros hermanos que sufren o están de duelo? Claro, no podemos hacer curaciones milagrosas ni resucitar a nadie. Pero sí podemos tomar la iniciativa en expresarles nuestro interés o en ayudarles en lo que necesiten (Efesios 4:32).

      “Padre, perdónalos”

      16. Aun cuando estaba en el madero de tormento, ¿cómo demostró Jesús que estaba “dispuesto a perdonar”?

      16 Otra forma importante en que Jesús reflejó a la perfección el amor de su Padre fue estando “dispuesto a perdonar” (Salmo 86:5). Lo hizo hasta cuando estaba agonizando en el madero. Aunque estaba clavado de pies y manos, a punto de morir de una forma tan humillante, ¿qué dijo? ¿Le pidió a Jehová que castigara a quienes lo torturaban? Al contrario; una de sus últimas frases fue: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34).b

      17-19. ¿Cómo le demostró Jesús a Pedro que lo había perdonado?

      17 El caso del apóstol Pedro quizás sea una prueba aún más conmovedora de que Jesús estaba dispuesto a perdonar. Está claro que Pedro quería muchísimo a Jesús. La última noche de Jesús en la Tierra, la del 14 de nisán, Pedro le dijo: “Señor, estoy listo para ir a prisión contigo y hasta para morir contigo”. Pero pocas horas después aseguró tres veces que ni siquiera lo conocía. ¿Qué pasó cuando lo negó por tercera vez? “El Señor se volvió y miró a Pedro fijamente”. Destrozado por la culpa de su pecado, el apóstol “salió afuera y lloró amargamente”. Aquel mismo día, cuando Jesús murió, es probable que Pedro se preguntara si su Señor lo había perdonado (Lucas 22:33, 61, 62).

      18 Pedro no tuvo que esperar mucho la respuesta. La mañana del 16 de nisán, Jesús resucitó, y parece ser que ese mismo día lo visitó (Lucas 24:34; 1 Corintios 15:4-8). ¿Por qué tuvo Jesús ese detalle tan especial con quien lo había negado con tanta firmeza? Seguramente quería confirmarle a su amigo ya arrepentido que lo seguía queriendo y valorando. Pero hizo algo más para tranquilizar a Pedro.

      19 Más tarde, Jesús se les apareció a los discípulos a la orilla del mar de Galilea. Allí, le preguntó a Pedro si lo amaba, y lo hizo tres veces, las mismas que él había negado a su Amo. A la tercera, el apóstol contestó: “Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que yo te quiero”. En realidad, como Jesús podía ver los corazones, sabía muy bien que Pedro lo quería. Pero le dio la oportunidad de que él mismo se lo confirmara. Y, lo que es más, le encargó que alimentara y pastoreara a sus ovejitas (Juan 21:15-17). Antes ya le había encargado que predicara (Lucas 5:10). Pero ahora Jesús le estaba dando la importante responsabilidad de cuidar a quienes se hicieran sus seguidores. Esto le confirmó a Pedro cuánto confiaba Jesús en él. Y poco después le dio un papel muy importante en la congregación cristiana (Hechos 2:1-41). ¡Qué alivio debió sentir Pedro al saber que Jesús lo había perdonado y aún confiaba en él!

      ¿Conocemos “el amor del Cristo”?

      20, 21. ¿Cómo podemos “conocer el amor del Cristo” a fondo?

      20 Está claro que la Palabra de Jehová describe de una manera muy hermosa el amor de Jesús. ¿Y cómo deberíamos corresponder nosotros a ese amor? La Biblia nos invita a “conocer el amor del Cristo que supera al conocimiento” (Efesios 3:19). Como hemos visto, aprendemos mucho sobre el amor de Jesús al leer en los Evangelios relatos de su vida y ministerio. Ahora bien, para “conocer el amor del Cristo” a fondo, tenemos que hacer algo más que aprender lo que dice la Biblia sobre él.

