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  • Profesionales que hallaron verdadero empleo para toda la vida
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1986
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1986
w86 1/5 págs. 22-24

Profesionales que hallaron verdadero empleo para toda la vida

EL AIRE nocturno era frígido y el agua estaba helada. Doscientos hombres y mujeres jóvenes, vestidos en trajes blancos sostenían velas por encima de sus cabezas a medida que se metían en el agua hasta que esta les llegaba al pecho. ¿Era este un rito de iniciación en algún culto místico, o quizás una travesura juvenil?

Estos jóvenes, graduados de la escuela secundaria y de la universidad, estaban uniéndose a otros miles de jóvenes de su edad en lo que se pudiera considerar un rito de entrada a una carrera profesional con una gran empresa en el Japón. El propósito de este helado bautismo colectivo era de limpiar a estos futuros empleados de cualesquier tendencias independientes que tal vez hayan adquirido en la escuela y de fortalecer su vínculo de lealtad a la empresa.

Profesionalismo y dedicación

El escritor Frank Gibney escribió lo siguiente en su libro titulado Japan: The Fragile Superpower: “En el Japón el empleo es la sociedad. La sociedad es el empleo”. Esto significa que una vez que la persona entra en una empresa, su vida entera gira en torno de esta. El escritor Gibney sigue diciendo: “Si la persona trabaja para Mitsubishi, es un hombre de Mitsubishi. La mayoría de sus amigos vienen de Mitsubishi. Él bebe con ellos, juega golf y bolos con ellos y comparte sus problemas con ellos. Sin duda, él compite con ellos, pero lo hace como los hermanos que compiten dentro de una familia, la cual ninguno pensaría en abandonar. Con la excepción de sus parientes, y posiblemente algunos amigos de la escuela, la mayor parte del tiempo se asocia —y a menudo sucede lo mismo con los miembros de su familia— con personas relacionadas con la empresa”.

A cambio de dicha dedicación y abnegación, los trabajadores reciben seguridad en la forma de empleo para toda la vida. Esto incluye entrenamiento, orientaciones, traslados y, por supuesto, promociones interminables.

La mayoría de los jóvenes japoneses aceptan de buena gana esta fórmula para el éxito y llegan a ser parte del sistema. No obstante, otros que no han emprendido una carrera corporativa, luchan por progresar en otros campos profesionales. Pero ¿promueve dicho sistema la felicidad y satisfacción? ¿Significa el empleo para toda la vida que uno tendrá disfrute para toda la vida? Un número cada vez mayor de personas se están dando cuenta de que hay algo mejor y más recompensador que el seguir tras una carrera corporativa o luchar para lograr riquezas y fama personal.

Su trabajo era su vida

Junichi se graduó en 1961 de la Universidad Comercial de Keio. Siguió en las pisadas de los graduados tradicionales de la universidad por medio de unirse a una empresa prestigiosa. Se trataba de la distribuidora de automóviles más grande del Japón, que contaba con unos 4.700 empleados. Su ascenso en la corporación fue constante. Con el tiempo, llegó a ser el jefe de sección en su departamento. Aunque su empleo —a menudo desde la mañana hasta la medianoche— prácticamente no le dejaba tiempo para estar con su esposa y cinco hijos, él aceptó todo esto como el sacrificio necesario para tener un futuro seguro.

Pero algo sucedió en octubre de 1974. Junichi se enteró de que su esposa e hijos estaban estudiando la Biblia con los testigos de Jehová y asistían a las reuniones cristianas. Hizo todo lo que pudo para evitar que hicieran esto, incluso hasta se mudó de la casa, pero fue en vano.

Un día cuando regresó de su trabajo, encontró que la familia se había ido a la reunión. Junichi dijo: “Hallé la mesa preparada para mi cena, y había una carta para mí. En esta, mi familia me dijo que jamás podrían dejar la verdad, que en realidad era para mi propio beneficio también y que un día yo entendería”. Esto causó una gran impresión en Junichi. “Pensé que tal vez esta era la verdad y desistí de oponerme a ellos.”

“A medida que pasó el tiempo, los Testigos me visitaban y me animaban a estudiar la Biblia. Fue entonces cuando mi vida profesional empezó a interferir. Estaba tan ocupado en el trabajo que pensaba que nunca tendría tiempo para estudiar la Biblia y asistir a las reuniones. Entonces, si empezaba a estudiar, sabía que tendría que dejar mis prácticas deshonestas y el entretenimiento frecuente hasta altas horas de la noche, las cuales estaban ligadas con mi empleo. Puesto que eso perjudicaría el negocio, titubeaba en aceptar un estudio.”

Pero con el estímulo de los Testigos, Junichi empezó a estudiar y dentro de poco progresó hasta el punto de dedicar su vida a Dios y bautizarse. Aunque todavía tiene su trabajo de jornada completa, Junichi ha hallado lo que él considera un verdadero empleo para toda la vida. Desde marzo de 1978, ha estado sirviendo continuamente de precursor auxiliar, dedicando 60 horas al mes a la obra de predicar.

¿Se ha beneficiado Junichi de su nuevo modo de vivir? “Sí, me he beneficiado. Hallo que soy más productivo durante el día, lo cual me permite tener las noches libres para seguir tras los intereses del Reino junto con mi familia. He tenido muchas oportunidades de testificar a mis compañeros de trabajo y de estudiar la Biblia con otros que están muy ocupados en su empleo, como yo lo estuve en un tiempo. Dos de ellos se han bautizado, y estoy estudiando con otras tres personas. Doy gracias a Jehová por haber tenido paciencia conmigo.”

