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  • ¿Hizo usted una dedicación acepta a Dios?
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1964
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1964
w64 15/7 págs. 441-446

¿Hizo usted una dedicación acepta a Dios?

CADA año muchas personas humildes a través del mundo aprenden los maravillosos propósitos y justos requisitos de Dios. Disciernen la necesidad de servir a este gran Dios, Jehová, y luego dedican su vida a él, simbolizando esta dedicación por medio de ser bautizadas, o sumergidas, en agua. (Mat. 28:19, 20) De esta manera centenares de miles de personas de todo ramo de actividad han llegado a ser siervos dedicados de Jehová Dios.

Sin embargo, a veces surgen preguntas en la mente de algunos de esos siervos dedicados de Dios en cuanto a la validez de su dedicación y bautismo. Entendiendo tanto más ahora acerca de los propósitos de Dios, algunos se preguntan si la dedicación que hicieron hace años fue apropiada o no. Preguntan: ¿Hice una dedicación acepta a Dios? ¿Cómo puedo saber si fue válida o no? ¿Cuánto necesitaba yo saber en esa ocasión? Si no recuerdo la ocasión exacta en que me dirigí a Jehová Dios en oración y me dediqué, ¿debería yo ser bautizado otra vez? ¿Qué hay si las preguntas que ahora se hacen a los candidatos del bautismo no se presentaron en mi bautismo hace años? ¿Significaría eso que necesito bautizarme otra vez?

INFORMADO CORRECTAMENTE

Personas que, a través de los años, se han sometido al bautismo en agua por los testigos de Jehová no tienen razón para llegar a pensar que no entendían lo que hacían al tiempo de su bautismo en agua, o que no se les informó acerca de lo que estaban a punto de hacer antes de realmente ser sumergidos en agua.

Siempre ha sido procedimiento de la Sociedad Watch Tower en las asambleas generales y en las congregaciones locales presentar un discurso sobre el bautismo a todas las personas interesadas antes de efectuarse el bautismo en agua. Todo conferenciante asignado por la Sociedad Watch Tower, o por las congregaciones locales, daría, en su sermón, la explicación del bautismo y su significado en armonía con lo que hubiera sido publicado en los libros y revistas de la Sociedad Watch Tower hasta ese tiempo. Además, estas personas interesadas pudieran haber leído por sí mismas tales artículos antes de su bautismo.

El solo hecho de que un individuo no recuerde clara y distintamente lo que exactamente estaba pensando al tiempo de su bautismo en agua hace años no significa que no sabía lo que quería decir el bautismo. El desliz de la memoria de una persona no prueba nada. Eso no significa que la persona no sabía lo que estaba a punto de arrostrar al simbolizar su dedicación a Dios.

Los testigos de Jehová siempre han entendido y explicado claramente lo que este bautismo en agua simboliza, aunque ha habido un cambio en terminología. En tiempos pasados lo que ahora llamamos “dedicación” solía llamarse “consagración.” Se llamó consagración, por ejemplo, en el libro por Carlos Taze Russell intitulado “The New Creation” (La nueva creación), en cuyo libro se explica el significado del bautismo en agua, particularmente en cuanto a los que componen el cuerpo simbólico de Cristo, quienes tienen la esperanza de vida celestial. Al debido tiempo, sin embargo, en La Atalaya del 1 de octubre de 1952, se publicaron dos artículos sobre este tema. El artículo principal se intituló “Dedicación a Dios y consagración,” y el artículo subsidiario se intituló “Dedicación para vida en el nuevo mundo.” Estos artículos mostraron que lo que en otro tiempo se había llamado “consagración” se llamaba más apropiadamente “dedicación.” Desde ese tiempo se ha usado el vocablo “dedicación.”

