BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • g93 8/4 págs. 9-12
  • ¿Le conviene la escuela doméstica?

No hay ningún video disponible para este elemento seleccionado.

Lo sentimos, hubo un error al cargar el video.

  • ¿Le conviene la escuela doméstica?
  • ¡Despertad! 1993
  • Subtítulos
  • Información relacionada
  • Por qué se hace
  • ¿Funciona?
  • Todavía hay mucho escepticismo
  • ¿Le conviene?
  • Preguntas de los lectores
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1970
  • Escuela
    Ayuda para entender la Biblia
  • ¿Debería ir mi hijo a la escuela?
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 2003
  • Educación con un propósito
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1992
Ver más
¡Despertad! 1993
g93 8/4 págs. 9-12

¿Le conviene la escuela doméstica?

“SE TRATA de una extravagancia que se ha convertido en tendencia nacional.” Así calificó recientemente la revista Time la escuela doméstica en Estados Unidos, una tendencia creciente defendida por padres que piensan que un niño puede recibir la mejor educación en su propio cuarto de estar, no en el aula tradicional.

Aunque muchas personas todavía opinan que se trata de una idea excéntrica o incluso revolucionaria, la escuela doméstica está ganando adeptos cada año. Los investigadores afirman que el número de niños que reciben educación escolar en el hogar ha pasado de aproximadamente quince mil en 1970 a quinientos mil en 1990. Algunos partidarios de la misma afirman que más de un millón de familias de Estados Unidos imparten la educación escolar a sus hijos en casa.

También han surgido grupos de apoyo para los que reciben este tipo de educación en Alemania, Australia, Canadá, Inglaterra, Japón y Nueva Zelanda, lo que indica que el interés por la escuela doméstica se va propagando por todo el mundo.

¿Por qué son tantos los padres que toman la decisión de impartir educación escolar a sus hijos en el hogar? ¿Cuál es la eficacia de este tipo de educación? ¿Le interesaría tener en cuenta esa opción en el caso de su familia?

El concepto básico de la escuela doméstica no es tan radical como parece. “El hogar, no la escuela, fue el sistema educativo original —apuntan Raymond y Dorothy Moore en su libro Home-Spun Schools (Escuelas en el hogar)—. Hasta el siglo pasado, la mayoría de los niños empezaban a ir a la escuela de los 12 años en adelante.”

Personalidades notables, como George Washington, Abraham Lincoln, Thomas Jefferson, Thomas Edison y Albert Einstein, recibieron la educación escolar en casa. En realidad, las leyes de asistencia obligatoria a la escuela no se introdujeron en Estados Unidos hasta finales del siglo XIX. Por eso, según la escritora Kerri Bennett Williamson, quien imparte educación escolar a sus hijos en el hogar, hacer esto no es una simple manía reciente, sino una “costumbre pedagógica antigua”. De hecho, era la costumbre de la mayoría de las personas de tiempos bíblicos.

Por qué se hace

Resulta interesante que el National Catholic Reporter calcula que del 50 al 90% de los padres estadounidenses que optan por la escuela doméstica lo hacen por motivos religiosos. A estos padres por lo general les preocupa proteger a sus hijos de lo que consideran la influencia atea de la escuela. “El elemento principal en el movimiento de educación escolar en el hogar es la comunidad cristiana fundamentalista, que opina que se desacredita o se ignora a la religión en las aulas”, dijo la revista Time.

Otros padres han sacado a sus hijos de las escuelas públicas para impedir que se vean expuestos a influencias inmorales dañinas a una edad temprana. “Por causa de la inmoralidad en las escuelas, estábamos perdiendo las riendas de la situación —dijo un cristiano que hace años decidió que él y su esposa se encargarían de la educación escolar de sus hijos en casa—. Estábamos preocupados por los niños y por la lamentable situación de la escuela.”

A veces los padres eligen la escuela doméstica más por razones educativas que ideológicas. Están hartos de ver las aulas abarrotadas, bajos niveles académicos y frecuentes problemas de seguridad en muchas escuelas públicas. Desencantados por los resultados a menudo deficientes de la enseñanza institucional, opinan que pueden ayudar mejor a sus hijos dándoles la atención individualizada que permite la escuela doméstica.

Al explicar por qué algunas personas prefieren la escuela doméstica, el libro Home Schools: An Alternative (Escuelas domésticas: una alternativa) afirma: “Los padres que imparten educación escolar en el hogar se relacionan al 100% con sus hijos, pues concentran su atención en educarlos”.