      21 La palabra griega para “conocer” significa “saber de manera práctica, por la experiencia”. Para entender lo que Jesús sentía, debemos amar a los demás igual que él. ¿Cómo? Sacrificándonos por ellos, ayudándolos por compasión y perdonándolos sinceramente. Si lo hacemos, llegaremos a conocer por experiencia propia “el amor del Cristo que supera al conocimiento”. Y nunca olvidemos que, cuanto más nos parezcamos a Cristo, más nos acercaremos a quien él imitó a la perfección: nuestro amoroso Dios, Jehová.

      a Esas reglas decían que había que mantener una distancia mínima de 4 codos (unos 2 metros o 6 pies) con los leprosos, o de 100 codos (unos 45 metros o 150 pies) si soplaba viento. Una obra judía, el Midrás Rabá, habla de un rabí que se escondía de ellos y de otro que los ahuyentaba tirándoles piedras. Así que los leprosos conocían muy bien el dolor de sentirse despreciados y hasta odiados.

      b La primera parte de Lucas 23:34 se omite en algunos manuscritos antiguos. Pero la Traducción del Nuevo Mundo y muchas otras Biblias sí la incluyen porque aparece en muchos manuscritos confiables. Al parecer, Jesús se refería a los soldados romanos que lo torturaron. No sabían lo que hacían, pues ignoraban quién era él en realidad. También puede que estuviera pensando en los judíos que pedían su muerte pero que más tarde pondrían su fe en él (Hechos 2:36-38). Claro, muchos de los líderes religiosos que estuvieron detrás de su asesinato jamás podrían ser perdonados, pues eran mucho más culpables ya que actuaron a sabiendas y con malicia (Juan 11:45-53).

      Preguntas para meditar

      • Mateo 9:35-38 ¿De qué importante manera demostró compasión Jesús, y qué efecto debe tener esto en nosotros?

      • Juan 13:34, 35 ¿Por qué es importante que reflejemos el amor del Cristo?

      • Romanos 15:1-6 ¿Qué podemos hacer para tener la misma actitud mental de Jesús y sacrificarnos por los demás?

      • 2 Corintios 5:14, 15 Si de veras valoramos el rescate, ¿qué actitud, metas y estilo de vida tendremos?

  • Sigamos “el camino del amor”
    Acerquémonos a Jehová
    • Hermanos y hermanas conversando con entusiasmo en el Salón del Reino.

      CAPÍTULO 30

      Sigamos “el camino del amor”

      1-3. ¿De qué disfrutaremos si imitamos a Jehová en su forma de mostrar amor?

      “HAY más felicidad en dar que en recibir” (Hechos 20:35). Estas palabras de Jesús destacan una importante verdad: el que muestra amor desinteresado se hace un favor a sí mismo. Y es que recibir amor nos hace muy felices. Pero darlo, es decir, demostrarlo, nos hace todavía más felices.

      2 Y nuestro Padre celestial sabe esto mejor que nadie. Como vimos en los demás capítulos de esta sección, Jehová es el mayor ejemplo de amor. Nadie más ha demostrado tanto amor ni por tanto tiempo como él. Así que no nos sorprende que a Jehová se le llame el “Dios feliz” (1 Timoteo 1:11).

      3 Nuestro cariñoso Padre quiere que tratemos de imitarlo en todo, pero especialmente en mostrar amor a los demás. Efesios 5:1, 2 nos dice: “Imiten a Dios como hijos amados y sigan el camino del amor”. Si lo imitamos, disfrutaremos de la mayor felicidad: la felicidad que produce dar. También sentiremos la alegría de saber que estamos haciendo feliz a Jehová, pues en su Palabra nos anima a amarnos unos a otros (Romanos 13:8). Veamos a continuación otras razones por las que debemos seguir “el camino del amor”.

      Por qué es esencial el amor

      Un hermano mayor sonriendo y poniendo su mano sobre el hombro de un hermano más joven.

      El amor nos mueve a confiar en nuestros hermanos.

      4, 5. ¿Por qué es importante que les mostremos amor a nuestros hermanos?