El entendimiento del significado simbólico del bautismo en agua había sido ensanchado antes de 1952 de modo que incluía a los de la clase de las “otras ovejas,” quienes tienen esperanza de vivir para siempre en una Tierra paradisíaca, así como a los del cuerpo ungido de Cristo. Como se declara en la página 677 del libro intitulado “‘Babylon the Great Has Fallen!’ God’s Kingdom Rules!”: “Sin embargo, desde 1934 el resto ungido señaló claramente que estas ‘otras ovejas’ tienen que hacer ahora una dedicación completa de sí mismas a Dios y simbolizar esta dedicación por bautismo en agua y luego llegar a ser compañeros testigos de Jehová con su resto.—Vea The Watchtower and Herald of Christ’s Presence, del 15 de agosto de 1934, páginas 249, 250, párrafos 31-34.” Así el bautismo en agua se extendió hasta incluir a la clase de las “otras ovejas.” Su significado simbólico también continuó entendiéndose correctamente.

La Sociedad Watch Tower en todas sus publicaciones continuó encargándose de no dejar en ignorancia a las personas interesadas del hecho de que el bautismo en agua simbolizaba consagración, o, como se entiende mejor ahora, dedicación. En su breve relato de la asamblea general celebrada en Wáshington, D.C., del 31 de mayo al 3 de junio de 1935, el número de la revista Watchtower del 1 de julio de 1935 dijo, en la página 194: “Aproximadamente veinte mil personas interesadas asistieron, entre quienes hubo un gran número de Jonadabs [los que tienen esperanza terrestre] que simbolizaron su consagración por inmersión en agua.” Al año siguiente, o 1936, se publicó el libro Riquezas, y éste declaró en la página 138 bajo el subtítulo “Bautismo”: “¿Es necesario que el que profesa ser Jonadab, o en otras palabras, persona de buena voluntad hacia Dios, sea bautizado o sumergido en agua? Eso constituye un apropiado y necesario acto de obediencia de parte del que se ha consagrado . . . Es una confesión exterior de que el que se bautiza en agua ha convenido en hacer la voluntad de Dios.”

En el año 1939 se publicó el libro Salvación, y en las páginas 281, 282 y 284 bajo el subtítulo “Bautismo” dice: “El bautismo o inmersión en agua es un símbolo de testimonio exterior al efecto de que la persona inmergida ha sometido su voluntad egoísta a la voluntad de Dios. . . . El bautismo, por consiguiente, simbólica y exteriormente da testimonio del pacto que se hace para hacer la voluntad de Dios. . . . Se requiere el bautismo porque es un acto de obediencia; y todos los que agraden a Jehová tienen que ser obedientes.”

En el relato de la Watchtower de la asamblea que los testigos de Jehová celebraron en Saint-Louis, Misurí, en 1941, la página 287 del número del 15 de septiembre de 1941 dice: “Jamás desde el Pentecostés de 33 d. de J.C. hubo tan grande número bautizado a la vez en un solo lugar, en símbolo de su consagración a Jehová por medio de Cristo Jesús para hacer la voluntad divina. Se necesitaron dos horas para efectuar este acto de fe y obediencia, tan grande fue el número de los que se presentaron.” En la conferencia de bautismo dada a todos aquellos candidatos el conferenciante para aquella ocasión recalcó que el bautismo en agua simbolizaba la consagración, o, como sabemos ahora que es, la dedicación. 3,903 personas se bautizaron.

De modo que, entonces, a través de los años se ha continuado recalcando constantemente el hecho de que el bautismo en agua simbolizaba la decisión de uno de dedicarse de allí en adelante y para siempre a Jehová Dios por medio de Jesucristo. Por consiguiente, puede verse que desde un tiempo muy temprano el significado de la dedicación y el bautismo en agua se ha entendido y presentado claramente para todos los que querían servir a Dios apropiadamente. El cambio en terminología de “consagración” a “dedicación” no ha afectado de ninguna manera lo que se daba a entender y se comprendía que era un voto o promesa hecha a Dios de que uno haría su voluntad.

