¿Por qué hay divisiones?
CIERTA enciclopedia de religión resume la causa fundamental de las divisiones religiosas o cismas en tres partes: la doctrina, la organización y la política. Veamos si este análisis encaja con la situación en la Iglesia católica.
¿Teología, o verdad bíblica?
En su análisis de cuál es la razón de las divisiones actuales en la Iglesia católica, el sacerdote René Laurentin escribió: “La causa determinante me parece clara. Consiste en las diferentes ideologías”. Él habla de la ideología progresista, la que se opone a la tradición, es decir, al conservadurismo personificado por el arzobispo Lefebvre. El prior dominico Jean-Pierre Lintanf dice: “La fe es una, las teologías son diversas”.
Las diferentes ideologías son responsables de las divisiones que hay en el seno de la Iglesia, y se podrían evitar si la Iglesia se adhiriese a la Biblia como la fuente de sus enseñanzas. En realidad, el Concilio Vaticano II decretó: “Las Sagradas Escrituras son [...] instrumentos preciosos en la mano poderosa de Dios para lograr aquella unidad que el Salvador presenta a todos los hombres”. Sin embargo, socavando el valor unificador de la Biblia, ese mismo Concilio Vaticano declaró: “La Iglesia no deriva solamente de la Sagrada Escritura su certeza acerca de todas las verdades reveladas. Por eso se han de recibir y venerar ambas [la Sagrada Tradición y la Sagrada Escritura] con un mismo espíritu de piedad”. Y añadió: “La sagrada teología se apoya, como en cimiento perpetuo, en la palabra escrita de Dios al mismo tiempo que en la sagrada Tradición”.
Las palabras que Jesús dirigió a los fariseos podrían muy bien aplicarse al magisterio de la Iglesia católica: “Habéis anulado la Palabra de Dios por vuestra tradición”. (Mateo 15:6, Biblia de Jerusalén.) Una católica sincera escribió lo siguiente a un periódico católico en Francia: “Si el clero ya no se siente motivado a predicar la Biblia, ¿es de extrañar que cada vez haya menos fieles o que estos busquen en otras partes? (En cuanto a los testigos de Jehová y los tradicionalistas, su fe los hace diferentes.)”.
Una jerarquía dividida
Consideremos ahora la organización como causa de las divisiones en el seno de la Iglesia. El cisma que ocasionó el arzobispo Lefebvre estaba relacionado de forma directa con los dogmas católicos de la “Sucesión apostólica” y la primacía del Papa. Lefebvre afirma que el “poder de enseñar, gobernar y santificar que Cristo confirió a Sus Apóstoles está [...] perpetuado en el Colegio Episcopal de la Iglesia”. Por otro lado, se afirma que el obispo de Roma, el Papa, es el “primero de todos los obispos, no solo en rango o dignidad, sino en autoridad pastoral”. (New Catholic Encyclopedia.)
Pero, ¿se basan estos dogmas en la Biblia? Esta misma enciclopedia católica admite que “en el Nuevo Testamento no se encuentra ninguna afirmación de Cristo que indique cómo tenía que transmitirse el mandato apostólico”. También confiesa que la “primacía papal” no estaba “entendida claramente ni declarada explícitamente” en la “Iglesia de occidente [latina]” hasta el siglo V E.C.
Hoy día se está desafiando todo el sistema jerárquico de la Iglesia católica. Este sistema es un factor que contribuye a la división interna, debido a que obispos, teólogos, sacerdotes y laicos expresan abiertamente su desacuerdo con el Papa en cuestiones de fe, moralidad y gobierno de la Iglesia. La “Declaración de Colonia” afirma: “Si el Papa hace lo que no corresponde a su puesto, no puede exigir obediencia en el nombre del catolicismo”.
Dividida por la política
La revista británica Economist dijo: “Los seguidores de Lefebvre opinan que su Iglesia ha caído víctima de una conspiración que la ha entregado en las manos de marxistas, modernistas y protestantes. El monseñor Lefebvre cree que la Revolución francesa introdujo en el mundo un lamentable modernismo y liberalismo, y que el Vaticano II introdujo la Revolución francesa [...] en la Iglesia”. Muchos católicos derechistas comparten este punto de vista. En cambio, los católicos izquierdistas son partidarios de las reformas sociales, y algunos incluso llegan al grado de aceptar el principio de la revolución armada. De este hecho se desprende que la política es otro factor divisivo entre los católicos.
Al concluir su artículo “¿Por qué existen estas divisiones entre los cristianos?”, el sacerdote Laurentin dijo que la credibilidad de la Iglesia católica dependería de que se conformase a las palabras de Jesús: “En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os tenéis amor los unos a los otros”. (Juan 13:35, BJ.)
Utilizando esa piedra de toque, muchos católicos sinceros por todo el mundo han llegado a la conclusión de que la afirmación de la Iglesia católica de ser la única Iglesia verdadera no es verosímil. Y al darse cuenta de que, como también dijo Jesús, “toda [...] casa dividida contra sí misma no podrá subsistir”, muchos han “dejado silenciosamente” la Iglesia. (Mateo 12:25, BJ.)
Son bastantes los católicos que ahora buscan una “casa” compuesta de cristianos verdaderos que estén unidos en un auténtico amor fraternal, y no divididos por dogmas que no son bíblicos, por una jerarquía desunida o por opiniones políticas contrarias. Miles de personas han encontrado lo que buscaban al empezar a asociarse con los testigos de Jehová.
[Ilustración en la página 9]
Jesús condenó a los fariseos por poner sus tradiciones por encima de la Palabra de Dios