      4 ¿Por qué es importante que tratemos con amor a nuestros hermanos? En pocas palabras, porque el amor es la esencia del cristianismo verdadero. Sin amor no podríamos disfrutar de una estrecha relación con nuestros hermanos y, lo que es peor, no valdríamos nada para Jehová. Veamos cómo la Palabra de Dios nos ayuda a entender estas ideas.

      5 La última noche de su vida en la Tierra, Jesús les dijo a sus discípulos: “Les doy un nuevo mandamiento: que se amen unos a otros; que, así como yo los he amado, ustedes se amen unos a otros. De este modo todos sabrán que ustedes son mis discípulos: si se tienen amor unos a otros” (Juan 13:34, 35). Al decir “así como yo los he amado”, Jesús nos manda mostrar la misma clase de amor que él mostró. Como vimos en el capítulo 29, nos dio un excelente ejemplo de amor abnegado, ya que puso las necesidades y preferencias de los demás por encima de las suyas. Nosotros también debemos demostrar esa clase de amor. Y tenemos que hacerlo de una forma tan clara que lo noten hasta quienes no le sirven a Jehová. Amar a los demás como Jesús nos amó es el sello que nos distingue como verdaderos cristianos.

      6, 7. a) ¿Cómo indica la Biblia que demostrar amor es muy importante? b) ¿En qué se centran las palabras de 1 Corintios 13:4-8?

      6 ¿Qué puede pasar si no tenemos amor? “Si [...] no tengo amor —dijo el apóstol Pablo—, soy como un gong que resuena o como un címbalo ruidoso” (1 Corintios 13:1). Un címbalo ruidoso y un gong que resuena producen sonidos molestos. ¡Qué ejemplos tan buenos! Y es que quien no tiene amor es como un instrumento ruidoso que nadie quiere escuchar. ¿Cómo va a tener alguien así amigos de verdad? Pablo también dijo: “Si tengo toda la fe como para mover montañas pero no tengo amor, no soy nada”. Así que, a pesar de que una persona pueda hacer cosas extraordinarias, si no tiene amor, es “inútil” para Jehová (1 Corintios 13:2; nota). ¡Qué claro lo deja la Biblia! Mostrar amor es vital.

      7 ¿Y cómo lo demostramos al tratar a los demás? Veamos la respuesta en las palabras de Pablo en 1 Corintios 13:4-8. En estos versículos, el apóstol no se refiere al amor que Dios nos tiene ni al que le tenemos nosotros. Más bien, se centra en cómo podemos mostrarnos amor unos a otros. Lo hace describiendo lo que es y lo que no es el amor.

      Lo que es el amor

      8. ¿Cómo nos ayuda la paciencia a tener buenas relaciones con los demás?

      8 “El amor es paciente”. Esto quiere decir que la persona que tiene amor soporta con paciencia a los demás (Colosenses 3:13). ¿Verdad que todos necesitamos ser pacientes? Como somos personas imperfectas que sirven a Jehová hombro a hombro, es de esperar que de vez en cuando haya algo de nuestros hermanos que nos irrite, y viceversa. Pero la paciencia nos ayuda a pasar por alto esos detalles para no dañar la paz de la congregación.

      9. ¿De qué formas podemos mostrar bondad?

      9 “El amor es [...] bondadoso”. La bondad se demuestra siendo serviciales y hablando con consideración. Si tenemos amor, buscaremos formas de ser bondadosos, sobre todo con los más necesitados. Por ejemplo, es posible que algún hermano mayor se sienta solo y necesite una visita que lo anime. Una hermana que cría sola a sus hijos o que vive con familiares que no son Testigos quizá necesite ayuda. Y alguien que está enfermo o pasando por un mal momento tal vez necesite las palabras de ánimo y bondad de un buen amigo (Proverbios 12:25; 17:17). Si buscamos oportunidades para mostrar bondad de estas maneras, demostramos que nuestro amor es auténtico (2 Corintios 8:8).

