¿Ofrece usted estudios bíblicos?
1 Muchos hermanos han obtenido buenos resultados al usar el método directo de ofrecer un estudio de la Biblia. Cierto señor, que en varias ocasiones había rechazado las publicaciones, aceptó con gusto un estudio cuando se le ofreció. Dijo: “Siempre quise estudiar la Biblia”. Se empezó el estudio, y toda su familia progresó con rapidez.
2 Todos debemos tener presente la importancia de comenzar estudios. Para que las personas progresen y se hagan discípulos de Cristo, hay que enseñarlas. (Mat. 28:19, 20.) Y para enseñarlas alguien tiene que estudiar con ellas. A menudo podemos comenzar estudios sencillamente ofreciendo al amo de casa una demostración de cómo puede aprender más de la Biblia y de las promesas de Dios. Cierto hermano comenzó cinco estudios valiéndose del tratado La vida en un pacífico nuevo mundo. Puesto que no podía conducir con regularidad tantos estudios bíblicos, pasó algunos a otros publicadores.
3 Si tenemos facilidad para comenzar estudios, podemos llevar con nosotros a otros publicadores a fin de ayudarles a conseguir estudios. O podemos pasar a otros publicadores de la congregación algunos de los que hayamos comenzado. Si desea conducir un estudio bíblico, ¿por qué no se lo ofrece a las personas con quienes converse en el ministerio de casa en casa? En cierta ocasión un publicador visitó de nuevo a una adolescente que no había mostrado mucho interés. Con todo, le ofreció un estudio bíblico, y ella aceptó. Hoy día está bautizada, y su hermana y cuñado también asisten a las reuniones. (Gál. 6:6.)
4 No toda persona con quien comencemos a estudiar seguirá estudiando. Tampoco entran en la verdad todos los que estudian. Pero algunos sí lo harán. Cuantos más estudios comencemos, más probable será que ayudemos a alguien a hacerse alabador de Jehová.