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  • ¿Le beneficia la historia religiosa?
    La Atalaya 1987 | 15 de septiembre
    • Martín Lutero se indignó y, en 1517, publicó sus famosas 95 tesis “por amor a la verdad”, como escribió en la introduccióna.

      Las tesis se escribieron en latín, puesto que Lutero solo procuraba una consideración entre eruditos, a la cual, como profesor, tenía derecho. Pero crearon “una sorprendente agitación”, según Friedrich Oehninger. “En 14 días [las traducciones impresas en alemán] se conocían por toda Alemania, en cuatro semanas por toda la cristiandad. Algunos se regocijaron de que finalmente un hombre se hubiera declarado contra la opresión romana; para otros, Lutero se hizo objeto de odio.” El efecto de sus tesis sorprendió al mismo Lutero. ¿Qué revelaron las tesis?

      Lo que revelaron las 95 tesis de Lutero

      Según su primera tesis, “la vida entera de los creyentes debe ser penitencia”. El pecador podía alcanzar paz con Dios, no mediante indulgencias, sino por arrepentimiento genuino y conducta cristiana. Una de las últimas tesis decía: “Afuera, pues, con todos esos profetas que predican a los cristianos: ‘Paz, paz’, y, sin embargo, no hay paz” (92.a).

      El “mayor” y “verdadero tesoro”, escribió Lutero, no debe ser la tradición, sino el evangelio (55.a; 62.a; 65.a). Esto es verdad. Jesús fue el dechado de esto al enseñar a partir de las Escrituras inspiradas, y decir de la Palabra de Dios: “Tu palabra es la verdad”. (Juan 17:17; Lucas 24:44.) Al desviarse de este patrón o modelo, el clero rechazó la Biblia como la autoridad más encumbrada y cayó en la trampa de las enseñanzas humanas. Lutero los denunció así: “Enseñanzas de hombres predican los que dicen que el alma vuela (fuera del purgatorio) tan pronto como suena el dinero en la caja” (27.a).

      Lutero advirtió que “el lucro y la avidez aumentan”, fomentados por tal predicación (28.a). La historia religiosa prueba que el clero no prestó atención a las advertencias bíblicas y cayó víctima del amor al dinero. (Hebreos 13:5.) Un libro de historia católico confiesa lo siguiente: “La raíz de la decadencia en la iglesia de aquel tiempo fue la norma fiscal de la Curia, manchada totalmente de simonía”.

      Cuando Lutero clamó contra “la ‘santificada’ tradición eclesiástica” y “denunció francamente el que la iglesia se hubiera rebajado a envolverse en los campos del dinero y el poder”, como lo expresó cierto historiador protestante, llegó al centro del problema: el abandono general de las enseñanzas cristianas primitivas.

      Cómo empezaron a abandonar la fe verdadera

      En la tesis undécima, Lutero llamó a una doctrina antibíblica “una mala hierba que obviamente fue sembrada mientras los obispos dormían”. Esto nos recuerda la parábola de Jesús sobre el trigo y la mala hierba, en la cual profetizó que entre los cristianos verdaderos serían plantados cristianos falsos. (Mateo 13:36-43.) Después de la muerte de los apóstoles, estos cristianos falsos, junto con maestros apóstatas, mezclaron las enseñanzas bíblicas puras con la filosofía griega e introdujeron doctrinas antibíblicas como la inmortalidad del alma, el infierno de fuego y la Trinidadb. (Hechos 20:29, 30.)

      Por ejemplo, los cristianos primitivos no tenían arte pictórico, y los llamados Padres de la Iglesia veían la veneración de las imágenes como “desviación y ofensa”. Sin embargo, para el fin del siglo IV las iglesias ya estaban llenas de representaciones pictóricas de Jesús, María, los apóstoles, ángeles y los profetas. Según Epifanio de Salamina, se veneraba impropiamente a los representados así cuando la gente hacía una reverencia ante aquellas representaciones. Gradualmente empezó a pasarse por alto la advertencia de ‘guardarse de los ídolos’. (1 Juan 5:21; compárese con Hechos 10:25, 26.)

      Supuestos cristianos rechazaron el mandato de Jesús cuando empezaron a ‘enseñorearse’ de sus hermanos al organizar una jerarquía clerical. (Mateo 20:25-27; 23:8-11.) Después, los obispos de Roma afirmaron tener la preeminencia. Mientras la “decadencia de la vida eclesiástica, bajo el reinado del papado secularizado, adelantaba sin freno”, la iglesia intentó “reformarse, pero no pudo lograrlo”, comenta el historiador Oehninger.

      Hubo otros cambios en el siglo XVI. “El ambiente de entonces lo favorecía [a Lutero]”, dice Oehninger, y añade que “los opositores lo atacaron, lo amenazaron de muerte como hereje, pero esto solo sirvió para impulsarlo a profundizar sus investigaciones y abrir otras sobre la base de las Sagradas Escrituras, hasta que todo el sistema romano empezó a desmoronarse delante de sus ojos como una simple creación humana”. Pero ¿se libraron realmente de “terribles abusos y doctrinas falsas”, como afirmaron, las iglesias que entonces nacieron?

      La Reforma no restauró lo original

      La llamada hacia una reforma en el siglo XVI no llevó a una restauración ni de la iglesia “universal” ni de las enseñanzas cristianas primitivas; solo dividió a la cristiandad apóstata en partes apóstatas que volvieron a separarse. Parece que los obispos de hoy, entre ellos los herederos de Lutero, todavía ‘duermen’, como mencionó la tesis undécima.

  • ¿Le beneficia la historia religiosa?
    La Atalaya 1987 | 15 de septiembre
    • a En tiempos recientes, historiadores de la Iglesia Católica Romana han asegurado que el que Lutero clavara las tesis a la puerta del castillo eclesiástico de Wittenberg el 31 de octubre de 1517 es “una leyenda de la historia por las iglesias protestantes”. Sin embargo, no se puede refutar el hecho de que aquel día él escribió una carta respetuosa al arzobispo Alberto y adjuntó una copia de las tesis. Lutero le pidió a Alberto que censurara a sus predicadores de indulgencias y cancelara las instrucciones. La carta original todavía existe en los Archivos Estatales de Suecia, en Estocolmo.

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