      10. ¿Cómo nos ayuda el amor a decir la verdad y defenderla hasta cuando no sea fácil?

      10 “El amor [...] se alegra con la verdad”. Y es que el amor genera el deseo de apoyar la verdad y “decirse la verdad unos a otros” (Zacarías 8:16). Por ejemplo, ¿qué haremos si un ser querido comete un pecado grave? En vez de tratar de esconder lo que hizo, justificarlo o incluso decir mentiras, nuestro amor a Jehová y a la persona nos impulsará a defender las normas de Dios. Es normal que nos cueste aceptar la realidad. Pero, si pensamos en lo que es mejor para esa persona, desearemos que reciba y acepte la disciplina que Jehová le ofrece con tanto cariño (Proverbios 3:11, 12). De hecho, el amor nos impulsa a “comportarnos con honradez en todo” (Hebreos 13:18).

      11. En vista de que el amor “todo lo soporta”, ¿qué debemos tratar de hacer con las faltas de nuestros hermanos?

      11 “El amor [...] todo lo soporta”. Esta frase significa literalmente que “lo cubre todo” (Sagrada Biblia, de Agustín Magaña). Como dice 1 Pedro 4:8, “el amor cubre una multitud de pecados”. Si amamos de verdad a nuestros hermanos, no iremos por ahí poniendo al descubierto sus faltas. En muchos casos, se trata de cosas sin importancia y pueden cubrirse con el amor (Proverbios 10:12; 17:9).

      12. ¿Cómo mostró Pablo que pensaba bien de Filemón y que confiaba en él, y qué aprendemos de su ejemplo?

      12 “El amor [...] todo lo cree”. O, según otra versión, “siempre tiende [...] a pensar bien” (El Nuevo Testamento de la Nueva Versión Internacional, 1979). Así pues, no estamos siempre sospechando de nuestros hermanos ni poniendo en duda sus intenciones. Si tenemos amor, pensaremos bien de ellos y confiaremos en ellos.a Un buen ejemplo de esto es la carta de Pablo a Filemón. El apóstol le escribió para animarlo a que recibiera amablemente a Onésimo, un esclavo suyo que se había escapado pero que ahora era cristiano. Pablo no trató de obligar a Filemón a recibir a Onésimo. Más bien, apeló a su amor. Como confiaba en que tomaría la decisión correcta, le dijo: “Estoy convencido de que me harás caso, de modo que te escribo sabiendo que harás todavía más de lo que digo” (versículo 21). Cuando el amor nos mueve a confiar de esa manera en nuestros hermanos, sacamos lo mejor de ellos.

      13. ¿Cómo podemos demostrarles a nuestros hermanos que esperamos que les vaya lo mejor posible?

      13 “El amor [...] todo lo espera”. Si tenemos amor, no solo esperaremos lo mejor de nuestros hermanos, sino que esperaremos que les vaya lo mejor posible. Por ejemplo, si uno de ellos “da un paso en falso sin darse cuenta”, esperamos que escuche a quienes, con cariño, tratarán de corregirlo (Gálatas 6:1). También esperamos que los que están débiles espiritualmente se recuperen. Somos pacientes con ellos y hacemos lo posible para ayudarles a fortalecer su fe (Romanos 15:1; 1 Tesalonicenses 5:14). Hasta cuando alguien querido deja a Jehová, no perdemos la esperanza. Igual que le pasó al hijo pródigo de la parábola de Jesús, esperamos que un día recapacite y vuelva a Jehová (Lucas 15:17, 18).

      14. ¿Qué situaciones puede que tengamos que aguantar en la congregación, y cómo nos ayudará el amor a aguantarlas?