PREGUNTAS EN EL DISCURSO DE BAUTISMO

Puede ser que en algunas ocasiones del bautismo en los años pasados a los candidatos del bautismo no se les hicieran preguntas específicas en cuanto a su fe, obediencia y dedicación a las cuales ellos pudieran contestar audiblemente.a No obstante, el que el conferenciante sobre el bautismo no pronunciara tales preguntas, y por consiguiente el que los candidatos del bautismo no contestaran audible y afirmativamente tales preguntas, no socavan la validez del bautismo ejecutado en tal ocasión. El elemento decisivo en el asunto es que el orador presentaba correctamente el significado del bautismo en agua a las personas interesadas y éstas entendían el asunto, por cuya razón iban al lugar de inmersión, se cambiaban de ropa y se sometían a ser sumergidas debajo de las aguas.

No hay razón para que hoy en día las personas piensen que porque tienen dificultad en recordar lo que sucedió hace unos cuantos años o muchos años atrás no sabían lo que estaban haciendo en la ocasión de su bautismo. Todas sus acciones arguyen que sí entendieron y que sí se sometieron inteligentemente al bautismo en agua en símbolo de la dedicación que decisivamente hicieron a Jehová Dios por medio de la fe en el Señor Jesucristo.

En el número de La Atalaya del 1 de febrero de 1943, en las páginas 29 a 31, se publicó un artículo intitulado “Bautismo” y este artículo concluye con las siguientes declaraciones: “Antes de proceder con vuestro bautismo es adecuado, primero, que contestéis afirmativamente estas preguntas para manifestar que tomáis este paso con el entendimiento bíblico de ello y que sois aptos para el bautismo como siervos devotos del Señor, plenamente responsables a El: (1) ¿Creéis en Jehová Dios el Padre, que ‘la salvación es de Jehová,’ y que Cristo Jesús es su Hijo en cuya sangre vuestros pecados son lavados y mediante quien viene a vosotros la salvación de Dios? (2) Por lo tanto ¿habéis confesado vuestros pecados a Dios y pedido la purificación mediante Cristo Jesús? y por tanto ¿os habéis apartado del pecado y del mundo, y os habéis consagrado sin reserva a Dios para hacer su voluntad? Vuestra respuesta, siendo Sí, es testimonio de que sois dignos y que estáis en línea para el bautismo de agua en obediencia a la voluntad de Dios.”

En el mismo número de la revista La Atalaya, en el relato de la asamblea de los testigos de Jehová en Cleveland, Ohío, del 18 al 20 de septiembre de 1942, se dice en la página 27 en cuanto al domingo 20 de septiembre por la mañana: “El día se comenzó con un discurso sobre el ‘Bautismo’ a las 8 a.m., y 459 se presentaron para la inmersión en el agua en símbolo de su completa consagración al Señor; fué un placer ver a tántas personas jóvenes ‘acordándose de esa manera de su Creador en los días de su juventud.’ Estas, inmediatamente después del bautismo, se unieron a sus otros compañeros en las actividades en el campo.”

Las preguntas que habían de hacerse a los candidatos del bautismo antes de admitirlos para el bautismo en agua se volvieron a publicar en forma revisada en el número de La Atalaya del 15 de junio de 1945 después del artículo principal sobre el tema “El Bautismo—¿Por qué?” a saber, en la página 188, bajo el encabezamiento “Preguntas.” Las preguntas impresas allí son sustancialmente las mismas preguntas que se hacen a los candidatos del bautismo en la actualidad y a las cuales se espera que ellos respondan afirmativamente de manera audible antes de admitírseles a la inmersión.

No obstante, el hecho de que posiblemente esas preguntas que habían de ser contestadas audiblemente hayan sido omitidas en una conferencia del bautismo en tiempos pasados no significa que la información presentada no informó con exactitud a las personas interesadas acerca de lo que estaban haciendo. Las publicaciones de la Sociedad Watch Tower habían aclarado el asunto hacía mucho tiempo y los hombres que representaban a la Sociedad y que pronunciaron los discursos del bautismo habían entendido cabalmente lo que estaba envuelto y lo habían aclarado a sus oyentes.