¿Funciona?

Los defensores de la escuela doméstica afirman que los niños aprenden mejor en casa porque las lecciones se entremezclan con cada aspecto de la vida diaria de la familia. “Muchas familias empiezan con un libro de texto de matemáticas, pero luego descubren que se pueden aprender lecciones de las experiencias de la vida diaria —escribe Jane A. Avner en School Library Journal—. Hacer las compras y llevar el control de los cheques puede contribuir, por ejemplo, a que los estudiantes entiendan cómo se ha de administrar el dinero, mientras que las reparaciones en casa constituyen un buen libro elemental de matemáticas.”

¿Cuál ha sido la eficacia de la escuela doméstica? Algunos estudios han demostrado que los niños que la reciben por lo general obtienen calificaciones iguales o superiores a la media nacional en los exámenes. Pero tales resultados no demuestran necesariamente que los que han recibido educación escolar en casa estén mejor preparados que los niños que asisten a las escuelas convencionales.

“Las pruebas disponibles hoy no son concluyentes —comenta el libro The Home School Manual (Manual de la escuela doméstica)—. El problema principal de todos esos estudios es que las calificaciones obtenidas en los exámenes por una proporción importante de los que estudian en casa no están a disposición del investigador.”

“Apenas se dispone de prueba empírica” para demostrar de forma concluyente que la escuela doméstica sea un sistema educativo superior desde el punto de vista académico, explica The Home School Manual. Y añade: “Aunque los que hacen los cursos escolares en casa por lo general obtienen buenos resultados, sería necesario un programa de investigación adecuado para mostrar que cualquier diferencia existente no se debe a otros factores”.

Todavía hay mucho escepticismo

La escuela doméstica también tiene detractores. Muchas autoridades escolares han expresado su preocupación por la poca calidad de la educación conseguida por la escuela doméstica. La revista Time lo expresó así: “Las buenas intenciones no se traducen automáticamente en una educación sólida”.

Por ese motivo, los distritos escolares a veces no colaboran, o incluso ponen obstáculos, cuando los padres comunican su intención de impartir educación escolar en el hogar a sus hijos. Mientras que en los últimos años algunos distritos escolares se han esforzado por colaborar más estrechamente con las familias que emplean este sistema, otras autoridades educativas siguen mostrándose escépticas. Tanto la National Association of Elementary School Principals (Asociación nacional de directores de escuelas primarias) como la National Education Association (Asociación nacional de educación) se han opuesto a la escuela doméstica, pues temen que algunos padres no estén capacitados para dar una educación adecuada. Según la postura oficial de la National Education Association, “los programas de la escuela doméstica no pueden proporcionar al estudiante una educación completa”.

Los defensores de la escuela doméstica afirman que los padres no necesitan un título universitario para ser buenos profesores. “Los padres no tienen por qué saber todas las respuestas para animar a sus hijos a buscar las contestaciones a sus propias preguntas”, dice el libro Home Schooling—Answering Questions (Educación doméstica: las respuestas). Se puede dirigir a los niños a una fuente de información apropiada, y padres e hijos pueden aprender juntos. Y cuando se requieran titulación o preparación especiales, se puede contratar a profesores privados por horas.

Los detractores también afirman que los niños que reciben educación escolar en el hogar están demasiado aislados y se les priva de interacción normal con otros niños de su edad. Una vez más esta opinión ha sido contestada con argumentos. “Estos niños no se hallan aislados desde el punto de vista social —dijo Brian Ray, director del National Home Education Research Institute (Instituto nacional para la investigación de la educación en el hogar)—. Los niños que reciben educación escolar en el hogar por lo general hacen visitas a zoológicos o museos de arte y juegan en la vecindad como el resto de los niños. La noción de que están encerrados en un cuarto desde las ocho de la mañana hasta las diez de la noche no tiene nada de cierta.”

¿Le conviene?

Impartir educación escolar en el hogar requiere, “además de valor, también energía, inventiva y temple”, afirma Christianity Today. Por eso, si está pensando en emplear este método, analice con realismo el compromiso que implica. Se necesitará esfuerzo diligente y buena organización para mantenerse al día con las tareas domésticas y otras responsabilidades familiares a la vez que se suministra un programa académico diario para los niños. “Quizás tenga que trabajar tanto que quiera dejarlo —dijo Ray—. Resulta agotador.”