      14 “El amor [...] todo lo aguanta”. El aguante nos ayuda a mantenernos firmes a pesar de las decepciones y dificultades. A veces, no solo tenemos que aguantar problemas fuera de la congregación, sino también dentro de ella. Por culpa de la imperfección, quizá nuestros hermanos nos decepcionen en alguna ocasión. Por ejemplo, puede que alguien nos lastime con un comentario fuera de lugar (Proverbios 12:18). O tal vez un asunto de la congregación no se atienda como nos gustaría. Quizá nos parezca que la conducta de un hermano respetado no está bien y nos preguntemos: “¿Cómo puede un cristiano hacer eso?”. Si algo así nos pasa, ¿nos alejaremos de la congregación y dejaremos de servir a Jehová? Cuando tenemos amor, no dejamos que los errores de un hermano nos impidan ver las cosas buenas de él o del resto de la congregación. Más bien, sin importar lo que haga o diga una persona imperfecta como nosotros, el amor nos ayudará a seguir sirviéndole fielmente a Jehová y a apoyar a la congregación (Salmo 119:165).

      Lo que no es el amor

      15. ¿Qué son los celos, y cómo nos ayuda el amor a luchar contra este sentimiento destructivo?

      15 “El amor no es celoso”. Una persona celosa puede acabar envidiando lo que otros tienen, como sus pertenencias, sus habilidades o los regalos que Jehová les ha dado. Los celos son un sentimiento egoísta y destructivo que, si no se controla, podría alterar la paz de la congregación. ¿Qué nos ayudará a luchar contra esta tendencia? (Santiago 4:5). El amor, pues gracias a esta preciosa cualidad, nos alegraremos por quienes disfruten de cosas que quizá nosotros no tengamos (Romanos 12:15). Y no nos molestaremos si los demás reciben reconocimiento por sus habilidades o logros.

      16. Si de verdad amamos a nuestros hermanos, ¿por qué no andaremos presumiendo de lo que hacemos por Jehová?

      16 “El amor [...] no presume, no es arrogante”. Si tenemos amor, no presumiremos de nuestras habilidades o logros. Cuando de veras queremos a nuestros hermanos, no vamos presumiendo de lo bien que nos va en el ministerio o de nuestras responsabilidades en la congregación. ¿Verdad que nunca lo haríamos? Si lo hiciéramos, podríamos desanimar a otros y hacerlos sentir inferiores. Así que, si amamos a los hermanos, ¿cómo vamos a andar presumiendo de lo que hacemos por Jehová? Al fin y al cabo, es él quien nos da el privilegio de servirle (1 Corintios 3:5-9). Además, la persona que ama tampoco es arrogante “ni se cree más que nadie”, como dice la Biblia en Lenguaje Sencillo. El amor impide que nos sobrevaloremos (Romanos 12:3).

      17. Si tenemos amor, ¿cómo trataremos a los demás, y qué clase de comportamiento evitaremos?

      17 “El amor [...] no se porta de forma indecente”. Portarse indecentemente es una falta de respeto hacia otros. También es una falta de amor, porque quien se porta así no se preocupa por los sentimientos y el bienestar de los demás. En cambio, quien tiene amor es amable y se preocupa de verdad por otros. Además, tiene buenos modales, demuestra que respeta a los hermanos y hace feliz a Jehová con su conducta. El amor impedirá que tengamos un “comportamiento vergonzoso”, o sea, que hagamos algo que ofenda o escandalice a nuestros hermanos (Efesios 5:3, 4).

      18. ¿Por qué no trata de salirse con la suya la persona que de verdad ama a los demás?

      18 “El amor [...] no busca sus propios intereses”. O, según la Nueva Traducción Viviente, “no exige que las cosas se hagan a su manera”. Quien tiene amor no insiste en salirse con la suya, como si nunca se equivocara. Tampoco presiona ni manipula a quienes piensan diferente para que le den la razón. Alguien que se empeña en que las cosas se hagan a su modo demuestra que es orgulloso, y la Biblia dice que “el orgullo viene antes de estrellarse” (Proverbios 16:18). Cuando de veras amamos a nuestros hermanos, respetamos sus opiniones y, siempre que es posible, estamos dispuestos a ceder. Si tenemos esta actitud, estaremos siguiendo este consejo de Pablo: “Que nadie busque su propio beneficio, sino el de los demás” (1 Corintios 10:24).