ORACIÓN PRIVADA

Algunos declaran que no recuerdan el haber hecho una oración específica, privada, al tiempo de su dedicación y se preguntan si el no haber hecho eso invalida su bautismo.

Debe entenderse que no toda oración que se ofrece a Jehová Dios tiene que ofrecerse de rodillas en el retiro de la propia habitación personal de uno en casa. La oración puede ofrecerse a Jehová del corazón silenciosamente y sin que ello sea observado por extraños aun cuando uno ande por la calle o mientras esté de pie en la presencia de otra persona, como en el caso de Nehemías, que era copero del rey y estuvo de pie en su presencia cuando oró. (Neh. 2:3-5) En consecuencia, el solo hecho de que uno no pueda recordar el instante específico cuando hizo una decisión para ser de allí en adelante y para siempre de Jehová Dios y si se hizo ésta en una oración específica, privada, no significa que uno no se dedicó directamente al Dios Altísimo antes de ser sumergido en agua.

Ciertamente antes de que una persona fuera sumergida en agua en símbolo de dedicación tendría que hacer la decisión de someterse a tal inmersión. La mismísima razón para hacer tal decisión sería entender lo que simbolizaba la inmersión en agua y las obligaciones bajo las cuales ella misma entendía estar de allí en adelante por haber hecho tal decisión de ser sumergida. Ningún individuo entra en una inmersión en agua de los testigos de Jehová a ciegas, solo porque de casualidad se hallara en la muchedumbre de candidatos, y lo levantaran en peso junto con la muchedumbre, y lo introdujeran en el agua y lo llevaran a las manos del individuo zambullidor.

Aun cuando el individuo se está cambiando de ropa y se está preparando para entrar en el agua para ser sumergido, se manifiesta a sí y a todos los observadores que él ha hecho una decisión para estar dedicado para siempre después a Jehová Dios por medio de Jesucristo. Tal decisión es una cosa solemne y evidentemente se hace de manera piadosa, con los pensamientos de uno en el Dios que puede leer el corazón. Por eso, haya hecho una persona tal decisión de dedicación mucho antes de efectuarse el bautismo en agua, o háyala hecho durante o después de la conferencia del bautismo, subsiste el hecho incontrovertible de que el individuo se dedicó procedente del corazón en presencia del Dios Altísimo, y ésa es la cosa de principal importancia.

En el día del Pentecostés cuando el apóstol Pedro dijo a los judíos, heridos en el corazón por las palabras que él les predicó, lo que deberían hacer, ellos siguieron su consejo, se arrepintieron, y se bautizaron en aquel día. (Hech. 2:37-41) Tuvieron poco tiempo antes del mismo bautismo en agua para hacer la decisión de seguir en los pasos del Señor Jesús. Esta decisión no la hicieron de rodillas en oración en el retiro de sus hogares, los cuales estaban situados en partes esparcidas del Imperio Romano y aun fuera de él. Hicieron su decisión precisamente antes del bautismo en agua al que Pedro les instó a que se sometieran. Evidentemente hicieron su decisión poniéndose de pie en presencia de los apóstoles, sobre quienes había sido derramado el espíritu santo ese día.

Por eso la actitud física de uno, o la ubicación de uno al tiempo de hacer la decisión de la dedicación, o el que se hiciera en una oración específica que se recuerda bien o no, no determina la validez del voto de dedicación que se hace así. La cosa esencial es que tiene que entenderse que la dedicación se hace al Dios Altísimo por medio de su Hijo, Jesucristo, nuestro Salvador.