Después, averigüe cuál es la normativa sobre educación escolar en el hogar que rige en su localidad. Por ejemplo, en Estados Unidos la escuela doméstica es legal en los cincuenta estados, pero hay una variación considerable en los niveles de regulación. En algunos estados, para enseñar así a un hijo tan solo se ha de notificar al inspector local de educación y rellenar un formulario de una página. En otros, el padre o madre ha de ser maestro titulado. Determine cuál es la normativa local para que satisfaga todos los requisitos legales.

Piense luego en el coste. Comprar el material escolar supone uno de los mayores retos de la educación escolar en el hogar, en especial si los fondos son limitados. “Usted es presa fácil de los proveedores de material docente”, advierte A Survivor’s Guide to Home Schooling (Guía de supervivencia para la escuela doméstica).

Aunque algunos proveedores cobran un precio módico por los derechos de matrícula, el precio de otros programas de enseñanza en el hogar asciende a cientos de dólares. El coste de los exámenes reglamentarios anuales que tienen que hacer en algunos casos los que reciben educación escolar en casa puede ser de hasta cincuenta dólares. Todos los años se necesitarán libros de texto, fichas de trabajo y otros materiales nuevos, por lo que es obligatorio ajustarse a un presupuesto de hogar-escuela preparado cuidadosamente.

Desde luego, no todos los padres están dispuestos a emplear el tiempo, el esfuerzo y el dinero que los expertos consideran necesarios para conseguir que la escuela en el hogar sea un éxito, o no pueden hacerlo. “La escuela doméstica no es para cualquiera —dijo una niña de 14 años que empezó su educación escolar en casa cuando tenía 7 años—; se requieren las circunstancias, las actitudes y los padres adecuados.” También se puede añadir a esa lista la autodisciplina, tanto de los padres como de los hijos. Un padre cristiano citado en los primeros párrafos comentó que para conseguir que la escuela doméstica dé buenos resultados, “se requiere un compromiso serio”, y añadió: “El verdadero desafío es ser capaz de dedicar el tiempo necesario y seguir dedicándolo”.

Hasta los partidarios fervientes de la escuela doméstica admiten que esta educación a veces se imparte de forma poco eficaz e incluso irresponsable. De hecho, todos los años fracasan algunos intentos de enseñar a los hijos en el hogar, por lo que se quedan con una preparación deficiente para enfrentarse a futuros desafíos académicos.

Además, los padres no deben engañarse pensando que la escuela doméstica por sí sola protegerá a sus hijos de las influencias inmorales de las escuelas públicas. No hay forma de proteger a alguien de todo contacto con el mundo. Hay muchos factores, además de la influencia de la escuela, que moldean el pensamiento de un niño, entre ellos el ejemplo de los padres, las asociaciones, el entretenimiento y el estudio personal y familiar de la Biblia. Sin educación diligente en todos estos campos, ningún sistema educativo resultará satisfactorio para la crianza de hijos cristianos.

Es cierto que algunos padres opinan que la escuela doméstica ha contribuido al progreso espiritual de sus hijos. Pero no se debería olvidar que muchos jóvenes cristianos que asisten a las escuelas públicas logran también un buen progreso espiritual. En muchos casos, los padres han obtenido buenos resultados al colaborar de cerca con el distrito escolar local para asegurarse de que sus hijos reciban una educación de buena calidad.

Los padres, que son en última instancia los responsables de la educación y preparación adecuadas de sus hijos, tienen que decidir por sí mismos qué tipo de educación escolar creen más útil para la familia. Por eso, medite en todos los factores cuidadosamente antes de decidir si está dispuesto a afrontar el desafío de enseñar a sus hijos en casa.

[Comentario en la página 12]

“Los niños deberían seguir un horario como si asistieran a la escuela.”

C. F. L., padre que educó a su hija en casa

[Fotografías en la página 10]

Solo usted puede decidir qué es lo mejor para su hijo: asistir a una escuela pública o recibir educación escolar en el hogar

    Publicaciones en español (1950-2025)
    Cerrar sesión
    Iniciar sesión
    • español
    • Compartir
    • Configuración
    • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
    • Condiciones de uso
    • Política de privacidad
    • Configuración de privacidad
    • JW.ORG
    • Iniciar sesión
    Compartir