      19. ¿Cómo contribuye el amor a que reaccionemos bien cuando nos ofenden?

      19 “El amor [...] no se irrita con facilidad. No lleva cuenta del daño”. Quien tiene amor no se irrita fácilmente por lo que digan o hagan los demás. Claro, es natural molestarse cuando nos lastiman. Pero, hasta si tenemos razones válidas para ofendernos, el amor impide que sigamos enojados (Efesios 4:26, 27). No apuntamos a nadie en una lista negra ni vamos sumando sus ofensas. Al contrario, el amor nos mueve a imitar a Jehová, que es todo amor. Como vimos en el capítulo 26, él perdona siempre que hay buenas razones para hacerlo. Dios no va guardando nuestros errores para después echárnoslos en cara. Cuando perdona, olvida. ¡Menos mal que Jehová nunca lleva cuenta del daño!

      20. ¿Cómo deberíamos reaccionar si un hermano comete un error grave y tiene que pagar las consecuencias?

      20 “El amor [...] no se alegra por la injusticia”. Otras versiones dicen que quien tiene amor “no se alegra del pecado de otros” (Dios llega al hombre, 1966) o “que no aplaude a los malvados” (Biblia en Lenguaje Sencillo). Y, como el amor no “aplaude” las injusticias, no hacemos la vista gorda si alguien comete un error grave. Ahora bien, ¿cómo reaccionaremos si un cristiano comete un pecado y tiene que pagar las consecuencias? Si tenemos amor, no nos alegraremos ni pensaremos: “Se lo buscó, ¡ahora que se aguante!” (Proverbios 17:5). Pero, cuando un hermano da los pasos necesarios para recuperarse de una caída, nos sentimos muy felices.

      “Un camino superior”

      21-23. a) ¿Qué quiso decir Pablo cuando dijo que “el amor nunca falla”? b) ¿De qué hablaremos en el último capítulo?

      21 “El amor nunca falla”. ¿Qué quiere decir esto? El contexto deja claro que Pablo estaba hablando de los dones del espíritu que tenían los primeros cristianos. Con esos dones, Jehová estaba demostrando su apoyo a la recién formada congregación cristiana. Claro, no todos podían hacer curaciones, profetizar o hablar en lenguas. Pero eso en realidad no importaba, pues aquellos dones milagrosos desaparecerían más tarde. Con todo, habría algo que no desaparecería, algo que todos los cristianos debemos cultivar, algo aún más importante y que duraría mucho más que aquellos dones. De hecho, Pablo lo llamó “un camino superior” (1 Corintios 12:31). ¿A qué se refería? Al camino del amor.

      22 Y es que el amor cristiano del que habló Pablo “nunca falla”, es decir, nunca terminará. Hasta el día de hoy, lo que identifica a los cristianos verdaderos es el amor desinteresado que se tienen entre sí. ¿Verdad que ese amor se ve en las congregaciones de los testigos de Jehová de todo el mundo? Y, como Jehová les promete vida eterna a sus siervos fieles, este amor durará para siempre (Salmo 37:9-11, 29). Por lo tanto, no dejemos de hacer todo lo posible por seguir “el camino del amor”. Si lo hacemos, disfrutaremos de la mayor felicidad: la felicidad que produce dar. Y, lo que es más, podremos vivir para siempre y así reflejar amor por toda la eternidad igual que nuestro cariñoso Padre, Jehová.

      Los siervos de Jehová se distinguen por el amor que se tienen.

      23 En esta publicación, hemos aprendido mucho sobre las cualidades más sobresalientes de Jehová. Hemos visto lo mucho que nos benefician su poder, su justicia, su sabiduría y, sobre todo, su amor. Como vimos en este capítulo, hay muchas formas en las que podemos demostrarnos amor unos a otros. Pero ahora nos toca preguntarnos: “¿Cómo le puedo demostrar a Jehová que de veras lo amo?”. De eso hablaremos en el último capítulo.

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