CUMPLIENDO CON LA DEDICACIÓN

Cuando una persona se dedica a Jehová Dios, solemnemente vota, o promete, hacer la voluntad de Dios para siempre. Por lo tanto, en el bautismo simboliza este voto o promesa para continuar progresando en el camino cristiano. La responsabilidad de continuar en ese camino de la vida descansa sobre cada persona que dedica su vida a Dios. Debe cumplir con esa dedicación haciendo lo que Dios ha bosquejado en su Palabra. “Ofrece acción de gracias como sacrificio tuyo a Dios, y paga al Altísimo tus votos.”—Sal. 50:14.

Sin embargo, el hecho de que alguien no cumpla con su dedicación no significa que su dedicación fue nula. ¡Lo que sí significa es que ella sencillamente no está cumpliendo con esa dedicación! Esto representa no estar cumpliendo su voto, su promesa, y no el no haberse dedicado y bautizado correctamente en primer lugar. Lo grave que es esto puede discernirse de la Palabra de Dios: “Siempre que votes un voto a Dios, no titubees en pagarlo, porque no hay deleite en los estúpidos. Lo que votes, págalo.”—Ecl. 5:4.

Por eso, si una persona se ha deslizado de la fe hasta cierto grado, o quizás hasta haya cometido un pecado atroz después de haber sido bautizado, esto no puede considerarse como indicación de que su bautismo debe haber sido nulo y por consiguiente tiene que ser bautizada de nuevo. Con toda probabilidad no fueron su dedicación y bautismo los culpables. La dificultad es que tal persona no ha cumplido con su promesa de hacer la voluntad de Dios.

Si hoy en día algunos están practicando lo que es malo, o si practicaron lo malo algún tiempo después de su dedicación, no deben considerar automáticamente el bautizarse otra vez para corregir la situación. La manera de enderezar las cosas con Jehová es confesar la maldad a Jehová en oración y también al comité judicial de la congregación, que en oración y bíblicamente manejará el asunto. (1 Juan 1:9; Sant. 5:16) Cualquier corrección que se administre obrará para el bien de quien haya confesado su maldad, así como para el bien de la entera congregación.

Sin embargo, es asunto diferente cuando una persona estaba cometiendo maldad grave al tiempo de su “dedicación” y bautismo y aun después. Si una persona estuvo pecando habitualmente, practicando un mal atroz durante ese tiempo, aunque cesara de ello algún tiempo después de su bautismo y progresara en el servicio de Jehová, se hallaba en una condición inmunda delante de Dios al tiempo de su bautismo. Tal bautismo, puesto que no vino tras una dedicación verdadera, sería nulo. Si tal persona ha abandonado esa práctica de pecado, se ha arrepentido y ha hecho una dedicación sincera de sí misma a Jehová Dios, debe bautizarse otra vez.

Por lo tanto, si algún individuo que quiere ser cristiano bautizado vive una vida que, si ya estuviera dedicado, resultaría en que fuera cortado o expulsado de la congregación cristiana, no está listo para el bautismo. Primero tiene que limpiar su vida en armonía con los justos requisitos de Dios antes de presentarse al Altísimo para la dedicación y el bautismo.—1 Cor. 6:9-11.

SE ESPERA QUE HAYA AUMENTO DE APRECIO

De todo lo dicho puede verse que la sociedad del nuevo mundo de testigos de Jehová ha tenido mucho cuidado en hacer que todos los candidatos del bautismo entiendan que estaban siendo sumergidos en agua solo porque previamente, ya sea poco antes o largo tiempo antes, habían decidido pertenecer a Jehová Dios y de acuerdo con ello deliberada e inteligentemente se habían dedicado a Dios por la fe en Jesucristo.

Por lo tanto, la persona no debe titubear en su mente en cuanto a si tuvo un entendimiento correcto del asunto cuando fue sumergida. Con toda probabilidad, si se presentó para el bautismo entre los candidatos probablemente tuvo suficiente conocimiento para saber lo que hacía, lo cual significaría que su dedicación y bautismo fueron válidos.