Quería hacerse rico pronto

Takafu, miembro de una familia de seis hijos, sobrevivió los ataques aéreos sobre la ciudad de Nagoya durante la II Guerra Mundial solo con lo que tenía puesto y con la filosofía de hacerse rico pronto. Debido a la insistencia de su tío, Takafu se matriculó en una escuela para ciclistas profesionales a la edad de 15 años. A la edad de 22 años se había convertido en un ciclista profesional de primera clase y participaba en carreras por todo el país. Él recuerda haber visto a su madre ofrecer lo que él había ganado ante el altar de la familia en muestra de gratitud. Era evidente que Takafu había alcanzado su meta en la vida y que todo iba progresando bien.

Luego cierto misionero de los testigos de Jehová visitó el hogar de Takafu y le dejó algo en que pensar. Palabras de Jesús como las siguientes quedaron grabadas en la mente y el corazón de él: “¿De qué provecho le será al hombre si gana todo el mundo, pero lo paga con perder su alma?”. (Mateo 16:26.) Con el tiempo, Takafu progresó en conocimiento bíblico y reconoció que tenía que hacer algunos cambios en su vida.

“Como ciclista profesional, sabía que las carreras de bicicleta y el jugar por dinero van a la par —dijo Takafu—. Sin embargo, aún así la decisión no era fácil. Había dedicado siete años de mi vida al deporte y mis ingresos parecían ser esenciales para el bienestar de mi familia. Pero había aprendido de la Biblia que Moisés y Pablo se encararon a decisiones similares y escogieron el mejor derrotero. Yo hice lo mismo.” Takafu emprendió una nueva carrera, la carrera por la vida, y ha continuado en ella hasta el día de hoy, sirviendo por algunos años de superintendente viajante.

Su negocio ocupaba todo su tiempo

Satoshi estaba envuelto en el negocio de ropa para mujeres. Puesto que era el próspero propietario de cuatro tiendas, disfrutaba de seguridad financiera. Pero sus tratos en el mundo de los negocios también lo llevaron a la conclusión de que la contaminación mundial, la escasez de alimento y la guerra significarían el fin de la existencia humana dentro de poco. Por eso, cuando un Testigo lo visitó y le presentó un folleto que aseguraba que Dios no permitiría esto, Satoshi quedó sumamente interesado.

Pero su negocio obstaculizaba su progreso espiritual. “Debido a la competencia feroz, el aflojar el paso significaría perder el negocio”, dijo Satoshi. “Es un asunto de ‘comer o ser comido’. El dicho en el comercio es que si uno no está verdaderamente ocupado significa que uno debe estar en quiebra.” De modo que tomó dos años y un gran esfuerzo antes que Satoshi finalmente se decidiera a aceptar un estudio bíblico.

Después que llegó a ser testigo de Jehová, vendió dos de sus tiendas y puso encargados para que cuidaran de las otras dos. Aunque Satoshi ahora trabaja solo dos o tres días al mes como contable y consejero, él dice: “Todavía tengo suficientes ingresos. Quiero poner mi servicio a Jehová Dios en primer lugar”. Ahora tiene una verdadera profesión en el ministerio de tiempo completo, sirviendo de precursor. Él y su familia están logrando excelente progreso espiritual.

Su profesión le ayudó a hallar a Dios

Hiroshi estaba trabajando en la hojalatería de su familia. Pero su interés principal era la fotografía de la naturaleza. Se hizo tan diestro en este campo que algunas de sus fotografías de insectos fueron publicadas. A la edad de 29 años, ya era un fotógrafo profesional de la naturaleza.

Hiroshi recuerda: “De mi estudio de los insectos, llegué a la conclusión de que si Dios existe, tiene que tener un buen sentido de humor. Esto me condujo a dudar de la teoría de la evolución y llegué a interesarme un poco en la Biblia”.

Un día de invierno, dos Testigos visitaron a Hiroshi. Hiroshi dijo: “Cuando acepté las dos revistas que contenían artículos sobre animales, ellos se ofrecieron a estudiar la Biblia conmigo en mi hogar. Pensé que puesto que no tenía que ir a la iglesia para estudiar, esto significaba que no tendría que llegar a ser un miembro de esta. De modo que concordé”. Aunque Hiroshi se sorprendió cuando aprendió lo que la Biblia dice acerca del Creador, él prontamente lo aceptó. Su interés en la creación pasó a un segundo lugar en comparación con su amor a Jehová.

Ahora, Hiroshi provee para su familia como un fotógrafo independiente. Pero su verdadera profesión es como ministro de tiempo completo.

Hallaron algo mejor

La lista de profesionales en el Japón que cambiaron su manera de vivir —y a veces su empleo— cuando llegaron a conocer a Jehová y sus propósitos sigue sin cesar. Sus categorías incluyen médicos, dentistas, arquitectos, programadores y diseñadores de sistemas de computadoras, maestros, veterinarios, peluqueros, ejecutivos, y así por el estilo.

En un tiempo todos estos profesionales estaban completamente dedicados a su empleo. Cuando aprendieron que este sistema de cosas está acercándose a su fin, hicieron una decisión profesional. Pusieron sus empleos en su debido lugar y empezaron a seguir tras algo mejor... el Reino de Dios y sus bendiciones prometidas. (Mateo 6:33.) Al renunciar a lo que antes habían pensado que sería su empleo para toda la vida, han llegado a ser profesionales en un nuevo campo. Han emprendido el empleo para toda la vida como siervos precursores del Altísimo, Jehová Dios.

[Fotografía en la página 23]

Campeón ciclista Takafu Yamaguchi

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