Se espera que con el transcurso del tiempo los cristianos aumenten su conocimiento y entendimiento de los propósitos y requisitos de Dios. Por lo tanto, es natural que al tiempo del bautismo en agua una persona no tendría el conocimiento y el entendimiento de las cosas que adquiriría después de años de progresar hacia la madurez cristiana. Aun el Señor Jesús, después de su bautismo en el río Jordán y recibir el espíritu santo desde el cielo, se fue al desierto de Judea y pasó allí cuarenta días para ensanchar su entendimiento de lo que realmente requería de él su dedicación a Dios, simbolizada por el bautismo en agua. Pero el hecho de que él entendiera el asunto de su dedicación mejor al fin de los cuarenta días no significa que él no se había dedicado de manera válida a Jehová Dios. Cuando Jesús dejó su carpintería en Nazaret y fue adonde estaba Juan el Bautista en el río Jordán para simbolizar su dedicación, él sabía la razón de esto. Pero también tuvo aumento de conocimiento y entendimiento con el transcurso del tiempo.

Debemos estar agradecidos por el aumento en crecimiento y entendimiento que Dios provee mediante su espíritu, Palabra y organización. Esto nos ayuda a llevar a cabo nuestra dedicación fielmente. Pero solo porque estábamos relativamente deficientes en entendimiento y aprecio de lo que significaba la dedicación al tiempo de nuestro bautismo, nosotros los que ahora poseemos un entendimiento más cabal, más exacto, de la dedicación y el bautismo no debemos creer que sea necesario bautizarnos otra vez. Debemos, con equilibrio mental, recordar toda la información en forma impresa y hablada que por muchas décadas ha presentado el asunto claramente y no debemos permitir que nuestra memoria defectuosa produzca en nosotros una condición inestable de mente y corazón.

Lo que debemos apreciar cada vez más con el transcurso del tiempo es la seria responsabilidad bajo la cual hemos llegado a estar al dedicar nuestra vida a Dios. Sin falta debemos renovar sincera y encarecidamente nuestra determinación de cumplir con esa dedicación al Dios Altísimo, Jehová, y de esta manera imitar a su Hijo fiel, Jesucristo.—1 Ped. 2:21.

La ley de Jehová es perfecta; trae de vuelta el alma. El recordatorio de Jehová es fidedigno; hace sabio al inexperto. Las órdenes de Jehová son rectas, hacen regocijar el corazón; el mandamiento de Jehová es limpio; hace brillar los ojos. El temor de Jehová es puro, y subsiste para siempre.—Sal. 19:7-9.

[Notas]

a Cuando recibía candidatos para inmersión en agua, Carlos Taze Russell, el primer presidente de la Sociedad Watch Tower Bible and Tract (1884-1916), hacía las siguientes preguntas a tales candidatos:

“(1) ¿Se ha arrepentido usted del pecado con tal restitución como usted puede, y confía usted en el mérito del sacrificio de Cristo para el perdón de sus pecados y la base de su justificación?

“(2) ¿Ha hecho usted una consagración completa de usted mismo con todas las facultades que posee—talento, dinero, tiempo, influencia—todo al Señor, para que se usen fielmente en Su servicio, aun hasta la muerte?”

Después que los candidatos habían contestado afirmativamente, él decía: “Sobre la base de estas confesiones, lo reconocemos a usted como miembro de la Casa de la Fe, y le damos como tal la mano derecha de compañerismo, no en el nombre de alguna secta o partido o credo, sino en el nombre del Redentor, nuestro Señor glorificado, y Sus seguidores fieles.”—Vea The Watch Tower and Herald of Christ’s Presence del 15 de mayo de 1913, página 159, columna 2, bajo el encabezamiento “Broad Unsectarian Questions” (Comprensivas preguntas no sectarias).

Otros conferenciantes sobre el bautismo seguían este modelo con los candidatos para la inmersión en agua.

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